Mostrando entradas con la etiqueta Rock progresivo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Rock progresivo. Mostrar todas las entradas

domingo, 15 de octubre de 2023

GRAND FUNK - We're an american band (1973)

 


Don Brewer..................Batería, voz

Mark Farmer................Guitarra, voz y armónica

Craig Frost...................Órgano, clavinete, sintetizador y piano, coros

Mel Schacher...............Bajo


1ª cara:

- We're an american band

- Stop lookin' back

- Creepin'

- Black licorice

2ª cara:

- The railroad

- Aint' got nobody

- Walk like a men

- Loneliest rider



Es increíble como pasaría desapercibida esta banda, a pesar de su extenso repertorio y su buen hacer, llegando a vender a lo largo de su trayectoria hasta 25 millones de discos, una cifra brutal para la repercusión mediática que obtuvieron, y eso que vendieron más discos que cualquier otro grupo americano. Fueron galardonados nada menos que 4 veces en 1970 por la R.I.A.A., pero parece ser que lo que mejor les funcionó durante su vida fue el boca a boca entre los aficionados.

Nacen en Michigan, EEUU, compuesta en un primer estadio como power trío en 1968, realizarían sus mejores álbumes como cuarteto. Su estilo inicial era un hard rock muy influido por el blues y el funk, con un purismo que poco a poco iría variando en el tiempo. Fueron estereotipados con los británicos CREAM, pero ellos van a crear su propio estilo y en concierto van a lograr un gran atractivo. Solo en 3 años serán capaces de realizar 8 trabajos de estudio, una auténtica salvajada, si lo comparamos con otros, y eso que tuvieron siempre en contra la crítica musical, y con ello una cobertura en radio ridícula. Para que os hagáis una idea de lo grandes que eran estos tipos, os diré que en un concierto de los ZEPPELIN fueron contratados como teloneros, y como eran tan buenos en el escenario, terreno donde se manejaban de maravilla, tuvo que salir el propio Peter Grant en medio de su actuación para terminar con aquello. Era tan espectacular su puesta en escena que podían eclipsar a los propios LED ZEPPELIN, y Grant que tenía un gran olfato para este negocio, vio que podía darse la posibilidad.


En 1976, con una decena de discos bajo el brazo, deciden que es suficiente y se desintegra la sociedad. Farmer comienza su carrera en solitario y el resto de componentes continuarán juntos pero ya no bajo el nombre de Grand Funk, sino que comienzan una andadura denominados FLINT, su ciudad originaria en Michigan. Al comienzo de la década de los 80, volverían a reunirse Grand Funk, y parecía prometer la nueva versión, sacando 2 discos con cierto éxito. Pero no fue suficiente para seguir adelante y por segunda vez el contrato finalizó. De aquí en adelante las reuniones y diferencias continuarían en el tiempo, hasta que en el 2000 vuelven a entrar en estudio, perdurando hasta el presente, realizando gran cantidad de conciertos y material nuevo.

Nosotros nos detenemos en 1973 para hablar del que fue su mayor éxito, el disco arriba mencionado ya, que venía a ser el 7º en su lista particular, todo unos veteranos en el mundillo de la industria. No significa que todo lo anterior no estuviera a gran nivel, ni mucho menos, pero la participación de TODD RUNDGREN en la producción fue esencial. La dimensión del sonido gana enteros y con la garantía de Todd, un hombre con un periplo inmenso a sus espaldas tanto de músico, como de productor, logran un Lp redondo impregnado de la sabiduría del excelente Rundgren.

Continuarán haciendo un hard rock cuyo estilo se va alejando cada vez más del blues rock más enraizado, sumergiéndose en un hard rock que va a adquirir elementos nuevos dotando a las composiciones de mayor variedad estilística, más cambios de ritmo y el acierto de sacarle partido al vozarrón de Don Brewer. Expresiva, clara, directa y contundente, cargada de fuerza suena descomunal, sin que nada ni nadie pueda hacerle sombra, se escucha por encima de todo. Pero ahí no queda todo, sino que va a saber obtener el máximo rendimiento de cada uno de los instrumentos exprimiendo su potencial y logrando un resultado brillante que no va a pasar desapercibido.

Por tanto el secreto de este triunfo no radicó en un apoyo de la crítica, sino que se lo ganaron a pulso, con sangre sudor y lágrimas, y con la inestimable ayuda de un productor experimentado. Una formación con buenos músicos individuales y en conjunto, como demostrarán en vivo, composiciones imaginativas y bien trabajadas donde la carga principalmente recae sobre la guitarra de Farmer, que adquiere una nueva magnitud con nuevos sonidos en sus cuerdas, y sobre el órgano de Frost, más o menos a partes iguales. Pero no hay que olvidarse de la sección rítmica , en muchas ocasiones es la pieza clave perfecta para conseguir un todo, más que brillante, luciéndose en unos cuantos torbellinos.

