"Su exotismo excéntrico va alcanzando cada vez dimensiones mayores y en 1976 alcanza el máximo renombre con su doble álbum 'Captain Fantastic and the Brown Dirt Cowboy', y abandona sus célebres gafas cósmicas para colocarse unas lentillas que hacen más juego con su poco pelo y su aspecto ya mayor.
Una de sus mejores particularidades es que su voz se ha sabido acoplar siempre a los tiempos, y ha cantado desde baladas a temas pop con garra y rock'n'rolls fuertes. Incluso tuvo una época en la que experimentó con sintetizadores, y hay que reconocer que es además de excelente cantante un gran músico, que trató de igualar las mágicas epopeyas de Keith Emerson, vistiendo y tocando parecido con su joven banda formada por Nigel Olsson, batería; Dee Murray, bajo; Caleb Quaye, guitarra, y James Newton-Howard teclados."
"Los primeros en introducir la palabreja en una canción fueron The Holy Modal Rounders, en 1964, cuando eran un grupo de folk underground de Nueva York, en una versión del famoso 'Hesitation Blues' a la que añadieron varias estrofas, entre ellas Tengo mis pies psicodélicos / en mis zapatos psicodélicos (pronunciado en el inglés original como psycho-delic, en lugar de psyche-delic como se impondrá finalmente).
El año siguiente a esta referencia marginal la veda de los títulos se levantaría con la aparición de la banda The Psychedelic Rangers (luego The Doors) y la palabra comenzará a aparecer hasta en la sopa".
Eric
Clapton..........................Voz, guitarras
Bobby
Whitlock....................Órgano y piano, guitarra acústica y voz.
Carl Radle.............................Bajo,
percusión
Jim Gordon...........................Batería,
percusión y piano
Duane Allman.......................Guitarra
eléctrica y slide (invitado)
1ª cara:
- I looked away
- Bell bottom blues
- Keep on growing
- Nobody knows you
when you're down and out
2ª cara:
- I'm yours
- Anyday
- Key to the highway
3ª cara:
- Tell the thruth
- Why does love got to
be so sad?
- Have you ever loved
a woman
4ª cara:
- Little wing
- It's too late
- Layla
- Thorn tree in the
garden
Seguimos de cerca nuevamente los
pasos de uno de mis guitarristas favoritos del rock, y es que todo lo que
tocaba Clapton lo convertía en oro. Tras acabar su fugaz estancia en BLIND FAITH se enrolaría con una serie
de músicos de solido bagaje bluesero para modelar un nuevo proyecto de rock and
blues. Puro feeling y una inyección contundente de blues, rock y me atrevería a
decir de rythm'n' blues.
Doble álbum cargado de versiones
de bluesmen venerados por el prodigio Clapton por un lado y por otro piezas
escritas por él mayormente, con la colaboración de todos los demás, en especial
de Whitlock. Un segundo trabajo se quedó en puertas sin llegar a grabarse en
estudio, solo un directo, magistral por cierto. Y es que las tensiones internas
de la banda que no terminaba de encontrar la armonía y la guerra de egos que
manaba de su núcleo, hicieron que saltase por los aires. Las formaciones por
las que Eric Clapton ha transitado
fueron tan espectaculares como corta su existencia, rodeado siempre de músicos
de gran calidad, pero las ansias por ir más allá del genio eran tales que
enseguida se sentía estancado. Aquí tendrá el placer de tener en la
colaboración a otro de los grandes de la guitarra, Duane Allman, que aparcará por una temporada a sus brothers.
El resultado es un buen puñado
de canciones, todas ellas de nivel alto en la disciplina del blues y el ritm'n'
blues. Melodías con un torrente de sentimientos que hacen que nos impliquemos
en muchas ocasiones, momento mágicos en los que Clapton acaricia la guitarra
para luego tornarse más salvaje, electrificada, sobre todo cuando Allman entra
en acción, construyendo pasajes que sobreviven a la memoria y nos retrotraen
riffs que de pronto reconocemos, ocultos en algún rincón perdido de nuestra cabeza.
