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sábado, 22 de noviembre de 2025

TRAPEZE – Medusa (1973)

 

Mel Galley……………...Voz y guitarra

Glenn Hughes………….Bajo, piano, voz principal

Dave Holland……….....Batería


1ª Cara:

- Black clouds

- Jury

- Your love is alright


2ª Cara:

- Touch my life

- Seafull

- Makes you wanna cry

- Medusa


Este es otro de esos discos metidos en el cajón de los olvidados, una apuesta enterrada que bien merece un rescate para recordar a una formación de solo 3 miembros, lo que se conoce en el mundillo como power trío, que bien podía haberse convertido en el germen de una banda que podría haber llegado muy alto consiguiendo obras de gran calibre y espejo donde mirarse para muchas otras. Pero eso no paso, una serie de circunstancias llevó a que fuera imposible su vigencia en el tiempo. Demasiado talento reunido no fue encauzado sino todo lo contrario.


Surgen en la vieja Inglaterra en 1969 y dede su inicio el equipo esta compuesto por 5 miembros, debutan en la BBC a través de televisión, en unos esos programas donde se apoyaban los talentos jóvenes (hoy en día siguen existiendo estos programas…..aunque muy diferentes…..por desgracia). Fichados por la compañía Threshold, perteneciente al grupo MOODY BLUES, lanzan sin preámbulos su homónimo en 1970 con cierto éxito no exento de luces y sombras. Inmediatamente después John Jones y Terry Rowley abandonan y el proyecto se reduce a tres miembros, el power trío acaba de nacer. Poco después repuestos del cambio publicarán Medusa, bien recibido y bastante aclamado.

Con el éxito obtenido comienzan a recibir invitaciones para tocar en muchos lugares, sobre todo en EEUU tras la difusión de algunos temas en las radios americanas. La agenda se les aprieta y los conciertos son continuados, de manera que al año siguiente, 1971 no realizan nada de material nuevo para su tercer redondo, pero finalmente se consigue terminar en 1972.

A partir de aquí la incertidumbre se cierne sobre sus cabezas, Hughes recibe oferta de DEEP PURPLE nada menos para unirse a ellos, algo que no puede imaginar pero que acepta “ipso facto” dada la envergadura de su oferente. Se trata de la vacante que deja libre Roger Glover. El núcleo se rompe y Trapeze se queda cojo, aunque no muerto, todavía logran sumar a filas algunos músicos y publicar Lp. En 1976 Glenn Hughes volvería fugazmente aprovechando una disolución temporal de D.P., pero poco después vuelve a dejarlos en la estacada para comenzar una carrera en solitario. La disolución total de Trapeze se produjo en 1979 cuando sus miembros, profesionales avezados con gran calidad musical en su haber, fueron escogidos por grandes bandas de hard consolidadas, como JUDAS PRIEST y URIAH HEEP. Aun así les dio tiempo a publicar un último álbum, Hold on.

John Lodge, uno de los fundadores de los enormes Moody blues, enseguida se percató de que había filón con estos chicos, músicos bien preparados con gran dominio de cada instrumento, con ideas, energía y algo muy importante madurez y templanza a la hora de componer. Muy seguro con sus posibilidades apostó por ellos para conseguir un puesto dentro del hard rock en el mercado internacional. Si no fuera por que las circunstancias no permitieron una continuidad, no se hubiera equivocado teniendo en cuenta que lo que deparó el futuro de sus componentes fue éxito y más éxito……….pero por separado.

Medusa es posiblemente el mejor de todos sus álbumes, encarnando los valores de este triumvirato, es decir un hard rock de corte clásico con claras raíces en el blues rock con algunas connotaciones procedentes de la psicodelia y el progresivo presente y con predominio de una guitarra rítmica pesada acompañada de solos solapados sin excesos. Algunos de los temas ofrecen riffs y desarrollos que se repiten a lo largo de la melodía practicamente en bucle ( Jury , Touch my life, Medusa ) convirtiendo la melodía en obsesión sin llegar a conformar un mantra.

Además cuenta con una voz privilegiada por parte de Glenn Hughes, con gran capacidad de adaptación, la personalidad y estilo que emana y la facilidad para alcanzar registros imposibles, con unas características muy similares a las de Paul Rodgers de Free.

La austeridad infligida por John Lodge en la producción y arreglos llama la atención, sabiendo que proviene de un tipo que ha trabajado con ellos de manera más que constante en su banda. (Si agudizas el oído en Black cloud se llega a discernir un lejano piano al fondo). El sonido es descarnado y auténtico pero su solidez y dinamismo es alto, y solo la voz pone el punto de armonía en ausencia de coros.