A estas alturas con los nuevos arreglos, los coros y otros elementos, el sonido de la banda se cubre de un revestimiento muy americano, metiéndose al público en el bolsillo poco a poco con una fórmula más cercana. Se gana en peso con composiciones más voluminosas y con un instrumental más enriquecido, pero a su vez flexible permitiendo muchos cambios de tempo, algo que Rundgren considera importante. Todo ello hace que su esencia se acerque al de otros monstruos americanos como KANSAS.

Momentos instrumentales de alto calibre, intensos diálogos guitarra - órgano incluyendo riffs sucios e incendiarios pero contenidos, gruesos tapices sonoros elaborados por el órgano para que la guitarra trabaje en pos de un lucimiento personal, una batería que trabaja con una intuición impresionante, son principios que conforman el alma de Grand Funk y que no difieren mucho de otras formaciones de la época. Aún así su sonido en este disco es especial y único, y debéis vivirlo en toda su intensidad.

Finaliza con unos segundos de percusión que todos vamos a reconocer como un ritmo personal de los indios americanos que habremos escuchado veces y veces en films del Oeste, una forma de decirnos adiós aludiendo al título del Lp. Algo que irónicamente podría significar su protesta o disconformidad con el sistema americano..........o no, eso ya es cosa de cada uno.










domingo, 1 de octubre de 2023

TOE FAT - Toe fat (1970)

 


Lee Kerslake................Batería, percusión

Ken Hensley................Guitarra y teclados

Cliff Bennett................Voz y piano

John Glascock.............Bajo


1ª cara:

- That's my love for you

- Bad side of the moon

- Nobody

- The wherefors and the why's

- But I'm wrong

2ª cara:

- Just like me

- Just like all the rest

- I can`t believe

- Working nights

- You tried to take it all



Hablar de TOE FAT es hablar de los precursores de lo que posteriormente surgiría como URIAH HEEP , banda visitada ya aquí hace tiempo. Los cimientos de los Heep se encuentran incluidos, el batería Lee Kerslake y el guitarra y teclista Ken Hensley, ocuparían pronto posiciones en sus filas, en particular Hensley, que entra prácticamente desde el principio de los tiempos, ese mismo año 1970. La esencia del ritmo de la veterana banda subyace en algunos de los mejores cortes de este disco. Pero el artífice del cuarteto es sin embargo Cliff Bennett fundador de un combo con su nombre que apenas tendrá repercusión.

Toe Fat

Tras cerrar página se va a ocupar de escribir los temas, de ahí que después de escucharlo detenidamente se observe una amalgama de tendencias e influencias que no deja claro el camino que seguirán en el futuro, aunque este sería tan corto que da pie a poder saberlo. Tras otro Lp, el segundo, acabaría la brillante aventura de Toe Fat. Sus primeras ediciones están buscadas y se pagan buenas cantidades por ellas.

Uriah Heep



Nuevamente Cliff no ceja en el empeño y se reinventa en 1969 liderando a los Toe Fat. Ficharon por el sello progresivo de Tamla Motown, llamado Rare Earth, y lanzaron un año después este trabajo que fracasó comercialmente, pero sin embargo tuvo un considerable elogio de la crítica. Es decir, se estaban convirtiendo en un objeto underground de leyenda. Kerslake y Hensley, parte muy importante, abandonaron la nave tras este primer redondo dejando muy tocado el centro de gravedad de los Fat, que se repusieron aunque no del todo, para sucumbir poco tiempo después.

Kerslake formó parte al completo de este disco, pero no aparece en la fotografía de la contraportada, y en su lugar lo hace Alan Kendall, que sería su sustituto poco después. Algo incompresible y sin sentido. También os sonará a muchos el nombre de John Glascock por su participación durante una época con los míticos Jethro Tull. El grifo se cortó definitivamente con la grabación del segundo disco Toe Fat II. Su publicación volvió a obtener los mismos resultados que con el debut, escaso interés comercial y ventas muy reducidas. Este nuevo mazazo dio por finalizada la sociedad. Como anécdota decir que los torsos desnudos que aparecen a la izquierda en la portada fueron sustituidos en España por un corderito. Todos sabemos la censura que todavía existía en este país.


El disco ofrece muchas caras diferentes pero bajo el primas unificador del hard rock, que es un poco el pegamento de todas ellas. Un rock potente donde hay espacio para la guitarra de Ken Hensley y sus solos, que todavía se muestran faltos de elegancia y con una creatividad limitada, pero con una puesta enérgica e ilusionada. La voz de Cliff es firme, con garra, con tablas, expresiva y con un timbre que podríamos confundir con una voz negra. Los ritmos que genera Kerslake nos van a recordar con esas pausas a los que realizará más profusamente en los Uriah Heep, al igual que la guitarra de acompañamiento rotunda en sus riffs. También se echa de menos una producción más elaborada, ya que se puede decir que es escasa, pero es cierto, que por otro lado hace que la música sea más cruda y auténtica.

