"De todos los integrantes de la formación original de 1968, el único que ha sobrevivido en la actualidad es Chris Squire, en la enésima de refundación del grupo.
En palabras del espigado bajista, 'La idea era convertirse en un grupo con un gran respaldo instrumental y una voz muy poderosa'. Esa voz no sería otra que la de Jon Anderson, quien ha sido el segundo (tras Squire) en registrar un mayor número de presencias en las incontables alineaciones de Yes,
ya desde un álbum de debut que serviría para ir diseccionando las habilidades de una banda que trataba de distinguirse dentro de un panorama musical británico invadido por los efectos de la psicodelia al que había sucumbido, entre muchas otras formaciones, The Syn."
"Sandie Shaw alcanzó fama europea gracias a su victoria en el festival de música melódica Eurovisión 1967. Con la institución de este festival, los empresarios del mundo del espectáculo, comerciantes y hombres de la televisión querían oponer a la música joven una lucrativa moda de canciones al estilo de nuestros abuelos."
Jean M. Jarre..........................Órgano,
sintetizadores, teclados, farfisa, mellotrón, programación rítmica.
1ª cara:
- Oxygene I
- Oxygene II
- Oxygene III
2ª cara:
- Oxygene IV
- Oxygene V
- OxygeneVI
Jean Michel, francés, hijo del
que sería famoso compositor para películas de gran envergadura en Hollywood, Maurice Jarre, al principio siguió un
poco los pasos de su padre. Sus primeros escarceos con la electrónica recaerían
en piezas cortas para anuncios y cuñas. Experimentación por los 4 costados,
nada que se le parezca a su posterior trayectoria. Tras un buen montón de
rarezas consiguió dar música a un film, algo que paso bastante desapercibido
pero que significó de alguna manera su debut en el ruedo. Hasta que se sentó en
el cuarto de estar de su casa rodeado de aparatos electrónicos de toda clase, y
la lió parda, dando lugar a un engendro maravilloso y artesanal que todavía tiene
vigencia. Un revulsivo dentro del mundo de la música electrónica que supone una
nueva vía, un nuevo formato lejos de la escuela alemana que sentaba cátedra ya
hacia unos años.
"Oxígeno", es como
dice "un balón de oxígeno".
Una forma distinta de afrontar la electrónica que al igual que la doctrina
alemana, también recoge de alguna manera una forma de sentir de la sociedad.
Así como los germanos estaban anclados en la oscuridad, la obsesión, la
mecánica, como reflejo de un país que tiene que salir adelante, olvidar,
reconstruir, asumido en las vidas de sus músicos desde niños, Jean Michel
también nos muestra esos años de contacto con los emigrantes de las colonias
del Magreb de su infancia y juventud traducido en ritmos y sonidos de raíz
étnica que inserta (Oxigeno V y VI)
dentro de sus composiciones, en los años 80 todavía será más explicito en su
álbum "Revolutions"
La música de este Lp es muy
ambiental , envolvente, fresca. Consigue transmitirnos la idea de expansión, espacios
abiertos, limpios, sensaciones gratificantes, con el sonido del mar como
elemento que fluye a lo largo de toda la obra. Sus influencias entroncan con
autores clásicos (Bach), con coetáneos como VANGELIS y con sonidos de raíz árabe. Por supuesto para lograrlo
utiliza todos los instrumentos puestos a disposición en el mercado:grabadoras, programadoras, osciladores, etc.,
creando los típicos bucles y pregrabaciones.
El acercamiento a sonidos más
accesibles es evidente. Las melodías son fácilmente reconocibles pero están
envueltas en una masa esponjosa en constante movimiento que le otorga esa
performance interesante y atractivo que te atrapa. De hecho "Oxigene IV", que es la parte más
conocida, apareció como single, y le valió para salir del anonimato con una
gran aceptación. El origen latino de su
persona pesa y se demuestra en los ritmos escogidos, opuestos a la frialdad y
falta de alma de las piezas de grupos como TANGERINE
DREAM, KLAUS SCHULZE, ASH RA TEMPLE, etc.
