Se trata de una de esas bandas
cuya vida fue corta y desconocida para el gran público, y que una vez más es
rescatada por un sello minoritario. Nada o poco se sabe de este trío británico
que dejó 2 álbumes en su cuenta, de muy diferente factura uno y otro.
Se abre el disco con un tema que
ocupa toda la primera cara y que se puede decir es la joya del álbum. Dividida
en cuatro partes es una muestra de la creatividad compositiva de su alma mater,
el teclista Hinkley. El sonido está formado por sus intervenciones al órgano en
una atmósfera seudo-psicodélica, una guitarra lastimera de alma bluesera y unos
arreglos muy interesantes a base de orquestación y conjunto de instrumentos de
viento, cuya colaboración es fundamental a lo largo de toda la obra. Un tema
variado con cuatro partes bien diferenciadas a través de los giros que se
producen en el ritmo establecido con momentos de mucha calidad en un grupo que
por decirlo así, era novato. La cara A
terminará con una versión del "Paint it black" de los ROLLING, mucho
más endurecida , psicodélica y completada con improvisaciones y nuevos
elementos.
La segunda cara con cortes de
menor minutaje comienza con un estallido de teclados y metales introduciéndonos
en un ritmo contagioso que no se abandonará hasta el final de la canción. La
influencia de blues se hace más patente y el sonido se arraiga más en el
rock'n'roll con mayor protagonismo de la
guitarra como en "U.S.A", un
rock a tempo de blues o en el último bloque, "Rock'n'roll man" que no
es sino el famoso "Johnny B. Goode" de CHUCK BERRY ,llevado a
terrenos de improvisación, experimentación y psicodelia.
Un trabajo que encierra pasajes
brillantes, el cual no debe pasar desapercibido para los amantes del
progresivo.
"Cuando en 1974 dejé King Crimson lo hice por un contacto decreciente entre la audiencia y los músicos. Y había tres causas: Primero, los crecientes aforos de los conciertos de rock. Segundo, la aceptación del rock como deporte con espectadores, y tercero, la relación vampírica entre público y músicos"
("Robert Fripp & King Crimson: Música de alto riesgo")
"Chris Farlowe se fue apagando hasta prácticamente desaparecer del mundo del espectáculo en 1968 y pasando a la historia como una de las mejores voces blancas de Blues de todos los tiempos. Su gran problema es que era feo, muy feo....él era consciente de ello y esto le convirtió en una persona tímida y acomplejada. Y, aunque las cosas no deberían ser así, para este negocio, una cara bonita es definitiva; seguramente fue lo único que le faltó a Chris Farlowe para ser una gran estrella."
"Mick Taylor jamás se sintió integrado en los Stones. Fue un solista, una individualidad, añadida al legendario grupo. Se le aceptó en la banda por ser un excelente guitarrista sin demasiado renombre todavía como para eclipsar el prestigio de algunos de los demás Stones. Quizá por querer ir en busca de una fama arrolladora, Mick Taylor quemó los mejores años de su juventud eclipsado por los tormentosos Stones.