Las composiciones son de corte sencillo, riffs claros, melodías con estribillos definidos y con pocas aportaciones a espacios instrumentales, muy justos. Temas que no suelen pasar de los 4 minutos tramados sobre un hard rock clásico que ofrece elementos enriquecedores pertenecientes a otros aspectos del rock, psicodelia, progresivo, etc.

La pieza Bad side of the moon, que tocan en segundo lugar, tiene la autoría de un jovencísimo Elton John, cuya versión original por cosas del destino no llegó nunca a publicarse en un álbum, quedándose en la cara B de un single. Es aquí donde podemos apreciar la introducción de teclados, por primera y ,se puede decir, última vez, aportando un segmento progresivo a la obra, en escalas ascendentes y descendentes. Podemos reconocer buenos grooves en algunas de los cortes y psicodelia en las cuerdas de la guitarra. Nobody es un ejercicio curioso porque vamos a poder observar la realización de 2 solos de guitarra independientes, algo que no volverá a suceder en todo el set. La guitarra es capaz de crear atmósferas apabullantes a base de pedal, como en The wherefors and the why`s un recurso que se aprovechará en abundancia años más tarde, logrando dejar la guitarra bloqueada en largos e interminables delays.

En su lado B , vamos a toparnos con juegos de voces, toques singulares de flauta y armónica en Just like all the rest, experimentación a la guitarra en una pieza de ambiente extraño, como es I can`t believe, un cocktail de bajo y batería de alta graduación (Working nights) y ráfagas de rock'n'roll al más puro estilo recogidas en You tried to take it all.




sábado, 16 de septiembre de 2023

GILA - Free electric sound (1971)

 


Daniel Alluno.................Batería, percusión

Fritz Scheyhing..............Organo, mellotron, piano, efectos electrónicos

Conny Veidt..................Guitarra eléctrica y acústica, voz

Walter Wiederkehr.......Bajo


1ª cara:

- Agression

- Kommunikation

2ª cara:

- Kollaps

- Kontact

- Kollektivitat

- Individualitat



Procedentes de Stuttgart, con apenas 3 años de existencia, llegaron a convertirse en un referente de la facción kraut más experimental y underground, creando una corriente de gran influencia en otras bandas dentro del género. Nacen como formación estable en 1969, tras este disco debut y su secuela que nada tiene que ver con su despegue terminarán su corto viaje en 1973. Muchos años después lanzaron dos discos más, un refrito en forma de conciertos, pero nada nuevo que aportar. Lo mismo que con su biografía, algo muy escueto que encontrar en la red, es difícil obtener material fresco.


Así pues, este álbum con el que se bautizan, es experimental y ambicioso, constituyendo un emblemático ejemplo de la sección más oscura dentro del Krautrock. Es decir rock con gran libertad en su creación, sin patrones claros pero determinante, imperecedero, fuera de modas, comprometido, visceral y sobretodo expresivo. Generando una música cuya intención es hacer que se agudicen nuestros sentidos. Sentir su mensaje, sumergirse en las oscuras atmósferas que nos presentan sin apenas interludios y conectar con la pureza de su esencia. Y vaya si lo consiguen con esta muestra de carácter conceptual, en la que profundizan trabajando en los términos de la individualidad y la sociedad. Los problemas de la juventud alemana vuelven a salir a la luz.


Vorágine instrumental conducida en primer término por la guitarra. Sin dilación nos envuelve en una turbulencia sónica, (Agressive) un instrumental contundente con un título muy adecuado, construido sobre un riff marcado fuertemente, un torbellino de sensaciones que muere en un remanso de la naturaleza, un manantial que nos aleja de la pesadilla y nos devuelve al entorno natural para tomar aire y volver a sumergirnos en un nuevo escollo desafiante.(Kommunication)


Sobre un sonido volcado en caleidoscópicos riffs y bases rítmicas prominentes, el órgano intenta arrancar la atención con elevadas notas de acento psicodélico, cuando por fin aparece un atisbo de voz, algo que apenas va a ser una ilusión, puesto que se podrá encontrar con cuentagotas y en momentos muy concretos aportando dramatismo vital. Nuevamente la guitarra vuelve a la carga para traspasar el umbral e ir progresivamente tornándose en suave acústica, mientras el ritmo impuesto nos hace entrar en trance. Poco tiempo vamos a gozar de esa dulce guitarra, sin previo aviso regresa bajo tintes de blues la eléctrica de forma contundente, lanzando hirientes latigazos siderales y absorbiendo toda la atención con el pedal. El resultado es la configuración de ambientaciones angustiosas, alucinatorias y de corte obsesivo. Jams psicodélicas de gran tonelaje que proporcionan escenarios oníricos y espaciales, gracias en gran parte a los teclados que se van radicalizando


Ya en la segunda cara la música se vuelve más extrema en cuanto a experimentación y expresividad (Kollaps). Regresamos a un universo de incertidumbre que no habíamos abandonado más que para dar la vuelta al vinilo. De la mano de un crudo órgano nos hacen conscientes del inicio de la vida con los sollozos de un bebé, la dura entrada en el mundo real, un desafío al que debemos vencer y superar día tras día sin vacilar.

