"Para Harvest grabarían cuatro discos de notable calidad -y buena acogida crítica-, que ya incluían varios de los temas que se harían clásicos en su repertorio, estableciendo la base de su sonido con estructuras y orquestaciones progresivas sobre una fuerte base melódica. Fueron esas orquestaciones, por cierto, las que de algún modo cambiaron el destino de la banda.
A partir de su segundo disco Once Again (1970) se hicieron acompañar en directo de una orquesta, dirigida por Robert John Godfrey, lo cual disparó los costes de las giras hasta el punto de que, al cambiar de sello tras su cuarto disco, tuvieron que usar buena parte del dinero de adelanto para enjuagar deudas con EMI."
Detrás
de esta femme fatale de semblante sugerente nos vamos a topar
con otro de los proyectos que abordó Ry Russell, un
hombre hiperactivo cuyos días eran más largos de lo normal. Hace
poco ya hablé de su predecesor. No del disco si no del grupo que lo
precede, RUNNING MAN, donde ya quedó patente que Russell además de
líder, era un tipo inquieto que no hacía más que meterse en
historias. Después de un año, se evapora la banda y nace otra nueva
como por arte de magia con nuevos músicos, son MOUSE y de nuevo
Russell líder indiscutible.
Conjunto
inglés que practica un hard rock con psicodelia de por medio y
también buenas dosis de guitarrazos blues por parte de Ry. Tan
pronto como se identifican y con la buena mano de Russell para
venderse, firman por Sovereign, una subsidiaria de progresivo
que no llegará a funcionar durante mucho tiempo, pero que también
contuvo en su catálogo a bandas que luego se consolidarían como
Renaissance y Flash, entre otros.
Se
ponen manos a la obra y conciben rápidamente (cosa nada extraña) un
álbum que lanzarán solamente en U.K. ¿Las razones de porque solo
allí? Lo desconozco. Aquí Ry dirigirá a la orquesta sinfónica de
Londres en las partes seleccionadas dentro de las composiciones. La
producción al igual que con R.M. correrá también a cargo del
grupo, pero esta vez colaborará John Acock, tipo no
muy conocido, pero que posteriormente producirá álbumes de Steve
Hackett y Renaissance por ejemplo.
La
música de ratón vuelve a encontrarse fuera de los
estándares, y es muy similar al anteriormente grabado con R.M. en el
sentido de que no muestra una tendencia clara en el estilo, sino que
otra vez se trata de un trabajo desigual, muy ecléctico, más
todavía, pero con la diferencia de que está mejor producido aunque
con algo de austeridad igualmente. En algunos momentos siguen
pareciendo que hay cierta precipitación y precariedad, partes
demasiado largas y que no aportan, cierta anarquía y piezas que se
quedan algo cojas y con finales no determinados en ocasiones, que
suponen una desigualdad en la inspiración de los temas. Tal vez pudo
ser debido a causa de luchar contra el reloj para editar el redondo.
Ray no puede perder tiempo, está muy ocupado.
Da
la impresión de ser un compendio de ideas que han ido surgiendo
entre los músicos, aportando unos y otros música con personalidad y
siendo aceptada por el seno para después darle un desarrollo común
y por supuesto el toque de Russell. Así como R.M era más tendente a
la psicodelia progresiva con gran aportación de órgano y guitarra
ácida, Mouse está enfocado al progresivo pero más agresivo, a
través de riffs duros y con secuencias que bien pueden pasar por ser
blues rock de las características de gente como Cream o
Free. Pero la disparidad en sus creaciones es abismal,
absolutamente impredecible decir lo que nos vamos a encontrar, con
unos saltos entre corte y corte que son pura incógnita.
La
inicial Going out tonight comandada por el ritmo del
bajo se muestra como una composición accesible, la voz se muestra
perturbada, y con juegos de extraños efectos a la guitarra entramos
en una dinámica instrumental algo experimental en las cuerdas con
pedal que nos acompaña hasta el final. Pero más accesible se
muestra you don’t know, una pieza tranquila que parte
de unos acordes mayores de acústica con una melodía principal de
ascenso y descenso sencillo, ritmo lento y pesado y performance
intimo.
