Otro personaje olvidado, pero realmente excepcional, es Tom Scholz un chico que podía haber sido Bill Gates antes que Bill Gates pero prefirió ser una estrella de rock. Una estrella, eso sí, por su carácter más dado al anonimato que a la sobreexposición mediática. Scholz tiene una historia curiosa que puede ser el sueño de cualquier "gafapasta": aplicado estudiante, más de ciencias que de letras se gradúa en el 65 con unas notas espectaculares, lo que le permite irse becado a una de las mejores universidades del país y licenciarse en ingeniería mecánica de nuevo con calificaciones que rozan la matrícula.
Durante unos cuantos años trabajo para la Polaroid y en sus ratos libres monta un grupo con algunos amigos, entre ellos un guitarrista bastante competente llamado Barry Goudreau. Poco a poco se unen músicos locales -estamos, claro, en Boston- como el vocalista Brad Delp, y el siempre aplicado y quizás un tanto obsesivo Tom construye un estudio "casero" en los sótanos de su casa que, a la postre, es mejor que la mayoría de los profesionales que hay en la ciudad, y que les permtirá, ya desde las primeras maquetas , sacar un sonido impactante.
(Los grandes magos del sonido de los 70)