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sábado, 6 de diciembre de 2025

LA MOSCA – Npk2 (1970)

 


Raymond Gómez…….……...Guitarra

Jean Pierre Gómez…………..Guitarra

Bob Thackaway……….……...Batería

Mathias Sanvellian…………….Piano, Hammond

Ignacio M. Sequeros..……….Bajo


1ª Cara:

- Free

- Chemin de fer

- Dreamy sleeper

- Yellow flying bird


2ª Cara:

- Once upon a time

- Mademoiselle

- Warning signals


Extraño experimento que resulto ser una pieza de colección con el tiempo, y que gracias a una reedición publicada no hace mucho ha servido para hacerme con ella en vinilo y por un precio asequible, como debería ser con las reediciones. En 1970 se produjo un conjuro para que coincidiese una serie de músicos excepcionales con idea de construir un proyecto serio que al final se quedó en eso, porque apenas sirvió para publicar este LP y nada más. Un ambicioso deseo de Raymond Gomez, ex-Pekenikes que enroló a su hermano Jean Pierre un ex-No, guitarrista también, a Mathias Sanvellian un fan del incipiente prog que estaba empezando a surgir por Europa, al ex-bajista de Pekenikes Ignacio Martín Sequero y a un Tal Bob Thackway que pasaba por allí, para tocar la batería. Bob había llegado a tierras hispanas con su banda mod, pero al no fructificar la incursión inglesa, los deja e ingresa en la formación de Miguel Rios en 1968. Un puñado de músicos con mucha calidad, sobrios y experimentados que van a realizar una obra que no debería pasar inadvertida para cualquier aficionado a la música Rock.

España en aquel momento no estaba preparada para asimilar un disco como éste, demasiado avanzado para la mayoría del público, y eso paso factura hasta el punto de que terminó con ello. No se conoce que hubiese ningún tipo de promoción, divulgación, distribución y menos todavía conciertos de estos excelentes músicos. El título del disco es una muestra de su clandestinidad en aquel momento, Npk2 (Leído suena En pecados), un término que no estaba bien visto en la España pudiente rancia y clerical. Su entrada en el mercado del Rock no llegó a dejar huella alguna, era como si no existieran y sin embargo con el tiempo se ha convertido en una joya aquí, y allende los mares, y sino pregunta en Japón por ellos.

Como era de esperar después del “triunfo” obtenido, vistas las perspectivas, deciden poner fin al asunto para no crear más dolor innecesario, Ray Gómez se añade a Pop Tops, Jean Pierre y Mathias se unen a Canarios y Bob continúa con su espíritu libre grabando para otros artistas más conocidos, Grecas, Miguel Rios, Solera y en los 80 hasta con los Ñu en su magnífico Fuego, disco que reivindico desde aquí si alguien no lo ha escuchado.

La producción más que correcta es llevada a cabo por los músicos integrantes, al igual que la composición y aunque en la contraportada aparezcan firmados los temas por Pekenikes – A. Sainz, no es cierto, el ex-pekenike Alfonso Sainz intentó llevar a cabo un chantaje para quedarse con los derechos de los temas escritos, pero lo único que sucedió es que el álbum se grabó en su estudio recién creado.

Álbum lleno de madurez compositiva donde se recogen y se ven reflejadas todas las tendencias y variedad de estilos que entonces estaban apareciendo en el exterior tras una década de los 60 dominada por la British invasión. Vamos a encontrar blues, proto-prog, psicodelia, algunas incursiones características del jazz, muestras de funky y pop del que no consiguen desligarse, pop que todavía estaba de actualidad en este país y que se deja entrever todavía en las composiciones a través de melodías contagiadas todavía de cierta ingenuidad y un espíritu festivo como pilares de ese pop suave e inocente que encontramos a finales de los 60 circulando mayoritariamente en nuestras emisoras. El prog inspirado en la distopía ó comprometido socialmente, revestido de desarrollos instrumentales extensos, pesados y recursos de virtuosismo que comienza a asomar internacionalmente todavía no ha calado.

Free, es una canción inmersa en un progresivo incipiente totalmente comandado por el Hammond de Mathias, de tempo intermedio, suave y de formas bien definidas que se asemeja en la estructura a piezas de los maravillosos PROCOL HARUM, que por entonces ya llevaban trabajo a sus espaldas. Por supuesto en todas dejará huellas de solo de guitarra el magnífico Ray, aunque ciertamente está muy comedido, pero eso es algo inherente a la manera en que conforman sus temas.

