"Un momento en el que la continuidad estuvo en peligro real. Ian McDonald se vio superado por las presiones de soportar una gira americana con un grupo que iba en grande. Michael Giles sentía lo mismo ante el frenético ritmo de trabajo. Por si fuera poco, Fripp había dejado claro que no se permitían novias en la gira americana y McDonald apenas podía soportar estar lejos de Charlotte Bates, con quien salía en ese momento.
Se llegó a permitir que Charlotte volara a Nueva York para estar con Ian durante una semana. Sin embargo, y sin que hubiese ninguna conversación sobre el tema en el seno de la banda, McDonald y Giles la abandonaron. El 14 de diciembre de 1969 en el Fillmore West de San Francisco, el King Crimson de la irrepetible, y quizás nunca igualada, primera formación tocó su último concierto. El futuro se presagiaba incierto."
(King Crimson. Crónica de un malestar: Alejandro Díaz )
"Su debut homónimo en 1982 supuso un bombazo. El disco vendió más de diez millones de copias que nunca consiguieron superar. De la mano del hit Heat of the moment, numero uno en las listas norteamericanas, la ascensión de Asia fue meteórica. Habían dado con la tecla adecuada en el momento adecuado. Esto es: pericia instrumental, melodías pegadizas y moderadamente grandilocuentes y una estupenda voz de barítono, la de Wetton, envolviendo con tino el conjunto. Formula magistral".
Larry
Fast………….…..Sintetizadores moog (Modular, minimoog,
micromoog, controlador de cinta, secuenciador DS2, programación,
electrónica, arreglos, modulo Oberheim
1ª
Cara:
-
S-Scape
-
Chateau
-
Cybersports
-
Classical gas
2ª
Cara:
-
Paradox:
a)
Largo-New World Symphony
b)
Icarus
-
Sequence 14
Bajo
el nombre de SYNERGY, se esconde su único integrante, un
estadounidense procedente de New Jersey amante de la electrónica y
la informática desde los más tiernos comienzos de las disciplinas.
Larry Fast después de haberse formado en el área musical
como pianista, descubre la música electrónica y además realiza
cursos de informática, una asignatura que comenzaba a cobrar
interés en esa época.
Pero
no será hasta tener un cara a cara con el teclista Rick
Wakeman, referente entonces, cuando por fin se decida a
trabajar con autonomía y a hacer las cosas por su cuenta, corría el
año 1975 y después de lograr un contrato discográfico es cuando se
inicia su carrera en la música electrónica, que entonces está
surgiendo con fuerza tras la aportación de gran cantidad de aparatos
que aportan recursos a la causa. Sus comienzos fueron trabajando como
músico de sesión y llegó a estar a las órdenes de Peter
Gabriel e incluso con Yes en su álbum Tales
from topographic oceans de 1973.
Bajo
el nombre del proyecto Synergy, englobará en su trayectoria
una serie de álbumes, Sequencer será el 2º que publique, un
año antes había arrancado con Electronic realizations for
Rock Orchestra, un
buen debut. Sequencer va cobrando vida durante las sesiones de
grabación de Recycled,
correspondiente a la banda NEKTAR
con quienes estuvo ayudando a registrar y arreglar, y que a la
postre puede que fuera el último gran trabajo de la formación
inglesa afincada en Alemania. Mientras los chicos de Nektar estaban
enfrascados en la elaboración de sobregrabaciones, Larry aprovechaba
en el estudio de a lado para ir creando ideas aprovechables en su
nuevo disco.
La
grabación ya en serio comenzó en otoño de 1975 usando una
grabadora de 4 pistas, y acabando al año siguiente. Sintetizó
nuevos sonidos con respecto a su debut, sobretodo de metales y
cuerda, introdujo más efectos y ecos, paso de la monofonía a una
duofonía rudimentaria, y como algo importante a reseñar, no
volvería a utilizar el mellotrón,
magnifico instrumento pero que quedaba ya relegado con la entrada de
los nuevos juguetes de Moog.
El
título del disco ilustra bastante bien lo que vamos a encontrar en
su interior. El uso del secuenciador es un hecho abundante en las
composiciones, y de hecho, la más extensa, Sequence 14
es fiel reflejo de ello, llevándolo hasta límites de saturación.
La proliferación de sintetizadores de la familia Moog es patente, y
es a través de ellos y las diferentes pistas como va conjugando y
entrelazando melodías y pregrabados con un resultado vitalista y
brillante. Juega constantemente con las ascensiones y descensos por
la escala musical y las piezas son de sonido accesible, en ocasiones
bordeando el prog con el que congeniaba y muy en línea con las
muestras positivistas de Jean Michel Jarre, siempre en
esa onda cálida del autor francés, incluso más accesibles.
