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sábado, 11 de enero de 2025

MOUNTAIN – Nantucket sleghride (1971)

 


Leslie West…………..…….Voz, guitarra

Steve Knight…………..….Teclados

Felix Pappalardi….……..Bajo, voz

Corky Laing………..………Batería


1ª Cara:

- Don’t look around
- Taunta
- Nantucket sleghride
- You can’t take away
- Tired angels

2ª Cara:

- The animal trainer and the toad

- My lady

- Travelling in the dark

- The great train robbery


Esta obra es otra de esas que pasan desapercibidas en el ámbito del Rock, y que no debería, pero es tal la cantidad de material que hay de esa época que irremediablemente, y más aún, en los tiempos que corren, que todavía dificultan más su conocimiento, es muy normal que se queden flotando en el limbo para siempre. Hoy en día, con la falta de prensa de estos discos que empiezan a sumar el medio siglo y el hecho de que las nuevas generaciones ya no necesiten ni siquiera formato material para escuchar música, hace difícil la difusión de álbumes que pasaron sin pena ni gloria en la vorágine del momento.

Me topo con la banda LESLIE WEST MOUNTAIN, americanos del norte, en concreto de la metrópoli de Nueva York que se fundaron como trío en 1969, Norman Landsberg (teclados y bajo), Leslie West (Guitarra y voz) y Ken Janick (Batería), bien acogidos por parte del público de la zona. El productor Felix Pappalardi los apadrinará cuando los descubre, pero es que como también es músico entrará en el seno y colaborando grabarán su primer álbum. Trabajarán mucho el directo y gracias a eso obtienen un cierto éxito que les lleva a participar en el gran festival de Woodstock de 1969 pero ya en formación de cuarteto, aunque extrañamente nunca aparecerán en el álbum oficial del festival ni tampoco en la película temática que se realizó. La entrada en filas de Pappalardi, con su saber para la producción, supuso que el sonido cambiase sustancialmente, no solo hizo labor con el bajo, sino que también analizó la guitarra rítmica, el piano, la voz e incluso su vena para componer, con lo que el hard rock inicial, se dulcificaría en pos de más melodía con un aspecto más moderno.

El segundo LP ya se denominó con el nombre reducido a MOUNTAIN donde ya no aparecen Janick ni Landsberg, sino Steve Knight a las teclas y C. Laing a la batería. Seguramente es el disco más completo de su corta discografía con un hard rock próximo al realizado por CREAM, cuyo productor había sido casualmente Pappalardi. Titulado Nantucket Sleghride, es un álbum conceptual que gira en torno a la isla de Nantucket, ubicada en el océano Atlántico a unos 50 km de Massachusetts, EEUU donde muchos marinos vivían de la caza de las ballenas. En concreto la canción homónima está basada en la tragedia del barco ballenero Essex, que en 1820 fue embestido por un cachalote resultando muy dañado y provocando su hundimiento finalmente. La mayoría de la tripulación pudo salvarse en los botes, pero su destino es otra historia que os invito a que indaguéis.


El estilo musical desarrollado ha tenido fuerte influencia en otras bandas venideras de Rock, Bad Company, Humble Pie, Mott the Hoople, o Hard como Black Sabbath o Deep Purple, estos últimos coetáneos, pero que absorbieron ciertos elementos estilísticos, y es que se les asocia con el preludio del Heavy Metal y el Hard, aunque tal vez más por la guitarra de West y su asociación con Corky Laing, una sociedad fructífera que crecerá un año más tarde hasta el punto de grabar LP’s junto a Jack Bruce, ex-Cream, aprovechando una breve separación de Mountain (más bien un descanso), cuando Pappalardi se retira al estudio. Pero esa sociedad West-Laing no es la única , ya que Pappalardi – Laing también es otra sociedad construida sobre fuertes dosis de compenetración que se demuestran a lo largo de toda la obra. Estas uniones dentro del disco tienen como fruto la consecución de grooves impresionantes, uno de los elementos estelares que hacen posible su triunfo entre el público amante del hard.

