"El caso es que el miércoles 16 de enero, a la llegada al aeropuerto de Narita, un oficial de aduanas tomó una de las maletas de Paul McCartney y la abrió. Por encima de la ropa había una bolsa de plástico con nada menos que 219 gramos de marihuana esperando al policía, como si este supiera lo que iba a encontrar.
Paul no hizo nada por detener el registro. Solo le dijo al agente que eso era normal en América y que no pasaba nada si era solo para uso personal. Por supuesto, el oficial no entendía inglés. Paul fue llevado inmediatamente al NCB (Narcotics Control Bureau). Protestó y alegó que todo era un error.
Nadie le creyó. Inmediatamente después se lo llevaron al Centro de Supervisión de Drogas. Unas diez horas más tarde, los conciertos de The Wings se habían suspendido. Paul pasó su primera noche allí, enfrascado en un curioso traje verde. La noticia se había propagado como el fuego. Doscientas fans japonesas se apostaron donde Paul pasó la noche."
(El Sargento Pepper nunca estuvo allí. Julián Ruiz)
Grandísima
banda que sin embargo siempre ha estado olvidada en el cajón de de
los malditos, no por causa de los amantes del estilo progresivo y
sinfónico que siempre lo han tenido como un referente y un grupo de
culto, más bien por el circo que rodea al negocio musical. Muchas
veces son ambiguas y poco claras las razones por las que ocurre esto,
una suerte de casualidades, situaciones e inacciones provocan que de
pronto un elenco que podría tener un éxito descomunal quede
rápidamente oculto en el armario ropero, y mucha gente se pregunte,
como diablos se ha podido llegar a eso……..nadie lo sabe con
certeza…..pero ocurre y más veces de lo que puedas creer.
Así
pues, FRUUP, es uno de esos extraños ejemplos. Su existencia apenas
acumula 5 años, de los cuales 2 pasan desapercibidos. Surgen como
tal en 1971. Vicent McCusker, oficialmente su fundador
partió de su Irlanda natal hacia Londres con la intención de dar a
conocer sus ideas musicales a gente que fuera receptiva para
llevarlos a cabo. Desencantado ante la nula respuesta, ni apoyo de
ningún tipo, regresó a Irlanda por necesidad y allí recluta a
músicos que aceptan tocar su material con cierta incertidumbre sobre
el resultado. La novel formación está compuesta por McCusker,
Farrelly, Foyey Stephen Houston, éste
último abandonó por razones religiosas sin llegar a grabar “Modern
masquerades, sustituyendo los teclados por John Mason.
Aunque
constan desde 1971, no sería hasta 1973 que grabarían el primero de
4 discos, pero que cuatro discos…...ninguno tiene desperdicio, y
eso que los grabaron en apenas 2 años ¡¡todos!! Cuando iban a
grabar el 5º Lp en 1976, todo se fue al traste, las ventas eran
bajas……¡bajas!….además de las turbulencias del mercado que
iban creciendo con el primigenio punk y la new wave. Fue suficiente
para que este proyecto que nada tenía que ver con lo que iba a pasar
fracasase, finalizando en la separación a finales de 1976. Esa falta
de publicidad motivó que no haya registros visuales de sus
actuaciones en directo, salvo grabaciones piratas que están
buscadísimas, siendo que conseguían congregar en sus conciertos a
miles de asistentes…….verlo para creerlo.
Considerado
el mejor grupo irlandés de prog o sinfónico, se le puede calificar
en muchos aspectos como delicado, profesional, clásico, solemne,
imaginativo, impredecible, virtuoso, elegante, distintivo,
sofisticado, con tendencia al romanticismo y la melancolía. Su
sonido se adentra en el progresivo de toda la vida, pero tiene una
idiosincrasia que lo hacen único. Lo asocio a otras formaciones en
esa línea, para mí THE ENID, PROCOL HARUM, GREENSLADE, GENTLE GIANT
e incluso ELO, son una familia con elementos comunes, como el gusto
por la melodía, la elegancia, solemnidad, cierto romanticismo y
sobre todo mucho, mucho virtuosismo e imaginación. Su influencia en
grupos de rock sinfónico y progresivo posteriores, me resulta más
marcada de lo que podría parecer, la guitarra de Vincent creo que ha
inspirado a muchos otros guitarristas en esta disciplina y no solo de
los 70 (Roine Stolt), sino también de los 80 (Gary Chandler). Y lo
mismo se podría decir de las estructuras de teclados.
Composiciones
intrincadas en la elaboración, plenas de cambios de ritmo drásticos,
aportando gran cantidad de arreglos y elementos propios como la
orquestación en la línea principal de la estructura melódica. Se
crean así constantes paletas de color armónicas dentro de un mismo
tema haciendo que sea fresco, dinámico y acogedor a la vez que
complicado en la ejecución de los paisajes dibujados. No es fácil
aceptar su música en una primera escucha, tienes que prestar
atención en las siguientes escuchas para poco a poco ir detectando
pequeños matices y detalles que se escapan en escuchas
superficiales. Tenemos que ponernos el mono de trabajo y ahondar en
sus propuestas. Son piezas en las que abundan muchas intervenciones
instrumentales, con largos espacios para su desarrollo, la voz
aparece pero no es una parte esencial, los coros y voces de los
componentes aportan también belleza al conjunto.
