"Anyone's Daughter dieron sus primeros pasos interpretando versiones de bandas británicas de finales de los sesenta, orientadas hacia la psicodelia y el rhythm n' blues. Un aspecto que en el caso que nos ocupa se ve reflejado incluso en el hombre del grupo, tomado de la canción de mismo título incluida en el Fireball (1971) de Deep Purple".
Tras sus primeros 3 álbumes exitosos llegaron In Blau (1982) y Neue Sterne (1983) - ahondaron en lo conseguido hasta el momento, pero en 1984 la partida de su vocalista Harald Bareth para cumplir el servicio militar hizo que la banda tomara la resolución de separarse. Ulmer y Karpa protagonizarían un fugaz regreso en 1986 con otros músicos para dejar un último y no demasiado destacable testamento con Last Tracks (1986)
Enrique
Morales…………….Guitarra eléctrica y acústica y coros
Miguel
Morales……………..Bajo, guitarra acústica y coros
Tito
Duarte…………...……..Saxofón, flauta y percusiones
Joao
Vidal………………..….Teclados
J.
María Moll…………....…..Batería
The
Waters…………………..Coros
1ª
Cara:
-
Hi-Jack
-
Mad
love
-Funky
Baby
- Lady
love
2ª
Cara:
-
Susie Wong
-
Humanity
-
Tell me the thing
-
Fly Away
-
Concert
Si
nos dicen que una banda triunfa en EEUU en los años 70, llegando a
las primeras posiciones de las listas de música negra con un sonido
denominado como “afrobeat” o “música mestiza” , manejando
estilo funky y precediendo a la música disco que triunfará en la
segunda parte de la década, lo último que nos vendría a la
imaginación es que fueran españoles…….pues si señores, eran
españoles. Es el grupo que ostenta el galardón de ser el combo
español más vendido en EEUU, Canadá y Alemania.
Fue
tal la cuota de éxito que obtuvieron en tierras yankees, que para
que no descubrieran que se trataba de personas de raza blanca, no
aparecían nunca en las portadas y contraportadas del álbum o de sus
singles. Y es que estaban convencidos de que una música así tenía
que ser realizada por personal de raza negra. Je, y lo que son las
cosas!, aquí en nuestro país, al escucharlos cantando en inglés,
pensábamos todo lo contrario, que se trataba de alguno de tantos
grupos de origen estadounidense, pre-fiebre del sábado noche. Si es
que ya lo dice el refrán: “Nadie es profeta en su tierra”
Era
su 3º disco y debido al acierto conseguido ya con su segundo, se
marcharon a grabar a los Angeles, nada menos que a los estudios
joliwudienses de Metro Goldwyn Mayer, saldría
su obra un año después en 1974 y el efecto fue inmediato llegando
al n.º 1 en ventas, pero la versión internacional del título sería
“Release Barrabas”. Es posible que muchos de vosotros
abráis los ojos con incredulidad pensando que como pudo ser posible
aquello, siendo que España por norma general nunca obtuvo
repercusión mediática en lo musical, salvo pequeñas
excepciones………. yo también me lo pregunto. Pero no hay nada
como reunir a un conjunto de personas con mucho talento para que se
obren milagros.
La
persona clave en todo esto fue Fernando Arbex,
ex-Brincos y ex-Alacrán, que cuando decidió terminar su trabajo de
músico, paso a la sombra como un profesional de la producción
realmente dotado. Un tipo atento siempre a las vanguardias, ya en
ALACRÁN, como músico había practicado con bases latinas
popularizadas por SANTANA, además de como productor dentro
del grupo. Por desgracia no hubo apoyos de ningún tipo de las
discográficas españolas y sin actuaciones en directo desistieron
con un único LP en su carrera.
Arbex
no se rindió y siguió buscando la manera de poder llevar a cabo su
proyecto. Comenzó a buscar músicos afines a sus ideas reclutando a
Tito Duarte (Cubano), los hermanos Morales (filipinos)
y Joao Vidal (portugués) un combinado exótico, que unidos a
J.L. Tejada y J. María Moll terminarían cuajando en
los fantásticos BARRABÁS, a quienes se consideran los precursores
del sonido disco en Europa, vendiendo como decía en sus
contraportadas, música caliente. Fernando colaboraría en la
composición, pero con la producción como objetivo principal.
El
padre de Tito Duarte era el director internacional del sello RCA, eso
facilitaría el contacto de la formación con la discográfica de
manera inmediata. El camino está allanado y se ponen a trabajar sin
dilación grabando un primer disco homónimo que ya muestra la senda
a seguir donde las criticas serán favorables. Con su segundo,
“Power” estallan y la popularidad empieza a crecer con un álbum
muy completo. Sus vidas se ven salpicadas de nuevas sensaciones, el
punto culminante de sus carreras fue cuando se les ofreció ser
teloneros de sus satánicas Majestades y lo rechazaron porque era
preciso mudarse a los EEUU. Se votó y se decidió seguir cerca de
las familias. A partir de entonces la decisión fue un lastre y se
crearon tensiones, como consecuencia a finales de la década se
separaron, aunque poco después en 1981 se reunieron para grabar un
nuevo álbum, Piel de Barrabás, de cierta calidad, no
obstante el paisaje musical estaba cambiando y la repercusión fue
mucho menor, apostando por otro tipo de formaciones, solo en Europa
mantuvo un buen nivel de ventas.