La acústica otra vez consigue aplacar esa sensación de soledad con unas cuerdas cristalinas que nos devuelven a círculos sanos y primordialmente más positivos con una instrumentación cargada de escalas orientales, algo que en aquella época era sinónimo de amor, fraternidad, espiritualidad y pureza (Kollektivitat). Y que tanto caló en las bandas de rock europeas. Un elemento muy utilizado en la época que pretendía conectar con el espectador para sucumbir a un estado de consciencia elevado en comunión con la energía del cosmos.




Acercándose hacia el final, la música se va convirtiendo en una muestra de percusiones y ritmos varios (Individualitat) que invitan a la relajación y a una escucha detenida, un torrente de sensaciones fluyen en nuestra mente, un paraíso para las huestes hippies de la época, y es que estamos ante un atlas perfecto para viajar a donde nuestra mente quiera llevarnos.




domingo, 16 de julio de 2023

STONE THE CROWS - Ode to John Law (1970)

 


Maggie Bell................Voz

Les Harvey.................Guitarra

James Dewar.............Bajo

Colin Allen.................Batería

John McGinnis...........Teclados


1ª cara:

- Sad Mary

- Friend

- Love 74

2ª cara:

- Mad dogs and Englishmen

- Things are getting better

- Ode to John Law

- Danger zone



El término que escogió esta banda como denominación proviene de una exclamación inglesa cuyo significado transmite algo similar a un shock, pavor, terror...... Su origen lo encontramos en las tierras altas de las islas Británicas, en Glasgow, Escocia. La sociedad se crea en 1969 y a pesar de contar con miembros importantes en sus filas, como Les Harvey , hermano menor de Alex Harvey, Maggie Bell y John McGinnis su repercusión en el mundo de la música no fue el esperado. El fichaje de Maggie Bell, fue un intento de promoción como respuesta europea a Janis Joplin que tenía un timbre y una gimnasia vocal de características muy similares a las de la estadounidense. Otra causa que contribuyó a ello fue la inesperada muerte de Les Harvey en 1972, un penoso suceso que ocurrió en el escenario donde sufrió una descarga y caía fulminado electrocutado.

Fueron captados por Peter Grant, manager de los LED ZEPPELIN, un tipo astuto que rápidamente les hizo firmar un contrato con Polydor. Lo que hace más difícil si cabe pensar que no consiguieran abrirse paso hacia mejores posiciones. Su actividad se desarrolló por campus universitarios, salones de baile, festivales.....pero el éxito comercial no llegaba. En 1971 abandonan la nave el bajista Dewar, y el teclista McGuinnis por falta de resultados, suponiendo el fallecimiento de Les Harvey el golpe que sumía a la formación en un caos complicado de poner en orden. En un intento de poner solución pasaron por allí Peter Green tras haber dejado FLEETWOOD MAC, y después el honorable Steve Howe antes de ingresar en YES.

Pocos meses después de su primer Lp homónimo, aparecería enseguida su segundo trabajo, este en concreto del que hablaré, donde se observa una maduración respecto al primero, se puede decir que exprés, dado el poco tiempo que los separaba. Canciones mucho más concisas, con un perfeccionamiento de su rítmica rock. Tienen más cuerpo, más pesadas, contundentes y poderosas. El título del álbum, también una de las piezas de la segunda cara, versa sobre John Law, un personaje que resulta bastante desconocido. Un escocés que inventó el papel moneda para Europa. Fue Director General de finanzas y Presidente del Banco Real francés. Pero su vida se truncó con su destitución por una bancarrota de enormes proporciones en el país. A partir de ahí tuvo que salir por patas , viajar por Europa y vivir en condiciones de pobreza hasta que a los 57 años moría en Venecia.

Dentro de la órbita del rock y el blues desarrollan una música abierta a la psicodelia y al progresivo con una marcada base rítmica y un órgano que muestra su cara más ácida en algunas de las piezas. Se trata de un rock pesado que arranca con dificultad su instrumental. Maggie le confiere un aspecto potente con su voz algo rota, personal y flexible, que aunque adquiere protagonismo lo cierto es que es la instrumentación la que prevalece.

La guitarra es el instrumento estrella y experimenta mucho sobre la base creada por los teclados, que se dedican más bien a crear ambientes donde trabajen las seis cuerdas. Atmósferas que en muchas ocasiones son de ensueño, de aire onírico creando estructuras cíclicas sobre las que gira el tema, entrando en una dinámica repetitiva en la que la guitarra pone la evolución y los solos, sembrando blues que se embarca en sendas de libre inspiración. No se trata por tanto de un rock'n'blues clásico sino que está construido sobre bases innovadoras, llevándonos a estadios hipnóticos en largos e intensos desarrollos, recordando en algunos momentos a jams del estilo de MANFRED MANN & THE EARTH BAND.



