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domingo, 5 de octubre de 2025

MIGUEL RIOS – La huerta atómica (1976)

 


Miguel Ríos…………….….Voz principal

Tony Ponce…………...….Guitarras

José María Roger………..Piano, Fender, Elka

Mariano Díaz……………...Hammond, Moog y Mellotrón

Evarist Ballus……………..Batería y percusión

Miguel Ángel Rojas……..Bajo


1ª Cara:

- Entre árboles y aviones

- Una casa en la guerra

- Buenos días, Superman

- Yankee Johnny

- Bienvenida Katherine


2ª Cara:

- Una siesta atómica

- Instrucciones a la población civil (en caso de alarma nuclear)

- El carnaval de los espectros I

- La burbuja antirreacción

- La canción del megacristo

- El carnaval de los espectros II

- Por el hombre futuro

- El dulce despertar


¿Quién en este país no conoce a Miguel Ríos? Da lo mismo que seas aficionado o no a la música y al Rock en particular, su nombre ha traspasado todas las fronteras sociales, un tipo que ha sido pionero del estilo en España, de espíritu siempre inquieto, ha estado siempre al pie del cañón a la hora de intentar difundir, divulgar y realizar todo tipo de actividades relacionadas con el Rock, una persona que acabó siendo mediática a causa de su constante trabajo en pos de abrir a este país al mundo del Rock, apareciendo tanto en Televisión, radio y prensa enarbolando la bandera rockera. Cuando más hizo falta, tras la muerte del dictador , allí estuvo para poner en marcha festivales, conciertos y eventos multitudinarios; había que ponerse a la altura de Europa, y era una ardua tarea. Posiblemente le dio más a su país de lo que recibió el a cambio.


Todavía en activo desde los años 60, que ya quedan muy lejos, comenzaría su carrera con el apodo de “Mike Ríos” muy en moda por aquella época lo de “internacionalizar” los nombres, con la idea de abrirse más puertas, o parecer más interesante. Después de tantos años en la palestra ha quedado demostrado que es un hombre inteligente que ha sabido adaptarse e integrarse en todos las fases de la historia musical que le tocó vivir, componiendo de acuerdo a la situación social del momento (que no fueron fáciles) y atreviéndose con los estilos que iban surgiendo, experimentando y volcándose por hacerlo con calidad, porque si algo siempre ha sabido hacer, es rodearse de músicos muy profesionales obteniendo unos resultados excelentes, estando por encima de la media de sus compatriotas. No siempre se le ha reconocido el esfuerzo, especialmente cuando ha abordado trabajos que caminaban paralelos a corrientes no aptas para el público general, aquello que se tildaba de “underground” ó música fuera de los circuitos comerciales, como es el caso de “La huerta atómica”

Originario de Granada, y de familia humilde entró en contacto con el Rock and Roll trabajando en unos grandes almacenes, en la sección de discos. Allí conoció a Elvis Presley, que lo inspiró hacia su carrera musical, siendo entonces su Dios. Se trasladó a Madrid dirigido por un cazatalentos, ganó algunos concursos de canto y finalmente obtuvo la posibilidad de grabar adaptaciones de temas conocidos, de autores americanos e ingleses y colaborar con bandas españolas de reputada fama como Los Relámpagos y los Sonor.


En 1965 participa en una película donde presenta una canción con ayuda de los Relámpagos. Y un año después firma con la discográfica española Sonoplay donde registrará composiciones originales. En 1968 firma por Hispavox grabando piezas emblemáticas, pero será un año después cuando se encontrará con el mayor éxito de su vida. Adapta Himno de la alegría de Beethoven, arreglada y dirigida por Waldo de los Rios, con toda una orquesta a sus espaldas en pleno apogeo del Rock sinfónico en Europa. Es entonces cuando lanzado hacia el éxito que comienza a publicar LP’s

En los 70 organiza giras de conciertos que suponen un despegue de la infraestructura necesaria en España, para este tipo de eventos, y es a partir de 1974 cuando comienza a grabar discos conceptuales más involucrados en la conciencia social con reivindicaciones ecologistas, sociales y pacifistas, en respuesta a la orientación que triunfaba de Europa. En ese periodo se gestará el estupendo disco que tenemos entre manos, y que en su momento, no fue entendido por la mayoría convirtiéndose en el mayor fracaso de su carrera. La población no estaba preparada todavía para asimilar estas obras conceptuales, una gran pena, puesto que en otros lugares del mundo si han sabido valorarla como es debido.

