"Con los Who sentía que tenía la posibilidad de crear una música que se convirtiera en parte de la vida de los demás. Más que el modo en que nos vestíamos, nuestra música daría voz a todo lo que necesitábamos expresar: como grupo, como pandilla, como hermandad, como sociedad secreta, como subversivos. Yo veía a los artistas del pop como espejos de su audiencia, que desarrollaban maneras de reflejar y decir la verdad sin miedo."
Atención a
esta obra, un trabajo magnífico único, digno de encontrarse en la vitrina de
los grandes entre los grandes, sin apenas difusión y donde el desconocimiento
de la banda es prácticamente total, apenas tenemos la información de los
nombres de los componentes, un trío de ases con la compañía de Peter Gavin del que si se sabe más,
puesto que estuvo en otra formación de poca proyección, JODY GRIND, estupendos
también, pero al fin y al cabo muy anónimos para la mayoría del público que no
esté familiarizado con el rock progresivo en capas inferiores.
Jody Grind
Como digo,
es increíble que este álbum pasara tan desapercibido, pero así son los éxitos y
las miserias del rock en ciertos momentos de su corta historia. Se grabaría en
Londres, pero sus miembros provenían de tierras más arriba, de Escocia, e
incomprensiblemente su breve edición y difusión tuvo que realizarse en tierras
germanas, algo que me gustaría llegar a entender algún día. Terminado el disco,
el grupo desaparecía, algo muy lamentable viendo la calidad que atesoraba.
Estos chicos
de nombre "festivo" hacían una música que se caracterizaba por el
dominio de los teclados, pero más en concreto del órgano, muy personal en la
manera de ejecutarlo, muy incisivo y lisérgico en algunos momentos, con picados
muy remarcados, correrías, cabriolas y barridos frecuentes, sin embargo en
otras ocasiones hacen de pantalla de fondo, generando capas de atmósferas envolventes
con cielos cargados gravitando. Su sonido es muy progresivo, alimentado por el coctel
especial de piano y órgano que crean entramados fantásticos dignos de bandas
como PROCOL HARUM, CARAVAN o incluso DOORS, con esa vena de psicodelia que desprende algunas veces y la
forma de atacar el órgano.
CARAVAN
Otro
elemento que le confiere mucho atractivo son los "grooves" que consiguen
en algunos de los temas (Love is life,
Ain`t it a pity, entre otros)
ofreciendo un sonido cargado de energía y potencia en la triada batería - bajo
- piano. Siendo preferentemente progresivos, sus raíces, la esencia que se
esconde proviene del blues y rhythm 'n' blues, y queda manifiesta su pasión en Blue song, todo un clásico blues, pero
además las guitarras trabajan en ese sentido, creando unas disertaciones y unos
ataques tristes de sabor añejo que llegan a dibujar lamentaciones, ayudado por
la voz que se acopla a la situación. Creando un todo que se encuentra en la
órbita de bandas como THE KEEF HARTLEY
BANDcon ese toque vetusto, sureño,
regado por la vibración del órgano hammond.
LOS MARAVILLOSOS PROCOL HARUM
Sonido que
se muestra fresco, inspirado y de una brillantez patente, capaz de trasladarnos
por diferentes escenarios: Sobriedad, solemnidad, romanticismo, épica todo ello
tratado siempre con la mejor selección en las melodías bien vertebradas por el
órgano de Forest y avivadas por la magnífica sección rítmica. Buen gusto se
mire por donde se mire. Una joya que se va desvelando mejor aun si cabe con
cada escucha.
"El 26 de diciembre del año 1964, a la salida de los camerinos del viejo cine Odeon, en Hammersmith (Londres), Paul McCartney se tropezó con Eric Clapton, el guitarrista de los Yardbirds. Los Beatles actuaban en el Odeon durante todos aquellos días de Navidad. Empezaron sus conciertos la misma tarde de la Nochebuena y acabaron justo en Nochevieja. En aquellos años no se paralizaba Inglaterra como ocurre en estos días. Aunque los Beatles eran dioses y los Yardbirds acababan de empezar, el atrevido Eric Clapton, que solo tenía diecinueve años, se acercó a pedirle a Paul que le presentara al resto de los Beatles, John le saludó despectivamente. Ringo ni miró a Eric. El único que le hizo caso fue George Harrison.
Congeniaron a la primera. Hasta el punto de que George le enseñó su colección de guitarras Gretsch, que eran las que más utilizaba. Clapton incluso se permitió insinuarle que gastara unas cuerdas más finas que se compraban en una tienda llamada Clifford Essex."