La guitarra de Ray se transforma en Chemin de fer y funciona en modo funky con compañía del hammond que se pone a su altura generándose un tejido difícil de separar. Un buen groove surge de la totalidad de los músicos, con instantes de frenesí y con una guitarra que cada vez toma el protagonismo hacia el final. Es con Dreamy Sleeper donde el blues nos deja su huella, incluso la armónica lidera por momentos esta sencilla suite de aires sueltos, la guitarra se mantiene en segundo plano y la melodía se reparte entre órgano y piano. Termina la cara A girando Yellow flying bird que muestra una guitarra algo distorsionada en una pieza muy psicodélica con cambios de ritmo rotundos adquiriendo espacios de saturación en el sonido a cargo del par Hammond-guitarra, donde el órgano se muestra especialmente vibrante.

La cara B recoge posiblemente mejor material, son solo 3 temas, pero excelentes. Se pone en marcha con el más completo y más conocido en el submundo Once upon a time, un corte brutal en la interpretación guitarrística de Ray, un trabajo que demuestra la calidad y virtud de este jovencísimo músico. Ya el inicio con un magno riff nos hace presagiar que vamos a disfrutar de material más que bueno. Una composición cuajada de una producción impresionante, con gran variedad instrumental, estilística y plagada de arreglos sobre todo de piano. Un conglomerado donde podemos llegar a discernir apartados de esencia jazzistica, variaciones de ritmo, grooves y coros, una melodía dinámica apabullante que despeja toda clase de dudas sobre la enorme categoría de estos hombres.




Sin descanso, como interludio Mademoiselle es otro temazo, eso sí, instrumental y de la mano de Mathias nuevamente, que nos traslada con su sonido de órgano a los primeros discos de Procol harum que tanto escucharía seguramente en algún rincón de su habitación asimilando sus formas. Y por último otra pieza estupenda, Warning signals con un riff constante de guitarra que marca un tempo rápido muy prog con riqueza instrumental a cargo de solos de Ray, armonías vocales, un hammond insistente y nervioso y una finalización psicodélica con el órgano derrochando ondas que van y vienen a través del estéreo para concluir en una saturación reverberante clásica de la época.

Es difícil obtener información de este oscuro trabajo, por un lado no hay mención sobre quién es el artífice vocal, ni tampoco quien esta a cargo del bajo, aunque creo saberlo. Parece ser que en la publicación original aparecía en el interior más comunicación. Lo que si aparece en el interior de la carpeta es un texto, no se quién es el autor de ello, pero se trata de una disertación absurda donde las moscas tienes su protagonismo….como dirían ahora “el que escribió eso estaba fumado”…….bueno, es muy posible.






sábado, 22 de noviembre de 2025

TRAPEZE – Medusa (1973)

 

Mel Galley……………...Voz y guitarra

Glenn Hughes………….Bajo, piano, voz principal

Dave Holland……….....Batería


1ª Cara:

- Black clouds

- Jury

- Your love is alright


2ª Cara:

- Touch my life

- Seafull

- Makes you wanna cry

- Medusa


Este es otro de esos discos metidos en el cajón de los olvidados, una apuesta enterrada que bien merece un rescate para recordar a una formación de solo 3 miembros, lo que se conoce en el mundillo como power trío, que bien podía haberse convertido en el germen de una banda que podría haber llegado muy alto consiguiendo obras de gran calibre y espejo donde mirarse para muchas otras. Pero eso no paso, una serie de circunstancias llevó a que fuera imposible su vigencia en el tiempo. Demasiado talento reunido no fue encauzado sino todo lo contrario.


Surgen en la vieja Inglaterra en 1969 y dede su inicio el equipo esta compuesto por 5 miembros, debutan en la BBC a través de televisión, en unos esos programas donde se apoyaban los talentos jóvenes (hoy en día siguen existiendo estos programas…..aunque muy diferentes…..por desgracia). Fichados por la compañía Threshold, perteneciente al grupo MOODY BLUES, lanzan sin preámbulos su homónimo en 1970 con cierto éxito no exento de luces y sombras. Inmediatamente después John Jones y Terry Rowley abandonan y el proyecto se reduce a tres miembros, el power trío acaba de nacer. Poco después repuestos del cambio publicarán Medusa, bien recibido y bastante aclamado.

Con el éxito obtenido comienzan a recibir invitaciones para tocar en muchos lugares, sobre todo en EEUU tras la difusión de algunos temas en las radios americanas. La agenda se les aprieta y los conciertos son continuados, de manera que al año siguiente, 1971 no realizan nada de material nuevo para su tercer redondo, pero finalmente se consigue terminar en 1972.