Instrucciones a la población civil

Para tomar ideas con la intención de crear un concepto con el cual realizar todo un álbum, alquiló un casa en Torrejón de Ardoz junto a la famosa base americana que había allí. La actividad entonces era alta y había mucho movimiento militar en su interior, siendo lo más notable y desagradable el vuelo de cazas y bombarderos que provocaban el temblor de las paredes.

A pesar de obtener el efecto contrario a lo que venían buscando, fue el motivo de inspiración para generar una historia con la que vestir la música de un trabajo conceptual: Un hombre que vive en su huerta entre árboles y aviones tiene un sueño, una pesadilla sobre una posible guerra atómica, donde una bomba acaba estallando en su huerta, matando a todo ser viviente menos a él. La guerra nuclear era entonces una percepción más presente que hoy en día, la guerra fría existente alimentaba esa maldición y el miedo se apoderaba de la sociedad.

La obra es compacta y la idea principal está muy bien distribuida a lo largo de toda ella, sin fisuras, con un lenguaje que se ancla a la música sin esfuerzo, con naturalidad, sin uniones precipitadas o artificiales. Se observa nítidamente, ya en la 2ª parte, que coincide con la 2ª cara, una actitud irónica, burlona, sarcasmo incluso y cargada de humor por parte de Miguel, tanto en las letras como en su expresividad, además de los mensajes que nos informan sobre como actuar ante una explosión nuclear. Los mensajes fueron a cargo de personajes de la canción de la época, Jeanette, por un lado y Massiel (Sí, nuestra querida ganadora de Eurovisión) a cargo de un travieso pasaje sobre “el programa de radio de la señora Pum” que realiza con maestría.

Como ya he dicho, Miguel Ríos siempre supo rodearse de buenos músicos y excelente personal técnico y eso es un punto muy positivo que se percibe. El disco no se hace pesado, ni lento (bueno, tal vez al final, un poco), los paisajes musicales se van sucediendo con dinamismo, los cambios de ritmo son muy frecuentes y nos introduce en diferentes estancias de manera que no caemos en monotonía ni cansancio, además de que la narración es también muy agradable. Se observa en varios instantes la influencia de bandas británicas del momento a la hora de llevar a cabo desarrollos instrumentales que reflejan el estilo progresivo que pretende constatar en este álbum. Además va a echar mano de otra característica progresiva, como son las narraciones y los efectos de sonido.


La obra arranca sin hacer ruido, pajarillos de fondo y ciertos efectos , elementos muy progresivos de la época seguido de un juego de guitarras preludio a la voz de Miguel Ríos que nos sumerge en la historia que se va a desarrollar con un tono poético acompañado de un moog lineal, Entre árboles y aviones es el primer corte que da paso con un vuelo raso de phantom a Una casa en la guerra donde comienza a extenderse la riqueza instrumental de la que hace gala. La letra es madura y está bien entrelazada con un fondo interesante con arreglos de piano realmente vistosos. El tema va ganando enteros hacia el final, guitarra interesante y teclados que van tejiendo una textura solida. Es de esas composiciones que parecen haber influenciado en bandas españolas posteriores como BLOQUE o ASFALTO.

Tras el nuevo vuelo de phantom nos ofrece Buenos días, Superman, cantado con más vigor es una composición más enérgica donde los coros son el elemento más importante, breve relato que conduce a Yankee Johnny aludiendo a los militares de la base de Torrejón. Cantada en un inglés muy castellanizado, ofrece de nuevo muy buenos arreglos de piano y un trabajo de Mellotrón muy potente, es una pieza con frescura de aire aflamencado en algunos giros donde Miguel para cantar utiliza algunos filtros. Este tema podría venir al hilo de Bienvenida Katherine que nos recibe con el vuelo de una avioneta en este caso. Muestra una historia de amor con una americana, pieza con sentimiento que muestra un gran trabajo vocal de Miguel, los arreglos nuevamente son magníficos y los teclados que más aparecen son Moogs lineales. Es difícil creer que esta canción pasara el filtro de la censura que había en su momento, puesto que camufladamente se escucha un intenso orgasmo femenino, algo inaudito en este país en esos instantes. Cuando se va acercando el final explosivo entra el mellotrón y la guitarra eléctrica con fuerza y la pieza toma un cariz épico muy en onda “Genesiana”.

