Dave Green...................Guitarra
Phil Gunn......................Bajo
Mike Fletcher................Saxo, flauta, voz
Paul Young....................Batería
Colin Catt......................Voz principal, teclados
Cliff Harewood...........Guitarra eléctrica
1ª cara:
- Ice Queen
- Empty houses
- Insolent lady
a. By the way
b. Small Thief
c. insolent lady
2ª cara:
- Miracle worker
- Religion
- Sun god
a. Awakening
b. Realization
c. Worship
Con este interesante álbum terminaría la breve carrera de esta banda británica que apenas duró 3 años, (1969-72) Considerados siempre dentro del mundillo progresivo, tal vez incluso se les puede incluir dentro de ese reducto apreciado de grupos "proto-prog", aquellos que según la crítica musical enarbolaron el movimiento progresivo primigeniamente.
No estoy de acuerdo con esta mención, ya que en mi opinión detecto tras escucharlo, que el peso de otras bandas ya existentes en la época tiene una poderosa influencia en la forma de crear y poner en práctica la música compuesta. Esto, objetivamente, no tiene nada que ver con que el grupo sea peor o mejor a la hora de tener en cuenta su trabajo. De hecho me parecen muy loables sus composiciones, un disco brillante, pero obviamente no puedo dejar pasar, que fue determinante en su gestación gente como JETHRO TULL o KING CRIMSON en sus estados iniciales, y por tanto no pueden pertenecer a lo que se llama ambiente protoprog.
En su Inglaterra natal fueron bien conocidos y tuvieron oportunidades de actuar en los escenarios. Pero el éxito no salió más allá de sus fronteras y en el resto de Europa su existencia pasó casi desapercibida, más todavía cuando el público general, reconocía en sus composiciones reflejos de grupos, como los mencionados anteriormente, con una personalidad tan marcada que el reconocimiento de RAW MATERIAL se traducía más bien en indiferencia. Todo ello unido a las dificultades financieras graves por las que pasaban, precisamente por esa falta de cierto éxito, hizo sucumbir el viaje que habían iniciado unos años atrás. No puede ser más significativo que tras lanzar este disco a la venta, al día siguiente se produjese la separación definitiva.
Para este trabajo en cuestión, se incorporó otro miembro más, pasando de un quinteto, lo más frecuente, a un sexteto. Fue Cliff Harewood, quien se quedará con el puesto de guitarra líder, nada menos, ocupándose de que la guitarra tenga mayor peso específico, ya que en su álbum de debut estas no prestaron una labor completa, dejando el sonido algo huérfano de garra. En este caso se cubrirá esa falta de fuerza con Cliff, que aporta la dureza necesaria que acompañe a las acústicas. Su manera de tocar nos recordará en ciertos momentos a Martín Barre.
Cuando deslizamos la aguja sobre el borde del disco, lo primero que recibimos es una bofetada de gélido viento que nos hace intuir, que lo que vamos a encontrarnos en el camino va a ser más bien áspero y complicado. Y no nos equivocamos, un potente saxo nos sacude nada más empezar y no abandonará hasta el final. Su importancia en las melodías es primordial, algo que nos recuerda sin poder remediarlo a VAN DER GRAAF GENERATOR, pero no solo por la importancia del saxo, sino por la atmósfera que se respira. Un escenario que se identifica rápidamente oscuro, enfatizado por la potencia del instrumento de viento, y por la voz de Colin, cuya entonación llena de altibajos nos muestra registros complicados , alteraciones, inestabilidad y cierto desasosiego que la convierte en perfecta compañera de viaje.
Por supuesto es fundamental la nueva guitarra de Harewood que dota a las melodías del cuerpo y fuerza que se exigen para este 2º trabajo. La solidez se hace patente y la producción se observa más elaborada y pulida que en su debut, el órgano contribuye en la concepción con gran energía, engrosando el peso del sonido en conjunto, las jams se hacen más densas con la aportación de sintetizadores de cariz lisérgico. Los arreglos y colaboraciones del piano son piezas magníficas en el entramado.
Sus temas más extensos se caracterizan por estar claramente estructurados en partes bien definidas y separadas. El progresivo cargado de detalles tensos es muy voluble, con gran cantidad de cambios de ritmo, pero con las clásicas cadencias cíclicas en las que se mueven muchas veces que van creciendo hasta estallar en un final delirante. En cortes como Insolent lady, subdividida, podemos ser espectadores de sus movimientos más delicados (by the way) , donde nos obsequian con unas deliciosas guitarras transparentes, que nos invitan al recogimiento, un rayo de luz dentro del tenebrismo en el que se mueven. O bien sucumbir en las ciénagas que nos ofrecen seguidamente en Small Thief.
Sin duda la riqueza compositiva es sobresaliente circulando por paisajes blues, jazz y prog indistintamente en una combinación muy homogénea, los ritmos son obsesivos en varias ocasiones, la batería se olvida de la caja y trabaja mucho el bombo y los timbales graves, creando fases de carácter épico y acrecentando la tensión ambiental.
Buen dísco para recomendar a los amantes del progresivo pesado y del sonido oscuro. El alma de bandas como VDGG, El Rey Carmesí y los Tull flotan en las composiciones de este malogrado grupo.