Eduardo A. Niebla………….….Guitarra líder
Miguel A. Blasco…………..…..Guitarra rítmica
Benet Noghe….………………...Órgano, mellotrón, piano, moog, voz
Juan Punyet………………….....Batería y percusión
1ª Cara:
- Reviure
- Somni
2ª Cara:
- Atila
- Al Mati
Una de las mejores bandas que ha dado este país dentro de la propuesta progresiva del rock. Su existencia fue más bien breve, apenas 5 años fueron suficientes para sacar a la venta 3 álbumes, con divergencias en su calidad, pero con un pedigrí que nunca fue igualado. Se crea en Girona con una formación inicial basada en un trío, Eduardo Niebla a la guitarra, Francisco Ortega a los teclados y el gran Joan Punyet a la batería.
Comenzaron como una agrupación de rock duro psicodélico, para terminar siendo casi abanderados del space rock. Tras 2 años de vida, muchas horas de estudio y apenas sin actuaciones en directo deciden grabar su LP debut, pero los problemas crecen cuando las discográficas viendo su propuesta no les apoyan considerando que era un material inapropiado y poco interesante para el público. Visto lo visto, deciden auto producirse y la grabación se realizará del tirón en el estudio, con la incorporación de efectos que intentan inducirnos a creer que ha sido en directo, como la introducción de público gritando, aplausos, etc. Al ser una grabación financiada por ellos apenas se prensaron 1000 copias. Esto ha hecho que esos álbumes hoy en día alcancen precios astronómicos para los coleccionistas. Pero no sufráis que se editaron copias nuevamente en la década del 2000, fácilmente asequibles para cualquier interesado.
Cada concierto de ATILA era un espectáculo que ahora consideraríamos también visual, ya que combinaban la música con performances teatrales, plásticas y estéticas. Esta elaboración quedaba no solo patente en vivo, sino que también ponían mucho interés y cuidado en la construcción de los carteles publicitarios y promociones del grupo, así como en las portadas de las carpetas de los Lp’s. Se presentaron en sociedad en el festival de Jazz de Girona, enero de 1975. Realizaron esfuerzos para que sus conciertos fueran paquetes conceptuales de sonido e imagen. Para ello utilizaban todo tipo de elementos: globos aerostáticos, pompas de jabón, humo y efectos de diversa índole. Todo ello posiblemente debido a que se empaparon de experiencias en sus viajes por Europa. Se va a dejar notar y no solo en la forma de afrontar los encuentros públicos, su música adquiriría estructuras similares a las que se habían gestado principalmente en Alemania, Inglaterra y Francia. El krautrock germano principalmente y la magia de bandas como ELP y PINK FLOYD les impresionó en gran medida, inspiración que se muestra en Reviure de manera prácticamente continua.
Lo cierto es que este último disco es muy posible que sea el más completo y el mejor de todos. Es una amalgama de influencias del progresivo europeo realizado mayoritariamente en la primera parte de la década de los 70, en la que se observan maneras de ejecutar, desarrollos instrumentales y pinceladas que delatan esas tendencias, pero siempre bajo un prisma de personalidad propia del grupo que escribe su senda en solitario y los hace únicos. A diferencia de lo que suele ocurrir en la línea de vida de una banda, este cuarteto (en este trabajo son ya 4 músicos) evolucionan de menos a más, tal vez porque tampoco gozaron de más tiempo para adocenarse.
Reviure es un disco construido sobre 4 extensos pilares con un fondo conceptual cuyo protagonista es Atila, el Huno. Sinfonía que recorre su vida y los diferentes pasajes desde el nacimiento, hasta la muerte, pasando por los acontecimientos que marcaron la vida del bárbaro. El inicio musical de la esta pieza homónima nos introduce en un ambiente que nos mantiene en vilo, para entrar poco después en la melodía principal con un ritmo agitado donde el moog y guitarra pugnan y mantienen un pulso sincronizado. Los desarrollos instrumentales van sucediéndose bajo atmósferas de corte espacial con un estilo similar al de bandas alemanas (Grobschnitt y la aterciopelada guitarra )y un predominio del teclado. La manera de ejecutar la guitarra sugiere . La voz aparece con carga emocional, y lo hace en catalán de principio a fin. Los teclados y luego la guitarra trabajan las triadas en la última fase de la composición. Se producen escaladas ascendentes y descendentes que nos hacen disfrutar con sus desarrollos. Tras la escucha de este primer corte no deja dudas sobre la profesionalidad de los músicos al frente, tampoco sobre sus conocimientos musicales a la hora de realizar la producción, consiguiendo una grabación con un excelente sonido.
A continuación llega Somni haciendo gala de los sonidos espaciales en su preámbulo y conduciendo la nueva y extensa pieza hacia una disertación del sintetizador con unas características y una forma de atacar las teclas que resuenan a krautrock y más en concreto a páginas escritas por KROKODIL ó AGITATION FREE, célebre agrupación alemana de los 70 que no estuvo nunca en primera fila, pero cuya herencia es notable. Tras unos minutos al libre albedrío jazzystico, dejará paso en una inflexión de la partitura a una guitarra ácida también en modo jazzy, para retornar nuevamente al sinte y sus devaneos espaciales, todo ello bajo una rítmica adictiva y original.
Atila es la pieza que hace resumen de la vida del bárbaro que llegó hasta las mismas puertas de Roma. Nada más empezar oímos la tos de alguno de los miembros, que debe tener la gripe por lo menos. Después llega una serie dinámica de instrumentales que van mutando a través de diferencias en los efectos y en el tono del moog. Son transformaciones muy rápidas de apenas 1 ó 2 minutos, construyendo un tema dispar sin una línea de conducción, posiblemente el más progresivo y krautrock de todos en su estructuración. Pieza llena de energía, densa y enchufada con una guitarra rítmica ácida y dura y una solista que alcanza paroxismos en base jazz en un estilo muy Akkerman de FOCUS, una batería entusiasta, y unos teclados sencillos que van saltando por encima de todo. Pequeños instantes de improvisación dentro de una pieza muy compleja que se encuentra en desestabilización continua, con incorporación constante de instrumentos, arreglos y efectos.
La última gran sinfonía, la de menos minutaje, es la que muestra más sensibilidad, con un prólogo inmerso en nostalgia. Se trata de Al Mati, y es donde más intervención a la voz se puede escuchar por parte de Benet, si es que se puede decir, porque ya no vuelve en todo el transcurso. Una vez más se producen saltos en la rítmica con incursiones breves pero intensas en otros mundos, para retornar. La guitarra se mueve a velocidad de vértigo a lo largo de las 6 cuerdas, haciendo un solo sintetizado que apenas puede seguir el bajo. Una pieza muy festiva en su puesta en escena y la más accesible de todas.
Cuatro excelentes canciones que dejan el listón muy alto dentro del progresivo español y porque no también mundial. Y es que los mejores no son solo los que más público congregan, también los hay en el anonimato, sin que se les haya dado apenas oportunidades, o porque no han sabido, o porque no han querido, o porque no les han dejado. Muchas historias que se perderán en el viento como lagrimas en la lluvia…...spoiler, ja,ja.