S-Scape,
pieza inspirada en THE WHO (posiblemente en Tommy o
Quadrophenia) y Sergei Prokokiev, es ejemplo de esto
último, corte de sonido alegre y desenvuelto con una melodía
siempre dentro de parámetros armónicos que atraviesa el muro
construido, algo muy constante en toda su obra, trabajando los
sintetizadores ayudado de otros aparatos indiscutibles como oscilador
y secuenciador. A continuación Chateau que nació al
igual que S-Scape de una maqueta provisional que en principio
se llamó Laserium ovni, fue un
proyecto que se quedó en agua de borrajas. En este la variedad de
sintetizadores moog es amplia y su melodía sigue siendo accesible y
positiva de cara al espectador, muy similar en construcción al
anterior.
Enseguida
se aprecia en cybersports
un toque clásico en su estructura, el sintetizador está adaptado a
un sonido añejo, semeja el uso del clave que le dota de un aura
vintage atravesando un fondo orquestal profuso en clave vitalista de
nuevo. Me recuerda profundamente a una época de Tangerine
Dream, allá por los 90, cuando
ocupaba la plaza interina Paul Haslinger.
Esta pieza surge de la inspiración que emana de los primeros juegos
electrónicos en esos años, y concretamente del Pong,
aquel mítico que reproducía una arcaica pista de tenis con un punto
y 2 palotes que eran los jugadores. En el siguiente track, Classical
gas que
cierra la primera cara,
se produce un despliegue
de modelos moog de todos los colores, haciendo uso y abuso de ellos
en una pieza interesante y colmatada cuyos ataques resultan
familiares si has oído Brain salad Surgery
de los ELP
y en concreto Karn evil 9, un
tema que versionea el original del guitarrista tejano
Mason Williams.
La
cara 2 es más compleja y se observan elementos más turbios y
alejados de las armonías, con incursiones en regiones algo más
ásperas que invitan a iniciar experimentación, pero sin llegar a
tomarlo en serio. Solo encontramos un par de cortes, el primero
Paradox, dividido a su vez también en dos partes, la
primera Largo, con alusión a La sinfonía del nuevo
mundo del compositor Checo Anton Dvorak, esplendido tema
que Larry eleva al presente de los sintetizadores acertadamente.
Icarus, que es la segunda sección continua con la
sinfonía de Dvorak pero evolucionando y llevándola por derroteros
creativos.
Guarda
para el final la joya de la corona, posiblemente la mejor del álbum
y también la más arriesgada. En Sequence 14 nos hace
una introducción bajo una atmósfera sugerente, para pasar en un
momento dado, a una región de sonidos más oscuros y tensionantes,
alejándonos del positivismo que flotaba y que anima a amplíar los
horizontes por explorar. La composición es más compleja y abierta,
el abanico de sonoridades es mayor, con más incorporación de
efectos variados y teclados más contrastantes, incluso se perciben
percusiones intermitentes, cayendo en precipicios a través de
secuenciadores y loops acelerados que nos arrastran como si se
tratara de un remolino que terminará por devorarlo todo.
Indiscutible
obra para todos los amantes de la electrónica de la época, que sin
duda ha servido de referente a muchos músicos de los 80 en adelante.
"Steve Marriott me hizo bajar de las nubes. El era un músico importante, mucho más que yo. Y sabía lo que decía. Steve veía claro que en muy poco tiempo las cosas iban a cambiar. Estábamos ya en otoño del 68. Yo le dije lo que pensaba y que tal vez dejara a Herd. Y él me confesó que iba a dejar pronto a Small Faces. Esto creó una corriente aún más fuerte entre ambos, aunque no llegamos a comprometernos en firme. Simplemente, era un proyecto.
Marriott y Frampton
Los dos sabíamos que podíamos echar mano el uno del otro cuando nos decidiéramos. Lo definitivo fue cuando hablé con Howard y con Blaikley sobre nuestro momento y lo que íbamos a hacer en el futuro. Fue aterrador. Ellos pensaban únicamente en el presente, en el hit que tienes en listas y en tener preparado y a punto el siguiente para que no parara el carro."
"Oxygène vendería cerca de 100.000 ejemplares, aunque cuenta la leyenda quemuchas copias se devolvían a las tiendas, pues los oyentes oían ruidos blancos que pensaban que eran defectos del álbum cuando en realidad formaban parte de la naturaleza de la grabación, pero, obviamente, no estaban acostumbrados a ellos.
