"la Atlantic tenía prisa pro desbancar a CBS y sus inventos de cara a la galería. Así que un par de anuncios en el periódico inglés Melody Maker trajeron hasta los por entonces New Yardbirds, a John Boham batería y John Paul Jones bajista. El 18 de octubre de 1968 debutan en Inglaterra en le club Marquee, ya bajo el nombre de Led Zeppelin, una idea del loco batería de los Who, Keith Moon, gran amigo de Page."(1954-1984: 30 años de Rock)
Un análisis personal de una colección de vinilos que engloba el progresivo desde sus inicios y la década de los 70
domingo, 13 de enero de 2019
The New Yardbirds llegan con el Hindenburg
El melotrón, otra dimensión
"Si nos fijamos con detenimiento en cada uno de los siete temas que configuran Nursery Crime la parte instrumental comandada por Banks tiene una importancia capital, máxime cuando se provisionaría del melotrón, que aporta esas atmósferas neblinosas y bizarras que se dibujan en el espacio mágico que redunda en el tercer LP de la banda, en concreto para las oberturas de "The return of the Giant Hogweed" y "The fountain of Salmacis". Seducidos por la idea de reproducir sonidos similares de los que se habían prendado al escuchar The Court of Crimson King (1969), el melotrón se acoplaría a partir de Nursery Crime a ese espectro melódico instrumental prototípico de Genesis"(Historia del Rock Sinfónico)
martes, 8 de enero de 2019
FRUMPY - All will be changed (1970)
Inga Rumpf..........................Voz
Jean Jacques
Kravetz.............Teclados
Karl Heintz Schott.................Bajo
Carsten Bohn
Bandstand..........Batería
1ª cara:
- Life without pain
- Rosalie, part 1
- Otium
- Rosalie, part 2
- Indian rope man
2ª cara:
- Morning
- Floating, part 1
- Baroque
- Floating, part 2
Se trata del debut de estos
germanos que terminarían publicando 3 álbumes para después dividirse de tal
forma que una de las mitades iniciará una nueva etapa más duradera en ATLANTIC,
un grupo que practica una música muy heterogénea con gran cantidad de
tendencias.
FRUMPY, al menos en este Lp se
sostiene por completo en el órgano de Kravetz, que desde el principio invade el
espacio sonoro arrollando, se lo come todo, manejando las composiciones con un
firmeza absoluta. Se puede decir que es una tiranía, una pelea del músico con
su instrumento, una batalla magnífica, una borrachera brutal del hammond que
extiende un lienzo que gravita pesadamente, donde se dibujan diversos ritmos,
cabriolas y saturaciones que convierten los temas en prisiones controladas por
un órgano encajonado que no permite motines. Para hacer frente a este poderío,
la percusión y el bajo se potencian notablemente, lo que nos va a recordar a
grupos como ATOMIC ROOSTER, THE NICE, THE CRAZY WORLD OF ARTHUR BROWN ó VANILLA
FUDGE con componentes muy comunes en bandas alemanas oscuras dentro de la
corriente Krautrock. La sombra de KEITH EMERSON es muy alargada y su espíritu
se puede adivinar en algunos de los desarrollos del órgano.
Con raíces de blues y gusto por
la música negra, como el soul de JAMES BROWN, presentan unos ritmos vivos y
contagiosos cuando los tracks se prestan a ello, sumándose la voz de Inga,
potente, enérgica, con propiedades que
nos hacen pensar que se trata de una voz negra. Sin embargo por otro lado la
estructura musical invita a la exploración, a la experimentación y también
mucho a la improvisación, ofreciendo incluso indicios de psicodelia en casos
puntuales. Este abanico de vertientes hace que sea un trabajo muy abierto y lleno
de una diversidad que choca con la preponderancia de los teclados. Se escuchan
ambientes extraños, oscuros, confusos y retorcidos, no hay una línea clara que
defina la posición de la banda, haciendo un poco lo que les apetece en el
momento.
Mención especial para el primer
corte del disco que parece no tener nada que ver con el resto. Una melodía que
no encaja, con una producción de menor nivel y con un sonido calado por un pop
similar al de grupos relacionados con la "British invasión" , sonido
más ligero y despreocupado. Es como si lo hubieran metido si o si con calzador.
En resumen, música inquietante
que se torna descarnada y experimental, sobretodo en el lado B del vinilo. Un
plato crudo que a más de uno se le indigestará si no está acostumbrado.
lunes, 17 de diciembre de 2018
La odisea de Pink Floyd
"Puestos a elegir una música que les acompañara en el viaje interespacial a bordo de la Soyuz en 1988, los siete cosmonautas rusos de la nave se decantaron por A delicate Sound of Thunder. Ejemplos de otros astronautas que se proveyeron de parte del repertorio musical de Pink Floyd ha habido en el curso de la carrera por conquistar y/ explorar el cosmos, en un signo más que evidente de la asociación que se produce al escuchar esos sonidos inherentes a la formación británica por el espacio ingrávido. Sin abandonar este prisma -galáctico- , en sentido metafórico antes de surcar esos espacios de gravedad O, como en 2001:una odisea del espacio (1968), a bordo de la nave Discovery, los Pink Floyd se valieron de herramientas rudimentarias con las que moldear una música que suena, a los oídos de las nuevas generaciones, pura arqueología que nos retrotrae a la era en que los dinosaurios del rock dominaban la tierra."(Historia del Rock Sinfónico)
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