A partir de aquí la incertidumbre se cierne sobre sus cabezas, Hughes recibe oferta de DEEP PURPLE nada menos para unirse a ellos, algo que no puede imaginar pero que acepta “ipso facto” dada la envergadura de su oferente. Se trata de la vacante que deja libre Roger Glover. El núcleo se rompe y Trapeze se queda cojo, aunque no muerto, todavía logran sumar a filas algunos músicos y publicar Lp. En 1976 Glenn Hughes volvería fugazmente aprovechando una disolución temporal de D.P., pero poco después vuelve a dejarlos en la estacada para comenzar una carrera en solitario. La disolución total de Trapeze se produjo en 1979 cuando sus miembros, profesionales avezados con gran calidad musical en su haber, fueron escogidos por grandes bandas de hard consolidadas, como JUDAS PRIEST y URIAH HEEP. Aun así les dio tiempo a publicar un último álbum, Hold on.

John Lodge, uno de los fundadores de los enormes Moody blues, enseguida se percató de que había filón con estos chicos, músicos bien preparados con gran dominio de cada instrumento, con ideas, energía y algo muy importante madurez y templanza a la hora de componer. Muy seguro con sus posibilidades apostó por ellos para conseguir un puesto dentro del hard rock en el mercado internacional. Si no fuera por que las circunstancias no permitieron una continuidad, no se hubiera equivocado teniendo en cuenta que lo que deparó el futuro de sus componentes fue éxito y más éxito……….pero por separado.

Medusa es posiblemente el mejor de todos sus álbumes, encarnando los valores de este triumvirato, es decir un hard rock de corte clásico con claras raíces en el blues rock con algunas connotaciones procedentes de la psicodelia y el progresivo presente y con predominio de una guitarra rítmica pesada acompañada de solos solapados sin excesos. Algunos de los temas ofrecen riffs y desarrollos que se repiten a lo largo de la melodía practicamente en bucle ( Jury , Touch my life, Medusa ) convirtiendo la melodía en obsesión sin llegar a conformar un mantra.

Además cuenta con una voz privilegiada por parte de Glenn Hughes, con gran capacidad de adaptación, la personalidad y estilo que emana y la facilidad para alcanzar registros imposibles, con unas características muy similares a las de Paul Rodgers de Free.

La austeridad infligida por John Lodge en la producción y arreglos llama la atención, sabiendo que proviene de un tipo que ha trabajado con ellos de manera más que constante en su banda. (Si agudizas el oído en Black cloud se llega a discernir un lejano piano al fondo). El sonido es descarnado y auténtico pero su solidez y dinamismo es alto, y solo la voz pone el punto de armonía en ausencia de coros.

Su sonido se asocia a agrupaciones oetáneas, Led Zeppelin, Deep Purple, Humble pie o Free son influencias notables dentro de su música como se observa en your love is alright, con una guitarra que bien firmaría Page, o la voz con recursos muy propios de Robert Plant. Así como la homónima Medusa con riff zeppeliano y una conexión vocal más que marcada.

También se descubren incursiones en estructuras similares a las de la joven Deep Purple audibles en la épica Touch my life en la que los dúos entre guitarra rítmica y solista son innovadores o lo que encontraremos en la balada Seagull, la pieza más melódica y emotiva del disco, donde Hughes nos deleita con sugerente voz, escuchamos el único órgano que aparece y la guitarra actúa en modo fuzz mostrando su lado más psicodélico.

Un diamante en bruto que fue cambiando de manos, se partió en pedazos y cada uno de ellos se pulió por separado……...y en este caso se incumple la ley que dice que: el valor del Todo es superior a la suma de las partes que la componen……………...a la historia me remito





sábado, 5 de julio de 2025

DOG SOLDIER – Dog soldier (1975)

 


Mel Simpson…………………...….Voz y teclados

Keef Hartley…………………………Batería

Miller Anderson…………..……..Voz principal y guitarra

Derek Griffiths…………………...Voz y guitarra

Paul Bliss……………………………..Bajo y voz


1ª Cara:

- Pillar to Post

- Several people

- You are my Spark

- Long and lonely night

2ª Cara:

- Giving as good as you get

- Thieves and robbers

- Stranger in my own time

- Looks like rain


El alma mater de la agrupación Keef Hartley band echó la persiana en 1972 con el álbum Seventy-second brave, pero poco después volvieron a abrirla en 1974. Miller y Keef miembros de toda la vida, únicos en permanecer desde los inicios, pensaron que no se podía pasar página del todo y se reinventaron para dar vida a una nueva criatura indígena de América del Norte. Continuando con la temática de los indios americanos decidieron llamarse DOG SOLDIER, una denominación que se le daba históricamente a una sociedad militar de la tribu Cheyenne; desempeñó un papel dominante en la resistencia contra los colonos que llegaban del este en la zona que actualmente ocupa Kansas, Nebraska, Colorado y Wyoming. Su máxima era: “No es bueno envejecer; es mejor luchar con valentía en la batalla y morir joven”.De ahí la portada un tanto extraña del soldado Cheyenne cabalgando sentado sobre un caza supersónico.


A parte de ellos dos consiguieron sumar a sus filas a Derek Griffiths que ya tocó junto a Hartley y Anderson en ARTWOODS, una banda liderada por el hermano de Ronnie Wood antes de unirse a la Keef Hartley Band. También entraron Paul Bliss, músico curtido en bajo y teclados en muchos grupos, que grabó el único testimonio de esta formación y participó en la posterior gira. Y por último Mel Simpson, músico competente que más adelante se ocuparía de producciones además de grabar álbumes en solitario.

Al Teller, jefe de United Artist, interesado por el bagaje de Keef Hartley al que seguía de cerca en el mundo del rock viajó hasta Londres para saber que estaba tramando. Es así como escuchó el nuevo proyecto musical quedando muy impresionado. No tardó en ficharlos y así es como llegarían a grabar el solitario álbum. Eran una extensión de la Keef Hartley Band (KHB), pero no iban a sonar igual, puesto que sufrirían presiones por parte de la compañía para que abandonasen el Blues rock que venían realizando. Muy a pesar por parte de todos los componentes cederían al chantaje y eso queda reflejado en el vinilo.

Queda prácticamente descartado el sonido blues, así como los arreglos de viento que eran marca de la casa en la KHB y aquí brillan por su ausencia. Pasan a realizar un hard rock de tintes suaves difícil de encasillar, con muchas influencias, de hecho el disco es un conglomerado de canciones en las que han participado escribiendo todos los miembros en mas o menos cuantía, una mezcla ecléctica, con composiciones que incluyen elementos que tocan muchos estilos, cuya labor está construida sobre una atmósfera y un sonido que se podría atribuir a gente como la Grad Funk Railroad ó Journey setenteros. Aun así se puede decir que es un buen álbum, muy solido, que encierra grandes momentos y que merece la pena escuchar. La crítica musical en general ha cargado contra él, considerándolo un subproducto de baja calidad tal vez por comparación con el pasado……. y es que la sombra de la Keef Hartley band es alargada.

El comienzo con la batería en solitario tal vez se pueda entender como un mensaje donde insinúen, quien continúa al frente por mucho que el nombre de la banda haya cambiado; Pillar de post es una pieza clásica que nos sumerge con un riff rítmico de férreo hard a cargo de las guitarras que luego aumenta su dureza y complejidad con el sólo wah wah de Anderson. Hartley nos bombardea con el bombo más de lo usual, creando entre todos una de las composiciones más pesadas del álbum, en la que sorprende la introducción de sonidos de sintetizador, algo que años atrás parecía inaudito, una presentación que podría indicar por donde va la senda de este homónimo trabajo……. pero no es así. Con un ritmo agitado pero suave arranca Several people, comercial en su estructura con un estribillo muy marcado, nos ofrece coros melódicos y una sección de corte jazzístico en el nudo de la canción con una veloz guitarra de Anderson creando un paisaje más abierto que finaliza conduciéndonos de vuelta al fraseo dominante.

De nuevo la guitarra rítmica nos ofrece unos riffs que se repetirán como parte principal de You are my spark, generando una composición sólida y atractiva a la vez que dinámica con varios giros donde observaremos juegos de guitarra cargados de efectos resolutivos de tendencia progresiva en las manos de Anderson, un solo duro donde hace vibrar las cuerdas. Nuevamente aparecerán coros melódicos arropando a su modulada voz, la cual trabaja y ofrece mucho brillo con gran profesionalidad durante todo el álbum. Long and lonely night es el corte tranquilo para cerrar el lado A, uno de los mejores trabajos vocales, muy melódico con los coros del resto. Accesible, tierno y cálido, nos ofrecen la cara más sensible de la banda. La guitarra se muestra efectista y acompañando al eterno Hammond volvemos a escuchar sintetizadores.