Al poco tiempo, Jean Michel y Dreyfuss un día paseando por la Avenida de los Campos Elíseos, vieron salir de una tienda de discos a Elton John con nada menos que diez copias de Oxygène. Inmediatamente, Dreyfuss se giro a Jean-Michel y le dijo: "Ahora sí que estoy convencido de que va a ser un éxito total".
Hablar
de esta banda es hablar de Ry Russell, su miembro más
reconocido, un músico con un gran bagaje dentro del “business
rock”. Un tipo con una actividad electrizante y que entre
colaboración y colaboración sacó tiempo para realizar álbumes de
su propia cosecha, como es este homónimo Running man.
Proliferó mucho su trabajo dentro de la pequeña pantalla
componiendo una gran variedad de piezas para todo tipo de paquetes
televisivos, publicidad, series, telefilmes, documentales…...Además
de esto también participó el la creación de bandas sonoras para el
cine, en especial de la saga de James Bond. Pero no perdía ni un
segundo y también tuvo espacio para publicar en solitario una serie
de álbumes de jazz experimental, más adelante formó parte de MOUSE
una banda con la que también llegó a componer un disco de rock
progresivo, lo mismo que con RUNNING MAN.
Y
todo esto antes de 1974, Sin duda un incansable músico de sesión,
productor y compositor que sacó tiempo para participar trabajando
con combinados de Jazz rock del momento, ROCK WORKSHOP (cuyo
trabajo ya ha sido comentado en el blog), NUCLEUS,
CHRIS SPEDDING, y con otras celebridades del Rock, David
Bowie, Jack Bruce, Cat Stevens, Van Morrison, por nombrar a unos
cuantos, pero el etcétera es largo. En cuanto a su trayectoria en
décadas posteriores, hay que decir, que en ningún momento ha dejado
de tener algo entre manos, con proyectos que abarcan hasta el 2020
por lo menos, sino más.
Pero
retornando a lo que nos ocupa aquí, que es su álbum con RUNNING
MAN, poco se puede decir al respecto, fue un disco maldito que no
tuvo repercusión, en gran medida a que su venta fue muy mal
planificada, y si a eso le sumamos que el grupo no tuvo tampoco una
difusión apropiada, pues no se puede esperar nada bueno. Tampoco
ayuda mucho el hecho de que se trate de un álbum con poco atractivo
y difícil accesibilidad, lo que con el paso del tiempo lo ha
convertido en un objeto de culto entre aquellos amantes del género.
Algún
tipo de información que recale en la agrupación es más que difícil
de encontrar, buceando a distintas profundidades en la web, apenas he
podido dar con un párrafo que haga referencia a ellos. Se formaron
como tal en 1971, su debut y única obra fue un año siguiente y poco
después desaparecen con la misma rapidez con la que aparecieron. Y
eso es todo.
El
disco, tras una escucha inicial, deja patente que es un trabajo muy
artesanal desde el punto de vista de grabación y producción,
muestra alguna carencia en la grabación, con ciertas
descompensaciones y la labor de los arreglos y los elementos que
ayuden a construir mejor las composiciones son prácticamente
inexistentes, esto le dota de autenticidad y creación sin filtros,
pero por otra parte se observa rudeza y falta de ideas a la hora de
enlazar partes o terminar con una coda atractiva. Sin duda es una
obra que se gestó con cierta rapidez y no se pulió, mostrando una
música ecléctica, variada y con aparentes influencias del momento.
Una
primera cara con temas más elaborados donde sus composiciones gozan
de secciones dentro de las mismas y otra donde surge más la vena
expresiva e improvisadora y diferencias entre unos y otros muy
drásticas. Se inicia con Higher and higher una larga
pieza partiendo con un piano y una voz que nos evoca
irremediablemente a un Gary Brooker en su salsa, con
una forma de atacar el piano y hacer triadas cosecha del líder de
PROCOL HARUM, pero esto no dura mucho, y tras una entrada paulatina
de instrumentos se produce un giro radical, desaparece la lírica y
se torna dura con apoyo de vientos crimsonianos de la era In
the wake y Lizard.
Queda
muy claro desde el principio que el bajo lleva el tiempo y la batuta,
pero no solo a partir de aquí, sino en toda la obra. La tensión que
le ejerce a las composiciones es fundamental, en este primer track
sus desarrollos son libres y se podría decir de semi-improvisación
siguiendo a la batería en unos escarceos de guitarra muy a lo Frank
Zappa.
