domingo, 13 de octubre de 2024

LIFE – Life after death (1974)

 


Roger Cotton……………...…….Guitarra, voz y teclados

Ian Gibbons………………..…….Teclados, flauta, voz

Richard Thorpe……..………...Bajo,voz

Paul Thorpe…………..…..…...Batería


1ª Cara:

- Riding around

- Oupus

- I don’t want to

- Black eye

- Highway


2ª Cara:

- Sleepless Night

- Woman

- Looking out

- Everybody’s Queing to be last

- The plank/ Devil on the river


Oscuro cuarteto que pasó por la escena progresiva inglesa, y fue visto y no visto, como muchos otros, algunos incluso nunca dejaron un legado del que aprovechar ahora su escucha, pero LIFE nos dejó un maravilloso álbum, que al igual que los amantes del vino, saben degustar un buen reserva, nosotros sabemos degustar un disco realizado en un momento que supuso la culminación de un movimiento musical en los 70.


Fue producido por Chris White, ex miembro de los ZOMBIES y compositor de ARGENT, que hizo un buen trabajo muy eficiente con una producción discreta. Tal vez se echa en falta algunos elementos, al igual que arreglos, que no se observan (algunos de piano sencillo, flauta) y en la finalización de varios temas también se palpa la sensación de no tener claro como acabarlos, optando muchas veces por la simplificación de un suave apagado o un final con las espadas en alto, como sucede cuando en un concierto se decide acabar la pieza.

Más debido a su portada que al apartado musical, se le encontraron semejanzas con URIAH HEEP, que tiene mucho paralelismo con la de “Very eavy , Very umble” (Pose agónica, con telarañas en el rostro y la boca abierta). En la forma de realizar la grabación encuentro más parecidos a ENGLAND con su “The last of jubblies”, en algunos instantes insinúan beber de clásicos como ELP ( The plank/ Devil on the river) con unos efluvios muy emersonianos, y en súbitos arranques de órgano me recuerdan a Tony Kaye “yes album” con unas emanaciones que se respiran a lo largo del disco. Tal vez, solo tal vez, en pasajes vocales pueden asemejarse a URIAH HEEP (Woman).

El miembro fundador fue Ian Gibbons, quien habiendo estudiado acordeón, tras ganar premios en varios concursos, formaría su primera banda MOONSTONE, poco después rota, nacería LIFE. Pero en mi opinión, un pilar fundamental para la realización de este magnifico álbum, es la aportación de los hermanos Thorpe (si es que son hermanos, porque no tengo información que lo ratifique). El hecho de que ambos se ocupen de la base rítmica, es decir, bajo y batería es muy importante. La compenetración familiar es algo que se aprecia en el trabajo conjunto, se conocen muy bien, y esto se traduce en gran seguridad y solidez en los temas. Tras la separación Ian Gibbons inició una larga carrera con gente de reconocida reputación.


El álbum se mueve dentro de unos parámetros clásicos del progresivo pesado y con una estructuración típica en los cortes, aunque con rítmicas poco usuales. El sonido parece alejarse del Bues rock y acercarse más al Boogie rock en aquellos cortes en los que la guitarra lleva la dirección. Las composiciones se construyen desde un marcado ritmo inicial que condiciona toda la obra, una batería con una caja muy definida y un bombo que junto al bajo establecen un patrón a seguir. Después suele secundar el ritmo, el hammond pasando a dominar la escena con un muro sonoro sólido , que se abre en ocasiones, para dar paso al piano o la guitarra en su protagonismo.

El esqueleto de los tracks se suele mantener de principio a fin con fases de estribillo pero incluyendo variaciones que se traducen en intervalos con cambios drásticos de ritmo e inclusión de pasajes instrumentales inspirados, la mayoría a cargo del órgano, para retomar de nuevo la sección principal. Uno de los elementos clave de esta banda son las voces. Coinciden en ella 4 miembros capaces de echarse a la espalda el trabajo vocal, algo difícil de encontrar en grupos de Rock. Esta habilidad le transfiere gran frescura a la música, ya no solo con la voz principal, sino también con los múltiples coros que podemos escuchar.

La guitarra de Ian muy importante también en el entramado de las composiciones no llega a ser tan determinante como el órgano. Su participación es necesaria pero el protagonismo está más cedido al resto, incluso en ciertos pasajes su sonido no parece estar a la altura, como si de un fallo de producción se tratase, pero esta es una visión subjetiva que deberéis cotejar el público oyente.

Gracias a la reedición por parte de la discográfica “Prog Temple” podemos disfrutar de un album donde no hay tema malo, manteniendo un gran nivel de principio a fin. Si no fuera por gente así, estas maravillas únicas se perderían y nadie sabría nunca que existieron.









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