Dando la vuelta al vinilo quizá entramos en un fase más insustancial pero no exenta de calidad, algo más anodina, salvo al final…..pero con Giving as good as you get nos vuelven a mostrar su punto más comercial con una pieza accesible, sencilla y directa. Pegadiza desde el inicio, cumple con su función, nos enganchan con un armonioso y minimalista solo de sintetizador, la rareza de la composición junto a algún elemento delay de la guitarra.

Thieves and robbers con arranque de batería nuevamente, ofrece un esforzado trabajo vocal de Anderson en una seudo-continuación del anterior corte, donde la guitarra parece hablarnos a través del solo.

¿Restos de blues?…….Todavía arrastran su pasado blues. Es lo único que encontraremos en Strangers in my own time, diferente a todo lo que le acompaña en el álbum. La voz sin duda es lo más valioso, también los arreglos de piano que no se prodigan y menos aún los de metales que se observan aquí. Mejora en profundidad al avanzar y gana enteros en calidad.


Queda como colofón el track más extenso de todos, que con más de 11 minutos nos ofrecen para mi gusto la mejor composición, ya no por que sea la más completa sino por que es donde más arriesgan con su estructura. Looks like rain es la más progresiva sin duda con momentos espectaculares en los que parece que la creatividad de todos los miembros se deja llevar por la atmósfera que crean. Se divide en secciones que se dividen bruscamente, la guitarra rítmica nos sacude un grave riff que al oirlo no puedo pensar sino en el In-a-gadda-da-vida de los IRON BUTTERFLY y que aparcado por un rato aparecerá de nuevo al final. Entran en una 2º fase extraña con los instrumentos dormidos y que poco a poco se van activando en una atmósfera que no descifra los siguientes pasos a seguir. La experimentación y la innovación hacen acto de presencia, sorprendente, la instrumentación se enriquece, las guitarras y el bajo trabajan con posiciones obsesivas generando caos entre efectos, desembocando entre ecos y delays en la 3ª fase con el riff inicial de regreso. Este se repite en bucle varios minutos y deriva en la 4º y última fase, la más abierta, espacial y onírica que se encarga del cierre con una melodía que va surgiendo desde el fondo cada vez más compleja con teclado y guitarra en libertad, trasteando y creando mini-improvisaciones hasta alcanzar el climax con todos los instrumentos “a una” alineados con el susodicho riff. Fragmento que no tiene nada que ver con el resto de temas.

El ambiente que rodeó a la nueva banda a la que había marcado tanto el pasado, junto con las fuertes diferencias existentes con la discográfica no fueron el mejor caldo de cultivo para forjar un futuro estable. Tras una gira de presentación por EEUU, los integrantes principales pensaron que aquello no podía continuar, trabajar en contra de sus principios no era la mejor opción, por tanto se dio por terminado el experimento. Creo que puede que fuera lo mejor que podía suceder, el disco deja entrever que aunque reúne mucho talento, la senda a seguir no está clara, no hay un propósito definido, un estilo marcado. De haber continuado estirando el engendro intentando reflotar viejos laureles, es muy posible que hubiera enfangado el exitoso currículum de Keef Hartley y Miller Anderson. 






sábado, 7 de junio de 2025

LYNYRD SKYNYRD – Nuthin’ fancy (1975)

 


Ronnie Van Zant………….Voz

Allen Collins……….......Guitarra rítmica y solo

Ed King…...…………..…..Guitarra rítmica y solo

Gary Rossington…..…….Guitarra rítmica y solo

Billy Powell………………..Teclados

Leon Wilkeson…………...Bajo

Artimus Pyle……………….Batería


1ª Cara:

- Saturday night special

- Cheatin’ woman

- Railroad song

- I’m a country boy

2ª Cara:

- On the hunt

- Am I losin

- Made in the shade

- Whiskey Rock-a-roller


Llevo mucho tiempo con discos de esta banda en mi colección y ya es hora de hablar de este baluarte del rock sureño americano, que podemos incluir junto a otros grandes por méritos conseguidos en muy breve espacio de tiempo (1973-1977).

Inusual formación ésta, que se componía de 7 miembros sin que ningún instrumento de viento se halle entre sus habilidades. Su singularidad reside en la existencia de 3 guitarras nada menos, y cualquiera de ellos podía ocupar la parte rítmica o realizar desarrollos únicos. Alguno se preguntará como hacían para no superponerse o cruzarse indebidamente entre las melodías…...pues no señor, no ocurría. La coordinación, el silencio a su tiempo y el saber de sus autores Collins, Rossington y King es muy preciso, nos encontramos ante unos músicos con tablas, que van a crear un entramado de guitarras original y que posiblemente suponga la magia que tiene su música junto a su capacidad compositiva, para generar un sonido inigualable que los distinguirá de muchas otras bandas de esa estirpe y que más adelante tendrá mucha influencia. No es justo decir que fueran el alma del septeto, pero si una parte fundamental.