La voz de Ry
es dura, esforzada y resquebrajada. En la misma línea será el
siguiente Hope place,
con atmósfera blues y jazz , el saxo, el bajo y la guitarra generan
desarrollos imprevisibles, siempre marcando la dirección las cuerdas
del bajo de Watts
que va saltando las octavas a su antojo en un paroxismo que termina
encarrilando las frases de la introducción del tema, complejidad a
discreción que acaba sin continuidad.
Para
tomar respiro tras una extensa y compleja pieza difícil de digerir
surge Nicholas,
que resulta ser un remanso de paz que descansa en una melodía de
piano inicial envuelta con una cadencia descendente y que trabaja
solo sobre 3 acordes, pero suficiente para resarcirnos y alimentar el
espíritu, un caramelo que se hace corto. Guitarra cálida y voces
amistosas.
Da
carpetazo a este lado del vinilo Another,
otro extenso corte, aunque de lo más trabajado que vamos a encontrar
con 2 fases bien diferenciadas. El órgano se encarga de comenzar
dando una ambientación progresiva en cadencia descendente llevando
la composición en un remolino, donde la guitarra de pedal crea un
sonido próximo a los primeros tiempos de BARCLAY JAMES HARVEST. El
paso a la fase 2, es drástica con el bajo que una ve más marca
diferencias y nos embarcan en un soniquete de piano y caja con alarde
de bajo haciendo melodía que pronto desemboca en un juego de
improvisaciones disonantes a cargo de las 4 cuerdas, que más bien
parece ser un ejercicio de alargamiento en vistas de hacer la
composición más extensa.
Melancolía
e intimismo dan paso a la segunda cara con Find
yourself,
cuya batería parece introducirnos en el mundo de los WHO, incluso
diría que la voz de Ry se acerca a la de Daltrey. Breve pieza que da
paso a Look and
turn,
muy ácida en su concepción con un groove enérgico y una guitarra
emulando a grandes de la escena coetánea como Eric
Clapton
y con uno de los mejores solos de Ry en el disco.
Pieza
corta que nuevamente se acerca a la BARCLAY JAMES HARVEST de inicios,
titulada If you
like,
con una voz que parece que se va a romper, transición para alcanzar,
la que tal vez sea el corte más atractivo y uno de los más
extensos, hablo de Spirit,
atractiva
desde un primer momento al captarnos instantáneamente con ese
maravilloso groove
de la base rítmica, la guitarra se muestra más que arisca y ácida
siendo la primera en aparecer, también con la voz desbocada, más
tarde lo hará el saxo ácido y exasperante trabajando ambos en un
estilo libre e improvisado. Será el bajo el que ponga orden en esta
jauría de sonido estableciendo un limitado patrón, llegando a un
“summun” que poco a poco bajará de revoluciones para terminar.
Children
es un tema cortísimo y delicado a base de piano y guitarra a lo
Townshend
, interludio suave para arrancar con la pieza homónima del álbum y
más largo de todos, el espíritu de WHO vuelve a rondar. Running
man, un
tema pesado con un riff de carácter progresivo que se repite hasta
la saciedad aderezado finalmente por el órgano y por las voces de
fondo que campan sin control hasta que aparece la de Ry para unirse
al riff con los coros. Sin final previsto acaba en silencio,
nuevamente no han pactado ningún cierre.
No
es un álbum imprescindible ni mucho menos, y de hecho solo acérrimos
de estilos similares gustaran de estos sonidos, muy muy olvidados, de
coleccionista.
"Pocos meses después, Steven Stills se sentía asfixiado por le trabajo que llevaba en el grupo. Lo tenía que tocar todo. Las guitarras, el bajo, los teclados, el piano. Todo salvo la batería, que era cosa de su amigo Dallas Taylor. Así que, algo angustiado, Stills necesitaba otro guitarrista que le pudiera socorrer en las grabaciones y en le directo. Ni Crosby ni Nash estaban muy de acuerdo con ello.
Pero, nuevamente, Stills les terminó por engatusar.
Primero contactó con George Harrison, que se quedó estupefacto de que se lo pidiera. Luego, con el mismísimo Jimi Hendrix, que no tenía grupo y era muy amigo de Stills. También con Steve Winwood, de Traffic. Pero, finalmente, era Neil Young, es decir, su compañero en Buffalo Springfield, el que quería Steven desde un principio. Young se convirtió en el personaje de un nuevo grupo, un cuarteto. Así empezó Crosby, Stills, Nash and Young"
(El Sargento Pepper nunca estuvo allí: Julián Ruiz)
"Mientras me afanaba entre bastidores con un soldador eléctrico y cola, restaurando mis maltrechas Fender Stratocasters, la base de fans neoyorquinas de los Who iba fermentando con un afecto y una dedicación jamás igualados en ninguna otra parte del mundo. Si hoy me instalara en un colchón en la Quinta Avenida, podría vivir el resto de mi vida de la generosidad y lealtad de nuestros fans de Nueva York.