Los tracks que se incluyen en la segunda cara no tienen ese aire tan pesado sin embargo son más heterogéneos en su composición. Así tenemos el primero, Mad dogs and Englishmen, mostrando una faceta soul hasta entonces no aparente, ayudando a ello una guitarra funky y un piano picado a contratiempo. Después llega Things are getting better, un corte con teclados épicos distinguidos planeando linealmente y creciendo. Piano eléctrico, órgano , guitarra acústica de acompañamiento y la voz de Maggie que se pone dura. Es el momento de Ode to John Law, una pieza extraña de principio a fin llena de momentos tensos y acordes disonantes en una composición bastante libre en algunos instantes, poniendo la nota delirante un órgano giratorio que transmite agonía y desasosiego. Toda la música de la canción es complice a la hora de mostrar el triste final de John Law. La idea era provocar sensaciones agobiantes y desorientación, y a fe que lo consiguen. Finalmente el disco terminará con lo más clasico en blues que nos encontraremos, Danger zone. Recuerda a unos primeros PINK FLOYD en lo que a la guitarra se refiere, delicada con toques de la escuela de Gilmour y un órgano psicodélico como si fuera tocado por el propio Wright construyendo muros planeantes.


Disco muy completo que no defraudará a cualquiera que sea aficionado al rock en cualquiera de sus estilos y facetas. Podrá disfrutar de una guitarra ingeniosa, y de unos teclados que abordan variedad, así como una poderosa base rítmica alucinante en ciertos fragmentos, en los que podemos sentir su peso.






sábado, 24 de junio de 2023

HANSON - Now hear this (1973)

 


1ª cara:

- Travelling like a Gypsy

- Love knows everything

- Mister music maker

- Catch that beat

- Take you into my home

2ª cara:

- Gospel truth

- Rain

- Smokin' to the Big "M"


Como en tantas otras ocasiones, nuevamente me cruzo con una banda de esas que ha pasado sin pena ni gloria por el estrado, sin ninguna repercusión digna de mencionar, y que sin embargo tras su escucha te preguntas como no quedó una, aunque sea, pequeña huella. En fin, tal vez no lo sepamos nunca, habría que transportarse a la época para ver de cerca las razones por las que unos sí y otros no.

Nacieron de la mano de su guitarra Junior, que no se complicó la vida y puso su apellido al frente de la formación. Oriundo de Jamaica, va a desembarcar en tierras inglesas. Sus raíces jamaicanas no caen en saco roto, puesto que después del corto periodo que funcionó el grupo, se integrará en el círculo de Bob Marley, donde trabajará profusamente con los WAILERS con los que tiene muy buena relación. Pero es con HANSON con quién se bautiza dentro de la industria musical, creando la banda, componiendo prácticamente al 100% toda la obra, y demostrando en ella quien lleva las riendas de todo.

Tras este disco, Junior va a disolver por completo la banda. Su intención es volcarse definitivamente dentro del mundillo funk. Había dejado patente su interés por el estilo en este primer disco que tiene un sello funky claramente marcado, aunque fundido dentro de atmósferas blues y rock. Sin embargo su decantada opción al funk hace que nadie sobreviva a la refundación, salvo él claro. Vería salir su segunda obra en 1974, y entonces sí que da por terminado el proyecto HANSON. Se dedicará en adelante a ser músico de sesión con grandes nombres de la escena musical del momento y a trabajar con Wailers.


En este disco debut, el sonido dentro de la aureola funk es en cierta forma algo ecléctico, con jams más o menos elaboradas que a veces dejan un regusto a inacabadas, con finales algo forzados en algún caso, matices que no son desconocidos en discos iniciales. Pero en general de una calidad bárbara. Junior Hanson cuando dio forma a la agrupación, no se rodeó de gente precisamente inexperta. Todos ellos tenían un bagaje musical muy brillante, habiendo trabajado anteriormente con pesos pesados del rock. También contarán con colaboraciones importantes como es Bobby Tench quién tocó con personajes de la talla de VAN MORRISON ó HUMBLE PIE, procedentes de TRAFFIC contribuyeron a la grabación también, Rebop Kwaku Baah y Chris Wood. Además fueron fichados por Manticore, el sello privado de los ELP, que sirvió para catapultar a tantas bandas dentro del rock, italianas principalmente. Ese respaldo no terminaría de sacar los frutos deseados. A propósito de todo esto, en la carpeta del disco se menciona la gratitud a KEITH EMERSON, por prestar su moog para la grabación.


Su visión musical podría encajar con las características ofrecidas por colectivos tan variados como TRAFFIC (Se nota el toque de sus colaboradores), RARE EARTH, BRIAN AUGER o LIQUID SMOKE (otros olvidados de los que ya he hablado en este espacio). Composiciones de blues rock y algunos atisbos de free jazz impregnados de una densa maraña funk, conducida por la guitarra de Hanson que lleva funky inserto en cada una de sus cuerdas. Trabajando constantemente el wah wah construye solos ligeros para el oído pero densos en su composición, incluidos en cada uno de los temas, permite un espacio para sus devaneos guitarreros, deliciosos por otra parte.