Su sonido se asocia a agrupaciones oetáneas, Led Zeppelin, Deep Purple, Humble pie o Free son influencias notables dentro de su música como se observa en your love is alright, con una guitarra que bien firmaría Page, o la voz con recursos muy propios de Robert Plant. Así como la homónima Medusa con riff zeppeliano y una conexión vocal más que marcada.

También se descubren incursiones en estructuras similares a las de la joven Deep Purple audibles en la épica Touch my life en la que los dúos entre guitarra rítmica y solista son innovadores o lo que encontraremos en la balada Seagull, la pieza más melódica y emotiva del disco, donde Hughes nos deleita con sugerente voz, escuchamos el único órgano que aparece y la guitarra actúa en modo fuzz mostrando su lado más psicodélico.

Un diamante en bruto que fue cambiando de manos, se partió en pedazos y cada uno de ellos se pulió por separado……...y en este caso se incumple la ley que dice que: el valor del Todo es superior a la suma de las partes que la componen……………...a la historia me remito





sábado, 8 de noviembre de 2025

STRIDER – Exposed (1973)

 


Ian Kewley…………………..Voz principal y teclados

Gary Grainger………...….Guitarras

Jimmy Hawkins……….....Batería

Lee Hunter………………....Bajo


1ª Cara:

- Flying

- Ain’t got no love

- Woman Blue

- Higher and higher


2ª Cara:

- Esther’s place

- Straddle

- Get ready


Este es uno de tantos casos de bandas que en los 70 dieron forma a grandes temas o grandes álbumes que luego no tuvieron ninguna repercusión o muy poca. Como en muchas ocasiones el problema radicó en la falta de una identidad marcada, un elemento especial en el que destacaran, algo que les hiciera sobresalir, sacar la cabeza por encima de los demás. STRIDER, era una banda tipo de hard rock con fuerte orientación al blues rock, voz potente y personal, una guitarra dominante y profesional y una base rítmica contundente…..una serie de características que aparecían por aquél entonces como setas en ese círculo estilístico. Razón por la cual no era posible que todos obtuvieran las mieles del éxito rotundo, siempre ha habido descartes en situaciones similares.

Ya sabemos los que nos hemos instruido en la materia que como en la vida no basta solo ser buenos músicos y realizar composiciones excelentes. Es cierto que ayuda mucho, pero no lo es todo. También entran en juego otros elementos…….la situación económica, el mánager, el productor, la relación entre los miembros de la banda, la discográfica, la buena o mala suerte......etc. Etc. Bien, STRIDER fue una de esas bandas que prometían buenos augurios…...pero eran demasiado del montón. A pesar de la calidad de sus composiciones no hubo una respuesta esperada, la falta de un hit que les hiciera subir a la cresta de la ola y lanzarlos no se produciría. A pesar de realizar extensas giras abriendo conciertos para gente como STATUS QUO, HUMBLE PIE (con quién guardan similitudes ) y nada menos que DEEP PURPLE, fue una promoción fallida, su Rock carecía de una sella de identidad que los singularizase de alguna forma.

La serie de despropósitos debió de ser abundante, el proyecto empezó en 1972 y en 1974 moría con apenas 2 años de funcionamiento. Tras Exposed, hubo una importante fractura en el seno del equipo, abandonando algunos miembros, entre ellos el vocalista, una pieza fundamental del engranaje que aunque fue sustituido junto con el batería, solo sirvió para alargar un poco más lo que parecía mascarse ya en el ambiente. Aún tuvieron el tiempo suficiente para publicar lo que sería su obra póstuma, titulada Misunderstood (incomprendido), ¿Tal vez paradigma de como se habían sentido siempre?

Lo mejor de todo es que sus miembros serían más adelante conocidos, no por su trabajo en equipo, sino por las labores que acabaron realizando por separado acompañando a grandes figuras del Rock…….cosas de la vida.

Entrando en el terreno musical de Exposed , ya he dicho anteriormente que se trata de un disco potente, de gran calidad, aunque necesitado de solidez y compactación musical, donde la guitarra es la protagonista que se encarga de elevar la temperatura llevando las composiciones al lado hard. Seguramente si no se tratase de su primer disco y teniendo en cuenta la mala trayectoria, es muy posible que la producción habría sido mejor. En cuanto a la grabación no se puede objetar mucho, es bastante correcta. Pero si es cierto que escuchando algunos de los temas se echa de menos algo más de arreglos y variedad, para rellenar momentos desnudos donde la guitarra se muestra abrupta y desgarradora. Un ejemplo de lo que acabo de mencionar se observa en el corte que abre la primera cara, Flying donde el piano, muy percusivo, se fuerza a darle armonía al sonido duro, pero lo hace de manera muy seca, se queda algo corto, entre la guitarra y la voz rota y resquebrajada de Ian Kewley el panorama es muy arisco, haciendo que la dureza se recrudezca. Igual que aquí veremos que en otras composiciones los coros intentan hacer de contrapeso.