Nada más iniciarse nos ponen las pilas con Don’t look around, potente y dura donde la guitarra y la batería a base de aporrear timbales no cejan en su empeño comenzando la simbiosis, la voz de West se suma al evento arreciando rota e imprimiendo más dureza si cabe. Laing que es un obrero de la percusión y junto con el bajo de Pappalardi establecen una base rítmica digna de una enérgica máquina. Un torrente de fuerza que en tensión no es superado por ninguno de los siguientes cortes. A continuación nos sorprende la pieza escrita por Pappalardi (colabora en la mayoría, junto con su esposa Gail Collins) un remanso de paz que se recibe si cabe con más ganas, tras el primer huracán, se trata de Taunta, perfecto para desintoxicar con una duración muy corta, apenas un minuto de composición instrumental desarrollada por Knigth y su teclado.

Llega la estrella del festival, la homónima y clave conceptual Nantucket Sleghride, donde la melodía se hace más patente gracias al fuerte protagonismo de los teclados, muy interesantes en su ejecución con un sonido original, mientras la guitarra en arpegios se balancea. Llega un momento en que las guitarras con un aluvión de decibelios los envía a segundo plano reforzado por la ametralladora de la percusión. Se observan 2 partes diferenciadas en la composición, la primera muy melódica con los teclados al frente y la segunda dura por la respuesta de West y Laing. Una dualidad que se repite pero que deja otros detalles muy buenos entremedias, mostrándose como la pieza más completa y más dinámica del LP escrita por Pappalardi.

Otro magnifico corte es You can’t take away, un tema que en su entrada hace su aparición la cruda guitarra con un riff que se repite a lo largo de todo el tema y que canta West, protagonista absoluto en una composición con mucho aire de blues y del trio Cream, con arreglos de piano y coros por parte del resto de componentes y reforzada en el ritmo por una batería machacona. La cara A del vinilo acaba con Tired Angels otro track que huele mucho nuevamente a Cream (Wheels of fire) y con una estructura muy similar a la de Nantucket Sleghride, con 2 secciones diferentes. En la primera la opaca guitarra de West obtiene gran atención, con inclusión de solos, mientras en la otra el teclado hace su presencia relegando a la guitarra y regalándonos melodía celestial. Pappalardi la escribió en recuerdo del inigualable Jimi Hendrix, que hacía poco más de un año había fallecido. Mi pieza favorita.

En la otra cara del plástico arranca con The animal trainer and the toad, una pieza de fuerte sabor blues trabajando con Slide guitar y acompañada de un remarcable piano bar, una pieza con riff sencillos y de carácter alegre, ligera. My lady, presenta nuevamente una estructura suave cantada por Pappalardi con una ambientación muy folk y arropado con una pantalla de teclados y coros, donde West toca la guitarra comedida sin entrar en batallas ni agresiones acompañando la melodía.

Otra de las grandes composiciones para mi gusto que no podemos descartar es Travelling in the dark, que nada más comenzar nos transmite buen feeling y esperamos buenos momentos de ella. Posiblemente es el corte donde más clara queda esa relación mutua y dual entre los músicos, con unos grooves imponentes por parte de West-Laing y Pappalardi- Laing. Todos los músicos confluyen con gran aportación interpretativa creando un tema vibrante y brillante. El LP finaliza con The great train robbery de tintes muy análogos en la interpretación y construcción a “The animal trainer and the toad”, donde se despacha a gusto la slide guitar de West mientras se desgañita al micrófono. Aquí también encontramos el piano bar haciendo arreglos y al final se puede escuchar como el bajo de Pappalardi intenta sobresalir por encima de todo a modo de firma y cierre.

Una obra muy completa sin bajones que cualquier fan del hard o del progresivo debe tener en sus arcas. Disfrutaréis de las animaciones tanto en el exterior como en el interior de la funda, obra de la novia de Pappalardi, Gail Collins, si, también hizo sus pinitos en la pintura, y la verdad, no lo hacía mal.




viernes, 8 de noviembre de 2024

FRANK ZAPPA – Apostrophe (1974)

 


Frank Zappa……………………......…….Guitarras, bajo, voz, arreglista y productor

Colaboraciones destacadas………….Jean Luc Ponty, Ian Underwood, Bruce Fowler, Jack Bruce, Sal Marquez Jim Gordon, Aynsley Dunbar, Tina Turner and the Ikettes

1ª Cara:

- Don't Eat The Yellow Snow
- Nanook Rubs It
- St. Alfonzo's Pancake Breakfast
- Father O'Blivion
- Cosmik Debris

