"Había nacido la era de los grandes dinosaurios en Inglaterra, ya fuera en el terreno del hard blues y el heavy rock (Led Zeppelin, Deep Purple, Uriah heep, Free....) como en el del progresivo (junto a los citados al inicio cabría añadir a Pink Floyd, Camel, Traffic, Gentle Giant o Curved air). Todo se hacía a un nivel mastodóntico. Las canciones, los discos, las giras, todo parecía obedecer a un cuanto más grande, mejor. Un ecosistema ideal para que los grupos de prog dieran lo mejor de sí mismos, porque si algo no cuadra con las orquestaciones clásicas, las suites de veinte minutos y los triples discos en directo es un presupuesto ajustado o una actitud timorata.
En cualquier caso y paralelamente a la corriente que podríamos llamar generalista, esto es, todas aquellas bandas adscritas al progresivo de raíz clásica aún cada una con sus particularidades, dos fenómenos aledaños merecen mención aparte en cuanto a Gran Bretaña: la escena de Canterbury, por un lado, y el folk-prog por otro."
Estamos ante uno de
esos casos que suceden en condiciones desfavorables y que desembocan
en un final rápido e indoloro. A estos chicos se les ocurrió
publicar su primer trabajo en un año horrible para el progresivo,
pero si a eso le sumamos que no destaca por originalidad, o un nivel
de calidad que pueda sacarlo de la mediocridad, y llamar la atención
de algún medio capaz de darle una merecida difusión, el resultado
suele ser un ingreso en el mercado que pasa absolutamente
inadvertido. En aquel momento la atención se había desviado a las
nuevas tendencias que surgían del hartazgo juvenil, precisamente
contra toda la corriente anterior. El panorama estaba saturado de
progresivo setentero y lo que abanderaba ANTARES no era sino
más de lo mismo.
Además su
fabricación fue de pocas copias, con lo que su aparición y
divulgación en las tiendas tuvo que ser meramente anecdótica,
quedando como un producto que con los años, se ha ido convirtiendo
en una especie extraña deseada por los coleccionistas. Sacarlo de su
contexto es la única manera de valorar este álbum, una vez
desaparecida toda aquella situación.
Siendo italianos,
país donde el rock sinfónico y progresivo dio lugar a una ingente
cantidad de bandas, es llamativo que fuera grabado en unos estudios
de Noruega, en Oslo concretamente. Viendo la contraportada donde
aparecen los músicos en el estudio, invita a pensar que fue en
verano cuando se llevó a cabo la operación. La razón de aquella
ubicación me es desconocida, pero hay que añadir que la concepción
de las composiciones se realizó en Alemania.
Tras cumplirse 10
años del alunizaje del famoso Apollo 11, la primera nave tripulada
que llegaba a posarse en nuestro único satélite, fue el motivo que
sedujo a la banda para realizar un álbum conceptual con la idea de
hacerle un pequeño homenaje.
Con la entrada de su
primer tema las sensaciones no son buenas. Suena con un ritmo muy
popero de la época, sonido comercial del momento, y cantando en un
inglés bastante lamentable. La tonadilla no augura nada bueno, los
temores de encontrarnos ante una "cagada progresiva" son
reales. Con la escucha de los comienzos de la siguiente canción, My
girl friend, las sensaciones mejoran y empezamos a reconocer
una composición que se asemeja más a lo que se entiende por rock
progresivo. Bella melodía de teclado adornada con guitarra acústica
que le va con un guante a las teclas. Después podemos escuchar
punteos de guitarra española magníficos y la confianza en el disco
se convierte en esperanza.
Trabajan con
material de última generación, sintetizadores Korg y Roland y
guitarra Gibson con gran cantidad de pastillas. Sin embargo tengo la
impresión de que no se han hecho con ellos, y no consiguen sacar el
máximo partido de toda la maquinaria. En el corte Apollo 11,
uno de los mejores del álbum, para crear una atmósfera espacial que
ahonde en el oyente, utilizan efectos con el oscilador, pero resultan
más bien tímidos intentos, quedándose en la intención. Suerte que
es una gran composición y su creador sabe transmitir muy bien a
través de un piano intimista, el asombro que debió producir en los
astronautas la maravillosa visión del planeta tierra, nunca visto
desde allí.
Dándole la vuelta
al vinilo nos encontramos con Galaxy, otro tema donde
predominan las guitarras acústicas y el punteo de la española, una
fórmula que funciona con éxito y que vuelven a trabajar,
acompañados de voces filtradas que dan un toque extraño. La pieza
más elaborada posiblemente sea Running on the meteors,
con algunos momentos jazzies en los teclados y nuevamente tímidos
efectos. Y así llegamos a The return, el último
segmento de esta pequeña historia, donde vuelven a las andadas,
guitarra funky, ritmo popero e inglés horrible, poco que saborear.
No es lo mejor que podían haber ofrecido al final, nos dejan con un
mal sabor de boca. Alguien les podría haber explicado que según los
estudios, las personas solemos recordar mejor siempre el inicio y el
final de una colección.
El estilo de esta
banda con aires de space se puede decir que estaría dentro de
la órbita de formaciones como ELOY, PINK FLOYD, pero
muy lejos de su grandeza. Más cercanos a lo que ofrecían BLOQUE
ó TRIANA en nuestro país. Sonidos muy épicos en ocasiones,
intimistas y teñidos de una melancolía que flota en el ambiente,
aunque lejos del sonido de las clásicas formaciones italianas, más
fríos y cercanos al sonido teutón, con una producción muy
sencilla. Un vinilo de corta duración que ha creado espectación con
el paso de los años por su singularidad y su dificultad para
encontrar, pero que no esconde nada que no conozcamos ya.
"Los discos subieron de precio en una escalada vertiginosa para cubrir las pérdidas derivadas de la falta de materias primas.. La Asociación de la Industria Discográfica de América pidió al Congreso "protección oficial" para conseguir un trato favorable en el reparto de dichas materias. Todas las plantas trabajaban bajo mínimos. También las nuevas leyes anticontaminación hicieron daños. Se trataba de poner medidas cuanto antes, y en Italia la explosión de una fábrica mostró que las prisas no eran buenas, que primero había que estudiar las consecuencias.
Como resumen, hay que decir que en 1974 la industria discográfica había perdido el 50% de su poder. La solución pasó a ser hacer discos muy comerciales, con el mínimo riesgo. Eso torpedeó la línea de flotación del Rock. Desaparecieron muchos grupos pequeños, los grandes se tambalearon. La crisis energética acabó con el rock sinfónico, necesitado de grandes escenarios y mucho consumo, tanto o más que su colapso creativo. Lo siguiente que aparecería sería una antítesis: el punk rock."
Este será el primer álbum que graben con su propia discográfica (Snif). La idea de crearla surgió del poco interés demostrado por su música, en esos años en que el rock urbano y progresivo era denostado, en favor de los grupos de la movida.
JUDAS PRIEST - POINT OF ENTRY (1981)
Se trata de un disco donde se incluyeron algunos temas comerciales y con una inclinación al hard rock. Según la discográfica fue una estrategia para conseguir entrar más facilmente en el mercado americano. Su grabación se llevaría a cabo en la isla de Ibiza, donde graban por primera vez fuera de su país.