"Tago Mago del grupo Can, tiene un peso en el kraut, sin exagerar o exagerando poco, lo que el What's going on (1971) de Marvin Gaye al soul, y todo el rock experimental le debe unas gracias, pese a que en comparación con él gran parte de las bandas experimentales merecen el primer puesto en las listas de éxitos.
Aquí desfila la formación clásica de Can, con la virtuosa batería entre lo jazz y lo robot de Jaki Liebzeit, el bajo de Holger Czukay, quien había estudiado música con el mismísimo Stockhausen, y el vocalista japonés Damo Suzuki, que vagabundeaba por Europa hasta que el grupo lo vio tocando en la calle de forma harto peculiar y le invitó a sumarse para suplir la vacante dejada por Malcolm Mooney. Tan peculiar que en su primer concierto echó al público del local. En "Peking O" tenemos un gran ejemplo de cómo hace de las suyas, entendiendo por "hacer de las suyas" darse a improvisaciones vocales freeform en ningún idioma"
Michael Perlitch............Órgano,
piano, harpsichord,
1ª cara:
- Captain zanzibar
- America
- Remember Sarah
2ª cara:
- Take off
- Pete the bondage
freak
-Planet mission alpha
- Holy Joe
Este es uno
de esos discos que hace un tipo desconocido, especial, de naturaleza extraña,
una vez en la vida. Pero como ha ocurrido en otras ocasiones, el éxito se les
resiste, pasan desapercibidos a pesar de su excelente trabajo, se sumen en la sombra
y desaparecen injustamente, cuando en realidad no puedes comprender como alguien
así puede caer en el ostracismo. Porque si una conclusión se saca al escuchar
el álbum es que estamos frente a un personaje de profundo sentimiento, de
potente talento y dotado de virtudes en la interpretación de instrumentos con
teclas.
Poco o nada
se sabe de este solitario espécimen capaz de levantar el solo un trabajo
excepcional donde escribe, interpreta todos los instrumentos y aporta su propia
voz. Vamos, que se lo hace todo, recordándome a otros niños prodigio que si
llegarían muy lejos como el emblemático Steve
Winwood.
Trabajo
excepcional de principio a fin, una obra erigida sobre el piano que conduce a
lo largo de todo el conjunto vertebrando todas las composiciones con
predilección por los acordes de mano izquierda, más profusos, tensos, y oscuros
que dejan patente el concepto que quiere presentar. Será atacándolo con fuerza
como consigue ritmo suficiente para no caer en el aburrimiento. Para vestir a este
piano también se ocupará del órgano, e introducirá pasajes de instrumentos
clásicos y percusiones elaborando un cuerpo y unos arreglos más que buenos. Es
decir no vamos a encontrar nada más, no esperemos guitarras, bajos, metales o
baterías. Todo gira alrededor de los teclados como señala el título del Lp,
bueno y su voz, claro, que intenta incorporar la parte más dulcebuscando armonías acompañada en numerosas
ocasiones de coros.
Si solo
incluye teclados podemos inclinarnos inevitablemente a pensar que la música
puede ser de carácter pomposo, grandilocuente, exagerado, pero no es así. Al
contrario se trata de un producto que parte del interior del artista, una
visión del mundo desde lo más hondo. Se suceden los momento melancólicos,
tortuosos y sin embargo son hermosos y sinceros. Melodías basadas en
estructuras sencillas formadas a través de acordes limpios, sin grandes
demostraciones de virtuosismo, cuya pretensión es expresar sus inquietudes y
preocupaciones.
Relatos de
pasajes ambientales bellos dibujando escenas en el aire, sensibilidad,
elegancia y clasicismo, cercano a la idiosincrasia de bandas como PROCOL HARUM. Piano para disfrutar y
paladear.