Su simiente surgiría allá por el año 1964 en EEUU obviamente, pero concretamente en Jacksonville, Florida. Fundadores se pueden considerar a Van Zant, Rossington y Larry Junstrom, bajista que apenas perteneció, uniendo fuerzas tras coincidir en un partido de beisbol. Más tarde se les uniría Allen Collins, todos ellos aún adolescentes ensayaban tras salir del colegio allí donde podían encontrar un espacio útil. Realizaban versiones de los Rolling, Yardbirds o Beatles, que entonces eran las sagradas escrituras. Terminarán llamándose The one percent. Los conciertos que realizaban eran flojos y la audiencia no quedaba contenta, era necesario perfeccionar la técnica. Van Zant decide ante la situación dejar los estudios para centrarse en perfeccionar e intensificar los ensayos. Los demás, tras la decisión de Van Zant le van a seguir e igualmente aparcan los estudios con 16 años, se está forjando el núcleo de LYNYRD SKYNYRD.



La estrambótica denominación proviene de la deformación del nombre Leonard Skinner, un profesor de gimnasia que tenían Collins y Rossington y que los suspendía en su asignatura por el simple hecho de llevar el pelo largo………. muy justo el hombre. Pero para evitar posibles represalias por su parte cambiaron todas las vocales por una “Y”, quedando un apelativo difícil de leer y pronunciar.

Metidos de lleno en busca de su personalidad musical llegaron a ser teloneros de Allman Joys, liderado como podéis suponer por los hermanos Duane y Greg Allman, pero la experiencia no terminó muy bien al no ocurrírseles otra cosa que tocar material de los Allman, quienes acabarían enfadados, pidiendo con vehemencia que compusieran material propio. Para poder avanzar así tenía que ser y a finales de 1968 presentarán su primer single grabado con material inédito. No hacen dinero, y las arcas no están boyantes, flojos de fondos en 1970 en una gira que vienen realizando como teloneros de Strawberry alarm clock, están ansiosos por registrar material nuevo. Tendrán que acudir a la familia para obtener algo de dinero que les permita entrar en un estudio de Alabama. La situación es ambigua y eso se traduce en salida de miembros que no ven horizonte y la correspondiente entrada de nuevos valores.

Las discográficas y emisoras de radio siguen dándoles la espalda a pesar de presentar maquetas de material original, pero no cejan en el empeño y continúan haciendo actuaciones en vivo en diferentes ciudades, hasta que en Atlanta Al Kooper músico y productor los vio una noche y se interesó. Kooper se hace cargo de ellos y comienza a tratar de darles forma, eso supuso que nuevamente dentro del seno hubiera salidas y entradas de músicos, pero la financiación está asegurada y por fin después de mejorar y pulir estilo será en 1973 cuando definitivamente aparecerá su álbum debut en el estado de Georgia.

Tras el estreno y su siguiente Second Helping de 1974, grabarán el que nos atañe, Nunthin’ Fancy. Será al año siguiente; el tremendo éxito logrado con sweet home Alabama de su anterior es tal que se enfrascan en una gira agotadora. La discográfica quiere aprovechar el buen momento y les presiona para que rápidamente entren a los estudios en busca de su tercer redondo. Sin alternativa se ponen manos a la obra partiendo de que solo tienen sólido el tema Saturday night special que no se ha incluido en el álbum anterior. El resto de canciones se compondrán durante el periodo de trabajo. Realmente están entonados y el material es magnífico, llegarán por fin a entrar en el top 10 del Billboard 200, alcanzando la novena posición y lograrán disco de oro.

El disco nos ofrece calidad y no se puede decir que haya tema malo, aunque alguno baje algo el listón. Nada más empezar nos abruman con la entrada de Saturday night special, un maremágnum de guitarras que nos alerta de un maravilloso sunami. Todo un temazo relleno de buenos riffs en la parte rítmica en concordancia con el bajo que lo hace muy potente, un estribillo atractivo con una batería acertada que le otorga marcialidad y unos solos estupendos que van surgiendo en el entramado y que caracterizan en esta banda por su expresividad y sus tiempos estirando las cuerdas. Y que decir de Van Zant un tipo que no fue a Operación Triunfo pero que sabe adaptarse en todo momento a las particularidades de la composición con una voz que transmite sentimiento. Tras este directo al cerebro encontramos algo de calma en Cheatin’ woman con mucho peso en el teclado de Billy, que no me extrañaría que fuera su compositor. Los fraseos del sintetizador y órgano recuerdan a pasajes de sus excelentes paisanos Grand Funk Railroad, Van Zant con su capacidad camaleónica se adapta perfectamente a la situación y finaliza con un solo de guitarra cuya autoría desconozco.