De nuevo en Ain’t got no love el sonido vuelve a ser crudo, la voz desgañitada parece que va a sucumbir, la melodía es muy cíclica, igual que los riffs. Aparece un elemento nuevo, la armónica y el piano es eléctrico, dando más volumen y melodía. El estribillo se repite asiduamente, el sonido en general es sucio y el final digno de la ronquera que arrastran las cuerdas. Es en Woman Blue donde la melodía se relaja en dureza y se pueden observar armonías , entregando mucho más protagonismo al piano eléctrico que nos ofrece buenos momentos en pequeños pasajes acompañado de coros femeninos y con la voz de Ian más relajada pudiendo coger aire. Incluso camino de la coda, los demás componentes cantan también juntos, dejando la puntilla para el solo de guitarra de Grainger. Una revisión del tema Higher and higher, rock and blues de Jackie Wilson sirve para cerrar la cara A, versión acelerada donde el riff de guitarra arrecia fuerte tras un comienzo timorato del piano eléctrico con contundencia. La fuerza de la guitarra y la voz y la manera de atacar las cuerdas recuerda a WHO en muchos momentos. Es una pieza con mucho ritmo donde el coro repite el estribillo hasta la saciedad.

Damos la vuelta a la tortilla y nos encontramos con Esther’s place, una composición con un ritmo divertido que de inicios trabaja con riffs de guitarra acústica y un piano blues que tal vez en su lado más suave podría haber servido de single en busca del hit ayudado por ese palmeo utilizado para seguir el ritmo. Ya en el segundo round hay un giro en la estructura, el piano abre la nueva fase y da paso al solo de eléctrica. Tal vez Straddle suponga el punto débil de un disco muy completo. Es una melodía de relleno comandada por la slade guitar sin saber hacia donde se dirige en ningún momento, no termina de despegar, y no muestra nada interesante, muy insulsa. Hasta el final es un reflejo de la vacuidad que contiene. Para concluir vuelven a elegir hacer una adaptación de un temazo emblemático de la banda RARE EARTH, se trata nada menos que de Get ready, obra sublime que ocupa todo un lado en el disco de sus creadores, aquí se reduce a algo más de 8 minutos. Por supuesto no supera a la auténtica, ya que carece de muchos matices del original. La banda se la lleva a su terreno que es el hard y construyen un respetable retoño, y además lo hacen mostrando su mejor cara en lo que respecta a creatividad y dinamismo dentro de un mismo track. La guitarra es puro fuego e Ian se deja las cuerdas vocales de una forma que hace daño. En general todos los miembros realizan un trabajo sobresaliente, los arreglos son se hacen más visibles y podemos escuchar un excelente groove por parte de la sección rítmica.






sábado, 5 de julio de 2025

DOG SOLDIER – Dog soldier (1975)

 


Mel Simpson…………………...….Voz y teclados

Keef Hartley…………………………Batería

Miller Anderson…………..……..Voz principal y guitarra

Derek Griffiths…………………...Voz y guitarra

Paul Bliss……………………………..Bajo y voz


1ª Cara:

- Pillar to Post

- Several people

- You are my Spark

- Long and lonely night

2ª Cara:

- Giving as good as you get

- Thieves and robbers

- Stranger in my own time

- Looks like rain


El alma mater de la agrupación Keef Hartley band echó la persiana en 1972 con el álbum Seventy-second brave, pero poco después volvieron a abrirla en 1974. Miller y Keef miembros de toda la vida, únicos en permanecer desde los inicios, pensaron que no se podía pasar página del todo y se reinventaron para dar vida a una nueva criatura indígena de América del Norte. Continuando con la temática de los indios americanos decidieron llamarse DOG SOLDIER, una denominación que se le daba históricamente a una sociedad militar de la tribu Cheyenne; desempeñó un papel dominante en la resistencia contra los colonos que llegaban del este en la zona que actualmente ocupa Kansas, Nebraska, Colorado y Wyoming. Su máxima era: “No es bueno envejecer; es mejor luchar con valentía en la batalla y morir joven”.De ahí la portada un tanto extraña del soldado Cheyenne cabalgando sentado sobre un caza supersónico.


A parte de ellos dos consiguieron sumar a sus filas a Derek Griffiths que ya tocó junto a Hartley y Anderson en ARTWOODS, una banda liderada por el hermano de Ronnie Wood antes de unirse a la Keef Hartley Band. También entraron Paul Bliss, músico curtido en bajo y teclados en muchos grupos, que grabó el único testimonio de esta formación y participó en la posterior gira. Y por último Mel Simpson, músico competente que más adelante se ocuparía de producciones además de grabar álbumes en solitario.