Llegados al punto medio de la obra, la fantasía, la ternura, la filantropía se esfuman y la temática se endurece, poniendo los pies en el suelo, llega lo material, la realidad, que se inicia sin respiro con Una siesta atómica, un Miguel Ríos cantando con más garra y una guitarra también más rotunda y oscura. Entramos en la fase donde la ironía y la burla rodeada de comicidad aparecen para quedarse. El problema del miedo de la ciudadanía a la guerra nuclear vigente entonces, es la base de toda la segunda cara. Instrucciones a la población civil, es la realidad hace 50 años por culpa de la guerra fría entre EEUU y la URSS, solo que tratada por Miguel Ríos se convierte en una burla entre explosiones nucleares escuchadas (reales, son grabaciones de auténticas explosiones). Un estupendo groove se escucha de fondo mientras hablan hasta que pasa a primera plana, un estupendo instrumental….para mi gusto de lo mejorcito que se escucha. Maquillado por el moog se convierte en un interludio musical de gran progresividad de connotaciones kraut , para desembocar en un alocado pasaje entrando en un circo de locos con sarcasmo incluido (el carnaval de los espectros. Parte 1).

Con un inicio muy progresivo La burbuja antirreacción es otro paisaje instrumental a cargo del Hammond como protagonista, un bucle de menos a más en potencia con un sonido influenciado por bandas como YES, la fuerza del brujo se masca en el ambiente. Sin dilación pasa al siguiente corte, La canción del megacristo, breve pieza un tanto apagada con carga mística, cristiana y apostólica romana, dando paso al carnaval del espectro II, fulgurante para cerrar el círculo y desembocar en Por el hombre futuro de letra mística, y breve ya que va pasando de título en título sin distinción para llegar a el dulce despertar, último episodio de la serie con música sombría y dura retomando el inicial de la siesta atómica, que acabará como todos nos temíamos la explosión final ……....menos mal que todo era un sueño.






viernes, 19 de septiembre de 2025

SKORPIO – Ünnepnap (1976)

 


Karoly Frenreisz………………..….Voz principal, bajo y saxo

Gábor Nemeth…………………….…Batería, percusiones, coros

Gyula Papp…………..………….....Hammond, mellotrón, sintetizadores

Gábor Antal Szücs………………...Voz y guitarra


1ª Cara:

- Menetirány

- Rongylábkirály

- Ne Haragudj Rám

- Ágnes

- Unnepnap

2ª Cara:

- Mondd, Te Szép Lány

- Vezess Át Az Éjszakán

- Ha Újra Kezdenénk

- Nyújjtsd A Kezed Barátom

- Újra Az Úton


En los años 60 y 70 más allá de la frontera que separaba a los países del pacto de Varsovia y a los integrantes de la OTAN, era algo más que una simple frontera física. La información que provenía de los países pro-soviéticos era mínima además de controlada y edulcorada en todos los campos, y uno de ellos es el que más nos interesa, la música. Pero además el problema era en ambos sentidos, ni conseguía extenderse hacia la Europa “libre”, ni esta albergaba esperanzas de darse a conocer en los países del bloque rojo. No fue hasta los años 80 cuando con la muerte del Jefe del Estado soviético Leónidas Breznev comenzaron a surgir fisuras que poco a poco fueron fracturando esa férrea muralla entre las dos Europas, y empezó a fluir con ligereza cosas, hechos y vivencias que hasta ese momento eran inimaginables.

Aun así muchas bandas que no llegaron a nada o que apenas publicaron, nunca serán reconocidas y nos han ido llegando con cuenta gotas. Las cosas no se hacían como en Europa occidental, y no quedan testimonios gráficos, apenas fotografías y muy poco por escrito. Hay honrosas excepciones (OMEGA, es un ejemplo) que tal vez tuvieron la suerte de encontrar la oportunidad o las personas adecuadas, o la no suerte, si es que en ocasiones fueron utilizados como una extensión del partido comunista, catapultándoles como elemento de propaganda política en países fuera del sector soviético.

Una de las muchas formaciones fue SKORPIÓ, en Hungría, nación de otros paisanos importantes como los ya citados OMEGA, de quien se observa cierta influencia en las melodías, muy específicas y diferentes a las occidentales a la hora de construirlas. Se fundó en 1973 con miembros ya consagrados en otras bandas menores donde habían obtenido cierta reputación. Fue Karoly Frenreisz en primer momento quién pensó en formar un trío al estilo ELP, pero lo desechó y finalmente incluyó un guitarrista dando por concluida la búsqueda. Así pues, se pusieron manos a la obra y comenzaron a realizar una prolífica actividad a través de eventos tanto en televisión como en la radio ( entes del estado, obviamente).

