"Amon Düül era una comuna artística de Munich cuyo nombre venía del dios egipcio Amón y de la germanización de dyyl, personaje de una fábula de un raro grupo canadiense. Se trataba de once adultos y dos niños que vivían con un dinero común y participaban en gran número de movimientos estudiantiles y políticos de la época. Valoraban más la emoción y el sentimiento que la técnica, por lo que cualquiera tenía plena libertad para expresarse con cualquier medio, y todos los miembros participaban en largas improvisaciones y happenings espontáneos.
Mantenían relaciones con otras asociaciones que tal bailaban, como la famosa Kommune I de Berlin, y algunos de los que pasaron por ella fueron bastante conocidos en el mundillo radical, como Uschi Obermaier, sex symbol del movimiento estudiantil del 68 alemán, y los futuros fundadores del grupo terrorista Facción del Ejército Rojo.
Pese a que la banda original, de la que formaba parte toda la comuna, sacó varios discos, mayormente centrados en la improvisación y algo duros de oído, hubo una camarilla compuesta por los músicos más especializados que se escindió y forjó el grupo-comuna aparte Amon Düül II, cansada de ver sus ganas de crear música continuamente frenadas por largas improvisaciones de tipos hasta las cejas de LSD que no recordaban ni cómo se llamaban sus instrumentos"
Bajo la estampa terrorífica de
una enorme cabeza amenazante de tiburón blanco, y un título conocido en el
mundo del cine, se esconde un espléndido álbum de rock progresivo realizado por
una banda danesa, algo poco corriente, puesto que no ha habido muchas formaciones
de aquel país que hayan despuntado, sacando los pies más allá de sus fronteras.
Tierras nórdicas que han dado y siguen dando poco que hablar en cualquier
ámbito de la vida y más aún en una disciplina minoritaria como ésta que
tratamos.
El rock que practica está
dominado por un hammond duro que se extiende gravitante acaparando la atención
con un sonido plano y otras veces giratorio con tintes en parte psicodélicos,
bajo las manos de un Tommy Hanssen en estado de
inspiración. En los estadios más potentes comparte protagonismo con la guitarra
parcialmente distorsionada de Benny Stanley que lanza tanto unos
riffs poderosos y adictivos, como unos solos agresivos, recordando mucho a unos
DEEP PURPLE de los discos que los
catapultaron al estrellato en los 70's.
Rock que con una producción
discreta, realizan unas composiciones básicas, no buscan cabriolas, giros o
cambios drásticos, se centran en encontrar el ritmo idóneo, el efecto atrayente
sin concesiones a la sutileza, donde el órgano nos castiga y descarga andanadas
directas al cerebro. Sonido directo y sobrio con estructuras bien elaboradas y
jams que se alargan copadas por solos de teclados y guitarra conviviendo; pocos
arreglos, aunque destacan los insertos al piano, que son deliciosos.
La voz de Ole, modulada y
vibrante, es el único elemento que intenta poner algo de serenidad dentro de
una vorágine musical abrupta y enérgica comandada por las mareas del órgano
omnipresente.
Cuando los índices de decibelios
bajan es cuando podemos llegar a apreciar en su justa medida la oscura labor de
un bajo batallador, y también se observa similitudes con grupos tales como unos
primeros YES, FOCUS, ELP, y en su
fórmula de órgano descarnado BODKIN,
tratados ya en este Blog.
"Éramos totalmente diferentes, pero de alguna forma, la divina providencia nos llevó a tocar juntos, declaraba Page al escritor de Detroit Gary Graff en 2003.
Incluso durante la primera prueba juntos. Cuando empezamos a tocar un tema en la sala de ensayos, se produjo una especie de silencio de asombro, de premonición. Fue como si el cielo lo hubiera sabido. Ninguno de nosotros había tocado nunca con un igual musicalmente hablando.
Y, de repente, ahí estábamos los cuatro tocando juntos. Fue realmente sobrecogedor. Y esa sensación nos acompañó desde el primer al último día."
"En varios conciertos estaría presente uno de los redactores de "Melody Maker", que no dudó en remarcar las debilidades de Tales from Topographic Oceans, la tónica dominante de las críticas aparecidas a caballo entre 1973 y 1974.
En las páginas de "Melody Maker" se podía leer el siguiente texto: Voces cantando las partes de The Revealing Science of God y el maratón épico de Yes les han tenido ocupados buena parte de este verano. ¿Todo ello ha merecido la pena? Incluso después de haber oído el concierto e interpretado las cuatro caras del álbum varias veces, de algún modo todavía cuesta creer que tenga un impacto como una sola entidad.
Se trata de un trabajo maestro fragmentado que ha sido montado con mimo y durante largas sesiones en el estudio. Brillante en algunos pasajes pero, a menudo, va demasiado lejos en determinados puntos y curiosamente muestra sus carencias en el entusiasmo o la expresión personal...La música es más un test de resistencia que un vehículo para el deleite. Hubiera deseado que las cosas resultaran más fáciles para ellos mismos. El esfuerzo ha sido insufrible."