Electric
lady es una pieza más agitada pero también accesible que
bien podría haber supuesto un single de lanzamiento, nuevamente con
un juego de pedal de la guitarra de Ry, también se incluyen
percusiones variadas y vientos y su duración es muy corta. Sorprende
enseguida el tema All the fallen teen-angels
por ese ritmo adjudicado al reggae y que sirve para introducir un
punto y aparte en la obra. Podrían ser Police o un
versátil David Bowie los creadores de este corte,
animado, diferente y bastante novedoso.
De
nuevo la banda vuelve a desconcertarnos con Ashen besher,
que nos envía a las puertas del infierno con una atmósfera oscura y
una guitarra con ronquera que aulla durante dos minutos para cambiar
a uno de los momentos más inspirados de todo el disco. Introduce un
ritmo rápido con un riff muy acertado y que se va a repetir durante
todo el instante que nos mantiene en esa fase musical, un riff
adictivo que queda armado con una guitarra solista que introduce Ry
cargada de energía y acidez. Maravilloso groove que nos remueve por
dentro. Se detiene en seco y una guitarra acústica nos conduce hasta
el último surco de esa cara.
Al
otro lado encontramos We can make it, una de las
canciones con producción mejor elaborada. Tema pegadizo con un
estilo muy Rolling en su construcción, guitarra hard y
estribillo para aprenderse. También podría haber sido hit del
grupo. Una vez más el contraste se produce con East of the
sun, otra composición extraña en sus comienzos. La entrada
de los violines y contrabajos hacen más fantasmagórico el ambiente
y me recuerda poderosamente a “La caída de la casa Usher”
de Alan Parsons Project. El órgano giratorio hace de puente y surgen
entre subidas y bajadas de volumen, coros que a modo de firma ponen
final.
It’s
happening to me and you es un compendio de guitarras variadas
en estilo hard, protagonista absoluto, corto e inspirado en el sonido
blues de bandas del momento. Accedemos de nuevo a otra composición
con mucha variedad interna, Sunday, que lo hace
impredecible por el eclecticismo que respira a pesar de ser muy
breve. Finalmente Just come back de aire blues será
quien cierre el álbum. Los fraseos a la guitarra en su ejecución
son de naturaleza similar a los de McPhee en
Groundhogs. Corte muy completo en la instrumentación ofreciendo
arreglos y orquestación.
Si
eres partidario de Running Man, puedes hacerte con este
de Mouse. No son uno continuación del otro, son
dispares en su confección, pero si guardan una cierta relación en
cuanto a su esencia inacabada y su falta de concreción en el estilo.
"A lo largo de la gira americana escuchamos el Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band y poco más. El impacto que produjo desafiaba a todos los interesados; nadie creía que los Beatles pudieran superar aquello, o molestarse siquiera en intentarlo. Para mí, el Sgt. Pepper y el Pet Sounds de los Beach Boys redefinían la música del siglo XX: atmósfera, esencia, penumbra e idilio se combinaban de modos que uno iba redescubriendo una y otra vez. Ninguno de los dos álbumes planteaba a fondo cuestiones políticas o sociales, no eran tanto las ideas en sí mismo."
"El caso es que el miércoles 16 de enero, a la llegada al aeropuerto de Narita, un oficial de aduanas tomó una de las maletas de Paul McCartney y la abrió. Por encima de la ropa había una bolsa de plástico con nada menos que 219 gramos de marihuana esperando al policía, como si este supiera lo que iba a encontrar.
Paul no hizo nada por detener el registro. Solo le dijo al agente que eso era normal en América y que no pasaba nada si era solo para uso personal. Por supuesto, el oficial no entendía inglés. Paul fue llevado inmediatamente al NCB (Narcotics Control Bureau). Protestó y alegó que todo era un error.
Nadie le creyó. Inmediatamente después se lo llevaron al Centro de Supervisión de Drogas. Unas diez horas más tarde, los conciertos de The Wings se habían suspendido. Paul pasó su primera noche allí, enfrascado en un curioso traje verde. La noticia se había propagado como el fuego. Doscientas fans japonesas se apostaron donde Paul pasó la noche."
(El Sargento Pepper nunca estuvo allí. Julián Ruiz)