Una vez que recopilaron material suficiente y aceptable grabarán su segundo disco de estudio llamado Ünnepnap” que en húngaro viene a ser algo así como Vacaciones. El primero ya había tenido bastante éxito, vendiendo 300.000 copias y consiguiendo el 4º lugar entre los 10 mejores álbumes de rock húngaro de todos los tiempos, más difícil de ver en las tiendas, hoy en día, que este Unnepnap. Sus conciertos fueron una gran experiencia realizando giras sobre todo en Europa del Este, pero con el tiempo también llegaron a EEUU, Canadá, Suecia, Alemania, Austria, la antigua Yugoslavia y Finlandia.

La grabación de Unnepnap fue terminada con la última adquisición de la banda, Gábor Nemeth que sustituyó al anterior baterista. La distribución fue a cabo de la discográfica...…...¿a qué no sabéis por quién?………... ¡por Pepita!……...quien sino podía ser. Las ventas empezaron a bajar, y las cosas se fueron complicando, de manera que el 4 de abril de 1979 se produjo la disolución del grupo, aunque unos años después en 1985 Karoly volvió a refundar Skorpió, y en 2013 la banda celebró el 40º aniversario de su fundación con un gran concierto en Budapest en la que participó su teclista inicial Gyula Papp


Una vez que has escuchado todo el disco te percatas de que la producción es muy pulcra, con pocas concesiones en cuanto a arreglos y fuegos artificiales, pero muy profesional, controlada y clásica. No hay lugar para la experimentación. La grabación igualmente es muy correcta y sólida y no tendría nada que envidiar a la Europa occidental, contando con peores medios seguramente. La música se mueve entre el funky, el progresivo y el hard rock, con influencia de agrupaciones de rock duro como URIAH HEEP, DEEP PURPLE o de bandas de prog con toques funky provenientes del Krautrock alemán. Los temas no son extensos y todos cantados en su idioma natal, que seguramente os suene extraño por la falta de costumbre.

Analizando el material, lo cierto es que se observa una escisión bastante clara, por un lado tenemos la cara A orientada a temas de orientación funky, que considero más rica e interesante y una cara B con intención de hacer un rock más potente y enraizado en las influencias de grupos ingleses, lo que no significa que el nivel baje, simplemente es algo diferente, un sonido más clásico y menos ingenioso, más basado en la potencia instrumental de la guitarra y los teclados.

De inicio queda patente su interés por el funky con Menetirány, una canción instrumental en la que guitarra y teclado realizan unas actuaciones funky de primera, las percusiones son ricas, también hay sitio para el saxo y el bajo nos deja claro desde el principio que es uno de los instrumentos clave en el grupo manejando y guiando, imaginativo en todo momento (bueno, en la cara B, no es lo mismo). Nuevamente con Rongylábkirály, volvemos a encontrar ritmos interesantes y brillantes juegos de guitarra y teclados, además de la complicidad de la voz de Karoly. Ne Haragudj Rám es otro tema que se mueve en los mismos términos, aunque el teclado tiene un comportamiento más prog y se aleja de ritmos funkys, no así la guitarra. El estribillo muy accesible y armonioso hace que la música roce la frontera comercial y atraiga al oyente con esas armonías que se mueven en peldaños diferentes a los occidentales.

Con Ágnes el bajo marca la estructura, tiene un sonido que recuerda a temas de sus primos en OMEGA, moviéndose entre el prog y funky, termina cuando parece que todavía queda espacio para más. El cierre hacia la galleta lo ocupa la obra homónima y extensa dentro de lo que hay, Ünnepnap. Es una pieza rara, puesto que muestra por un lado trabajo elaborado del bajo llevando a un estribillo que no le hace justicia, muy accesible y melódico y a un ritmo estándar, desembocando al momento en una guitarra wah wah que se desboca en unos solos de guitarra hard de una calidad excelsa que la convierten en una pieza desequilibrada pero atractiva.

Damos la vuelta al vinilo, y las cosas van a cambiar desde el principio, desaparecen atisbos de funky y en su lugar la guitarra se pone aguerrida. Mondd, Te Szép Lány nos deja muy patente desde el comienzo que el hard a llegado para quedarse. La guitarra se vuelve agresiva y los teclados atacan en plan ‘John Lord’. El sonido guitarrero me recuerda a la guitarra de Martín Barre en Aqualung de los JETHRO en como la ataca. Se pierde sentimiento en pos de la potencia, el muro sonoro crece y los vatios se adueñan del espacio. Es en Vezess Át Az Éjszakán donde se observa el contraste entre un himno etéreo y celestial que nos recibe y la agresividad del riff que se produce poco después, también con un referente a Omega, y su estilo. El corte se reparte entre estas diferencias abruptas invitándonos a seguir el obsesivo estribillo explosivo con el que nos obsequian.

