Ian Hunter........................Piano,
voz líder
Overend Watts...................Bajo
Buffin.............................Batería
Mick
Ralphs......................Guitarra y voz
Verden
Allens...................Órgano
1ª cara:
- You really got me
- At the crossroads
- Laugh at me
- Backsliding
fearlessly
2ª cara:
- Rock and roll Queen
- Rabbit foot and toby
time
- Half moon bay
- Wrath and wroll
Con ese estrambótico nombre del
cual no consigo saber su traducción, va a debutar este grupo a finales de los
60. Un álbum cuyo primer corte es la versión de uno de los temas más rompedores
en la historia del rock, "you really got me", un bombazo de THE
KINKS, pero no es el único cuya procedencia venga del exterior, también está
"laugh at me" de SONY BONO. Con esas preferencias parece que el
camino a tomar sean derroteros cercanos al rock and roll ó rock and blues, pero
lo cierto es que es un trabajo cuya línea no está del todo clara, dejando la
incógnita para ser despejada más adelante. Un disco donde hay muchas
influencias de gente muy diversa, realizando un sonido que supone una mixtura
de bandas tan distintas como PROCOL HARUM, SPOOKY TOOH o los mismísimos
ROLLING; y la que me parece más potente por encima de todas es la de BOB DYLAN
en su época ya eléctrica, incluso en la voz de Hunter que es sospechosamente
similar a la del genio, mostrando esa cadencia cansina y desaliñada que
caracterizaba a Dylan.
Por tanto partiendo de esas
premisas estamos ante unas composiciones que respiran de fondo blues y folk y
que tienen el punto progresivo sobretodo en los arreglos de teclados y piano
excelentes, que brillan especialmente cuando se combinan ambos, órgano-piano ,
pareja perfecta que supone una garantía de éxito.
Una obra contada a modo de
historias con mucho sentimiento, donde las guitarras mantienen las melodías a
seguir sin desmelenes dignos de mención, siendo los teclados los que de forma
cálida producen las variaciones del tema.
Cadencias sencillas; muy
claramente diferenciados los compases, girando en torno a la frase inicial,
acordes básicos una y otra vez, cierta melancolía flotando permanentemente, con
un sonido que incluso en pasajes invita al recogimiento y la reflexión y todo
ello contado por Hunter al estilo reivindicativo de Dylan. Un disco que termina
con una canción sin principio ni fin, enjambre instrumental que surgiendo del
fondo concluye con un éxtasis sonoro.
Una vez terminada la audición se
echa de menos algo en todo este conjunto, falta fuerza y un poco de magia, un
componente que nos haga vibrar, un gancho que nos haga retener momentos en la
memoria. Sin embargo la crítica fue provechosa y el álbum llegó a alcanzar
puestos muy altos en las listas de éxitos. Cuestión de gustos.
PUNTUACIÓN: (De 1 a 10): 7,5