2ª Cara:

- Excentrifugal forz

- Apostrophe’

- Uncle Remus

- Stink-foot


Este tío es “Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como”, hace de todo y además un elemento tan inquieto es imposible que guarde mucho tiempo una misma formación. Su discografía en solitario demuestra el aluvión de gente con la que llegó a trabajar. Nace en Baltimore (EEUU), siendo el mayor de 4 hermanos, constantemente cambiaba de domicilio debido al trabajo de su padre, sintió la llamada del arte pronto, y enseguida se decantó por tocar la batería en la escuela secundaria. Amante del Rythm’n’blues de los 50 y de autores como Edgar Varese con quien se obsesionó bastante, Igor Stravinsky y Anton Weberz. Fue siempre muy crítico con la religión, el establishment político, y la corriente musical generalista, además de defensor de la libertad de expresión.

En el instituto llegó a conocer y hacerse amigo de Don Van que adoptó el nombre de “Captain Beefheart”, unidos por el interés en el Rock and blues, influyéndose mutuamente a lo largo de sus carreras. Entró como batería de THE BLACKOUTS, que contaban en sus filas con miembros de los futuros MOTHERS. Su interés como arreglista y compositor creció y en los últimos años de escuela, componía, arreglaba y dirigía piezas de avantgarde.

Acabado el instituto, ingresó en la Universidad, pero duró poco. Realizó conciertos, grabó bandas sonoras y compuso y produjo para otros músicos. Trabajó poco tiempo como guitarra en un power trío, actuando en bares y locales, y ya en 1965 le invitaron a unirse a una banda que cambiaría su nombre a MOTHERS OF INVENTION, donde tocar la guitarra y ser vocalista, algo que nunca había considerado. El productor Tom Wilson decidió ocuparse de ellos y al año siguiente lanzaron su álbum de debut “Freak out!. Su éxito comercial fue sobretodo en Europa y eso supuso que pudo ser independiente durante su trayectoria.

Lo que viene después, todos los que nos interesamos por el rock, sabemos en mayor o menor medida lo que ocurrió. Comenzó una carrera meteórica que no se detendría a no ser por la muerte temprana que le llegó, fue en 1993 debido a un cáncer de próstata. Músico abrumador, de los que cuando naces rompen el molde, incomparable, no ha habido nadie como él. Con un físico reconocible entre cientos, fue Prolífico, provocador, innovador, inclasificable, virtuoso, bizarro, sarcástico, irónico, humorístico, excéntrico, exhibicionista, experimental y no se cuantas cosas más se podrían decir de este monstruo del Rock.

Su discografía amplia y compleja, es diferente según la época abarcando todos los géneros y se ha convertido en un espejo en el que mirarse para muchos músicos posteriores. Reconozco que no consigo hacerme a su música, demasiado densa y concentrada, me cuesta asimilarla mucho y no soy capaz de valorarla en su juicio justo, demasiada información en tan corto periodo de tiempo. Siempre se me ha resistido, y no he escuchado su discografía en gran número. Por eso he elegido este disco para comentar, un disco accesible que recomiendo tanto a los amantes de Zappa como a los que sean simplemente amantes del buen Rock.

Se trata del 6º álbum en solitario y el 18º de toda su producción. Está compuesto mayoritariamente por él, producido y arreglado (Salvo el primero, todos los demás fueron producidos por él). Llegó hasta el 10º puesto en las listas de éxitos comerciales, la mejor posición obtenida nunca y que se convirtió en disco de oro dos años después. Su resultado fue la mezcla de grabaciones recientes y otras de archivo. La primera cara del álbum fue grabada al mismo tiempo y con la misma banda que el que fue su antecesor “Over nite sensation”. Los cortes de la 2ª cara son sesiones de 1972 con sobregrabaciones de 1973.

En cuanto al aspecto musical del álbum no es fácil explicar con palabras el perímetro en el que se mueve, ya que aborda todo tipo de estilos, y lo hace meteóricamente, ya que pasa de un ritmo a otro en cuestión de nada y las fronteras no son discernibles. La velocidad y le virtuosismo es algo que van unidos de la mano y nunca puedes afianzarte en la escucha de un fragmento porque los cambios son numerosos e inesperados. El comienzo se lleva a cabo con unas ráfagas de viento, un vendaval en toda regla que nos pone alerta del “vendaval” que se nos viene encima, y que por otra parte es normal viniendo de Zappa.