La única composición que podemos denominar como una balada es Ha Újra Kezdenénk, mostrándonos nuevamente armonías diferentes. La guitarra se muestra dura pero melódica ofreciendo sentimiento (Como Jan Akkerman en Silvia), el órgano está omnipresente en posición de ‘piloto automático’, convirtiendo la música en relajante con un crescendo instrumental conforme se acerca al final. Nyújjtsd A Kezed Barátom, aporta más originalidad y no es tan duro y directo como los antecesores con más contenido prog que hard, buenas armonías vocales, seguramente las mejores y mucho trabajo del teclado, arropado por una recia guitarra. Echarán la cortina con Újra Az Úton en la que la voz se desplaza por la escala y los teclados participan haciendo un diálogo con la guitarra, a ver quien puede hacerlo más difícil.

No ofrecen nada que sea especial, no se trata de una banda con músicos que alberguen ambición, ni deseo de realizar un producto sorprendente, pero desde luego son profesionales y su trabajo se mueve en unos cánones clasicistas del rock de la época que merecen todo el respeto, puesto que su música es interesante y que deja buenas sensaciones a no ser que busques con exigencia.








sábado, 6 de septiembre de 2025

Mark - Almond - Rising (1972)

 

Jon Mark…………………...….Voz principal, guitarra de 12 cuerdas, acústica, eléctrica, percusión, arreglos

Johnny Almond…………...…Saxofón, percusión, flauta, bajo y coros

Dannie Richmond…………...Batería, percusiones, coros

Geoff Condon………………...Metales, flauta, percusiones, coros

Ken Craddock…………………..Piano, piano eléctrico, guitarra acústica, guitarra eléctrica, percusiones, coros

Colin Gibson…………………….Bajo, percusión, coros


1ª Cara:

- Monday bluesong

- Song for a sad musician

- Organ grinder

- I’ll be leaving soon

- What am I living for

2ª Cara:

- Riding free

- The little prince

- The phoenix


La fusión de dos de sus miembros daría lugar al nombre que terminó adquiriendo esta alianza, John Mark y Johnny Almond, músicos que comenzaron su vida en ambientes diferentes pero que por casualidad acabarían conociéndose en 1969 cuando trabajaron en la grabación de 2 álbumes del inagotable John Mayall, una vez terminada la época de los Bluesbreakers. Es allí donde John y Johnny se dieron cuenta de la buena conexión que había entre ellos, no tardaron en decidir que debían unir fuerzas y dar forma a una criatura que se llamaría Mark Almond, no fueron muy originales.


Retrocediendo algo en el tiempo puedo decir que los primeros escarceos de John Mark arrancan en 1963 grabando un disco con otro miembro que luego pertenecería a la banda de Cat Stevens. También acompañó a Marianne Faithfull en sus grabaciones y conciertos ya en 1965, con ella escribió y realizó arreglos en varias de sus canciones. Tres años después fundó una agrupación y llegó a registrar con ellos una única grabación, sin embargo el sello discográfico por razones desconocidas nunca lo distribuyó ni tampoco hubo ninguna gira de promoción, dando al traste tan rápido como se había creado.

En cuanto al otro miembro clave de Mark Almond, Johnny Almond se inició tocando en pequeñas bandas con las que llegó a grabar alguna que otra cosa pero sin trascendencia, proyectos que no terminaban de consolidar, y así anduvo hasta que en 1969 poco antes de conocer a John Mark, decide fundar su propio grupo al que denominó Johnny Almond Music Machine grabando hasta 2 álbumes. Lo que vino después ya lo sabemos todos.

Las buenas vibraciones que surgen entre Mark y Almond van a dar rápidamente su fruto. Fichan por un pequeño sello llamado Blue Thumb Records con quien publican dos álbumes, el segundo muy difundido por las radio fórmulas, sobre todo en EEUU. Su buen hacer les conduce a grabar con un sello más importante, Columbia Records con gran peso en tierras americanas. Allí es donde registrarían Rising en 1972 y un Directo al año siguiente. La banda entonces estaba compuesta de 7 miembros. Fue en 1972 cuando John Mark sufrió un accidente importante en Hawai, estuvo convaleciente bastante tiempo, y entre una cosa y otra decidieron no continuar con la sociedad.

