Werner Monka…………….Guitarra
Rayner Schnelle………..Teclados
Bernd Hohmann….……..Flauta
Pete Becker…………......Batería
Reinhold Spiegelfeld…..Bajo
1ª Cara:
- Sweet morning light
- Lonely ship
- My dream
2ª Cara:
- Slowin’ down
- Before I die
- Weed
No es fácil pensar que tras esa portada en la que una señora nos invita a una ganchada de “no se sabe qué” producto del huerto y con una sonrisa de anuncio de pasta de dientes, se esconde un álbum especial considerado como una pieza de museo, dadas las circunstancias en que llegó a grabarse (Se desconoce la autoría de la fotografía). Lo cierto es que la información en el interior es parca, y eso que la reedición trae una hoja en su interior con más de lo que podía esperar. La banda alemana que llevo a cabo este trabajo, en aquel momento, pasó sin pena ni gloria a forma parte de la historia del Rock y en concreto del Krautrock. Pero con la entrada de la era de internet, como ha ocurrido en más ocasiones ha sido rescatada, apareciendo en el presente e incluso ha llegado a reeditarse en disco de vinilo, que ya es mucho.
Más de la mitad de la fugaz formación provenía de una desbandada de VIRUS, otra agrupación alemana que ya había editado plásticos. El batería Pete Becker, venía de tocar con GERMAND BONDS AND THE RATTLES de estilo garaje. Y la producción correría a cargo de Rainer Goltermann, técnico que ya tenía cierta experiencia, siendo FRUMPY como ejemplo, uno de los proyectos donde contribuyó. Lo más interesante es que en esa formación incluirán como artista invitado a Ken Hensley (URIAH HEEP) que había aceptado a causa, seguramente, de la necesidad de conseguir dinero rápido. Todo se hizo según lo pensado, y el resultado fue positivo, pero no lo fue tanto la promoción de su participación, eso supuso que el anonimato de la banda continuase siendo igual de escaso. Hensley que ya había hecho algo parecido con el grupo THE HEAD MACHINE en 1969, tras terminar se desvinculó y volvió a filas en Uriah Heep, después del breve descanso.
Ken Hensley es un músico que ha obtenido gran reconocimiento dentro del Rock, como protagonista en mayor grado de su labor en el seno de Uriah Heep y en los teclados concretamente. Tiene una forma característica de entender el instrumento que le ha proporcionado un sello único y singular. Eso es algo que está presente en los temas de WEED donde asume el liderazgo, de manera que quién conozca a los Heep, escuchando este disco rápidamente va a reconocer el estilo inconfundible de los ingleses. De hecho cuando compré este vinilo, desconocía cualquier dato del grupo, y menos todavía pensaba que el británico Hensley pudiera tomar parte en esta aventura teutona. Pero después de la primera audición me quedó muy claro, que esta banda estaba influenciada por los Heep sin duda alguna, algunos de sus temas se podían considerar material perteneciente a “Look at yourself”, el sonido es absolutamente fiel. Me quedé pasmado cuando descubrí que el mismísimo Hensley había participado en aquél insólito plan.
Analizando el contenido lo primero que se puede decir es que siendo el primer trabajo de unos músicos con un mismo origen y que por tanto se conocían, es más bien de índole heterogénea, con una similitud a otros debuts en cuanto a dispersión en los estilos de las composiciones, pero no en cuanto a compenetración y coordinación que si se percibe más profunda que en otras bandas que empiezan. Las canciones tienen denominador común la mayoría, pero es indudable que ofrecen un compendio variado en su creación. Todas ellas transitan entre el hard y el rock y no solo la influencia de Uriah Heep es monopolio, se descubren otras referencias de hard como ya mencionaré en su momento.
El inicio es pandemónico, con una suma de instrumentos sonando a la vez que realmente simula más bien el final de un tema, pero aquí es al revés. Se abre paso el Hammond grave y pesado de Hensley en Sweet morning light acompañado de una corrosiva guitarra, la cual va a ser la tónica a lo largo del disco. No solo ofrece el órgano Ken, sino que también canta. El órgano vibrante trabaja a contratiempo en rachas psicodélicas, frases que repite una y otra vez con incursiones de una guitarra cada vez más ácida y un bajo que pulsa retumbando hacia el final. Aquí nos muestra la calidad de la vibración de sus cuerdas vocales.
Lonely Ship nada tiene que ver con el brutal comienzo, presentan más sensibilidad con una pieza compuesta de guitarra acústica y voz, breve en su tiempo y con una estructura sencilla, un recurso que Hensley conoce bien, y que más adelante en su principal agrupación, los Heep se utiliza con mucho tino, realizando unas composiciones magníficas. Es todo un contraste y demostración de la heterogeneidad que respira este único valor de Weed.
El tiempo total del álbum es más corto de lo común y con My dream, cierran rápidamente la cara A, dejándonos con ganas de más. Extraño tema que comienza con el sonido de un piano como si fuera tocado en la otra punta de la habitación (¿improvisación tal vez?…..). Un sonido débil pero envolvente, como un run-run que va desgranando notas siempre con oscuridad en su estructura, con la mano del bajo constante, disertación algo extensa que llega a conectar finalmente con el ritmo de la melodía que entra abruptamente por fin a primer plano. Otro artificio de nuestro amigo Hensley dominando con el Hammond pesado funcionando en bucle con un sonido cada vez más vibrante y acompañado nuevamente de la guitarra ácida de Monka.
Se abre la otra cara con Slowin’ down, pieza de sonido rock absolutamente clásico, blues de toda la vida donde la intervención de Hensley aquí es testimonial. Los 4 tiempos de puro blues rock que podrían ser encontrados en álbumes de Fleetwood Mac, Allman Brothers, Ten years after o Yardbirds, por decir alguien. Pasamos a Before I Die y volvemos al progresivo con un trabajo que es posiblemente el más rico en instrumentación y melodía y con una nueva demostración de lo que supone Hensley, su voz y su contribución. Las texturas son muy propias de los Heep arreciando con el órgano y se puede decir que es una pieza emotiva y volcada hacia la melancolía. Goza de una segunda fase donde el ritmo cambia por completo y el hammond carga con nuevos bríos ácidos en un solo no muy extenso que pone fin.
Se guardan para el final la joya de la creación, la homónima Weed, una pieza de larga duración y fuerza donde el rock es arisco, duro, sin paliativos ni elementos que limen la aspereza del sonido. La guitarra se aclara las cuerdas durante la primera escena para sumirnos en unos riffs contundentes de la guitarra rítmica de clara influencia Zeppeliana. El corte es instrumental, por tanto la voz no contribuirá a aportar algo de armonía. Otra idea de Hensley con un ritmo machacante y embadurnado de ácido. El espíritu de Whole lotta love sobrevuela la escena y se mantiene presente, pieza que un año antes había impresionado al mundo del rock por la garra de unos aún novatos Zeppelin. Tras un descanso instrumental donde parece paralizarse todo ,vuelve la guitarra con el pedal a tope y enfurecida cargando y haciendo un solo tremendo en espiral que se acelera para acabar en un agudo paroxismo. Una muestra más de la fuerza bruta que encierra Weed.
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