Un análisis personal de una colección de vinilos que engloba el progresivo desde sus inicios y la década de los 70
sábado, 23 de septiembre de 2023
1968: Revolutions
"El día del examen, los allí congregados son conducidos a una sala con unas tijeras, cinta adhesiva, una grabadora y un micrófono, y les dicen que tienen cuatro horas para realizar un tema con los objetos allí presentes.
(Jean Michel Jarre: The watcher)
sábado, 16 de septiembre de 2023
GILA - Free electric sound (1971)
Daniel Alluno.................Batería, percusión
Fritz Scheyhing..............Organo, mellotron, piano, efectos electrónicos
Conny Veidt..................Guitarra eléctrica y acústica, voz
Walter Wiederkehr.......Bajo
1ª cara:
- Agression
- Kommunikation
2ª cara:
- Kollaps
- Kontact
- Kollektivitat
- Individualitat
Procedentes de Stuttgart, con apenas 3 años de existencia, llegaron a convertirse en un referente de la facción kraut más experimental y underground, creando una corriente de gran influencia en otras bandas dentro del género. Nacen como formación estable en 1969, tras este disco debut y su secuela que nada tiene que ver con su despegue terminarán su corto viaje en 1973. Muchos años después lanzaron dos discos más, un refrito en forma de conciertos, pero nada nuevo que aportar. Lo mismo que con su biografía, algo muy escueto que encontrar en la red, es difícil obtener material fresco.
Así pues, este álbum con el que se bautizan, es experimental y ambicioso, constituyendo un emblemático ejemplo de la sección más oscura dentro del Krautrock. Es decir rock con gran libertad en su creación, sin patrones claros pero determinante, imperecedero, fuera de modas, comprometido, visceral y sobretodo expresivo. Generando una música cuya intención es hacer que se agudicen nuestros sentidos. Sentir su mensaje, sumergirse en las oscuras atmósferas que nos presentan sin apenas interludios y conectar con la pureza de su esencia. Y vaya si lo consiguen con esta muestra de carácter conceptual, en la que profundizan trabajando en los términos de la individualidad y la sociedad. Los problemas de la juventud alemana vuelven a salir a la luz.
Vorágine instrumental conducida en primer término por la guitarra. Sin dilación nos envuelve en una turbulencia sónica, (Agressive) un instrumental contundente con un título muy adecuado, construido sobre un riff marcado fuertemente, un torbellino de sensaciones que muere en un remanso de la naturaleza, un manantial que nos aleja de la pesadilla y nos devuelve al entorno natural para tomar aire y volver a sumergirnos en un nuevo escollo desafiante.(Kommunication)
Sobre un sonido volcado en caleidoscópicos riffs y bases rítmicas prominentes, el órgano intenta arrancar la atención con elevadas notas de acento psicodélico, cuando por fin aparece un atisbo de voz, algo que apenas va a ser una ilusión, puesto que se podrá encontrar con cuentagotas y en momentos muy concretos aportando dramatismo vital. Nuevamente la guitarra vuelve a la carga para traspasar el umbral e ir progresivamente tornándose en suave acústica, mientras el ritmo impuesto nos hace entrar en trance. Poco tiempo vamos a gozar de esa dulce guitarra, sin previo aviso regresa bajo tintes de blues la eléctrica de forma contundente, lanzando hirientes latigazos siderales y absorbiendo toda la atención con el pedal. El resultado es la configuración de ambientaciones angustiosas, alucinatorias y de corte obsesivo. Jams psicodélicas de gran tonelaje que proporcionan escenarios oníricos y espaciales, gracias en gran parte a los teclados que se van radicalizando
Ya en la segunda cara la música se vuelve más extrema en cuanto a experimentación y expresividad (Kollaps). Regresamos a un universo de incertidumbre que no habíamos abandonado más que para dar la vuelta al vinilo. De la mano de un crudo órgano nos hacen conscientes del inicio de la vida con los sollozos de un bebé, la dura entrada en el mundo real, un desafío al que debemos vencer y superar día tras día sin vacilar.
La acústica otra vez consigue aplacar esa sensación de soledad con unas cuerdas cristalinas que nos devuelven a círculos sanos y primordialmente más positivos con una instrumentación cargada de escalas orientales, algo que en aquella época era sinónimo de amor, fraternidad, espiritualidad y pureza (Kollektivitat). Y que tanto caló en las bandas de rock europeas. Un elemento muy utilizado en la época que pretendía conectar con el espectador para sucumbir a un estado de consciencia elevado en comunión con la energía del cosmos.
Acercándose hacia el final, la música se va convirtiendo en una muestra de percusiones y ritmos varios (Individualitat) que invitan a la relajación y a una escucha detenida, un torrente de sensaciones fluyen en nuestra mente, un paraíso para las huestes hippies de la época, y es que estamos ante un atlas perfecto para viajar a donde nuestra mente quiera llevarnos.
lunes, 11 de septiembre de 2023
For miles and miles and miles...........
"En uno de los muchos viajes de los Who empecé a imaginar que mi espléndida novia Karen me la estaba pegando. Keith había pasado por un episodio más curioso en sus primeros tiempos con su mujer, Kim, una modelo profesional que en una ocasión había sido perseguida por Rod Stewart hasta su hogar en Bournemouth.
Esos pensamientos paranoides y desquiciados espolearon la composición de I can see for Miles , una de mis mejores canciones de la época. El primer borrador lo garabateé en el dorso de mi declaración jurada para el caso entre Talmy y Polydor. Quizá derive de ahí el tono de inquisición legal que caracteriza esta canción acerca de la locura celosa de un cornudo."