Cuando acaba la ventisca, entra un pieza corta Don't Eat The Yellow Snow “ en la que el bajo y la batería establecen un ritmo sugerente, aparecen coros, la voz de Zappa y una serie de metales que conceden un aire muy soul, pero sin tiempo pasa al siguiente, Nanook Rubs It” un tema también bastante vertiginoso, histriónico con burla y humor, algo común, una tónica en su forma de entender la música. Música densa, cargada donde no da tiempo a percibir todos los matices que van pasando sin cesar con un montón de arreglos, produciendo un rock concentrado. La guitarra trabaja con notas de escala altísima en las partes de los solos, que resultan ser como una cuchilla afilada moviéndose a una velocidad endiablada, dignos del Heavy Rock, mientras el tipo nos adereza con una retahíla parlanchina llena de efectos guturales. “ St. Alfonzo's Pancake Breakfast” es otra pieza que se mueve en los mismo cánones que la anterior, muy corta y simpática, una especie de anuncio del pancake.” Father O'Blivion” acelerada, sin respiro con percusiones finales muy latinas desembocando en el último corte de la primera cara “Cosmik Debris”, otra composición con ritmo y piano eléctrico sugerentes a los que se une la voz del genio en los mismos términos, se mueve entre el soul y el blues con introducción de cuñas que nos sacan de la ensoñación. De fondo nos acompaña un xilófono y la guitarra plena de ácido.

Cuando le damos la vuelta al vinilo, la atmósfera cambia, y es que como he dicho ya, no son composiciones que correspondan al mismo periodo de grabación que las de la cara 1. Nos vamos a encontrar con tracks de más duración y con una estructura en su ejecución más propia del Rock al que estamos acostumbrados fuera de la órbita Zappa.

El sonido es mas serio, dejando apartado la vena ocurrente bastante más apartada. Arranca con la rápida “Excentrifugal Forz”, un excelente entrante de ritmo adictivo que desemboca sin tiempo en la pieza clave del este álbum y que se llama igual “Apostrophe”, composición completa, muy rockera donde por primera vez encontramos riffs de guitarra que se repiten, hasta ahora inédito. Aires hard y progresivos es lo que más transmite incluyendo un largo desarrollo instrumental con solo de guitarra mostrando diferentes matices en las cuerdas en un monólogo extenso, bajo la acidez del bajo de Jack Bruce que no se esconde y que demuestra porque es un bajista de categoría. “Uncle Remus”, tal vez es el track más prescindible y el que menos aporta, para acabar con Stink-foot” otro largo pasaje lleno de buena música en la que el bajo establece un riffs atractivo que se pasea hasta el final y sobre el que van sucediéndose arreglos blues del piano, una guitarra lejana soltando zarpazos ácidos y una sección rítmica también atractiva. Conforme se acerca al final se van acelerando todos los instrumentos y surgen coros de voces con unos cánticos muy africanos que ponen el punto final al disco.

Un personaje tremendo, con material infinito e insondable donde hay que tener narices para llevar a cabo prospecciones, nunca se le sacó tanto jugo a seis cuerdas.





domingo, 27 de octubre de 2024

REG KING – Reg King (1971)

 


Reg King……………...…….Guitarra rítmica, voz, piano y teclados

Brian Godding……..…….Guitarra solista

Mick Evans……..………...Bajo

Roger Powell…..…..…...Batería

Colaboraciones destacadas………………..Ian Whiteman, Marc Charig, Elton Dean, Mick Taylor, Brian Auger, Nick Jones, Peter Dale


1ª Cara:

- Must be something else around

- You go have yourself a good time

- That ain’t living

- In my dreams

- Little boy


2ª Cara:

- 10.000 miles

- Down the drain

- Savannah

- Gone away


Antes de publicar en solitario este álbum, Reggie estuvo al frente de ACTION, un grupo de la órbita ‘mod’, de hecho el preferido de los mods, menos pop que sus contemporáneos THE WHO o SMALL FACES, pero siempre clandestinos, lo que los hacía más atractivos, a pesar de contar con un numeroso público. Seguramente debido a esto nunca llegaron a las listas de éxitos, siempre desconocidos hasta el resurgimiento del estilo mod en los años 80 y 90.