Tiempo después, en 1975, volvieron a reunirse con intención de ensayar nuevo material. To the heart (1976) fue el resultado de esa conciliación, poco tiempo después en 1978 volvieron a registrar una nueva obra, Other peoples rooms, que aunque no carecía de calidad no se vendió bien, como les sucedió a muchos otros en estos años en que la mayoría de público demandaba la nueva ola de reciente nacimiento. En los años 80 volvían a disolverse definitivamente. Tras esta errática carrera es meritorio que su música adquiriese un gran nivel compositivo y no haya apenas puntos negros en su discografía.

A lo largo de mi vida he coleccionado muchos vinilos y siempre me han gustado especialmente aquellos que me transmiten……..que una vez que los oigo y consigo asimilarlos me producen algún tipo de reacción. No lo consigo con todos los que me gustan, pero si que todos los que me transmiten me gustan. Puede ser que me evoquen, sentimientos, imágenes, sensaciones, épocas, ideas, ….incluso una amalgama de varios elementos….bien, pues esto que no es fácil, es lo que me sucede escuchando Rising. Su constitución desde el principio es como una sacudida mental, cada tema que se sucede me inspira diversos estados de ánimo fluyendo con una facilidad pasmosa, y ya os digo que no me resulta sencillo con normalidad, sino con casos extraordinarios y este es uno de ellos. Como poder explicar lo que me recorre por la mente…….no hay palabras….no hay traducción posible…..es un torrente de energía que se convierte en impulsos que me transportan a rincones que tal vez no sabía que existían, una auténtica montaña rusa de sentimientos….. Basta de filosofar….. escuchadlo y si podéis, de verdad……..disfrutar lo que nos ofrecen.

Ya desde el primer surco nos sumergen en melancolía, un disco delicado y gestado por ángeles, nos muestra atmósferas tenues y relajantes dentro de lo que catalogan como Jazz Rock, tal vez, pero no le veo una definición propia, es un conglomerado folk, mezclado con rock y sonidos abiertos. Monday bluesong, como ya indica su título es una pieza con sentimiento, con el volumen bajo nos presenta una paleta triste que remarcará poco después la trompeta de Condon acompañada del contrabajo, acordes menores y olas de melancolía, para escuchar como muchos otros aquí, un día de lluvia a través de los cristales. Una pieza corta que se enlaza con la siguiente, Song for a sad musician, curioso corte con una guitarra que persigue sus pulsaciones tras las palabras de Mark en busca de imitación del tono, nuevamente en ambientes de ensoñación en los que el tiempo parece transcurrir más despacio y todo es frágil, muy similares en su creación a otras atmósferas de bandas como JADE WARRIOR, pero sin llegar a ser ácidas.

Organ grinder nos traslada a otras épocas, con una composición como si de un cuento se tratase y que nos hace recordar la infancia, esta dotada de una ingenua frescura difícil de obtener, cargada de buenas intenciones, pero nuevamente arrastrando melancolía y nostalgia de tiempos pretéritos en un halo de pureza. Los sonidos acústicos se suceden y nos movemos en unos márgenes que poco a poco nos calan y la introversión se sucede ayudado por esos sonidos sencillos, suaves y frágiles. En I’ll be leaving soon volvemos a encontrarnos con historias tristes y estructuras delicadas en los que la guitarra y el saxo conducen toda la breve pieza. No será hasta What am I living for que podremos ver a todo el equipo trabajando y sonando a la vez en uno de los cortes más elaborados. Nuevamente surgen los sentimientos del protagonista de la letra y la retrospectiva se apodera una vez más. La introducción acústica da paso a un desarrollo instrumental del grupo al completo dejándose escuchar por fin al órgano, la guitarra eléctrica y la batería, en una pieza con un delicioso estribillo de coda repitiendo el título. Los sentimientos afloran en el oyente con una felicidad apagada.

Damos la vuelta al plástico y entramos en una segunda cara con piezas más extensas y trabajadas en lo que a instrumentación se refiere. De hecho solo encontraremos tres. Riding free es una pieza en la que encontramos un ritmo más vivo, como queriendo infundirnos de esa libertad que sugiere el nombre de la canción. Se produce una potente base rítmica a modo de galope con un trabajo virtuoso de la batería que se quedará a solas, durante una fase central. Hay explosión de metales haciendo arreglos y las percusiones son muchas y variadas. La guitarra ejerce movimientos violentos y distorsionados, y se respira un ambiente criollo en algunos trances. Tras esta convulsión regresamos a la serena paz de The little prince, otra especie de cuento que nos habla de la infancia de un príncipe en una atmósfera frágil y delicada, algo que se les da de maravilla inundando de luz tenue, sentimiento y melancolía, aunque por momentos surge la posibilidad de tenebrismo e incertidumbre, un cúmulo de sensaciones a través de un minimalismo sonoro.