De entre aquellos chicos del teatro RKO sigo conociendo a una veintena por su nombre. Puedo identificar al menos un centenar de caras. Sé los nombres de algunos de sus padres. Varios chicos han trabajado conmigo en diversas ocasiones a lo largo de los años, y algunos han escrito libros o realizado filmaciones sobre nosotros. Otros se limitaron simplemente a observar, crecieron e hicieron lo que fuera que se hubieran propuesto con la misma dedicada, compulsiva demencia que vieron en nuestras actuaciones.
Habíamos anticipado un nuevo concepto. la destrucción es arte si se sintoniza con música. Marcamos una pauta: caemos y nos volvemos a levantar. Los neoyorquinos adoraban aquello, y los fans de Nueva York portaron aquel estandarte junto a nosotros durante muchos años, hasta que nosotros mismos dejamos de estar a la altura."
-
White
bird
- A
hot summer day -
Wasted
union blues
-
Girl
with no eyes
2ª
Cara:
-
Bombay calling
-
Bulgaria
-
Time is
Sin
hacer mucho ruido pasaron fugazmente por el panorama musical de la
época y con el transcurso del tiempo han ido surgiendo críticas
favorables a su trabajo reconociendo su valía y su innovación
dentro del estilo. Ya sabemos muchos casos en que se producen estas
situaciones en que no tienen fruto los resultado en el momento de su
existencia, y después cuando se observa la escena desde el futuro,
entonces, es cuando realmente se es consciente de la maravilla que
encierra.
Esta
vieja banda de San Francisco nace en 1967 y por supuesto no logran el
éxito de otros coetáneos del panorama de la Costa Oeste, como eran
GRATEFUL DEAD, JEFFERSON AIRPLANE, THE MAMAS &
THE PAPAS...etc, zona en plena efervescencia y más presente
dentro del mundo del rock Estadounidense en aquel instante. Mucha
culpa de su falta de éxito seguramente la tiene su primer mánager,
Matthew Katz, un tipo algo “trapalas”, y es
que cuando se empieza mal luego no es fácil enderezar el rumbo. Katz
los convenció para que no actuasen en San Francisco, decía que no
estaban preparados. Con la excusa se los lleva a Seattle donde
vivieron durante unos meses componiendo en un ático que pertenecía
a Katz, y también actuarían en un club de la ciudad que
casualmente, mira por donde, también era propiedad del amigo Katz.
Tras
la tomadura de pelo, cuando ya fueron conscientes, se vuelven a San
Francisco frustrados por el engaño y sin nada de dinero en los
bolsillos. Sin objetivo ni mira alguna, deciden ponerse a tocar en
algunos clubes, ferias y salas de fiestas, consiguiendo cierta
publicidad y nombre además de algo de dinero, y todo ello a espaldas
de su avaro mánager. Llegaron incluso a “abrir” para CREAM, es a
partir de aquí cuando encuentran la confianza en sí mismos y el
valor para enfrentarse a Katz y desembarazarse de él. Resultaron
tener un sonido muy original y vanguardista que les diferenciaba del
grueso de bandas, una amalgama de estilos, rock, folk, clásica,
jazz, psicodelia, prog….. cuya personalidad residía en el violín
de David, las percusiones de Patti y los teclados de Linda. Pero sus
temas ambientados con el movimiento hippy tenían un alma muy
influenciada por los súbditos del verano del amor.
Lograda
la libertad, David Laflamme, reputado violinista que
ya había tocado con personajes como Jerry García y
Janis Joplin se erige en productor del grupo y con los ahorros
conseguidos consiguen publicar su álbum homónimo de debut en Los
Angeles a través de Columbia Records. A partir de ahí, la banda
paso por una sucesión de entradas y salidas de miembros en la
formación. La primera en abandonar fue la esposa de David, Linda
Laflamme, en 1970, prácticamente después del debut, uno de
los pilares fundamentales. Las causas mayoritarias fueron el
divorcio de David y su separación de los escenarios debido a haber
recibido un botellazo en la cabeza durante una actuación. Y al
tiempo también David que era el nexo de unión del proyecto, en 1972
agotado con la gestión y la dirección, decide dejarlo. A ello hay
que sumar también las desavenencias internas que hacia tiempo
resquebrajaban la cohesión de la agrupación. De hecho su último
álbum fue grabado ese año, pero no se publicaría hasta el
siguiente, después de una gira, que resultaría de despedida, la
banda quedó huérfana de sus fundadores, aunque siguió adelante no
por mucho tiempo.