Para
cuando grabaron este ¡Soltad a Barrabás! Las cosas no podían
irles mejor y todavía estaban lejos las discrepancias y malos
rollos. La música que se incluye realmente esta llena de talento
compositivo y en cuanto a la producción, Fernando realizó un
magnífico trabajo que queda patente desde el primer momento de la
escucha. Se inicia con Hi-Jack, que serviría como
presentación del LP a través de su venta en single, posiblemente el
tema más accesible para captar adeptos, que desde un primer momento
nos muestra un conjunto de percusiones , algo que no desaparecerá
ya, un bajo juguetón que tendrá un papel preponderante a la hora de
marcar el tempo y el ritmo y coros, muchos y variados tanto de ellos
como de el trío femenino que participa. La música se impregna de
sensualidad, calidez y ritmo, cantando en un inglés mejorable y con
unos estribillos a base de coros. En las zonas centrales entran los
instrumentos a realizar solos, variados en su ejecución y muy bien
elegidos, sin excesos y más bien cortos en el tiempo dejando un
regusto que sabe a poco, un acierto para mantener el interés en la
escucha.
Con
el segundo corte Mad love, en el inicio por un momento
el bajo nos engaña y parece que vaya a sonar “Papa was a
rolling stone” de TEMPTATIONS, pero no, su base es muy negra,
se produce un dialogo de declaración y réplica entre voz y coros
femeninos, la guitarra suena muy funky y nos regala en la parte
central un fantástico solo. Funky baby, como indica el
título, nos ofrece de entrada una guitarra funky con un fraseo que
ejecuta repetidamente, los coros masculinos y femeninos se suceden en
los estribillos y nos trasladan hasta el final, en un tema muy corto
incluyendo armónica en la melodía. En el siguiente y último de la
primera cara, la batería se presenta marcando el pulso a golpe de
platillo y después con la entrada del teclado y la guitarra acústica
se genera una dinámica que crea el armazón principal de la canción.
Lady love, contiene un sinuoso teclado
maravilloso y melancólico. Es la primera aparición de flauta en
los arreglos, hay cierto aire de ambientación brasileña en su
espíritu, luego hacia el final se entra en otra sección en la que
el bajo acelera el tempo terminando la pieza.
Al
otro lado del plástico nos espera Susie Wong, el
primero de los cortes que arranca con unos coros femeninos muy al
estilo, guitarra funky con protagonismo encargada del solo
instrumental, una composición muy obsesiva que gira en torno a una
frase de la guitarra. Un tema engañoso es Humanity,
que comienza con una voz cálida y muy suave pero se torna más
agitada. Es la pieza más dura del disco de hecho. Muy vanguardista
incluye saxo en su melodía con un toque de Jazz, las percusiones
resuenan potentes bajo el órgano y la guitarra se muestra fuerte,
aunque no da tiempo a más. Tell me the thing es un
tema muy ligero y cálido con gran introducción de travesera. Fly
away lleva un gran trabajo instrumental en el que el tempo va
de la mano del bajo y el órgano omnipresente flota durante toda la
composición, la guitarra nos regala un magnífico solo en la parte
central y otro al final, muy cortos, dentro de una estructura algo
más compleja que de costumbre. Y ya para cerrar este excelente disco
nos ofrece como coda Concert, para mí una de las
mejores. El órgano se muestra presente nuevamente a lo largo de toda
la pieza, una veces ambiental en muro sonoro y otras haciendo un
fraseo a modo de guiño repetidamente, luego la flauta nos concede un
interesante solo en la parte central y final dejándonos con ganas de
más.
Barrabás
es una banda que independientemente del gusto del oyente es atractiva
e interesante porque algo que tiene Calidad y talento no puede pasar
desapercibido para ningún amante de la música y yo soy de los que
reniega de la música disco. Así que si alguna vez lo tenéis a
mano, pensadlo y no lo dejéis pasar, no os defraudará.
"Elvis quería huir, escaparse. Estar solo. Donde sus buitres particulares no desvariasen. Era tan indiferente al futuro como el tener un pie en el umbral de la eternidad.
Es absolutamente falso que fuera Elvis quien tomara un avión rumbo a Buenos Aires dos horas después de su muerte oficial, utilizando el seudónimo de John Barrows que tanto había usado para hoteles y viajes.
Todavía en la actualidad se vigila su tumba en Graceland, como si la vigilia del cuerpo del último rey tuviera el poder de la resurrección, como si realmente no estuviera muerto. En realidad, Elvis sigue vivo."
(El Sargento Pepper nunca estuvo allí. Julián Ruiz)
"La Psicodelia y el primer Rock progresivo son, por ende y en este final de la década de los 60, textos de un contexto superior que los abarca y emparenta, el de la Contracultura (esa subcultura que excede su propia categoría). Dicha filiación, como la que remite a ambos a las necesidades expresivas de una nueva generación, la del Baby Boom, es insoslayable para comprender sus motivaciones y desarrollo, así como un buen número de rasgos comunes e intersecciones.
Sin caer en la simple sucesión diacrónica (el discurrir en paralelo de ambos géneros llegaría hasta la fecha), apuntamos su imbricación, la de Psicodelia y Rock progresivo, en los años finales de la década de los 60, especialmente entre 1967 y 1968, coincidiendo además con la primera difusión global de ambos."