El aire sureño se renueva con Railroad song devolviéndonos a tierras americanas con una pieza sencilla construida sobre un juego de cuerdas en armonía, el espíritu vaquero se acrecienta con Van Zant y su voz del ferrocarril, sonido alegre, simpático que no parece terminar de arrancar cuando pone fin precisamente sobre los viejos raíles. Para cerrar nos ofrecen I’m a country boy, donde nuevamente un riff rítmico marca toda la composición con un bonito groove a mitad de camino que sirve de descansillo volviendo al riff inicial y con coros de los compañeros de Van Zant arropándole.

Damos la vuelta al acetato y la sesión sigue con On the hunt, un corte que para mí es de lo mejor en su elaboración, más trabajado, muy similar al Saturday…..y que incluye ese elemento que lo hace tan característico de esta formación, el piano incisivo y martilleante que se deja escuchar. Además las guitarras están especialmente inspiradas en sus solos y en sus entradas y salidas con un muestrario muy dinámico. Su siguiente Am I losin’ es una canción que nuevamente nos insufla aires sureños, pieza que se aleja de la electricidad y que Van Zant canta con cariño poniendo mucho sentimiento en la expresión, balada preciosa que incluye coros y juegos de guitarra exquisitos.


Nos transportamos a la América profunda de los años 30 para escuchar Made in the shade, una pieza auténtica casi cantada a capela con instrumentos tradicionales como la mandolina, la armónica, el cajón y la ¿tuba?…...un punto y aparte añejo que le otorga autenticidad y significado a sus orígenes. Supongo que les resultaría divertida su grabación. Para acabar definitivamente escriben Whiskey Rock-a-roller, bastante accesible, muy guitarrero, con la voz de Van Zant como principal componente y con una estructura clásica dentro del rock, tal vez se trate de una pieza para disfrutar en directo sin más ambición que la de ser simpática y animada. Escuchamos el piano típico que termina……….. al fondo del bar.

Para ser un disco que tuvieron que fabricar partiendo de cero realmente esta integrado por muchas perlas, lo que nos da una idea del estado magnífico en el que se encontraban….y de la gran banda que eran…...y eso que lo llamaron Nuthin’ fancy, traducido….nada lujoso….je, ya ves.






viernes, 23 de mayo de 2025

MOUSE – Lady killer (1973)

 


Ry Russell…………….Guitarra

Alan Greed………....Teclados y voz principal

Jeff Watts…...……..Bajo

Alan Rushton….…….Batería y percusión


1ª Cara:

- Going out tonight

- You don’t know

- Electric lady

- All the fallen teen-angels

- Ashen besher

2ª Cara:

- We can make it

- East of the sun

- It’s happening to me and you

- Sunday

- Just came back


Detrás de esta femme fatale de semblante sugerente nos vamos a topar con otro de los proyectos que abordó Ry Russell, un hombre hiperactivo cuyos días eran más largos de lo normal. Hace poco ya hablé de su predecesor. No del disco si no del grupo que lo precede, RUNNING MAN, donde ya quedó patente que Russell además de líder, era un tipo inquieto que no hacía más que meterse en historias. Después de un año, se evapora la banda y nace otra nueva como por arte de magia con nuevos músicos, son MOUSE y de nuevo Russell líder indiscutible.


Conjunto inglés que practica un hard rock con psicodelia de por medio y también buenas dosis de guitarrazos blues por parte de Ry. Tan pronto como se identifican y con la buena mano de Russell para venderse, firman por Sovereign, una subsidiaria de progresivo que no llegará a funcionar durante mucho tiempo, pero que también contuvo en su catálogo a bandas que luego se consolidarían como Renaissance y Flash, entre otros.

Se ponen manos a la obra y conciben rápidamente (cosa nada extraña) un álbum que lanzarán solamente en U.K. ¿Las razones de porque solo allí? Lo desconozco. Aquí Ry dirigirá a la orquesta sinfónica de Londres en las partes seleccionadas dentro de las composiciones. La producción al igual que con R.M. correrá también a cargo del grupo, pero esta vez colaborará John Acock, tipo no muy conocido, pero que posteriormente producirá álbumes de Steve Hackett y Renaissance por ejemplo.