Cuando
ponemos el plato a funcionar, la primera en aparecer es White
bird, su pieza más codiciada y con la que llegaron más
lejos en las listas. La inspiración para escribirla les vino de su
estancia en aquel ático de Seattle del que no se podían mover
porque no tenía dinero ni para autobús. El tiempo tampoco les
acompañaba y llovía día si día también. La sensación de estar
encerrados como un pájaro en una jaula les abocó a componerla. Es
una composición muy bella y sólida de la que se desprende una
clara atmósfera Costa oeste, y
con una rítmica que transmite paz y buena energía. Las voces
de David y Patti suenan a la par, percusiones inconfundibles de la
caja de Patti y un teclado construyendo linealmente el fondo. También
se reconocen unos punteos de guitarra española haciendo un solo, que
no se van a prodigar en el resto del álbum, y por supuesto el
omnipresente violín de David transportando la estructura a sus
puntos álgidos.
Nuevamente
el histriónico violín nos introduce en otra pieza cálida, A
hot summer day, cantado por David y Patti, que hace su eco
en el estribillo. La lírica de las voces destaca sobre todo lo
demás, el teclado de Linda se escucha al fondo linealmente y el
violín se desarrolla junto a la armónica tejiendo un entramado con
matices folk que acaban poniendo el final. Con Wasted Unión
blues, nos despertamos del sueño hippy arrancado por la
guitarra psicodélica de Hal que ataca con dureza luchando en agudos
con el violín de David, el corte más pesado del disco que impone
una rítmica muy sesentera en conjunción con el piano y teclados que
también entran en las disonancias de un carrusel de histeria salvaje
que para en seco. En contraposición a la violencia de la composición
anterior surge para terminar un lado, Girl
with no eyes,
una bella y suave canción donde las voces de David y Patti (la cual
tiene una voz cálida y clara) juegan acompañados de una guitarra
minimalista, el violín y el Harspsicord que contagian de clasicismo
todo el ambiente a través de sus giros escalados, convirtiéndose en
un pequeño oasis de intimismo.
Al
otro lado del vinilo el inicio nos llama poderosamente la atención
con los primeros compases de Bombay calling, que
reconocemos rápidamente y asociamos con DEEP PURPLE, y su
conocido tema Child in time. Pero no, no se trata de una
versión, de hecho es original de la banda, y fueron los ingleses los
que se apropiaron de esos compases descaradamente y poder así
modelarlo a su gusto. Al matrimonio Laflamme no le hizo ninguna
gracia, pero no estaban las cosas como para meterse en más follones,
así que su venganza fue crear un tema llamadoDon &
Dewey, que es idéntica a Wring that neckde
los Purple y que se publicaría en un álbum posterior. Aquí paz y
después gloria, todo saldado. Al margen de la anécdota la pieza
viaja con ritmo animado que nos mantiene en alerta a través de una
atractiva percusión de la mano de Val Fuentes y con un
excelente trabajo de violín y guitarra enfrentados uno al otro entre
ambiente de aires arabescos.
David Laflamme
Entramos
en un ambiente pantanoso, brumoso y hechizado con el corte Bulgaria,
donde la voz de Dave es clara, calmada y acompañada por supuesto de
Patti y el grupo haciendo coros. La sensación es de mucha lentitud.
Lo más importante es la melodía vocal de tintes muy líricos. Dando
paso a la instrumentación con el violín y los agudos de Patti poco
a poco va acelerándose, pero sin apenas percusión hasta un órgano
incisivo que empalma con el último tema, y el más largo de todos,
Time is, la composición más experimental y larga de
todas sin duda, donde hay mucho de la improvisación en los
entresijos de la parte instrumental. Compases muy obsesivos que
surgen tras un estribillo en el que Dave nos explica cuantas cosas
son el tiempo. Melodías disonantes donde cada miembro va
introduciendo los elementos que cree apropiados. Val dispone de un
espacio para explayarse con su batería, el órgano de Linda se
muestra salvaje, extraño y experimental y nuevamente con tintes
arabescos, todo ello en una espiral viajando a la deriva sin objetivo
ni concierto, como producto de una amarga ensoñación que termina
con un final seco y apropiado al espíritu reinante.
