Robert Fripp..................Guitarra,
mellotrón, teclados y aparatos
Andy McCulloch............ Batería
Gordon Haskell..............Bajo
y voz
Mel
Collins.....................Saxos y flauta
Peter
Sinfield..................Letra e imagen
Colaboraciones:
Mark
Charig.....................Corneta
Robin
Miller.....................Oboe
Nick Evans........................Trombone
Keith Tippet......................Piano, piano
eléctrico
Jon Anderson....................Voz en "Prince Ruppert awakes"
1ª cara:
- Circus (including
Entry of the Chamaleons)
- Indoor games
- Happy family
- Lady of the dancing
water
2ª cara:
- Lizard:
a) Prince Ruppert awakes
b)Bolero. The peacock's tale
c)The battle of the glass tears
I. Dawn song
II. Last Skirmish
III. Prince Ruppert's lament
d) Big top
Acometemos un álbum de una de
las bandas que han sido pilar básico en este estilo que tanto apreciamos e
influencia para muchísimas otras bandas a posteriori. Cada disco ha supuesto un
avance, un progreso, una innovación. Siempre he dicho que Robert Fripp fue un
adelantado a sus tiempos, eso, o que es atemporal.
Ciñéndonos al álbum en cuestión
que estamos tratando, decir que observando la formación nos damos cuenta de que
hay una orquesta donde predominan los metales. Es un elaborado trabajo de
orquestación dirigido por Fripp que es el cerebro de todo, la mente imaginativa
y desbordante capaz de crear una obra que en muchos momentos tras la primera
escucha parece caótico, sin hilo a seguir, pero que si se analiza
cuidadosamente detrás de los deliciosos arreglos hay un trabajo inmenso que lo
enlaza todo.
Para mí hay que destacar a dos
miembros sin contar a Fripp claro; este señor ha demostrado ser incuestionable.
Uno es el batería Andy McCulloch cuyo ejercicio en este disco me parece
inmenso, rico, bien ejecutado, aportando viveza, muy importante puesto que en
este trabajo no hay instrumentos que transmitan energía y potencia.
Desgraciadamente sólo participaría en este Lp aunque ha trabajado en otros grupos muy conocidos en el progresivo. Es un álbum delicado repleto de matices que hay que ir descubriendo poco a poco en el que está muy implicado también Mel Collins un mercenario del rock que realiza una aportación enorme. La flauta y el saxo son sus instrumentos, los encontramos a lo largo de todo el disco, entrando y saliendo, generando melodías sensibles, en fragmentos jazzísticos, realizando desarrollos supercomplejos tanto compositivos como de ejecución en los arreglos.
Desgraciadamente sólo participaría en este Lp aunque ha trabajado en otros grupos muy conocidos en el progresivo. Es un álbum delicado repleto de matices que hay que ir descubriendo poco a poco en el que está muy implicado también Mel Collins un mercenario del rock que realiza una aportación enorme. La flauta y el saxo son sus instrumentos, los encontramos a lo largo de todo el disco, entrando y saliendo, generando melodías sensibles, en fragmentos jazzísticos, realizando desarrollos supercomplejos tanto compositivos como de ejecución en los arreglos.
Una obra redonda sin fisuras.
Digna de una mente revolucionaria dentro del rock. Fripp que muestra su lado
más acústico nos ofrece una variedad de composiciones donde destaca la que da
título al álbum, "Lizard",compuesta de varias partes y que tratan
sobre un príncipe llamado Ruppert. Allí
podemos encontrar a Jon Anderson de YES cantando delicadamente en la primera
parte, después hay un bolero que es pura sensibilidad y posterior también un
anticipo de lo que serán más adelante los "soundscapes" en el
fragmento dedicado al lamento del príncipe, acompañado de una marcha funeral que
le va como anillo al dedo.
Como todos los de este grupo,
imprescindible.
PUNTUACION: (De 1 a 10): 8
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