Reggie King había dejado la escuela en Hamstead (Londres) a los 16 años y tras realizar trabajos sencillos, decidió unirse a Roger Powell, Alan King y Mick Evans junto a la cantante Sandra Barry, para forma THE BOYS, que practicaban beat. El amor al Soul provocó que dieran un giro musical y formaron ACTION, tocando versiones en un principio. Pero en 1965 consiguen un contrato discográfico con Parlophone, donde realizaron una serie de sencillos, en los que destacaba la voz de Reggie muy acorde a los cantantes de soul americano que tanto gustaban a éste.

Ya en 1967, los sonidos limpios de soul quedaban obsoletos y King que había quedado impresionado con “Pet sounds” de BEACH BOYS, comenzó a interesarse por la psicodelia, y la influencia de THE BYRDS, fue básica. El problema es que no consiguieron grabar un álbum completo con Parlophone por dificultades dentro del sello, que se mantenía a duras penas. Además de esto, después de un lamentable concierto en el club Blue Lagoon, que acabó con multa por desperfectos, Reg abandonó la banda.

Intentaría continuar como productor y vocalista de sesión, pero nunca consiguió sobresalir con su trabajo. Su álbum se vendería muy mal, cayendo un el olvido. Reg se proclamó compositor, arreglista y productor para su obra en solitario. Y desde luego escuchándolo puedes dar fe de que su producción fue un desastre, no hace falta ser un experto en música para darse cuenta.

A pesar de haberse rodeado de grandes músicos del momento que colaborarán, más unos que otros, en todas las canciones el resultado no fue nada brillante. A King la producción le quedó como el culo, sin más. La grabación ya muestra muchas carencias, la ambientación es extraña y oclusiva provista de un sonido áspero que permanece hasta el final. La energía no está bien focalizada y se producen altibajos en el volumen en la entrada en acción de los instrumentos, algo que avisa de una producción defectuosa. Existe cacofonía y confusión cuando los instrumentos funcionan al completo y algunos finales son precipitados acabando de manera brusca o sin bajar la intensidad de volumen de forma correcta. Leyendo los créditos de la contraportada descubro que entre el colectivo de ingenieros que participaron en la grabación hay un tal “Eddie Offord”, casi nada. Seguro que no recordará esa labor con mucho interés, ni quiera hablar de ella, como si nunca hubiera existido.

Si nos centramos exclusivamente en el aspecto compositivo y musical del disco, hay que decir que todos los cortes están escritos por Reg y Peter Dale. La versatilidad es patente, mucha variedad, las influencias que recibe a lo largo de su carrera aparecen dibujadas en sus temas. Rock de raíz, soul, música negra, percusiones, riffs explosivos, swing, distorsión, estilo británico de los 60 con gran aderezo de su pasado mod, y mucho, mucho arrojo y sentimiento.

La fuerza del músico se observa en sus entradas con la guitarra rítmica que forja la estructura temporal de la composición sonando en muchos casos, más potente incluso que la guitarra solista, algo extraño, que tal vez podemos asociar a la también inaudita producción del mismo. A pesar de su grabación sorprende gratamente la autenticidad musical y la frescura que derrochan las piezas que se van sucediendo. Estamos ante un conjunto de buenas composiciones. Los arreglos mayoritariamente son realizados por el piano, pero también encontramos los instrumentos de viento. Su función unas veces más acertadas que otras, puesto que en algún caso los arreglos de piano son ocultados por instrumentos que enciman. También se observan guitarras desafinadas (That ain’t living ,Down the drain) que discurren paralelas por otro universo lo mejor de todo es su voz racial y emocional cercana a la de Rod Stewart de FACES.