Mirando
la portada nos podemos despistar, no parece reflejar el contenido,
creo que eso es algo que nos ha pasado a muchos, una portada que ha
sido muy reconocida y valorada entre todas las portadas de Rock. Se
trata de una pintura de 1912 realizada por Charles Courtney Curren
titulada Mujer en la cima de una montaña. No pudo ser más
explicito el hombre.
"En enero de 2011, en el marco de la Winter NAMM, una feria de exposiciones del sector musical que se celebra cada año en el Centro de Convenciones de Anaheim, California, tres músicos debían ofrecer un show: Greg Howe, Brian Beller y Marco Minnemann. A ultimísima hora a Howe le fue imposible acudir, siendo reemplazado por otro virtuoso de las seis cuerdas, Guthrie Govan. Y tan entusiasta fue la reacción del público como la de los tres músicos al descubrir la increíble química que había surgido entre ellos, que decidieron que había que darle continuidad al tema".
Dave
Greenslade…………….Piano, clavinet, sintetizadores, Fender
Rhodes, Hammond, Mellotron, voz, co-productor.
Tony
Reeves………………..….Bajo
Simon
Phillips…………….…..Batería y percusiones
Mick
Grabham……………....Guitarra
Colaboraciones:
Steve Gould, Lissa Gray, Bill Jackman, Dave Markee, John Perry,
Martin Ford y Simon Jeffes
1ª
Cara:
-
Pedro`s party
-
Gettysberg
-
Swings and roundabouts - Time takes my time
-
Forever and ever
2ª
Cara:
-
Cactus choir:
a)
The rider
b)
Greeley and the rest
c)
March at sunset
-
Country dance
-
Finale
Podríamos
estar hablando de un Lp más de la banda GREENSLADE, mismo sonido y
mismo estilo de la carpeta que lo guarda, a cargo de Roger
Dean……..pero no es así exactamente. Dave Greenslade
que fue fundador de aquella banda, y que dejó su apellido en ella,
comenzó tras su finalización una carrera en solitario y este fue su
primer álbum, tal vez el más afortunado de ellos, los que vendrían
después son mediocres y no alcanzarán ni de lejos la calidad de sus
trabajos dentro de otras formaciones a las que perteneció.
Hijo
de Jack Greenslade, pianista semiprofesional que dirigió
bandas de baile en los años 30. Sus padres le animaron desde pequeño
a tocar el piano y a los 13 años entró en el club juvenil de una
iglesia local donde tocando conoció a Jon Hiseman y su viejo
amigo Tony Reeves (ambos en Colosseum) . Sus comienzos fueron
en CHRIS FARLOWE’S THUNDERBIRDS, influenciado por el
pianista Bill Evans, entre otros. Allí su recorrido no dejaría
huella, empezando a escribir su pasado en grandes empresas como
COLOSSEUM donde más destacó, realizando mucho trabajo desde
el aspecto jazzístico. También pasaría fugazmente por otro
monstruo de nombre breve, IF, también orientado al jazz. Pero
será más recordado por su fundación junto a Tony Reeves,
magnifico bajista, por GREENSLADE donde crearon
4 álbumes de gran factura integrados en el rock progresivo
instrumental, puesto que apenas hubo letra. Es aquí donde su nombre
empieza a pertenecer a los grandes teclistas de los años 70.
Como
les sucedió a muchos grupos de aquella época, cuando firmaron el
contrato con la discográfica, o sus managers no leyeron bien la
letra pequeña, o les jugaron una mala pasada. El caso es que llegó
un momento en que si querían dejar la compañía tenían que hacer
un desembolso de dinero brutal, tanto que era imposible conseguir esa
cantidad. Al final Dave que era la cabeza visible se vio abocado a
deshacer el grupo, rompiendo acuerdos y comenzando de nuevo. Su
periplo en solitario se iniciaba aquí.
Aprovechando
material que no había llegado a ser distribuido con Greenslade y
también echando mano de composiciones que habían sido desechadas
para los álbumes que se grabaron, Dave publicó al año siguiente de
su separación, Cactus Choir, con
una renovación en filas donde no podía faltar su estimado compañero
de fatigas, Tony Reeves. Otros miembros importantes que integraron el
combo fueron Simon Phillips
reputado batería, auténtico mercenario y Mick
Grabham
ex-guitarrista de PROCOL HARUM.