Al Teller, jefe de United Artist, interesado por el bagaje de Keef Hartley al que seguía de cerca en el mundo del rock viajó hasta Londres para saber que estaba tramando. Es así como escuchó el nuevo proyecto musical quedando muy impresionado. No tardó en ficharlos y así es como llegarían a grabar el solitario álbum. Eran una extensión de la Keef Hartley Band (KHB), pero no iban a sonar igual, puesto que sufrirían presiones por parte de la compañía para que abandonasen el Blues rock que venían realizando. Muy a pesar por parte de todos los componentes cederían al chantaje y eso queda reflejado en el vinilo.

Queda prácticamente descartado el sonido blues, así como los arreglos de viento que eran marca de la casa en la KHB y aquí brillan por su ausencia. Pasan a realizar un hard rock de tintes suaves difícil de encasillar, con muchas influencias, de hecho el disco es un conglomerado de canciones en las que han participado escribiendo todos los miembros en mas o menos cuantía, una mezcla ecléctica, con composiciones que incluyen elementos que tocan muchos estilos, cuya labor está construida sobre una atmósfera y un sonido que se podría atribuir a gente como la Grad Funk Railroad ó Journey setenteros. Aun así se puede decir que es un buen álbum, muy solido, que encierra grandes momentos y que merece la pena escuchar. La crítica musical en general ha cargado contra él, considerándolo un subproducto de baja calidad tal vez por comparación con el pasado……. y es que la sombra de la Keef Hartley band es alargada.

El comienzo con la batería en solitario tal vez se pueda entender como un mensaje donde insinúen, quien continúa al frente por mucho que el nombre de la banda haya cambiado; Pillar de post es una pieza clásica que nos sumerge con un riff rítmico de férreo hard a cargo de las guitarras que luego aumenta su dureza y complejidad con el sólo wah wah de Anderson. Hartley nos bombardea con el bombo más de lo usual, creando entre todos una de las composiciones más pesadas del álbum, en la que sorprende la introducción de sonidos de sintetizador, algo que años atrás parecía inaudito, una presentación que podría indicar por donde va la senda de este homónimo trabajo……. pero no es así. Con un ritmo agitado pero suave arranca Several people, comercial en su estructura con un estribillo muy marcado, nos ofrece coros melódicos y una sección de corte jazzístico en el nudo de la canción con una veloz guitarra de Anderson creando un paisaje más abierto que finaliza conduciéndonos de vuelta al fraseo dominante.

De nuevo la guitarra rítmica nos ofrece unos riffs que se repetirán como parte principal de You are my spark, generando una composición sólida y atractiva a la vez que dinámica con varios giros donde observaremos juegos de guitarra cargados de efectos resolutivos de tendencia progresiva en las manos de Anderson, un solo duro donde hace vibrar las cuerdas. Nuevamente aparecerán coros melódicos arropando a su modulada voz, la cual trabaja y ofrece mucho brillo con gran profesionalidad durante todo el álbum. Long and lonely night es el corte tranquilo para cerrar el lado A, uno de los mejores trabajos vocales, muy melódico con los coros del resto. Accesible, tierno y cálido, nos ofrecen la cara más sensible de la banda. La guitarra se muestra efectista y acompañando al eterno Hammond volvemos a escuchar sintetizadores.

Dando la vuelta al vinilo quizá entramos en un fase más insustancial pero no exenta de calidad, algo más anodina, salvo al final…..pero con Giving as good as you get nos vuelven a mostrar su punto más comercial con una pieza accesible, sencilla y directa. Pegadiza desde el inicio, cumple con su función, nos enganchan con un armonioso y minimalista solo de sintetizador, la rareza de la composición junto a algún elemento delay de la guitarra.

Thieves and robbers con arranque de batería nuevamente, ofrece un esforzado trabajo vocal de Anderson en una seudo-continuación del anterior corte, donde la guitarra parece hablarnos a través del solo.

¿Restos de blues?…….Todavía arrastran su pasado blues. Es lo único que encontraremos en Strangers in my own time, diferente a todo lo que le acompaña en el álbum. La voz sin duda es lo más valioso, también los arreglos de piano que no se prodigan y menos aún los de metales que se observan aquí. Mejora en profundidad al avanzar y gana enteros en calidad.


