Sandy Pantaleo..............Voz
Chass Kimbrell................Batería
Vince
Fersak...................Guitarra
Ben
Ninmann.................Teclados
Mike
Archuleta................Bajo
1ª cara:
- I who have nothing
- Lookin' for tomorrow
- Hard to handle
- Reflection
- Warm touch
2ª cara:
- Shelter of your arms
- Set me free
- It's a man's world
- Let me down easy
Este es uno de esos discos con música
negra hecha por blancos, y nada menos que desde Long Island, New York city , el
imperio del hombre blanco. Se creó la banda, parieron este magnífico e
incomprensiblemente solitario álbum y desaparecieron con la misma velocidad con
que habían llegado. Y desde luego es una lástima porque oído su maduro trabajo,
cuesta pensar como pudo acabar todo de un modo tan abrupto. Desconozco las
razones.
Se trata de una obra, bastante
redonda que recoge temas propios y
versiones de autores como James
Brown (It's a man's world), Otis
Redding (Hard to handle) o Ben E.
King (I who have nothing) y es que la conexión con el soul es muy fuerte.
Su estilo se establece tocando varios palos, blues, psicodelia, soul, rock ,
¿sureño?, todo metido en una coctelera y agitado obtendremos temas con un
fuerte sabor a soul, rock con garra, guitarras algo ácidas, algo blueseras e
intensas y mucho, mucho sentimiento acrecentado sobretodo gracias a la
extraordinaria voz de su líder con apellido exótico, Sandy Pantaleo que demuestra tener unas propiedades vocales
especiales y muy acertadas para la música de color, potente, con una fuerza
arrebatadora, profunda, visceral y desgañitada, reuniendo todo lo necesario
para cumplir con la misión, y ante todo es auténtica, nada de diseños y prototipos
de fabrica.
El grupo funciona como un reloj
suizo, y la compenetración asusta, una joya sin desperdicio de principio a fin.
Calidad brutal que emana vitalidad y grandes dosis de energía, un torpedo
directo a la parte del cerebro que rige las emociones, una descarga de genuino
rock a la cabeza y a los pies por igual. Todo es producto de la entrega del líder,
ya comentado y del virtuosismo llevado a cabo en los instrumentos con una
depurada técnica y alma a raudales, sacándoles el máximo partido con un
ingrediente fundamental, que es el gran sentido del ritmo que reside en sus
componentes, yo diría incluso sentido exacerbado. Desarrollos a base de solos
producidos por una guitarra prodigiosa con riffs contagiosos y elevados con un
enfervorizado bajo tras de sí que mantiene el pulso rítmico, los teclados que
colaboran más preocupados en establecer pautas de ritmo (por ejemplo, ráfagas
entrecortadas maravillosas y a contratiempo en "Reflection") que en
lucimiento personal, sin olvidar la batería que proporciona un extra en la
creación rítmica, haciendo todo tipo de giros y redobles.
Es difícil compararlos con
alguien, pero su sonido se acercaría a unos RARE EARTH y su "Get ready" pero más electrificados. Es
una delicia que no debéis dejar pasar, contiene algunos temas que son
verdaderos chutes de adrenalina, directos a la vena. Un álbum que te toca la
fibra y te llega hondo.