Sin cuartel nos otorga un gran repertorio libre en su creación con gran dosis de inspiración y también improvisación en un marco de sonido fino y de tonos agudos, salvo cuando se asocia a bajo y batería para construir una sólidez rítmica muy activa. El teclado de Roussel queda en un segundo plano ante el vasto despliegue de Junior, donde apenas tiene oportunidad de dejarse ver en solitario, cooperando más en la creación de los atinados arreglos y realzando los ritmos, su atribución es cristalina a través del piano eléctrico ayudando a la guitarra a que las melodías sean ligeras en su apreciación. Cuando utiliza el órgano lo va a hacer de forma más lineal aunque descubrimos algunas ráfagas psicodélicas en Travelling like a gypsy.

La colaboración de Rebob Kawku, que entonces estaba en gracia, hace que la percusión eleve su ponderado protagonismo en muchas ocasiones marcando claro el ritmo de las canciones en las que participa. Y por el lado más bucólico y pastoral entra en acción Chris Wood con su particular estilo de flauta y sus aleteos psicodélicos.

Cuando comienza Gospel Truth, podemos llegar a pensar que estamos escuchando Feelin' alright de RARE EARTH en sus estadios iniciales , pero con menos revoluciones, luego los derroteros van por otros caminos, pero es cierto que se queda uno con la mosca detrás de la oreja. El universo de Hendrix, el marciano de Seattle, comienza a asomarse cuando escuchamos la guitarra en Rain, donde los diversos teclados que ofrece Roussel son de categoría. Y donde ya no queda ningún género de duda es en Smokin' to the big 'M', la pieza más larga y de naturaleza más libre, donde todos tienen la oportunidad de generar sus fantasías en las que los demás harán lo necesario para seguirlas, hasta que aparece una nueva frase improvisada de otro instrumento y todo se decanta hacia ella. Es aquí, donde con el riff inicial de Junior, haría levantar la cara a Jimi y esbozar una leve sonrisa al reconocer su "Foxy lady" en otra dimensión. Todo termina en un final improvisado y la voz de Hanson aceptando de buen grado el trabajo expuesto.


Un disco realizado a la medida de Junior Hanson que deja momento estelares. Aunque parece que él no quedaría satisfecho finalmente si tenemos en cuenta los acontecimientos posteriores. Pero a parte de todo esto es una joya a conocer. Gracias Rockliquias!!!







domingo, 28 de mayo de 2023

CRESSIDA - Cressida (1970)

 


Angus Cullen................Voz

John Heyworth............Guitarra eléctrica y acústica, voz

Iain Clark......................Batería

Kevin McCarthy............Bajo

Peter Jennings.............Órgano, mellotrón, piano


1ª cara:

- To play your little game

- Winter is coming again

- Time for bed

- Cressida

- Home and where I long to be

- Depression

2ª cara:

- One of a group

- Lights in my mind

- The only earthman in town

- Spring' 69

- Down down

- Tomorrow is a whole new day




Esta es una de esas bandas a las que se les reconoce bastante bien su origen, su personalidad, sus raíces en el rock sinfónico primigenio, con un estilo de proto-prog, que comulga perfectamente con el realizado por otras formaciones coetáneas como CARAVAN, que además se convertiría en uno de los baluartes de un movimiento que surgió a finales de los 60 y principios de la década de los 70, acuñado con el nombre de Sonido Canterbury, y que a nadie que esté interesado por estas músicas se le escapa ya. Pero hubo más jóvenes que enarbolaron la experiencia, llevándola unos u otros hacia diferentes facetas musicales. SOFT MACHINE, MATCHING MOLE, NATIONAL HEALTH, etc, encauzados por sendas más experimentales e imprevisibles, auténticos monstruos del virtuosismo. Luego, combos como SPRING, CARAVAN, FANTASY y los mismos CRESSIDA se inclinaron por otros derroteros en pos de un sonido más melódico y menos exigente en cuanto a innovación, pero también muy elaborado, dejando la fantasía en mayor medida al Hammond utilizado por su teclista.


Nuestros amigos de CRESSIDA se constituyen oficialmente en marzo de 1968, en plena época hippie, y es que algo de ella se desprende en su forma de interpretar la nueva ola que proviene de la zona de Canterbury. Inicialmente se les denominó CHARGE, incluyendo en su repertorio covers de THE DOORS, DRIFTERS y SPIRIT junto a otras composiciones originales. Tras una serie de conciertos y sesiones conseguirán un contrato de grabación con el sello Vertigo, volcados en conocer bandas innovadoras y afines a sonidos experimentales a las se les intuya un potencial por explotar. En ese instante es cuando deciden cambiar su nombre a CRESSIDA, tras sustraerlo de una obra de William Shakespeare, coincidiendo con el abandono de su teclista original que decide no continuar al frente.