Cuando llegamos a Savannah, descubrimos que sin duda es su mejor corte, y además el más largo, con casi 12 minutos nada menos, pero también es donde se aprecia muy bien su fracasada producción con un batiburrillo instrumental hacia el final donde no hay quien se aclare, un coctail de buena música pero donde no somos capaces de descubrir los sabores. Nada más empezar con una calma en la guitarra que precede a la tempestad, King empieza a generar un riff rítmico que ya no abandonará y que sustenta todo el bloque. Energía en estado puro que va “in crescendo” sumando instrumentos y decibelios. Es el momento en el que Brian Auger se luce al órgano siguiendo la endiablada guitarra o haciendo solos con enormes barridos, algo que gusta mucho a Brian. Una pieza machacona que atraviesa varias fases donde el riff cada vez es más incendiario llegando a un tope sónico en el que reina la indefinición y la cacofonía. Los solos de la guitarra de Godding se suceden entre secciones, al igual que las intervenciones del órgano. Podríamos calificar Savannah como el transcurso de una tormenta. Una introducción dura, la fase de descarga y un final donde poco a poco va amainando con una lluvia que acaba por cesar.

La coda como dice su título Gone away, nos lleva lejos, una maravilla protagonizada por el órgano con una cadencia descendente y una performance que bien podría pertenecer a PROCOL HARUM, y con similitud a títulos como “Homburg” ó “pilgrim progress”. Su estilo esta alejado de la fuerza empleada en piezas como “Savannah”, mostrando el lado más soñador y sensible de Reggie.

Su andadura musical tuvo un trágico final ya que sufrió un accidente cayendo por una escaleras que le provocó una lesión por la que fue operado con cirugía neural. Esto sucedió al poco de haberse unido a la banda BB BLUNDER. Moriría a los 65 años, pero a causa de un cáncer. Un hombre que tal vez nunca supo encontrar su sitio y que atormentado se quedó a medio camino.







viernes, 27 de septiembre de 2024

KARTHAGO – Live at the Roxy (1976)

 


Joey Albretch…………..…….Voz principal y guitarra

Ingo Bischof…………...…….Teclados

Gerald Hartwig……..………...Bajo,voz y percusión

Reinhard Bopp…………....….Guitarra y voz

Ringo Funk…………........…...Batería

Tommy Goldschmidt……..…..Percusión


1ª Cara:

- The world is like a burning fire

- Sound in the air

- Rock’n’roll testament

- We gonna keep it together


2ª Cara:

- Thema in C

- The second string rambler


3ª Cara:

- Wild River

- Highway Seeker (Did nobody tell you)


4ª Cara:

- We give you everything you need

- Going down

- See you tomorrow in the sky


Al igual que EPITAPH, mencionado hace un par de semanas, KARTHAGO también es de esos grupos alemanes que no lo parecen. Clasificados en la onda Krautrock, por el mero hecho de ser germanos, escuchándolos nos consta que no tiene mucho sentido. Nacen oficialmente en los 60, pero no llegará su primer LP hasta 1971. Se caracterizaban por introducir una guitarra pesada y a la vez elementos del blues, rock y jazz con muchas inserciones de rock latino, más que nada las percusiones, muy abundantes y ritmos cálidos, que nos incitan rápidamente a compararlos con momentos de Carlos Santana, no por la guitarra, sino por la estructura de la composición.

Estamos ante uno de los discos en directo más importantes del rock alemán de los 70. Cuando se grabó la banda estaba ya en un alto grado de descomposición y dio lugar a convertirse en su testamento, meses después cuando acabó el proyecto. Fueron considerados como la mejor banda teutona de los años 70, tanto por la prensa nacional como por la extranjera. De hecho en el exterior contaban con un gran reconocimiento y un buen número de seguidores.


En 1974 solo quedaron 4 miembros de la agrupación inicial y consiguieron hacerse con los servicios de un bajista que había estado con una comunidad llamada JETHRO TULL, me refiero a Glenn Cornick, un buen refuerzo pero que no fue suficiente. La trayectoria errática que tuvieron durante el primer lustro no pasó inadvertida, y les precipitó a un final demasiado temprano. Finalmente no tuvieron opciones con discográficas de envergadura y terminaron fichando por Bacillus Records, una pequeña distribuidora donde también editarían los progresivos húngaros OMEGA. En 1978 firmarían su último cartucho, acabando definitivamente.

No ha empezado aún a sonar la música y alguien en el escenario se ríe y mantiene una conversación banal y en broma con gente del público, es así como se inicia la grabación, una muestra del buen rollo que se respira en el ambiente. Finalizada y sin dilaciones el ritmo funk entra directo con The world is like a burning fire, un corte que se reparten a partes iguales guitarra y teclados dialogando y respondiéndose el uno al otro. En la sección central donde se produce la parte instrumental más importante, la onda jazz se cuela y da un giro diferente a la composición que recupera el aire funk y blues nuevamente, atravesado este momento.