La experimentación o tal vez
improvisación no llega a las cotas de los Teutones. Jean Michel indaga más bien
en buscar como plasmar sus inquietudes, en hacer partícipe al espectador, en
comunicar, en conectar. Para ello elige estados que nos son reconocibles. En
"Oxigene VI", el último
episodio, nos muestra un mar de olas agitadas que van y vienen, cada vez más
profundo, hasta conseguir que ese vaivén se convierta en una inspiración y
expiración correspondientes a la respiración humana.
Se puede catalogar de obra
conceptual, que se convertirá en inspiración para muchos otros músicos dentro
de la disciplina.
"Su exotismo excéntrico va alcanzando cada vez dimensiones mayores y en 1976 alcanza el máximo renombre con su doble álbum 'Captain Fantastic and the Brown Dirt Cowboy', y abandona sus célebres gafas cósmicas para colocarse unas lentillas que hacen más juego con su poco pelo y su aspecto ya mayor.
Una de sus mejores particularidades es que su voz se ha sabido acoplar siempre a los tiempos, y ha cantado desde baladas a temas pop con garra y rock'n'rolls fuertes. Incluso tuvo una época en la que experimentó con sintetizadores, y hay que reconocer que es además de excelente cantante un gran músico, que trató de igualar las mágicas epopeyas de Keith Emerson, vistiendo y tocando parecido con su joven banda formada por Nigel Olsson, batería; Dee Murray, bajo; Caleb Quaye, guitarra, y James Newton-Howard teclados."
"Los primeros en introducir la palabreja en una canción fueron The Holy Modal Rounders, en 1964, cuando eran un grupo de folk underground de Nueva York, en una versión del famoso 'Hesitation Blues' a la que añadieron varias estrofas, entre ellas Tengo mis pies psicodélicos / en mis zapatos psicodélicos (pronunciado en el inglés original como psycho-delic, en lugar de psyche-delic como se impondrá finalmente).
El año siguiente a esta referencia marginal la veda de los títulos se levantaría con la aparición de la banda The Psychedelic Rangers (luego The Doors) y la palabra comenzará a aparecer hasta en la sopa".
Eric
Clapton..........................Voz, guitarras
Bobby
Whitlock....................Órgano y piano, guitarra acústica y voz.
Carl Radle.............................Bajo,
percusión
Jim Gordon...........................Batería,
percusión y piano
Duane Allman.......................Guitarra
eléctrica y slide (invitado)
1ª cara:
- I looked away
- Bell bottom blues
- Keep on growing
- Nobody knows you
when you're down and out
2ª cara:
- I'm yours
- Anyday
- Key to the highway
3ª cara:
- Tell the thruth
- Why does love got to
be so sad?
- Have you ever loved
a woman
4ª cara:
- Little wing
- It's too late
- Layla
- Thorn tree in the
garden
Seguimos de cerca nuevamente los
pasos de uno de mis guitarristas favoritos del rock, y es que todo lo que
tocaba Clapton lo convertía en oro. Tras acabar su fugaz estancia en BLIND FAITH se enrolaría con una serie
de músicos de solido bagaje bluesero para modelar un nuevo proyecto de rock and
blues. Puro feeling y una inyección contundente de blues, rock y me atrevería a
decir de rythm'n' blues.
Doble álbum cargado de versiones
de bluesmen venerados por el prodigio Clapton por un lado y por otro piezas
escritas por él mayormente, con la colaboración de todos los demás, en especial
de Whitlock. Un segundo trabajo se quedó en puertas sin llegar a grabarse en
estudio, solo un directo, magistral por cierto. Y es que las tensiones internas
de la banda que no terminaba de encontrar la armonía y la guerra de egos que
manaba de su núcleo, hicieron que saltase por los aires. Las formaciones por
las que Eric Clapton ha transitado
fueron tan espectaculares como corta su existencia, rodeado siempre de músicos
de gran calidad, pero las ansias por ir más allá del genio eran tales que
enseguida se sentía estancado. Aquí tendrá el placer de tener en la
colaboración a otro de los grandes de la guitarra, Duane Allman, que aparcará por una temporada a sus brothers.