Los primeros conciertos con su nuevo alias fueron en Alemania, tierra afín a las nuevas fórmulas de rock, acompañando a gente que empezaba a hacerse un hueco en el espectáculo como COLOSSEUM, EAST OF EDEN, durante el otoño de 1969. Pero donde más se prodigó fue en los circuitos universitarios, así como en los clubes de Londres, escenarios de aforo más bien limitado, donde emergían, y bullían las nuevas experiencias. Dentro ya de su casa discográfica Vertigo atravesaron un mal momento cuando a principios de 1970 se ve obligado a marchar su primer guitarra John Heyworth, dejando algo tocado al grupo, después de firmar el debut discográfico con gran profesionalidad, debido a asuntos personales. Si a esto le sumamos que Vertigo no va a continuar respaldando al proyecto incomprensiblemente, sin razón clara, la situación se hace precaria, un profundo bache que no van a poder sortear, de manera que a pesar de su buen hacer, todo se va al carajo y se produce la disolución irreversible. Su segundo álbum de estudio se lanzaría ya en septiembre de 1970 tras la desaparición. Inesperadamente 40 años después de esta despedida se ha publicado un álbum conteniendo material de su primer trabajo y algunos cortes no incluidos, singles, etc. y parece que promete ser interesante.



Su homónimo disco inicial es una obra que respira ilusión y una cierta inocencia musical en la que triunfa sin duda alguna la aparición de un órgano Hammond omnipresente y absorbente encargado de dominar la escena de las composiciones con mayor protagonismo, se embarca en un torrente de notas aceleradas en ascensos y descensos sin un esquema claro, producto de la improvisación y cierto aire experimental de jazz. Esto supone todo un regalo para los sentidos. En otras fases el órgano dará paso al mellotrón, otro instrumento que estaban descubriendo y del que van a sacar partido.


Le acompaña fielmente una base rítmica enérgica de ritmos vivos, frescos y vertiginosos, con rápidos giros sin aliento muchas veces, cambiando constantemente el tempo. La guitarra eléctrica es suave pero aguerrida con un trasfondo psicodélico que arrastran del hippismo sin haberse despojado definitivamente de sus vestiduras. En cuanto a la acústica, está muy activa y la encontramos en muchas ocasiones interpretándose con suavidad y punteos que suponen delicados instantes. No es para menos la voz, que aporta también calidez y melodiosidad al entorno con una entonación clásica del Canterbury, haciendo que funcione frecuentemente como un instrumento más, en lugar de hacer de conductor de la trama o nexo de unión.


El primitivismo de rock sinfónico existente se demuestra en una producción sencilla, sin apenas arreglos dignos de mención, sin efectos, muy purista en su concepción de sonido limpio, todo un producto natural directo al cerebro. También refuerza este concepto su sonido carente de variedad, todos sus temas se mueven en un fondo creativo muy similar, partiendo del órgano y dejando que se desarrollen con cierta experimentación la performance de los tracks, sin esquema claramente establecido, sin fases claramente determinadas, no hay estratos que nos embarquen en otras dimensiones. Es el triunfo de la improvisación por encima de un trabajo madurado. Melodías desenfadadas, nada pretenciosas donde la percusión y la guitarra se ocupan de establecer diferencias para hacer la travesía menos monótona, tratando de compensar el excesivo peso de las teclas.


Caterva de buenos músicos a los que les falta un grado de maduración, compensado con el buen conocimiento de que tienen de sus respectivos instrumentos y la frescura que imprimen los inicios de la creatividad. Piezas compuestas en compases clásicos de 4/4 donde las piezas, más que piezas parecen extractos, sin un principio y un fin claros, donde se echa de menos algún elemento que aporte un desequilibrio, ideas no llevadas a toda su plenitud. A veces el órgano se queda solo componiendo un monólogo sobre el silencio que hay bajo su presencia. El disco termina con un tema en el que el mellotrón y las voces generan posiblemente el único episodio épico de todo el viaje.





viernes, 12 de mayo de 2023

CIRKUS - One (1973)

 


Paul Robson................Voz

Dog..............................Guitarra eléctrica y acústica

Stu McDade.................Batería

John Taylor..................Bajo

Derek G. Miller............Teclados, mellotrón, piano


1ª cara:

- You are

- Seasons

- April '73

- Song for Tavish

- A prayer

2ª cara:

- Brotherly Love

- Those were the days

- Jenny

- Title Track:

a) Breach

b) Ad infinitum


Este es uno de esos discos, que pocos segundos después ponerlo, sabes no muy bien porqué, pero te va a entrar a la primera y de tirón. Es una sensación de seguridad profunda de la cual desconocemos su origen, pero está ahí, es instintiva y nunca se equivoca, posiblemente producto de años escuchando música del género. Y no es que One contenga música fácil de digerir, comercial, ni nada parecido, pero tiene "algo" que nos permite identificar que va a ser un gran descubrimiento.