Queda como colofón el track más extenso de todos, que con más de 11 minutos nos ofrecen para mi gusto la mejor composición, ya no por que sea la más completa sino por que es donde más arriesgan con su estructura. Looks like rain es la más progresiva sin duda con momentos espectaculares en los que parece que la creatividad de todos los miembros se deja llevar por la atmósfera que crean. Se divide en secciones que se dividen bruscamente, la guitarra rítmica nos sacude un grave riff que al oirlo no puedo pensar sino en el In-a-gadda-da-vida de los IRON BUTTERFLY y que aparcado por un rato aparecerá de nuevo al final. Entran en una 2º fase extraña con los instrumentos dormidos y que poco a poco se van activando en una atmósfera que no descifra los siguientes pasos a seguir. La experimentación y la innovación hacen acto de presencia, sorprendente, la instrumentación se enriquece, las guitarras y el bajo trabajan con posiciones obsesivas generando caos entre efectos, desembocando entre ecos y delays en la 3ª fase con el riff inicial de regreso. Este se repite en bucle varios minutos y deriva en la 4º y última fase, la más abierta, espacial y onírica que se encarga del cierre con una melodía que va surgiendo desde el fondo cada vez más compleja con teclado y guitarra en libertad, trasteando y creando mini-improvisaciones hasta alcanzar el climax con todos los instrumentos “a una” alineados con el susodicho riff. Fragmento que no tiene nada que ver con el resto de temas.

El ambiente que rodeó a la nueva banda a la que había marcado tanto el pasado, junto con las fuertes diferencias existentes con la discográfica no fueron el mejor caldo de cultivo para forjar un futuro estable. Tras una gira de presentación por EEUU, los integrantes principales pensaron que aquello no podía continuar, trabajar en contra de sus principios no era la mejor opción, por tanto se dio por terminado el experimento. Creo que puede que fuera lo mejor que podía suceder, el disco deja entrever que aunque reúne mucho talento, la senda a seguir no está clara, no hay un propósito definido, un estilo marcado. De haber continuado estirando el engendro intentando reflotar viejos laureles, es muy posible que hubiera enfangado el exitoso currículum de Keef Hartley y Miller Anderson. 






sábado, 7 de junio de 2025

LYNYRD SKYNYRD – Nuthin’ fancy (1975)

 


Ronnie Van Zant………….Voz

Allen Collins……….......Guitarra rítmica y solo

Ed King…...…………..…..Guitarra rítmica y solo

Gary Rossington…..…….Guitarra rítmica y solo

Billy Powell………………..Teclados

Leon Wilkeson…………...Bajo

Artimus Pyle……………….Batería


1ª Cara:

- Saturday night special

- Cheatin’ woman

- Railroad song

- I’m a country boy

2ª Cara:

- On the hunt

- Am I losin

- Made in the shade

- Whiskey Rock-a-roller


Llevo mucho tiempo con discos de esta banda en mi colección y ya es hora de hablar de este baluarte del rock sureño americano, que podemos incluir junto a otros grandes por méritos conseguidos en muy breve espacio de tiempo (1973-1977).

Inusual formación ésta, que se componía de 7 miembros sin que ningún instrumento de viento se halle entre sus habilidades. Su singularidad reside en la existencia de 3 guitarras nada menos, y cualquiera de ellos podía ocupar la parte rítmica o realizar desarrollos únicos. Alguno se preguntará como hacían para no superponerse o cruzarse indebidamente entre las melodías…...pues no señor, no ocurría. La coordinación, el silencio a su tiempo y el saber de sus autores Collins, Rossington y King es muy preciso, nos encontramos ante unos músicos con tablas, que van a crear un entramado de guitarras original y que posiblemente suponga la magia que tiene su música junto a su capacidad compositiva, para generar un sonido inigualable que los distinguirá de muchas otras bandas de esa estirpe y que más adelante tendrá mucha influencia. No es justo decir que fueran el alma del septeto, pero si una parte fundamental.

Su simiente surgiría allá por el año 1964 en EEUU obviamente, pero concretamente en Jacksonville, Florida. Fundadores se pueden considerar a Van Zant, Rossington y Larry Junstrom, bajista que apenas perteneció, uniendo fuerzas tras coincidir en un partido de beisbol. Más tarde se les uniría Allen Collins, todos ellos aún adolescentes ensayaban tras salir del colegio allí donde podían encontrar un espacio útil. Realizaban versiones de los Rolling, Yardbirds o Beatles, que entonces eran las sagradas escrituras. Terminarán llamándose The one percent. Los conciertos que realizaban eran flojos y la audiencia no quedaba contenta, era necesario perfeccionar la técnica. Van Zant decide ante la situación dejar los estudios para centrarse en perfeccionar e intensificar los ensayos. Los demás, tras la decisión de Van Zant le van a seguir e igualmente aparcan los estudios con 16 años, se está forjando el núcleo de LYNYRD SKYNYRD.