Este
álbum ofrece desde valses hasta música clásica y blues, incluye
progresiones fascinantes y ritmos complejos, algo que Dave valora
mucho a la hora de componer, por eso para su base rítmica se ha
provisto de dos músicos excepcionales Reeves y Phillips, para estar
a la áltura del binomio Tony
Reeves – Andrew McCulloch de
los anteriores Greenslade. Aquí deja apartados el órgano y el piano
eléctrico sustituidos por una amplia gama de sintetizadores creando
sonidos intensamente surrealistas.
No
hace más que sonar Pedro’s party
, para saber que estamos en el “universo Greenslade” y como reza
su título el ambiente es fiestero, épico y con una melodía que
bien podría pertenecer a algún tema del Jean Michel Jarre de los 90
con ese aire sencillo y desenvuelto en el teclado, una pieza corta
que no va más allá. Y es que el nivel que ofrece no cumple con
nuestras expectativas. Casi lo mismo se puede decir de Gettysburg,
otra pieza cantada, también de corte épico pero que no llega a
cumplir con la importancia de su trama, dejando el listón aún bajo.
Tanto en ésta como en Pedro’s
Party,
se encuentra una sencillez que desemboca en un aire comercial, tal
vez para enganchar.
Ya
será en Swings and roundabouts – Takes
my time,
donde
empezamos a reconocer las aptitudes de Dave cuando se pone en serio;
más complejidad en un extenso corte donde adivinamos muchas fases
diferentes con mucha alternancia y momentos experimentales y casi
improvisatorios. La bifurcación del título es palpable en la
composición donde se produce un silencio, algo raro en este músico,
que apenas deja espacio para ellos, rellenando siempre con arreglos y
melodías recurrentes. Pero ya en la orilla de Takes
my time
hay un hondo cambio drástico comenzando con un ritmo tranquilo y una
voz reforzada por un maravilloso coro femenino a cargo de Lissa
Gray con
registros imposibles. Música que se torna sugerente, melódica y
lírica, donde el mayor protagonismo es para la voz y la guitarra de
Mick.
En
mi opinión la mejor obra de todo el disco es Forever
and ever,
algo
corta, cerrando la primera cara. La pieza más completa, progresiva y
sólida. Épica de gran calado que va ganando enteros conforme se va
desarrollando y añadiendo capas de sintetizadores dentro de una
melodía acertada y con unos arreglos magníficos, muy inspirada y
que mejora a cada escucha, digna de sus mejores contribuciones.
Dave Greenslade y Dave Thomas
Al
otro lado surge el corte homónimo dividido en 3 partes difíciles de
discernir, extraño teniendo en cuenta que dura apenas 6 minutos.
Escuchamos desde el principio los indiscutibles solos caracoleados de
Dave tan característicos en su forma de atacar los teclados. Se
descubre orquestación en el fondo y la participación de un solemne
piano. Nuevamente hay letra y la unión de voz e instrumentos me
quiere recordar en su estructuración al grupo RARE BIRD, nada
descabellado teniendo en cuenta que canta Steve
Gould,
vocalista de aquellos. Una composición que para ser la que da título
al álbum no me parece estar a la altura, con una sección final que
se queda coja (March and sunset)
Country
dance,
es otro de esos temas clásicos que podrían pertenecer a su antigua
banda, muy agitado con los solos caracoleantes de un teclado
imprevisible. Saltos en la rítmica y en la melodía con un destacado
trabajo de Reeves
al bajo, que en un momento dado se pone en primera fila como hizo
algunas veces en Greenslade, y lo mismo podemos decir de Phillips,
demostrando la vieja complicidad existente entre los tres músicos.
Otra de sus mejores del disco.
Se
cierra el vinilo en paz a través de la obvia Finale,
un
viaje sonoro o al menos eso es lo que me transmite. Sorprende al
escuchar flauta, la de Martin
Ford, que
no se había manifestado hasta ahora, otro de los múltiples
colaboradores que abre paso y enmudece con la entrada del mellotrón
de Dave. Posiblemente la composición que encierra la faceta más
jazzy de todas. Otra gran melodía a cargo de los teclados y que se
subdivide entrando en un pasaje oscuro en una segunda parte ocupado
por violines y cellos que nos trasladan a otro sonido, a una
atmósfera inconfundible para la ELO.
Buen
disco, para todos los que amen sus trabajos anteriores, no van a
quedar defraudados, pero ojo, no vayáis mucho más allá buscando su
sello. Como decía el doctor
Zaius
en la película de 1968 “El planeta de los simios”: tal
vez no le guste lo que vaya a encontrar más allá…..