El resultado es un buen puñado
de canciones, todas ellas de nivel alto en la disciplina del blues y el ritm'n'
blues. Melodías con un torrente de sentimientos que hacen que nos impliquemos
en muchas ocasiones, momento mágicos en los que Clapton acaricia la guitarra
para luego tornarse más salvaje, electrificada, sobre todo cuando Allman entra
en acción, construyendo pasajes que sobreviven a la memoria y nos retrotraen
riffs que de pronto reconocemos, ocultos en algún rincón perdido de nuestra cabeza.
Algunas composiciones están muy
impregnadas del rock sureño, disciplina que practicaba el bueno de Duane
Allman, y más todavía cuando se pone con la guitarra "slide". Las marañas guitarreras que se tejen entre Clapton y
Allman terminan resultando difíciles de seguir en una serie de diálogos
fabulosos, ofreciendo instantes de alto octanaje, todo bien engrasado, unas
veces por el órgano y otras por el piano de Bobby que hace una labor eficaz sin
lucimiento personal, que no es sencillo de valorar y apreciar.
La ordenación de los temas hace
que se intercalen los escritos por ellos con las adaptaciones de otros, que
suelen ser las que incorporan lo más cercano al rythm'n'blues en la mayoría de
los casos con unos tempos muy marcados y alineados a los patrones más puristas.
Esos tracks se extienden en duración y si no estás muy habituado al Rythm'n'
blues como yo, terminan haciéndose tediosos.
Y cuando parece que todo se
acaba, surge como un relámpago "Layla", que parecía ya
olvidada, tema estrella por meritos propios, incluye uno de los riffs de
guitarra más famosos del rock de todos los tiempos, intuitivo y reconocible a
la primera. Composición que se distingue por tener 2 partes muy notoriamente
definidas, la primera que no ceja en repetir una y otra vez el susodicho riff
con una guitarra encendida, hasta llegar a un punto de cambio de aires donde la
guitarra se vuelve lánguida y es el piano el que toma las riendas, construyendo
el fragmento más sensible de Layla.
La despedida, un broche, balada
delicada y sencilla de Whitlock donde Clapton le pasa el testigo. Será Bobby
quién punteará suavemente una acústica que nos acompaña a la puerta de salida
con una sensibilidad y sentimiento exquisitos.
"Tras duras conversaciones, al fin Elektra les ofrece la posibilidad de grabar su primer Lp en verano de 1967 con sus temas más clásicos: 'Light myfire' (que se convirtió también en el primer gran hit de José Feliciano) y 'The End', un tortuoso poema de Jim Morrison, cuyas actuaciones en escena le convierten en todo un sex-symbol para los homosexuales americanos, a quienes les exhibe su miembro viril, simulando masturbarse y profiriendo obscenidades.
Pero todo ello no tiene otra causa que la frustración de Morrison, el alcohol y las drogas. La obsesión de Jim por el apocalipsis y la muerte se manifiesta a un ritmo demasiado acelerado."
"Tony Banks: Cuando empezamos a componer el material para Abacab, parecía que corríamos el riesgo de repetirnos. Si observas cómo eran los Moody Blues, editaron una serie de discos que seguían el mismo formato, yo creo que inevitablemente eso acaba por debilitar.
Parecía un buen momento para nosotros cambiar de dirección, hacer que nuestro proceso de composición y grabación fuera más racionalizado y sencillo. Así que nos deshicimos de los grandes estribillos y las panderetas y los solos de teclados y buscamos que todo fuera más afilado, algo que también intentamos reflejar en el diseño abstracto de la portada."