La estrambótica denominación proviene de la deformación del nombre Leonard Skinner, un profesor de gimnasia que tenían Collins y Rossington y que los suspendía en su asignatura por el simple hecho de llevar el pelo largo………. muy justo el hombre. Pero para evitar posibles represalias por su parte cambiaron todas las vocales por una “Y”, quedando un apelativo difícil de leer y pronunciar.

Metidos de lleno en busca de su personalidad musical llegaron a ser teloneros de Allman Joys, liderado como podéis suponer por los hermanos Duane y Greg Allman, pero la experiencia no terminó muy bien al no ocurrírseles otra cosa que tocar material de los Allman, quienes acabarían enfadados, pidiendo con vehemencia que compusieran material propio. Para poder avanzar así tenía que ser y a finales de 1968 presentarán su primer single grabado con material inédito. No hacen dinero, y las arcas no están boyantes, flojos de fondos en 1970 en una gira que vienen realizando como teloneros de Strawberry alarm clock, están ansiosos por registrar material nuevo. Tendrán que acudir a la familia para obtener algo de dinero que les permita entrar en un estudio de Alabama. La situación es ambigua y eso se traduce en salida de miembros que no ven horizonte y la correspondiente entrada de nuevos valores.

Las discográficas y emisoras de radio siguen dándoles la espalda a pesar de presentar maquetas de material original, pero no cejan en el empeño y continúan haciendo actuaciones en vivo en diferentes ciudades, hasta que en Atlanta Al Kooper músico y productor los vio una noche y se interesó. Kooper se hace cargo de ellos y comienza a tratar de darles forma, eso supuso que nuevamente dentro del seno hubiera salidas y entradas de músicos, pero la financiación está asegurada y por fin después de mejorar y pulir estilo será en 1973 cuando definitivamente aparecerá su álbum debut en el estado de Georgia.

Tras el estreno y su siguiente Second Helping de 1974, grabarán el que nos atañe, Nunthin’ Fancy. Será al año siguiente; el tremendo éxito logrado con sweet home Alabama de su anterior es tal que se enfrascan en una gira agotadora. La discográfica quiere aprovechar el buen momento y les presiona para que rápidamente entren a los estudios en busca de su tercer redondo. Sin alternativa se ponen manos a la obra partiendo de que solo tienen sólido el tema Saturday night special que no se ha incluido en el álbum anterior. El resto de canciones se compondrán durante el periodo de trabajo. Realmente están entonados y el material es magnífico, llegarán por fin a entrar en el top 10 del Billboard 200, alcanzando la novena posición y lograrán disco de oro.

El disco nos ofrece calidad y no se puede decir que haya tema malo, aunque alguno baje algo el listón. Nada más empezar nos abruman con la entrada de Saturday night special, un maremágnum de guitarras que nos alerta de un maravilloso sunami. Todo un temazo relleno de buenos riffs en la parte rítmica en concordancia con el bajo que lo hace muy potente, un estribillo atractivo con una batería acertada que le otorga marcialidad y unos solos estupendos que van surgiendo en el entramado y que caracterizan en esta banda por su expresividad y sus tiempos estirando las cuerdas. Y que decir de Van Zant un tipo que no fue a Operación Triunfo pero que sabe adaptarse en todo momento a las particularidades de la composición con una voz que transmite sentimiento. Tras este directo al cerebro encontramos algo de calma en Cheatin’ woman con mucho peso en el teclado de Billy, que no me extrañaría que fuera su compositor. Los fraseos del sintetizador y órgano recuerdan a pasajes de sus excelentes paisanos Grand Funk Railroad, Van Zant con su capacidad camaleónica se adapta perfectamente a la situación y finaliza con un solo de guitarra cuya autoría desconozco.

El aire sureño se renueva con Railroad song devolviéndonos a tierras americanas con una pieza sencilla construida sobre un juego de cuerdas en armonía, el espíritu vaquero se acrecienta con Van Zant y su voz del ferrocarril, sonido alegre, simpático que no parece terminar de arrancar cuando pone fin precisamente sobre los viejos raíles. Para cerrar nos ofrecen I’m a country boy, donde nuevamente un riff rítmico marca toda la composición con un bonito groove a mitad de camino que sirve de descansillo volviendo al riff inicial y con coros de los compañeros de Van Zant arropándole.

