Mario Millo..............Guitarra,
mandolina, guitarra acústica, campanas y voz
Toivo Milt.................Hammond
C-3, piano, piano eléctrico, mellotrón, mini-moog,etc.
Dough Bligh
.............Batería, percusión, coros
Duncan Mcguire.......Bajo
1ª cara:
- Forward we ride
- Horsemen to
symphinity
- Glad to be alive
2ª cara:
- Gypsy
- No scruples
- Lamb's fry
- Non siamo perfetti
- Flight call
WINDCHASE en lo que a música se
refiere no es más que una continuación de otra banda australiana, SEBASTIAN
HARDIE. ¿Porqué digo eso? Bueno, pues porque tanto Mario Millo como Toivo Milt
que suponen la columna vertebral de SEBASTIAN HARDIE, van a abandonar este
proyecto y un año después ambos en otra nueva formación, WINDCHASE, lanzan lo
que será su único trabajo cuya esencia es prácticamente calcada de lo que se
había realizado militando en S. HARDIE. No conozco el motivo por el que se
rompió esa formación, pero en cuanto a sonido, no era necesario cambiar de nombre
para seguir haciendo más de lo mismo. Con ello no quiero afirmar que su música
sea de baja calidad. Pero si que fue una continuidad en la que no se puede
observar cambios profundos.
Se mantienen como pilares
básicos en las construcciones de las melodías y por tanto su liderazgo y sus
formas no han evolucionado. Tal vez ello sea un factor importante a la hora de
que no hubiera más álbumes en su discografía. Se vivían tiempos convulsos en el
rock, y el progresivo estaba saturado y en entredicho. No ofrecen nada nuevo
pudo ser detonante para no seguir adelante.
Ciñéndonos a
"Symphinity" y su contenido hay que decir que el comienzo con una
intro de piano en el primer corte es realmente prometedora, de ahí nos sumerge
en un pasaje con teclados suaves de fondo, muy cósmicos con pinceladas
floydianas arropadas por la guitarra de Millo con un sonido cercano a Andy
Latimer o David Gilmour. Tras este inicio se embarcan en temas menos serios y
más románticos, con estribillos sencillos y orquestaciones que conducen a
dimensiones más pretenciosas, que recuerdan el lado poético de ALAN PARSONS
PROJECT en su vena sinfónica.
En la otra cara del redondo la
música cambia volviéndose más progresiva, la guitarra hace incursiones de jazz
que no habíamos oído todavía y los teclados exploran también en ese terreno.
Alguno detalles como los arranques de bajo nos traen a la memoria el modus
operandi de Chris Squire de YES, o los tejidos instrumentales que se generan
podrían ser los de MASAVISHNU ORCHESTRA pero menos complejos.
Después de realizar una
incursión en la guitarra española con un instrumental corto terminan el LP con
otro tema más romántico similar a los de la 1º cara.
Un trabajo que es más una
continuación de lo que ya realizaba en SEBASTIAN HARDIE, que gustará a aquellos
aficionados que ya lo conocieran, pero que no esperen nada diferente.
PUNTUACIÓN: (De 1 a 10): 7,2