"The Byrds incluyen en su tercer lp una composición de Gene Clark, junto a Roger McGuinn y David Crosby, Eight miles high, que atestigua la temprana infiltración psicodélica en el folk rock.
La Rickenbacker de 12 cuerdas de Roger McGuinn se aventura más allá de los clásicos arpegios de álbumes anteriores: sus intervenciones solitas rompen en Eight miles high la centralidad tonal y el estricto lenguaje pentatónico del R&B. En no pocas ocasiones, McGuinn se atreve con disonancias y líneas atonales, especialmente en la doble sección de solo, dispuesta central y finalmente, con el apoyo de una guitarra rítmica que evoca el trauma de un vuelo, mediante acordes entrecortados y resoluciones en staccato."
Don Brewer, Grand Funk Railroad: "Salimos a escena y empezamos a tocar, y hacia la mitad del concierto el público estaba ya volviéndose loco. Cuando tocamos "Inside looking out" las vallas estaban a punto de estallar. Al mismo tiempo, entre bastidores, Peter Grant, de casi dos metros de altura y 130 kilos de peso, tenía una trifulca con el menudo Terry Knight, de unos 1.70 metros, que le replicaba: "No, no van a bajar del escenario".
J. Page / M. Farner
Al parecer, Peter agarró a Terry por el cuello y mirándole fijamente a la cara le dijo: "Baja a tu puto grupo del escenario ahora mismo". Pero como Terry se negó, nos desconectaron, simplemente apagaron la corriente. Después de que volviera la luz, Terry salió al escenario e hizo una especie de anuncio de que Led Zeppelin no quería que los Grand Funk volvieran al escenario, lo que los enfureció aún más.
Dos días después tocamos en el Cleveland public Hall, y ese fue el último concierto que hicimos juntos, el fin de la gira con Led Zeppelin"
Benet
Noghe….………………...Órgano, mellotrón, piano, moog, voz
Juan
Punyet………………….....Batería y percusión
1ª
Cara:
-
Reviure
-
Somni
2ª
Cara:
-
Atila
-
Al Mati
Una
de las mejores bandas que ha dado este país dentro de la propuesta
progresiva del rock. Su existencia fue más bien breve, apenas 5 años
fueron suficientes para sacar a la venta 3 álbumes, con divergencias
en su calidad, pero con un pedigrí que nunca fue igualado. Se crea
en Girona con una formación inicial basada en un trío, Eduardo
Niebla a la guitarra, Francisco Ortega a los
teclados y el gran Joan Punyet a la batería.
Comenzaron
como una agrupación de rock duro psicodélico, para terminar siendo
casi abanderados del space rock. Tras 2 años de vida, muchas
horas de estudio y apenas sin actuaciones en directo deciden grabar
su LP debut, pero los problemas crecen cuando las discográficas
viendo su propuesta no les apoyan considerando que era un material
inapropiado y poco interesante para el público. Visto lo visto,
deciden auto producirse y la grabación se realizará del tirón en
el estudio, con la incorporación de efectos que intentan inducirnos
a creer que ha sido en directo, como la introducción de público
gritando, aplausos, etc. Al ser una grabación financiada por ellos
apenas se prensaron 1000 copias. Esto ha hecho que esos álbumes hoy
en día alcancen precios astronómicos para los coleccionistas. Pero
no sufráis que se editaron copias nuevamente en la década del 2000,
fácilmente asequibles para cualquier interesado.
Cada
concierto de ATILA era un espectáculo que ahora
consideraríamos también visual, ya que combinaban la música con
performances teatrales, plásticas y estéticas. Esta
elaboración quedaba no solo patente en vivo, sino que también
ponían mucho interés y cuidado en la construcción de los carteles
publicitarios y promociones del grupo, así como en las portadas de
las carpetas de los Lp’s. Se presentaron en sociedad en el festival
de Jazz de Girona, enero de 1975. Realizaron esfuerzos para que sus
conciertos fueran paquetes conceptuales de sonido e imagen. Para ello
utilizaban todo tipo de elementos: globos aerostáticos, pompas de
jabón, humo y efectos de diversa índole. Todo ello posiblemente
debido a que se empaparon de experiencias en sus viajes por Europa.
Se va a dejar notar y no solo en la forma de afrontar los encuentros
públicos, su música adquiriría estructuras similares a las que se
habían gestado principalmente en Alemania, Inglaterra y Francia. El
krautrock germano principalmente y la magia de bandas como ELP
y PINK FLOYD les impresionó en gran medida, inspiración que
se muestra en Reviure de manera prácticamente continua.
Lo
cierto es que este último disco es muy posible que sea el más
completo y el mejor de todos. Es una amalgama de influencias del
progresivo europeo realizado mayoritariamente en la primera parte de
la década de los 70, en la que se observan maneras de ejecutar,
desarrollos instrumentales y pinceladas que delatan esas tendencias,
pero siempre bajo un prisma de personalidad propia del grupo que
escribe su senda en solitario y los hace únicos. A diferencia de lo
que suele ocurrir en la línea de vida de una banda, este cuarteto
(en este trabajo son ya 4 músicos) evolucionan de menos a más, tal
vez porque tampoco gozaron de más tiempo para adocenarse.
