Jim Morrison..................Voz
John Densmore...............Batería
Robby Krieger.................Guitarra
y voz
Ray Manzarek.................Órgano,
teclados y voz
1ª cara:
- Tell all the people
- Touch me
- Shaman's blues
- Do it
2ª cara:
- Wild child
- Runnin' blue
- Wishful sinful
- Soft parade
Todo el mundo interesado en el
rock, se ha topado alguna vez en su vida con THE DOORS. La fama y trascendencia
de esta banda se extiende a todo el mundo. Liderados por el carismático y
enigmático Jim Morrison dejarán una huella imborrable que va a perdurar en el
tiempo hasta hoy. En gran medida debido a la muerte de su deseado líder que
cayó como un jarro de agua fría en sus seguidores. Un muerte repentina cuando
el grupo estaba en la cumbre, envuelta en misterio, de la cual no llegarían a
sobreponerse el resto de compañeros y un mazazo descomunal para los fans.
Este álbum resulta atípico
dentro de la discografía debido a su sonido diferente al resto de las obras de
estos Americanos. Algo que indica que se
trata de un Lp distinto es la cantidad de músicos invitados a la grabación.
Vamos a encontrar instrumentos como el banjo, el saxo, la trompeta, conga,
mandolina, trombón, violines...etc. Es
decir se alejan de su vena inspiradora, el blues, pero sin abandonarlo,
abriendo un paréntesis al adentrarse en terrenos hasta entonces no conocidos en
sus composiciones.
Lo primero que llama la atención
al escucharlo es la gran cantidad de metales y orquestación que se escuchan no
sólo en los arreglos sino también
formando parte de la melodía. De hecho hasta el 3º tema no vamos a ser
conscientes de que la guitarra de Krieger también participa.
La variedad de temas, muy
diferentes unos de otros lo convierten en un álbum muy ecléctico, que sin duda
no le perjudica, todo lo contrario lo hace atractivo ya que además la calidad
de las composiciones es elevada con un Manzarek bastante inspirado y la
guitarra de Krieger que adquiere más protagonismo y vigor que en los anteriores
trabajos. Cortes directos y refrescantes mezclados para contrarrestar con otros
más tortuosos. Morrison como siempre aporta su dominante voz plena de fuerza y
sensualidad.
La guinda de este singular
redondo es el tema que le pone título. Su duración es superior a los 8 minutos
y su estructura pasa por momentos cambiantes. Se inicia con un discurso que
parece repetirnos una orden que obliga a
Jim a terminar gritando porque su imaginario interlocutor o interlocutores no
entienden. Luego el teclado de Manzarek entra poco a poco desembocando en unos
pasajes donde la voz y la música nos transmiten instantes festivos y
divertidos. Esto se detendrá en seco dando un marcado giro y rompiendo a una
fase más agresiva donde se incorpora un ritmo de batería y bajo que invita a
seguirlo. El órgano de Manzarek se hace más evidente y psicodélico y la voz de
Morrison cada vez se va haciendo más y más dura, arreciando, hasta terminar en
un caos .
Un disco inédito que pasaría
desapercibido y con el cual la crítica no tuvo mucha consideración. Sin embargo
creo que hay que romper una lanza por él y recuperarlo como un producto
realmente interesante para los amantes del progresivo.
PUNTUACION: (De 1 a 10): 8,3