Pye Hastings.................Guitarra
acústica y eléctrica, voz
Richard Sinclair.............Bajo,
guitarra acústica, voz
David Sinclair................Órgano,
mellotrón, piano, coros
Richard Coughlan......... Batería,
percusión
Jimmy
Hastings.............Flauta y saxo
1ª cara:
- Golf girls
- Winter wine
- Love to love you
(and tonight pigs will fly)
- In the land of grey
and pink
2ª cara:
- Nine feet
underground
a) Nigel blows a tune
b) Love's a friend
c) Make it 76
d) Dance of the seven paper
hankies
e)
Hold grandad by the nose
f)
Honest I did!
g)
Disassociation
h)
100% proof
Hoy estamos ante una de las grandes
formaciones que abanderó un movimiento que se denominaría "Canterbury
scene" ó "sonido Canterbury". La explicación es la gran cantidad
de grupos de vanguardia que nacieron a finales de los 60 tras la explosión
hippy en la región de Canterbury. Con un estilo propio bandas como SOFT
MACHINE, CARAVAN, NATIONAL HEALTH, HARTFIELD AND THE NORTH, GONG etc; aparecen
en escena innovando el panorama a través de la experimentación, el virtuosismo,
la profesionalidad y la búsqueda de nuevos sonidos caracterizados por desarrollos
muy complejos con gran cantidad de jazz aplicado.
En este álbum CARAVAN vive
posiblemente el mejor de sus momentos en cuanto a creatividad se refiere. Son
unos chicos que ya se conocían antes de formar el grupo y en este 3º Lp su
grado de compenetración es total. Su sonido está vivo, es sólido, brillante y
preciso.
La primera cara son temas en los
que descubrimos una amalgama entre el British pop y el rock sinfónico y
progresivo del momento. Ricos en matices, arreglos sutiles, ambientes delicados
y suaves que dan lugar a unas composiciones y letras alegres y simpáticas, muy
positivas y con unas melodías interesantes que desde un primer momento
enganchan emanando un cierto tufillo folk y hippy.
Las canciones están hilvanadas
por un fantástico órgano que se erige como identidad del quinteto y que nos va
a demostrar de lo que es capaz en los solos que nos ofrecerá a lo largo de la
obra. Las guitarras acústicas dan lugar a que el sonido se suavice y se acerque
al folk. Tampoco hay que olvidar a la sección rítmica del grupo porque juegan
un papel esencial también a la hora de dar potencia, vigor y dinamismo.
El tema homónimo del disco es
una auténtica delicia en la que el piano sigue poniéndome la piel de gallina
después de 20 años, y es que está hecho con un gusto exquisito.
La segunda cara está ocupada por
un sólo corte compuesto de varias partes. Desde el primer momento el órgano
ataca con un solo acolchado por un teclado de fondo. Es el momento de pasar a
la improvisación y la batalla; se desmelenan dejando a un lado los temas
simpáticos y pasan a desarrollos jazzísticos complejos. El sonido Canterbury se
presenta sin tapujos.
Melodías fantásticas a cargo de
un órgano que echa humo sobre un ritmo vivo y que van cambiando a lo largo de
la extensa sesión. Una vez más labor
inconmensurable de bajo y batería consiguiendo temas fuertes y compactos.
Conforme avanzan los surcos hacia el final el teclado se vuelve más y más
agresivo en sus solos y la improvisación es ya habitual. Hasta la guitarra
eléctrica se deja ver con unos riffs más asimilados al Rock.
Vinilo fundamental, redondo, sin
resquicios con una calidad muy alta de principio a fin en el que la monotonía
no tiene lugar.
PUNTUACION: (De 1 a 10): 8,9