Estos saltos en los estilos serán una constante de aquí en adelante en muchas de sus composiciones, y es encomiable la facilidad que tienen para hilar unos con otros sin turbulencias. Un don nada sencillo que practican con asiduidad trasladándonos de líneas hard a ambientes cálidos, de entornos blues a atmósferas jazzys, de aires prog a pistas disco. Una variedad difícil de encontrar en un grupo alemán al que la crítica musical integra en el movimiento Krautrock. Nada más lejos, sus características no coinciden con el patrón de la mayoría de bandas asociadas a ese estilo, son una “rara avis” dentro del rock germano de la década.

Incluso la voz, que tiende a ser fría en el mundo progresivo teutón, es más bien lo contrario, enérgica y emocional llegando a ser desgarrada en algún arranque, mostrándose con altibajos de acuerdo a la temperatura de las letras cantadas, en unas tonalidades que asocio a bandas americanas coetáneas como KANSAS, STIX o JOURNEY, u otras incluidas en el pomp o el southern rock.

Con el público entregado desde el comienzo y tras un Rock’n’roll testament arrasador con una serie de riffs encadenados y solo de guitarra monumental al más puro estilo rock , desembocamos en otra órbita con un espíritu muy americano, We gonna keep it together. Una melodía viva y alegre muy jazzy, que da paso a coros, bongos y percusiones arropados por el hammond y una guitarra funky.

Thema in C, esta construida sobre una base que asienta más en el típico prog, con una estructura bastante más definida, pero con esa facilidad para incluir sonidos impropios, pertenecientes a otros ámbitos, es decir participación de bongos, percusiones, ritmos más cálidos e improvisaciones a los teclados, desconcertantes y que nunca sabes donde van a acabar, trasladándonos de escenario en escenario.

El ritmo latino es absoluto en The second string rambler, una canción para y por el funk y el disco, sumergida en el sonido cálido de representantes como SANTANA, y porque no decirlo, también retrata muy bien el ambiente en el que se mueve una banda nacional como era BARRABÁS, con un bagaje excepcional, y que tal vez no llegó a obtener la repercusión suficiente. Poco a poco la instrumentación va retirándose para dejar espacio solo a las percusiones y las voces que se recrean consiguiendo una atmósfera atípica en esas tierras teutonas. Dividida en dos partes muy diferenciadas, la segunda da inicio a una oscura en la que bajo y guitarra trabajan a todo trapo conduciendo al término de este largo track.

El comienzo del segundo vinilo, puesto que se trata de un doble, se inicia con Wild river, otro trabajo de miscelanea musical, southern rock, jazz, funk. Después Highway Seeker, otro extensísimo rock que no deja más espacio en la cara 3. Solidez compositiva en la que la variedad de estilos va a ser de nuevo un hecho. Estallidos de guitarra a lo JIMI HENDRIX con un movimiento firma del extraterrestre, y velocidad en los acordes propio de CREAM; Joey toca de manera incendiaria y desbocada con salvajes descargas improvisando, de manera que cuando ya se cansa de devaneos vuelve a la melodía principal y se cierra la jam tras más de 16 minutos.


El corte que arranca en la última cara, We give you everything you need, es otros de esos en los que confluyen todo tipo de estilos, destacando sobre todos los demás las percusiones latinas, coros y guitarra funky, de manera que no se sabe como derivará, y menos es directo donde la improvisación es otro elemento a tener en cuenta. En este caso coincidiendo con el preludio de lo que supone la finalización del concierto, los músicos hacen una batería individual de habilidades con su instrumento, uno detrás del otro, y es así como se van nombrando a cada uno de los músicos jaleados por la audiencia.


R.I.P ingo Bischof

Acabado el concierto y a petición del público tocarán dos bises, Going down de FREDDY KING, en una versión muy personal y acertada con un piano eléctrico y una steel guitar fantásticos. Ya por último será con See you tomorrow in the sky, pieza trepidante y eléctrica de su cosecha, con la guitarra de Albretch encarnada nuevamente por el espíritu de Hendrix.

Epílogo en vivo de una atípica banda de Krautrock que supo ser original en su sonido con un conglomerado musical que pocos saben manejar tan acertadamente.







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