Steve Hillage………………………….Voz, guitarra principal, Secuenciador, moog
Dave Stewart……………………..…...Guitarra rítmica, coros y sintetizador
Miquette Giraudy………………….….voz y sintetizador
Jean-Phillippe Rykiel………………....Sintetizador
John McKenzie / Paul Francis........…..Bajo
Andy Anderson…………………….....Batería y percusión
1ª Cara:
- Day after day
- Getting in tune
- Open
- Definite activity
2ª Cara:
- Don’t Dither do it
- The fire inside
- Earthrise
Nació en Essex a las afueras de Londres y comenzó sus estudios en 1969 en Canterbury, ámbito de una corriente muy fuerte surgida dentro de la atmósfera del rock progresivo que se profesaba con tanto empuje en las islas británicas. Allí trabaría buena amistad con bandas locales como fueron CARAVAN y SPIROGIRA, que tanto darían que hablar en la década siguiente.
Tras acumular gran cantidad de material propio, hasta el punto de que podría grabar un álbum con él, los amigos de Caravan le pusieron en contacto con su mánager Terry King. Ese contacto hizo que firmase rápidamente por el sello DERAM, y poco después fundaría su grupo, KHAN, del que ya escribí hace mucho tiempo una reseña. Su equipo estaría integrado por miembros de otras formaciones interesantes del momento (Cold Cuts). Por desavenencias de todo tipo entre los miembros, la salida de algunos y la coyuntura que no gozaba de estabilidad clara, se pone punto y final al combo, terminando la existencia con un solo LP lanzado, eso sí magnifico.
Durante toda la primera mitad de la década, Hillage trabajará participando en varias formaciones, colaboraciones que se hicieron más asiduas en GONG, donde su líder Daevid Allen estableció una sólida amistad con él, eso haría que Hillage terminase asentándose en Francia donde conocería a su pareja. Una vez que esa vorágine de movimientos entre grupos fue desapareciendo, hizo que tomase la decisión de crear como líder su propia banda.
En la segunda mitad de los años 70 fue firmando obras, año tras año, hasta llegar a 1979 donde publicaría “OPEN”, su sexto trabajo, pero no fue el único, ya que en ese mismo año, todavía le dio para sacar ¡dos más!, es decir 3 discos, algo que ahora parece inaudito. Por fin su amigo de siempre Dave Stewart se pondría a sus órdenes en este LP.
Steve, un espíritu que siempre se ha mostrado inquieto, se mueve dentro de círculos donde la vanguardia es uno de sus principios y de ahí al Space Rock y la electrónica hay un paso muy pequeño. En este y en todos los trabajos lo muestra desde un inicio, realizando composiciones con atmósferas espaciales y ambientes extraños, que se alejan de los cánones comerciales, aunque es cierto que en “Open” y en concreto en la primera cara de su redondo, hay temas que circundan la frontera del sonido accesible, confeccionados de tal manera que en la época en que apareció, bien podrían encajar como un infiltrado dentro de la new wave que entonces soplaba fuerte. Y no solo eso, es que hasta podrían escucharse en locales de discotecas como material de última generación para mover los pies. La influencia de la música Disco y el tecno bailable queda patente en muchos momentos de este LP.
Todas sus piezas comienzan con un secuenciador en bucle para crear desde un comienzo esas atmósferas marcianas. Con el currículum que arrastra este señor, no puede ser de otra manera; su sonido muy coetáneo lleno de sintetizadores, incluso su guitarra llega a sonar sintetizada en más de una ocasión, se puede confundir con las nuevas generaciones de grupos que aparecen tras la ruptura del Punk. Sus cortes podrían estar en la esfera de formaciones como ROXY MUSIC, PHIL MANZANERA, DAVID BOWIE, DEVO, THE CARS, e incluso en época tricolor de KING CRIMSON.
En un ambiente secuenciado y dominado por la guitarra de Steve, construye un rock pulcro, aséptico en su producción (estuvo de co-productor nada menos que Nick Mason), metódico, perfeccionista, robótico y sincronizado gracias a la batería concisa y seca del autómata Andy, que redunda en un sonido mucho más accesible al público, al menos en el lado A. Composiciones melódicas y rítmicas sin complejidad, con estructuras y desarrollos que se repiten, resultando atractivas y en cierta manera adictivas. Un rock efectivo que si no se caracteriza por instrumentación variada, fabrica canciones bastante redondas donde Hillage imprime con sus solos de guitarra el punto diferenciador.
Cuando le damos la vuelta al disco, la película cambia en cierta manera. Solo 3 temas ocupan todo el ranurado, siendo algo más largos los cortes y más variados en su factura. El patrón sigue siendo similar a los anteriores, pero la melodía no goza de una línea suaves profundizando más en la instrumentación. La guitarra de Hillage se endurece y en ocasiones se desmelena como ocurre en The fire inside, sonando a una velocidad endiablada, intercambiada en un impasse por el solo de moog de Stewart. El cierre es a cargo de Earthrise, de casi 9 minutos, en mi opinión el mejor del pastel. Nace con una serie de fraseos de aire arábigo y es el más completo y el más progresivo de todos. Pasando por fases desiguales su instrumentación y su ritmo mutan claramente de sección en sección, creando contundentes desarrollos ambientales magníficos, hipnóticos y variados en juegos electrónicos. En este será Hillage quién ponga de su puño y letra el solo de moog.
No es una obra maestra, ni siquiera un referente, ni posiblemente tampoco su mejor obra, pero es cierto que el bloque de sus canciones gozan de calidad con una puntuación por encima de la media, con el sello de un extraordinario guitarrista dentro del Rock y en particular del Rock Cósmico y espacial.