Damos la vuelta al acetato y la sesión sigue con On the hunt, un corte que para mí es de lo mejor en su elaboración, más trabajado, muy similar al Saturday…..y que incluye ese elemento que lo hace tan característico de esta formación, el piano incisivo y martilleante que se deja escuchar. Además las guitarras están especialmente inspiradas en sus solos y en sus entradas y salidas con un muestrario muy dinámico. Su siguiente Am I losin’ es una canción que nuevamente nos insufla aires sureños, pieza que se aleja de la electricidad y que Van Zant canta con cariño poniendo mucho sentimiento en la expresión, balada preciosa que incluye coros y juegos de guitarra exquisitos.


Nos transportamos a la América profunda de los años 30 para escuchar Made in the shade, una pieza auténtica casi cantada a capela con instrumentos tradicionales como la mandolina, la armónica, el cajón y la ¿tuba?…...un punto y aparte añejo que le otorga autenticidad y significado a sus orígenes. Supongo que les resultaría divertida su grabación. Para acabar definitivamente escriben Whiskey Rock-a-roller, bastante accesible, muy guitarrero, con la voz de Van Zant como principal componente y con una estructura clásica dentro del rock, tal vez se trate de una pieza para disfrutar en directo sin más ambición que la de ser simpática y animada. Escuchamos el piano típico que termina……….. al fondo del bar.

Para ser un disco que tuvieron que fabricar partiendo de cero realmente esta integrado por muchas perlas, lo que nos da una idea del estado magnífico en el que se encontraban….y de la gran banda que eran…...y eso que lo llamaron Nuthin’ fancy, traducido….nada lujoso….je, ya ves.






sábado, 11 de enero de 2025

MOUNTAIN – Nantucket sleghride (1971)

 


Leslie West…………..…….Voz, guitarra

Steve Knight…………..….Teclados

Felix Pappalardi….……..Bajo, voz

Corky Laing………..………Batería


1ª Cara:

- Don’t look around
- Taunta
- Nantucket sleghride
- You can’t take away
- Tired angels

2ª Cara:

- The animal trainer and the toad

- My lady

- Travelling in the dark

- The great train robbery


Esta obra es otra de esas que pasan desapercibidas en el ámbito del Rock, y que no debería, pero es tal la cantidad de material que hay de esa época que irremediablemente, y más aún, en los tiempos que corren, que todavía dificultan más su conocimiento, es muy normal que se queden flotando en el limbo para siempre. Hoy en día, con la falta de prensa de estos discos que empiezan a sumar el medio siglo y el hecho de que las nuevas generaciones ya no necesiten ni siquiera formato material para escuchar música, hace difícil la difusión de álbumes que pasaron sin pena ni gloria en la vorágine del momento.

Me topo con la banda LESLIE WEST MOUNTAIN, americanos del norte, en concreto de la metrópoli de Nueva York que se fundaron como trío en 1969, Norman Landsberg (teclados y bajo), Leslie West (Guitarra y voz) y Ken Janick (Batería), bien acogidos por parte del público de la zona. El productor Felix Pappalardi los apadrinará cuando los descubre, pero es que como también es músico entrará en el seno y colaborando grabarán su primer álbum. Trabajarán mucho el directo y gracias a eso obtienen un cierto éxito que les lleva a participar en el gran festival de Woodstock de 1969 pero ya en formación de cuarteto, aunque extrañamente nunca aparecerán en el álbum oficial del festival ni tampoco en la película temática que se realizó. La entrada en filas de Pappalardi, con su saber para la producción, supuso que el sonido cambiase sustancialmente, no solo hizo labor con el bajo, sino que también analizó la guitarra rítmica, el piano, la voz e incluso su vena para componer, con lo que el hard rock inicial, se dulcificaría en pos de más melodía con un aspecto más moderno.

El segundo LP ya se denominó con el nombre reducido a MOUNTAIN donde ya no aparecen Janick ni Landsberg, sino Steve Knight a las teclas y C. Laing a la batería. Seguramente es el disco más completo de su corta discografía con un hard rock próximo al realizado por CREAM, cuyo productor había sido casualmente Pappalardi. Titulado Nantucket Sleghride, es un álbum conceptual que gira en torno a la isla de Nantucket, ubicada en el océano Atlántico a unos 50 km de Massachusetts, EEUU donde muchos marinos vivían de la caza de las ballenas. En concreto la canción homónima está basada en la tragedia del barco ballenero Essex, que en 1820 fue embestido por un cachalote resultando muy dañado y provocando su hundimiento finalmente. La mayoría de la tripulación pudo salvarse en los botes, pero su destino es otra historia que os invito a que indaguéis.