Para el final se guardan la que tal vez para mi gusto sea la mejor piedra preciosa del conglomerado, The phoenix. En ella es el piano quien lleva el hilo conductor y el que se encarga de hacernos percibir los sentimientos de la letra triste y en parte atormentada que va recorriendo los diversos estados. Una profunda revelación que termina por romper en la orquestación con el estribillo suplicante coreado por todos, en estructuración de la canción similar a What am I living for.

No me cansaré de decirlo, todo ternura, elegancia, pulcritud, exquisitez y sutileza. Un gran descubrimiento.





sábado, 5 de julio de 2025

DOG SOLDIER – Dog soldier (1975)

 


Mel Simpson…………………...….Voz y teclados

Keef Hartley…………………………Batería

Miller Anderson…………..……..Voz principal y guitarra

Derek Griffiths…………………...Voz y guitarra

Paul Bliss……………………………..Bajo y voz


1ª Cara:

- Pillar to Post

- Several people

- You are my Spark

- Long and lonely night

2ª Cara:

- Giving as good as you get

- Thieves and robbers

- Stranger in my own time

- Looks like rain


El alma mater de la agrupación Keef Hartley band echó la persiana en 1972 con el álbum Seventy-second brave, pero poco después volvieron a abrirla en 1974. Miller y Keef miembros de toda la vida, únicos en permanecer desde los inicios, pensaron que no se podía pasar página del todo y se reinventaron para dar vida a una nueva criatura indígena de América del Norte. Continuando con la temática de los indios americanos decidieron llamarse DOG SOLDIER, una denominación que se le daba históricamente a una sociedad militar de la tribu Cheyenne; desempeñó un papel dominante en la resistencia contra los colonos que llegaban del este en la zona que actualmente ocupa Kansas, Nebraska, Colorado y Wyoming. Su máxima era: “No es bueno envejecer; es mejor luchar con valentía en la batalla y morir joven”.De ahí la portada un tanto extraña del soldado Cheyenne cabalgando sentado sobre un caza supersónico.


A parte de ellos dos consiguieron sumar a sus filas a Derek Griffiths que ya tocó junto a Hartley y Anderson en ARTWOODS, una banda liderada por el hermano de Ronnie Wood antes de unirse a la Keef Hartley Band. También entraron Paul Bliss, músico curtido en bajo y teclados en muchos grupos, que grabó el único testimonio de esta formación y participó en la posterior gira. Y por último Mel Simpson, músico competente que más adelante se ocuparía de producciones además de grabar álbumes en solitario.

Al Teller, jefe de United Artist, interesado por el bagaje de Keef Hartley al que seguía de cerca en el mundo del rock viajó hasta Londres para saber que estaba tramando. Es así como escuchó el nuevo proyecto musical quedando muy impresionado. No tardó en ficharlos y así es como llegarían a grabar el solitario álbum. Eran una extensión de la Keef Hartley Band (KHB), pero no iban a sonar igual, puesto que sufrirían presiones por parte de la compañía para que abandonasen el Blues rock que venían realizando. Muy a pesar por parte de todos los componentes cederían al chantaje y eso queda reflejado en el vinilo.

Queda prácticamente descartado el sonido blues, así como los arreglos de viento que eran marca de la casa en la KHB y aquí brillan por su ausencia. Pasan a realizar un hard rock de tintes suaves difícil de encasillar, con muchas influencias, de hecho el disco es un conglomerado de canciones en las que han participado escribiendo todos los miembros en mas o menos cuantía, una mezcla ecléctica, con composiciones que incluyen elementos que tocan muchos estilos, cuya labor está construida sobre una atmósfera y un sonido que se podría atribuir a gente como la Grad Funk Railroad ó Journey setenteros. Aun así se puede decir que es un buen álbum, muy solido, que encierra grandes momentos y que merece la pena escuchar. La crítica musical en general ha cargado contra él, considerándolo un subproducto de baja calidad tal vez por comparación con el pasado……. y es que la sombra de la Keef Hartley band es alargada.

