Jeff Cannata...................Batería, voz
Michael Soldan..............Teclados y voz
Phil Stone.......................Bajo y voz
Robert Gianotti.............Guitarras y voz
1ª cara:
- Look to the sunrise
- Mysteries
- Autumn
- Odyssey
2ª cara:
- Did you know that
- Drift through our cloud
- Portrait My Lady Angelina
- Roland of montever
Banda norteamericana, concretamente de Connecticut, cuyo inicio se fecha en 1969. Solo van a dar lugar a un álbum dos años más tarde en 1971, sin embargo en cuestión de 6 ó 7 meses tras su formación, escribirán un buen montón de demos que enviarían a compañías de discos, en lugares estratégicos para el contacto como New York y Los Angeles. Pronto recibieron respuesta interesada por parte de la MGM Records y sin dilación firmarán un contrato grabando su primer trabajo cuyo título será homónimo al nombre del grupo.
Soldan y Cannatta durante el tiempo que el grupo funcionó, estuvieron muy interesados por la escena progresiva Británica, viajan a Londres para explorar las posibilidades musicales, se tomaron unas vacaciones en Mallorca, donde escribirían la mayor parte de las composiciones más memorables, incluidas en el álbum del que hablo en estas líneas. Es por ello que estamos ante una formación norteamericana, que no se corresponde con las características de la extensa mayoría ubicada en su país, en lo que concierne al rock progresivo y sinfónico. La influencia recibida por lo que escucharon en Europa es definitiva a la hora de crear sus temas, alejándose del rock más contundente y duro que protagoniza el progresivo en EEUU, más próximos a compatriotas como GRAVITRAIN y similares.
En el periodo en que se empaparon durante su visita a las islas Británicas, accedieron a diversos conciertos, en uno de ellos contemplarían a YES en acción. Entre bambalinas consiguen aproximarse para conversar con Rick Wakeman, a quién le preguntan por el Mellotrón, un instrumento desconocido para ellos y por el que sienten una gran atracción. Wakeman les indica la función del aparato y su aplicación en el rock progresivo, pero les advierte del precio excesivo que conlleva comprarlo. Las cifras son imposibles de alcanzar, no pueden acceder a él, sin embargo no cejan en el empeño y tras una serie de búsquedas por diferentes circuitos, van a lograr embarcar en su viaje de vuelta a casa con uno por un precio ridículo, 700 libras.
Su estilo totalmente entregado al sonido europeo está construido sobre unas texturas generadas por guitarras rítmicas acústicas y las voces de todos los miembros, una constante en cuanto a coros que vertebra los temas, clave para todas las piezas, grandes voces que se convertirán en el elemento de cohesión, y que tienen mucho de los magistrales juegos vocales (Portrait My Lady Angelina) que los MOODY BLUES, nos brindaron en tantos y tantos momentos. Y no solo van a tomar de referencia esa magia de voces, también el empleo de la flauta dulce y los arreglos a cargo del piano, sublimes a lo largo de todo el disco, y fundamentales es el entresijo de los desarrollos instrumentales que llevan a cabo. No son piezas extensas en las que se sumerjan en trabajos instrumentales progresivos, pero si es cierto que tienen una complejidad que no suele ser habitual en grupos que debutan, en los que la producción suele ser más bien deficitaria, pero en el caso de estos chicos, es un elemento a tener en cuenta y muy cuidado. Sus creaciones no ofrecen secciones ni cambios de ritmo abruptos, su estructura es más bien sencilla aunque muy alimentada de diversidad instrumental. No obstante no estamos hablando de cuatro amigos que se han juntado para empezar a tocar, antes de acabar siendo miembros de JASPER WRATH , ya habían obtenido experiencia todos ellos tocando en agrupaciones locales.
Escuchando con detenimiento podemos observar que bebieron de diferentes fuentes, aunque lo primero que nos viene a la mente sean MOODY BLUES, hay otras bandas que también calaron en las ideas de estos americanos. Las atmósferas que flotan en la mayoría de los cortes son más de corte sinfónico, pastoral, sin crudezas, buscando constantemente la melodía apacible, en las que apenas entra la guitarra eléctrica para destacar, y cuando lo hace es en términos de distorsión aportando ese pequeño margen psicodélico a las composiciones.
Look to the sunrise me recuerda inevitablemente a SPRING, MOODY BLUES y otros similares, donde se respira un cargado aire a la inglesa, pero también mostraron interés por el sonido oscuro de formaciones underground como PINK FLOYD en Odyssey, donde juegan con los armónicos de las guitarras y la guitarra acústica suena muy Gilmour. Did you know that y Drift through our cloud asombran por los ritmos introducidos, más propios de encontrarlos en la música de SANTANA, con un fuerte sabor latino, la primera con riff de guitarra hard, única en todo el álbum, y la segunda que salvo por el ritmo, es como si fuera cantada a capela. Parece que no solo fue en Inglaterra donde recogieron información.
El interés que mostraron en el mellotrón durante su estancia en el viejo continente, no tiene reflejo en el único álbum que alcanzará las tiendas. Tal vez debido a que no habían aprendido todavía a utilizarlo, cuando grabaron el disco, o porque las piezas ya estaban establecidas para ser grabadas de esta manera o se limitaron a reforzar los coros vocales. Puede ser que en la única pieza que se aprecie sea, la que da finalización a la obra (Roland of montever), un track donde la influencia del sonido canterbury es patente, con un inicio y final al estilo In the court of the Crimson King, pero esto ya es cosa mía . En su lugar utilizaran los sintes del momento y tampoco veremos aparecer en ningún instante el viejo Hammond C3.
Tras la grabación de su obra continuaron en el panorama realizando apariciones en programas de radio y televisión locales, tocando aquí y allá, pero no aunaron fuerzas para seguir adelante creando nuevos temas que ofrecer. Definitivamente la plaza de guitarra fue ocupada por Scott Zito, que nunca llegaría a grabar un nuevo LP, se limitó a participar en las andanzas de la banda en el circuito de actuaciones destinadas a un público más reducido, hasta llegar al final de la historia en 1976, donde la disolución fue irrevocable.