Un análisis personal de una colección de vinilos que engloba el progresivo desde sus inicios y la década de los 70
domingo, 19 de julio de 2020
¿Quién no ha buscado alguna vez la identidad?
domingo, 12 de julio de 2020
Bernhard Rendel................Guitarra
y voz
Ingo Werner.......................Órgano,
piano, mellotrón
Andreas Wursching............Batería
Karl-Heinrich Dorfler.........Bajo
1ª cara:
- Dirtyellow mist
- Flash part IV
- That's you
2ª cara:
- The executioner
- Melancholie
- Handful of grass
- Devonshire street W1
- X
Con tan sólo 17 añitos fundaría la banda el guitarrista Bernhard Rendel, que andaba como loco por conseguirlo. Los demás compañeros de edades parecidas se sumaron en pos de grabar un álbum, y así quedaría evidenciado lanzando con mucha ilusión este homónimo My solid ground. Pero en unos muchachos de esas edades pueden ser inesperadas sus decisiones y reacciones. En nuestro caso una vez terminado el trabajo, salvo su promotor, los demás no debían tener las ideas firmes y pensaron que lo mejor era romper y marcharse cada uno por su lado. Rendel se quedó solo, y ante un horizonte nada nítido cerró las puertas y el proyecto murió recién parido.
Ciertamente cuando escuchas el álbum eres consciente de que tiene un regusto a opera prima, los cortes muy diferentes unos a otros dan esa sensación de falta de cohesión y compenetración, no hay un estilo claro por donde se conduzcan. Es un batiburrillo de buenas intenciones donde cabe de todo un poco.
No obstante si tenemos que colgarle algún tipo de etiqueta con que catalogarlo de alguna manera, la obra se mueve por derroteros de psicodelia progresiva y de hard rock. Su primer y tal vez mejor tema es toda una suite obsesiva cuya estructura se sostiene sobre dos acordes de guitarra que nos machacan repetidamente. El órgano oscuro y lisérgico se pasea a base de devaneos, que sumados a los coros de voces que van subiendo en volumen, dan lugar a atmósferas místicas y extrañas. Después de varios minutos el ritmo se va acelerando, se hace más marcado el ambiente oníricos y depresivo trasladándonos a un final de pesadilla. Su performance sería una mezcla entre unos PINK FLOYD de "Atom heart mother" y la banda suiza BRAINTICKET.
Tras esos 13 minutos de alucine, aparcan la faceta más psicodélica, el órgano, y se entregan a las guitarras en dos piezas más bien de factura reducida y directa, riffs potentes y duros, nada que ver con su inicio. Después ya al otro lado del vinilo vuelven a la carga con "The executioner" que contiene un órgano psicodélico, una nueva visión fantasmagórica nadando entre hordas guitarreras. "Melancholie" es el punto y aparte, el bicho raro del Lp, una bella partitura de piano con una melodía triste acompañada de guitarra acústica, que nos brinda un poco de cordura emocionándonos. El resto es pasto de las guitarras, sus riffs y su sonido hard, sin patrón claro, fruto de la excitación creativa y de la inspiración.
Publicación singular y de buena calidad, lástima que no hubiera continuación, no sabremos hasta donde podían haber llegado.
domingo, 5 de julio de 2020
Underground music
La Ruta de Frisco |