Reviure
es un disco construido sobre 4 extensos pilares con un fondo
conceptual cuyo protagonista es Atila, el Huno. Sinfonía que
recorre su vida y los diferentes pasajes desde el nacimiento, hasta
la muerte, pasando por los acontecimientos que marcaron la vida del
bárbaro. El inicio musical de la esta pieza homónima nos introduce
en un ambiente que nos mantiene en vilo, para entrar poco después en
la melodía principal con un ritmo agitado donde el moog y guitarra
pugnan y mantienen un pulso sincronizado. Los desarrollos
instrumentales van sucediéndose bajo atmósferas de corte espacial
con un estilo similar al de bandas alemanas (Grobschnitt y la
aterciopelada guitarra )y un predominio del teclado. La manera de
ejecutar la guitarra sugiere . La voz aparece con carga emocional, y
lo hace en catalán de principio a fin. Los teclados y luego la
guitarra trabajan las triadas en la última fase de la composición.
Se producen escaladas ascendentes y descendentes que nos hacen
disfrutar con sus desarrollos. Tras la escucha de este primer corte
no deja dudas sobre la profesionalidad de los músicos al frente,
tampoco sobre sus conocimientos musicales a la hora de realizar la
producción, consiguiendo una grabación con un excelente sonido.
A
continuación llega Somni haciendo gala de los sonidos
espaciales en su preámbulo y conduciendo la nueva y extensa pieza
hacia una disertación del sintetizador con unas características y
una forma de atacar las teclas que resuenan a krautrock y más en
concreto a páginas escritas por KROKODIL ó AGITATION
FREE, célebre agrupación alemana de los 70 que no estuvo
nunca en primera fila, pero cuya herencia es notable. Tras unos
minutos al libre albedrío jazzystico, dejará paso en una inflexión
de la partitura a una guitarra ácida también en modo jazzy, para
retornar nuevamente al sinte y sus devaneos espaciales, todo ello
bajo una rítmica adictiva y original.
Atila
es la pieza que hace resumen de la vida del bárbaro que llegó hasta
las mismas puertas de Roma. Nada más empezar oímos la tos de alguno
de los miembros, que debe tener la gripe por lo menos. Después llega
una serie dinámica de instrumentales que van mutando a través de
diferencias en los efectos y en el tono del moog. Son
transformaciones muy rápidas de apenas 1 ó 2 minutos, construyendo
un tema dispar sin una línea de conducción, posiblemente el más
progresivo y krautrock de todos en su estructuración. Pieza llena de
energía, densa y enchufada con una guitarra rítmica ácida y dura y
una solista que alcanza paroxismos en base jazz en un estilo muy
Akkerman de FOCUS, una batería entusiasta, y unos
teclados sencillos que van saltando por encima de todo. Pequeños
instantes de improvisación dentro de una pieza muy compleja que se
encuentra en desestabilización continua, con incorporación
constante de instrumentos, arreglos y efectos.
La
última gran sinfonía, la de menos minutaje, es la que muestra más
sensibilidad, con un prólogo inmerso en nostalgia. Se trata de Al
Mati, y es donde más intervención a la voz se puede
escuchar por parte de Benet, si es que se puede decir, porque ya no
vuelve en todo el transcurso. Una vez más se producen saltos en la
rítmica con incursiones breves pero intensas en otros mundos, para
retornar. La guitarra se mueve a velocidad de vértigo a lo largo de
las 6 cuerdas, haciendo un solo sintetizado que apenas puede seguir
el bajo. Una pieza muy festiva en su puesta en escena y la más
accesible de todas.
Cuatro
excelentes canciones que dejan el listón muy alto dentro del
progresivo español y porque no también mundial. Y es que los
mejores no son solo los que más público congregan, también los hay
en el anonimato, sin que se les haya dado apenas oportunidades, o
porque no han sabido, o porque no han querido, o porque no les han
dejado. Muchas historias que se perderán en el viento como lagrimas
en la lluvia…...spoiler, ja,ja.
"Un momento en el que la continuidad estuvo en peligro real. Ian McDonald se vio superado por las presiones de soportar una gira americana con un grupo que iba en grande. Michael Giles sentía lo mismo ante el frenético ritmo de trabajo. Por si fuera poco, Fripp había dejado claro que no se permitían novias en la gira americana y McDonald apenas podía soportar estar lejos de Charlotte Bates, con quien salía en ese momento.
Se llegó a permitir que Charlotte volara a Nueva York para estar con Ian durante una semana. Sin embargo, y sin que hubiese ninguna conversación sobre el tema en el seno de la banda, McDonald y Giles la abandonaron. El 14 de diciembre de 1969 en el Fillmore West de San Francisco, el King Crimson de la irrepetible, y quizás nunca igualada, primera formación tocó su último concierto. El futuro se presagiaba incierto."
(King Crimson. Crónica de un malestar: Alejandro Díaz )