Algunas composiciones están muy
impregnadas del rock sureño, disciplina que practicaba el bueno de Duane
Allman, y más todavía cuando se pone con la guitarra "slide". Las marañas guitarreras que se tejen entre Clapton y
Allman terminan resultando difíciles de seguir en una serie de diálogos
fabulosos, ofreciendo instantes de alto octanaje, todo bien engrasado, unas
veces por el órgano y otras por el piano de Bobby que hace una labor eficaz sin
lucimiento personal, que no es sencillo de valorar y apreciar.
La ordenación de los temas hace
que se intercalen los escritos por ellos con las adaptaciones de otros, que
suelen ser las que incorporan lo más cercano al rythm'n'blues en la mayoría de
los casos con unos tempos muy marcados y alineados a los patrones más puristas.
Esos tracks se extienden en duración y si no estás muy habituado al Rythm'n'
blues como yo, terminan haciéndose tediosos.
Y cuando parece que todo se
acaba, surge como un relámpago "Layla", que parecía ya
olvidada, tema estrella por meritos propios, incluye uno de los riffs de
guitarra más famosos del rock de todos los tiempos, intuitivo y reconocible a
la primera. Composición que se distingue por tener 2 partes muy notoriamente
definidas, la primera que no ceja en repetir una y otra vez el susodicho riff
con una guitarra encendida, hasta llegar a un punto de cambio de aires donde la
guitarra se vuelve lánguida y es el piano el que toma las riendas, construyendo
el fragmento más sensible de Layla.
La despedida, un broche, balada
delicada y sencilla de Whitlock donde Clapton le pasa el testigo. Será Bobby
quién punteará suavemente una acústica que nos acompaña a la puerta de salida
con una sensibilidad y sentimiento exquisitos.
"Tras duras conversaciones, al fin Elektra les ofrece la posibilidad de grabar su primer Lp en verano de 1967 con sus temas más clásicos: 'Light myfire' (que se convirtió también en el primer gran hit de José Feliciano) y 'The End', un tortuoso poema de Jim Morrison, cuyas actuaciones en escena le convierten en todo un sex-symbol para los homosexuales americanos, a quienes les exhibe su miembro viril, simulando masturbarse y profiriendo obscenidades.
Pero todo ello no tiene otra causa que la frustración de Morrison, el alcohol y las drogas. La obsesión de Jim por el apocalipsis y la muerte se manifiesta a un ritmo demasiado acelerado."
"Tony Banks: Cuando empezamos a componer el material para Abacab, parecía que corríamos el riesgo de repetirnos. Si observas cómo eran los Moody Blues, editaron una serie de discos que seguían el mismo formato, yo creo que inevitablemente eso acaba por debilitar.
Parecía un buen momento para nosotros cambiar de dirección, hacer que nuestro proceso de composición y grabación fuera más racionalizado y sencillo. Así que nos deshicimos de los grandes estribillos y las panderetas y los solos de teclados y buscamos que todo fuera más afilado, algo que también intentamos reflejar en el diseño abstracto de la portada."
Ólafur bórarinsson...................Voz,
guitarra y flauta
Björn bórarinsson....................Órgano
Hammond
Gudmundur Benediktsson.......Piano
y voz
Smári Kristjánsson...................Bajo
Ragnar Sigurjónsson................Batería
1ª cara:
- Líf bitt
- Hvers vegna?
- Söngur satans
- Litli fuglinn
- Ég horfi á brimid
- Leikur ad vonum
2ª cara:
- Haustregn
- Villi verkamadur
- Sandkorn
- Prelúdía í a moll
- bridja
heimsstyrjöldin
Hay que irse hasta la fría e inhóspita
isla de Islandia, allá en el mar del Norte, para toparse con una magnífica
banda que a pesar de su performance tan europeo con el que podían haberse
abierto camino en el mercado, apenas es conocido. Una formación de la que se
sabe poco, en un país del que se sabe poco, aglutinada por un par de hermanos
que a tenor de los instrumentos que ocupan son el pilar básico de todo lo que
vamos a encontrar. Creo que a lo sumo, algún single y el álbum que abordamos,
representan su paso por las tierras del progresivo. Una vida que comenzó en el
año 1967 y que palideció en 1975.