El estilo musical desarrollado ha tenido fuerte influencia en otras bandas venideras de Rock, Bad Company, Humble Pie, Mott the Hoople, o Hard como Black Sabbath o Deep Purple, estos últimos coetáneos, pero que absorbieron ciertos elementos estilísticos, y es que se les asocia con el preludio del Heavy Metal y el Hard, aunque tal vez más por la guitarra de West y su asociación con Corky Laing, una sociedad fructífera que crecerá un año más tarde hasta el punto de grabar LP’s junto a Jack Bruce, ex-Cream, aprovechando una breve separación de Mountain (más bien un descanso), cuando Pappalardi se retira al estudio. Pero esa sociedad West-Laing no es la única , ya que Pappalardi – Laing también es otra sociedad construida sobre fuertes dosis de compenetración que se demuestran a lo largo de toda la obra. Estas uniones dentro del disco tienen como fruto la consecución de grooves impresionantes, uno de los elementos estelares que hacen posible su triunfo entre el público amante del hard.

Nada más iniciarse nos ponen las pilas con Don’t look around, potente y dura donde la guitarra y la batería a base de aporrear timbales no cejan en su empeño comenzando la simbiosis, la voz de West se suma al evento arreciando rota e imprimiendo más dureza si cabe. Laing que es un obrero de la percusión y junto con el bajo de Pappalardi establecen una base rítmica digna de una enérgica máquina. Un torrente de fuerza que en tensión no es superado por ninguno de los siguientes cortes. A continuación nos sorprende la pieza escrita por Pappalardi (colabora en la mayoría, junto con su esposa Gail Collins) un remanso de paz que se recibe si cabe con más ganas, tras el primer huracán, se trata de Taunta, perfecto para desintoxicar con una duración muy corta, apenas un minuto de composición instrumental desarrollada por Knigth y su teclado.

Llega la estrella del festival, la homónima y clave conceptual Nantucket Sleghride, donde la melodía se hace más patente gracias al fuerte protagonismo de los teclados, muy interesantes en su ejecución con un sonido original, mientras la guitarra en arpegios se balancea. Llega un momento en que las guitarras con un aluvión de decibelios los envía a segundo plano reforzado por la ametralladora de la percusión. Se observan 2 partes diferenciadas en la composición, la primera muy melódica con los teclados al frente y la segunda dura por la respuesta de West y Laing. Una dualidad que se repite pero que deja otros detalles muy buenos entremedias, mostrándose como la pieza más completa y más dinámica del LP escrita por Pappalardi.

Otro magnifico corte es You can’t take away, un tema que en su entrada hace su aparición la cruda guitarra con un riff que se repite a lo largo de todo el tema y que canta West, protagonista absoluto en una composición con mucho aire de blues y del trio Cream, con arreglos de piano y coros por parte del resto de componentes y reforzada en el ritmo por una batería machacona. La cara A del vinilo acaba con Tired Angels otro track que huele mucho nuevamente a Cream (Wheels of fire) y con una estructura muy similar a la de Nantucket Sleghride, con 2 secciones diferentes. En la primera la opaca guitarra de West obtiene gran atención, con inclusión de solos, mientras en la otra el teclado hace su presencia relegando a la guitarra y regalándonos melodía celestial. Pappalardi la escribió en recuerdo del inigualable Jimi Hendrix, que hacía poco más de un año había fallecido. Mi pieza favorita.

En la otra cara del plástico arranca con The animal trainer and the toad, una pieza de fuerte sabor blues trabajando con Slide guitar y acompañada de un remarcable piano bar, una pieza con riff sencillos y de carácter alegre, ligera. My lady, presenta nuevamente una estructura suave cantada por Pappalardi con una ambientación muy folk y arropado con una pantalla de teclados y coros, donde West toca la guitarra comedida sin entrar en batallas ni agresiones acompañando la melodía.

Otra de las grandes composiciones para mi gusto que no podemos descartar es Travelling in the dark, que nada más comenzar nos transmite buen feeling y esperamos buenos momentos de ella. Posiblemente es el corte donde más clara queda esa relación mutua y dual entre los músicos, con unos grooves imponentes por parte de West-Laing y Pappalardi- Laing. Todos los músicos confluyen con gran aportación interpretativa creando un tema vibrante y brillante. El LP finaliza con The great train robbery de tintes muy análogos en la interpretación y construcción a “The animal trainer and the toad”, donde se despacha a gusto la slide guitar de West mientras se desgañita al micrófono. Aquí también encontramos el piano bar haciendo arreglos y al final se puede escuchar como el bajo de Pappalardi intenta sobresalir por encima de todo a modo de firma y cierre.

Una obra muy completa sin bajones que cualquier fan del hard o del progresivo debe tener en sus arcas. Disfrutaréis de las animaciones tanto en el exterior como en el interior de la funda, obra de la novia de Pappalardi, Gail Collins, si, también hizo sus pinitos en la pintura, y la verdad, no lo hacía mal.




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