El comienzo con la batería en solitario tal vez se pueda entender como un mensaje donde insinúen, quien continúa al frente por mucho que el nombre de la banda haya cambiado; Pillar de post es una pieza clásica que nos sumerge con un riff rítmico de férreo hard a cargo de las guitarras que luego aumenta su dureza y complejidad con el sólo wah wah de Anderson. Hartley nos bombardea con el bombo más de lo usual, creando entre todos una de las composiciones más pesadas del álbum, en la que sorprende la introducción de sonidos de sintetizador, algo que años atrás parecía inaudito, una presentación que podría indicar por donde va la senda de este homónimo trabajo……. pero no es así. Con un ritmo agitado pero suave arranca Several people, comercial en su estructura con un estribillo muy marcado, nos ofrece coros melódicos y una sección de corte jazzístico en el nudo de la canción con una veloz guitarra de Anderson creando un paisaje más abierto que finaliza conduciéndonos de vuelta al fraseo dominante.

De nuevo la guitarra rítmica nos ofrece unos riffs que se repetirán como parte principal de You are my spark, generando una composición sólida y atractiva a la vez que dinámica con varios giros donde observaremos juegos de guitarra cargados de efectos resolutivos de tendencia progresiva en las manos de Anderson, un solo duro donde hace vibrar las cuerdas. Nuevamente aparecerán coros melódicos arropando a su modulada voz, la cual trabaja y ofrece mucho brillo con gran profesionalidad durante todo el álbum. Long and lonely night es el corte tranquilo para cerrar el lado A, uno de los mejores trabajos vocales, muy melódico con los coros del resto. Accesible, tierno y cálido, nos ofrecen la cara más sensible de la banda. La guitarra se muestra efectista y acompañando al eterno Hammond volvemos a escuchar sintetizadores.

Dando la vuelta al vinilo quizá entramos en un fase más insustancial pero no exenta de calidad, algo más anodina, salvo al final…..pero con Giving as good as you get nos vuelven a mostrar su punto más comercial con una pieza accesible, sencilla y directa. Pegadiza desde el inicio, cumple con su función, nos enganchan con un armonioso y minimalista solo de sintetizador, la rareza de la composición junto a algún elemento delay de la guitarra.

Thieves and robbers con arranque de batería nuevamente, ofrece un esforzado trabajo vocal de Anderson en una seudo-continuación del anterior corte, donde la guitarra parece hablarnos a través del solo.

¿Restos de blues?…….Todavía arrastran su pasado blues. Es lo único que encontraremos en Strangers in my own time, diferente a todo lo que le acompaña en el álbum. La voz sin duda es lo más valioso, también los arreglos de piano que no se prodigan y menos aún los de metales que se observan aquí. Mejora en profundidad al avanzar y gana enteros en calidad.


Queda como colofón el track más extenso de todos, que con más de 11 minutos nos ofrecen para mi gusto la mejor composición, ya no por que sea la más completa sino por que es donde más arriesgan con su estructura. Looks like rain es la más progresiva sin duda con momentos espectaculares en los que parece que la creatividad de todos los miembros se deja llevar por la atmósfera que crean. Se divide en secciones que se dividen bruscamente, la guitarra rítmica nos sacude un grave riff que al oirlo no puedo pensar sino en el In-a-gadda-da-vida de los IRON BUTTERFLY y que aparcado por un rato aparecerá de nuevo al final. Entran en una 2º fase extraña con los instrumentos dormidos y que poco a poco se van activando en una atmósfera que no descifra los siguientes pasos a seguir. La experimentación y la innovación hacen acto de presencia, sorprendente, la instrumentación se enriquece, las guitarras y el bajo trabajan con posiciones obsesivas generando caos entre efectos, desembocando entre ecos y delays en la 3ª fase con el riff inicial de regreso. Este se repite en bucle varios minutos y deriva en la 4º y última fase, la más abierta, espacial y onírica que se encarga del cierre con una melodía que va surgiendo desde el fondo cada vez más compleja con teclado y guitarra en libertad, trasteando y creando mini-improvisaciones hasta alcanzar el climax con todos los instrumentos “a una” alineados con el susodicho riff. Fragmento que no tiene nada que ver con el resto de temas.

El ambiente que rodeó a la nueva banda a la que había marcado tanto el pasado, junto con las fuertes diferencias existentes con la discográfica no fueron el mejor caldo de cultivo para forjar un futuro estable. Tras una gira de presentación por EEUU, los integrantes principales pensaron que aquello no podía continuar, trabajar en contra de sus principios no era la mejor opción, por tanto se dio por terminado el experimento. Creo que puede que fuera lo mejor que podía suceder, el disco deja entrever que aunque reúne mucho talento, la senda a seguir no está clara, no hay un propósito definido, un estilo marcado. De haber continuado estirando el engendro intentando reflotar viejos laureles, es muy posible que hubiera enfangado el exitoso currículum de Keef Hartley y Miller Anderson. 






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