Formación desconocida, de la cual prácticamente solo existe este registro, tras este álbum no vería nada más la luz hasta 1994, donde surgieron de pronto nuevamente, con casi todos los miembros no originales (solo se mantuvo Miller), para volver a desaparecer otras dos décadas. Procedían del Reino Unido (Sutherland) y de su proyecto debut solo llegarían a imprimirse en aquel momento 1000 copias, cifra ridícula que aseguraba su anonimato, más todavía en un momento en que el rock progresivo estaba en pleno clímax, abarrotado de bandas. Para acabar de empeorar las cosas se embarcaron en circuitos maltrechos y eventos estrafalarios de manera que apenas fueron presentados a prensa ni medios populares. Después llegaron los años 80 y con los drásticos giros de las corrientes musicales el Circo dio por terminada la función.



No supieron abrirse camino, algo que es difícil de entender escuchando su obra inicial, músicos que muestran un saber estar y una veteranía a pesar de su juventud, fuera de dudas. A eso hay que sumarle que contaron con una producción de lujo, que vamos a poder apreciar a lo largo de toda la escucha. En el apartado de ingeniero de sonido encontramos a John Etchells, un experto en su terreno que trabajó con David Gilmour, Dire Straits ó Spandau Ballet, entre otros. Junto a él colaboró Ron Richards, personaje de gran experiencia que produjo para estrellas como Beatles, Gerry and the Pacemakers, descubridor de The Hollies. Y para completar el triplete, Tony Hymass a cargo de la conducción de los arreglos, una maravilla, que tocó con músicos del calibre de Jack Bruce y Jeff Beck.



Su sonido es profusamente épico con un tratamiento de teclados muy puro, ocupados en llevar el peso de las composiciones, convirtiéndose en los protagonistas de la gran dimensión que alcanzan los temas con el mellotrón como instrumento estelar, causante de la grandilocuencia que adquieren muchos instantes. Otro punto importantísimo son los arreglos de cuerda a cargo de orquesta mayoritariamente de violín, perfectos, cuidados, exquisitos, que te retrotraen a los realizados por Alan Parsons en su "Project" y que a veces se reenganchan a la línea instrumental principal. Sus influencias no son claras, pero encuentro semejanzas con MANFRED MANN EARTH BAND en la guitarra de Dog y su interrelación con los teclados de Miller, unas veces siguiéndole la frase del órgano, otras construyendo sus propios desarrollos. En la construcción instrumental con el mellotrón encuentro algunos coletazos de unos KING CRIMSON de inicios, y en algunos temas la guitarra acústica ataca el tema dentro de una performance en la línea de unos WHO de su disco Tommy o en unión con Miller rescatan un sonido de guitarra "Steve Hackett" propio de Nursery Crime.



La mayoría de los temas no son extensión estándar del progresivo, no se producen grandes desarrollos instrumentales cargados de virtuosismo, pero tienen un equilibrio conjunto que no dejan dudas sobre su brillantez. Su trayectoria es ir de menos a más, concluyendo en importantes finales épicos y explosivos elevados por la carga instrumental a apoteósicos, de tal forma que nos queda la sensación de brevedad, de que deberían haber seguido sacando más partido a la magnífica melodía con la que han terminado la pieza.

Estilo progresivo-sinfónico dentro de los cánones establecidos, siguiendo la pauta escrita por los grandes, podría parecer que sería suficiente para triunfar, tenían todos los ingredientes para lograrlo. Delicadeza y potencia en una combinación difícil de llevar a cabo donde es fundamental la profesionalidad y la compenetración de todo el equipo.

Una sección rítmica competitiva y solvente, su batería será quién se ocupe de escribir las canciones mayormente con un tempo clásico de los grandes progresivos. La guitarra de Dog se transforma viajando por la psicodelia, entrando al espacio hard en Brotherly love con unas guitarras en paralelo, surcando emociones con la acústica en Jenny y flirteando detalles de Jazz y blues en diversos momentos del disco, trabajando bendings y delays. Los teclados de Miller son firmes, envolventes, inquietantes, usando capas lineales crea ambientes abiertos, oxigenados llegando a ser pomposos y épicos por el mellotrón, sobre los que se enroscan espirales de arreglos de violín hasta el punto de producirse un sellado que los hace indistinguibles unos de otros.

La voz estaba a cargo de Paul Robson, solo se tenía que ocupar de eso, y lo hacía con pericia cumpliendo con una gama de registros suficientes como para superar la prueba con garantías, sin aspavientos, con la expresividad suficiente , efectiva y con ayuda de algún falsete para los agudos.

Como anécdota, Title track, su pieza más extensa tiene una irrupción que me recuerda tremendamente al inicio de Dark Side of the moon, con ese avión que sobrevuela por encima de nuestras cabezas para estrellarse finalmente, solo que aquí es versión reducida.

Parecían tener el horizonte muy claro, el estilo definido y un potencial creativo y una proyección, que nunca sabremos hasta donde podía haber llegado, si estos chicos hubiesen continuado al frente. Una lástima.






Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...