Sorprenden desde el principio
con un sonido progresivo formidable dentro de los cánones del momento álgido
que vive el movimiento. Composiciones de nivel alto, con algún botón de muestra
accesible, de apenas no más de 3 minutos en la mayoría, algo que resulta
curioso, puesto que si algo caracterizaba a esta tendencia era la extensión de
las piezas, que era difícil que bajaran de los 4 minutos, pero ya se sabe: "lo bueno si breve, dos veces
bueno".
Música sólida, concisa, con una
estructura claramente determinada y una melodía reconocible, con una producción
más que correcta, sin desarrollos instrumentales grandilocuentes, ni muestras
de virtuosismo. Son pragmáticos y van al grano y realmente se echa de menos en
varias ocasiones un alargamiento de buenos momentos.
Lo cierto es que su disco
póstumo es un compendio muy heterogéneo, su lista de canciones es una
exposición variada de todo tipo de posibilidades e influencias dentro de la
faceta progresiva. Podemos hallar un blues rock con el aditivo de unas
percusiones latinas más afines a otros lugares geográficos, tratamiento del
hammond en la línea de unos particulares OMEGA,
tremendas influencias del rock italiano, particularmente en el tratamiento de
los coros (Leikur ad vonum), los
arpegios de las guitarras acústicas y el espíritu de algunos de los tracks.
Temas, muchos de ellos, arrancan
con un riff concreto sobre 4 compases engalanados con buenas armonías vocales,
suaves guitarras que se tornan duras y es cuando se aproximan a un sonido
pesado, flauta en su justa medida, violines y orquestación (Sandkorn), pero por encima de todo está
el piano como nexo vertebrador (Villi
verkamadur) que interviene de forma crucial a interludios.
El último asalto es la
contribución a la experimentación que hasta entonces no había dado la cara. Es
la "cosa rara" del disco en
la que cada músico hace lo que le apetece con independencia de lo que hagan sus
compañeros, firmando un amasijo sin pies ni cabeza pero que suena bien, en parte
gracias a que una vez más el piano fluye con un patrón que mantiene atados los
cabos, un piano tenso que deriva en un oscuro órgano final que sale de la nada
y termina escabroso.
La anécdota es que cantando en
islandés como hacen, uno espera escuchar vocablos ásperos, angulosos, pero nada
de eso, la sonoridad de los fonemas es muy agradable y más similar al inglés de
lo que puedas imaginar.
Vinilo recomendable que resulta
fresco, interesante y con episodios que muchas veces se quedan cortos.
"Surgió la posibilidad de hacer The Lamb. Al principio no estaba seguro, pero Peter parecía tener ganas. Y si él tenía ganas, yo podría tenerlas. Me sorprendió que Peter siquiera considerase la idea: pensaba que había dejado Genesis en el pasado, pero al hacerte mayor te ablandas un poco. The Lamb era una obra teatral para ser interpretada en su totalidad, pero también sería algo muy agotador."
"Hubo dos grandes víctimas del escándalo Payola: Alan Freed, el inventor del rock and roll, y el popular presentador televisivo Dick Clark, en la cima con su Dick Clark Show, después del éxito de su American Bandstand. Si se había ido a por los dos máximos responsables y se les había utilizado como cabezas de turco, los demás sabían que el suelo se hundiría bajo sus pies.
La película de terror alcanzó cotas impensables. Dick Clark contó con un abogado de enorme prestigio que presentó un caso impecable. Clark admitió haber recibido regalos, pero demostró que los discos que programaba o los artistas que presentaba eran los más populares y los que el público pedía en cada momento.
La poderosa ABC TV en la que trabajaba le respaldó y le vendió todas las acciones de las discográficas que tenía. Su gesto de buena voluntad, su carisma, los miles de fans que le adoraban y la defensa de su abogado le libraron de males mayores., aunque el golpe de efecto ya estaba dado."