Martín Griffiths.............Voz principal
Ricky Gardiner...............Guitarra y voz
Alan Park.......................Teclados
Ray Wilson.....................Batería
Gordon Sellar.................Bajo, guitarra acústica y voz
1ª cara:
- Hobo
- MacArthur Park
- The witch
2ª cara:
- Pathfinder
- From shark to Haggis
- Stretcher
- Madame Doubtfire
Dentro de la larga fila de formaciones progresivas de origen británico en los años 70 que pasaron algo inadvertidas, hubo muchas otras bandas como esta que menciono hoy, injustamente poco reconocida y con larga experiencia, puesto que hoy en día todavía siguen sobreviviendo a pesar de la miseria de la industria discográfica. Procedente de las "highlands" escocesas, podían haberse codeado perfectamente con las grandes, debido a su alta calidad en las composiciones, como al saber hacer de los músicos que lo integran. Pero muchas veces la razón no es lo que acaba triunfando, y sin motivos aparentes suceden cosas que se escapan a nuestro entendimiento.
El significado de su nombre proviene de la "opera del vagabundo" (prólogo y 3 actos), obra que se estrenó en 1728 correspondiente al poeta John Gray. Surgirían en la conocida ciudad de Glasgow, en el año 1969. Sufrirían muchos altibajos en lo que a miembros dentro de la banda se refiere. De hecho este será el último álbum en el que colaborarán M. Griffiths y Ray Wilson, pero será una constante en el tiempo hasta el día de hoy. Su sonido se puede considerar progresivo pero con alusiones a la música clásica, sobretodo en sus inicios, que lo sitúan muchas veces dentro del sinfónico, haciendo tributo a Mozart y Bach. Exuberantes teclados y guitarras poderosas sobre largas jams en las que hay variedad de movimientos y cambios de ritmo, endureciendo el sonido de las guitarras en la obra a la que aludo, volviéndose hard donde antes había tenido más referencias psicodélicas. Todo que publicaron de aquí en adelante no alcanzaría el gran nivel obtenido en los primeros 3 álbumes. Y no solo eso, con la aparición del techno pop y punk rock a finales de década morirían fusilados. A mediados de los 90 volverían a la carga intentando recuperar los niveles de calidad, y continúan en activo con gran acierto pero sin cuota de mercado.
Los temas incluidos en Pathfinder son extensos, con una media de entre 5 y 6 minutos, o el maravilloso "MacArthur park" que llega a superar los 8 minutos y aún así se nos hace corto. Trepidante y a la vez nostálgico, compuesto en diversas secciones que incluyen cadencias ascendentes y descendentes. Tremendo, toda una delicia esta pieza escrita por Jimmy Web e interpretada por el actor Richard Harris, por la que ya solo merece tener este trabajo, de la que ellos van a sacar partido a su manera, incluyendo como teclado estrella el clave, algo que repetirán en otras ocasiones.
Las melodías nos atrapan con facilidad acentuadas por los coros de voces que emplean como un recurso melódico. Las guitarras en general más duras que en discos anteriores son muy variadas, usando en ocasiones el pedal, o con una performance y timbre que bien nos recuerda a la de Tony Duhig (JADE WARRIOR) en sus momentos más eléctricos en "Stretcher". Lo cierto es que la potencia le confiere cuerpo a las composiciones, que ya de por si se rodean de una gruesa textura de teclados, fluyen lineales creando un muro de fondo y por otro lado realizan cabalgatas que alimentan la columna vertebral con solos picados y rápidos generando un progresivo con grandes similitudes al de Vicent Crane (ATOMIC ROOSTER), pero sin llegar a ese grado de crudeza. Mientras, el piano apoya en todo momento en la conducción envolviendo las cascadas de teclados que retuercen las líneas del principales.
La base rítmica se encuentra en primer plano con una batería descomunal destacando especialmente el bombo que es trabajado en muchas ocasiones sin piedad y produciendo un sonido que resulta épico, con ritmos que llegan a ser marciales (the witch) a la vez que vertiginosos. Hobo, muestra su lado más accesible iniciando la escucha con un estribillo que engancha, Pathfinder podría ser un corte de progresivo italiano o germano, From shark to Haggis se inicia con una atmósfera entre blues y jazz derivando hacia la mitad en un sucedáneo del folk escocés para dejarnos claras sus raíces. Para ello se introduce un violín que toma la iniciativa en una frase que repite incesantemente, nos viste con falda a cuadros, e irradia un "buen rollo" que nos invita a saltar y mover los pies, dando gritos y onomatopeyas propias de la música tradicional de ese país.
El final del disco nos descubre el lado más salvaje del grupo. Gótica y oscura resulta Madame Doubtfire, episodio lleno de teatralidad, juegos de voces , macabras risas y un desarrollo instrumental que comienza épico y acaba poco a poco convirtiéndose en un pandemónium delirante en el que todos participan con aberraciones sonoras de sus instrumentos descendiendo a los infiernos, para rematarse como despedida con una campana sonando inquietante.
Un disco sin desperdicio. Los que ya lo conozcan lo saborearán en silencio y para los que sea su primera vez, descubrirán una gran banda.
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