La música de ratón vuelve a encontrarse fuera de los estándares, y es muy similar al anteriormente grabado con R.M. en el sentido de que no muestra una tendencia clara en el estilo, sino que otra vez se trata de un trabajo desigual, muy ecléctico, más todavía, pero con la diferencia de que está mejor producido aunque con algo de austeridad igualmente. En algunos momentos siguen pareciendo que hay cierta precipitación y precariedad, partes demasiado largas y que no aportan, cierta anarquía y piezas que se quedan algo cojas y con finales no determinados en ocasiones, que suponen una desigualdad en la inspiración de los temas. Tal vez pudo ser debido a causa de luchar contra el reloj para editar el redondo. Ray no puede perder tiempo, está muy ocupado.


Da la impresión de ser un compendio de ideas que han ido surgiendo entre los músicos, aportando unos y otros música con personalidad y siendo aceptada por el seno para después darle un desarrollo común y por supuesto el toque de Russell. Así como R.M era más tendente a la psicodelia progresiva con gran aportación de órgano y guitarra ácida, Mouse está enfocado al progresivo pero más agresivo, a través de riffs duros y con secuencias que bien pueden pasar por ser blues rock de las características de gente como Cream o Free. Pero la disparidad en sus creaciones es abismal, absolutamente impredecible decir lo que nos vamos a encontrar, con unos saltos entre corte y corte que son pura incógnita.

La inicial Going out tonight comandada por el ritmo del bajo se muestra como una composición accesible, la voz se muestra perturbada, y con juegos de extraños efectos a la guitarra entramos en una dinámica instrumental algo experimental en las cuerdas con pedal que nos acompaña hasta el final. Pero más accesible se muestra you don’t know, una pieza tranquila que parte de unos acordes mayores de acústica con una melodía principal de ascenso y descenso sencillo, ritmo lento y pesado y performance intimo.



Electric lady es una pieza más agitada pero también accesible que bien podría haber supuesto un single de lanzamiento, nuevamente con un juego de pedal de la guitarra de Ry, también se incluyen percusiones variadas y vientos y su duración es muy corta. Sorprende enseguida el tema All the fallen teen-angels por ese ritmo adjudicado al reggae y que sirve para introducir un punto y aparte en la obra. Podrían ser Police o un versátil David Bowie los creadores de este corte, animado, diferente y bastante novedoso.



De nuevo la banda vuelve a desconcertarnos con Ashen besher, que nos envía a las puertas del infierno con una atmósfera oscura y una guitarra con ronquera que aulla durante dos minutos para cambiar a uno de los momentos más inspirados de todo el disco. Introduce un ritmo rápido con un riff muy acertado y que se va a repetir durante todo el instante que nos mantiene en esa fase musical, un riff adictivo que queda armado con una guitarra solista que introduce Ry cargada de energía y acidez. Maravilloso groove que nos remueve por dentro. Se detiene en seco y una guitarra acústica nos conduce hasta el último surco de esa cara.

Al otro lado encontramos We can make it, una de las canciones con producción mejor elaborada. Tema pegadizo con un estilo muy Rolling en su construcción, guitarra hard y estribillo para aprenderse. También podría haber sido hit del grupo. Una vez más el contraste se produce con East of the sun, otra composición extraña en sus comienzos. La entrada de los violines y contrabajos hacen más fantasmagórico el ambiente y me recuerda poderosamente a “La caída de la casa Usher” de Alan Parsons Project. El órgano giratorio hace de puente y surgen entre subidas y bajadas de volumen, coros que a modo de firma ponen final.


It’s happening to me and you es un compendio de guitarras variadas en estilo hard, protagonista absoluto, corto e inspirado en el sonido blues de bandas del momento. Accedemos de nuevo a otra composición con mucha variedad interna, Sunday, que lo hace impredecible por el eclecticismo que respira a pesar de ser muy breve. Finalmente Just come back de aire blues será quien cierre el álbum. Los fraseos a la guitarra en su ejecución son de naturaleza similar a los de McPhee en Groundhogs. Corte muy completo en la instrumentación ofreciendo arreglos y orquestación.



Si eres partidario de Running Man, puedes hacerte con este de Mouse. No son uno continuación del otro, son dispares en su confección, pero si guardan una cierta relación en cuanto a su esencia inacabada y su falta de concreción en el estilo.







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