La
producción es un factor fundamental en la grabación de Modern
Masquerades, corre a cargo del ilustrado Ian McDonald, conocido
también en el mundo del prog por haber sido pieza clave en el
corazón de KING CRIMSON en
su primera época. Abanderados del movimiento y venerados como
pocos. La contribución de Ian es elogiable, construyendo unos
ambientes, arreglos y un sonido personalísimo con un gusto
exquisito, se nota que es un hombre sensible, ya lo demostró con
Fripp y los suyos. El disco está plagado de atmósferas tenues,
cristalinas y etéreas que parece que se van a esfumar con solo
tocarlas.
Es
un disco que mantiene la calidad de sus predecesores sin bajar el
nivel en ningún momento. Inspirado en la novela Gormenghast,
es la narración fantástica de un reino aislado a causa de los
accidentes geográficos que lo hacen inexpugnable. Las composiciones
se mueven en una amalgama donde conviven jazz, folk, rock sinfónico,
prog clásico y alguna gotita de hard, todo ello combinado sin
asperezas con un gusto excepcional. Es el único con John Mason
a los teclados, quien demuestra estar perfectamente acoplado al
resto. El piano es un instrumento fundamental en la obra y sobre todo
a la hora de los arreglos, desarrollados con elegancia y buen
criterio. Será el protagonista en Why, uno de los
cortes que ofrece en la 2ª cara con una duración breve respecto al
resto. Aquí solo encontramos a Farrelly cantando en compañía del
piano una melodía minimalista, sensible e intimista, tiene carga
emocional y queda demostrado en la ejecución del piano con un
contraste de modulación constante del volumen queriendo transmitir
sensibilidad a la letra.
La
primera composición es Misty morning way donde
escuchamos el piano eléctrico que nos acompañará en muchas
ocasiones generando ese ambiente cálido, cristalino y sutil,
guitarra melancólica y movimientos que nos dirigen a espacios de
jazz, entrando y saliendo en una melodía llena de armonías donde a
veces la rítmica parece trabajar el shuffle con magnífico swing.
Debido al buen nivel vocal de los miembros, los coros son recurrentes
dentro de una melodía enmarañada con teclado clásico que acaba en
un final apoteósico. Después de este momento trascendente, llega
Masquerading with dawn, mucho más alegre en su
concepción con estupendos arreglos de piano y coros suaves, el
teclado mantiene el tempo con una ejecución de pulsiones tensas que
alimentan la viveza de la composición, nuevamente compleja en su
estructura, en una segunda fase la atmósfera se vuelve épica con
unos acordes de la guitarra poderosos y retumbantes que nos conducen
a la coda final.
Una
nueva intro de carácter melancólico a cargo de la voz de Farrelly
supone el inicio de Gormengasht, la ciudad imposible
que da título a esta pieza con una atmósfera en la que se sentiría
a gusto Dave Greenslade, sensible y nítida, evoluciona
en una construcción con descensos y aceleraciones en una versión
más sinfónica que progresiva de aire “cameliano” en la
que por primera vez hace acto de presencia un saxo. De nuevo muchos
cambios de ritmo y largos desarrollos instrumentales lleno de
arreglos y matices conforman el cuerpo.
La
cara opuesta ofrece más eclecticismo en sus composiciones. Arranca
con Mistery might similar a las anteriores, lo hace con
potencia obteniendo una instrumentación saturada muy prog que nos
contagia de energía. Descendemos sobre momentos tranquilos que se
revierten para entrar en una cabalgata que nace de la caja de la
batería, una composición de bajadas y subidas pronunciadas en el
tempo con aportaciones en cascada del teclado, un bajo que lanza
fuegos artificiales, riqueza en percusiones y una vertiginosa
guitarra con pedal en lo que es un extenso instante instrumental que
muestra el nivel de los músicos y que muere sin más como cierre.
Why,
ya comentada, viene a refrescar el ambiente demostrando la capacidad
compositiva. Tras él, otro tema festivo y animado, Janet
Planet, cuya concepción recuerda a la narración de un
cuento, simpático, vitalista, sencillo en la elaboración y con un
final muy solemne a cargo de la trompeta. El álbum se cierra con
Sheba’s song, un track de corte clásico en su
disposición y con un aire a las composiciones de Greenslade, donde
la guitarra lleva el tempo y el piano eléctrico o ¿farfisa? se
incorpora en un movimiento de jazz con el bajo muy marcado
construyendo otra vez un ambiente tenue y cristalino con altibajos
suavizado con coros y una voz delicada en una orquestación que me
retrotrae al sonido de The Enid, alcanzando el climax a través del
fraseo de la limpia guitarra. Una maravilla.
"The Byrds incluyen en su tercer lp una composición de Gene Clark, junto a Roger McGuinn y David Crosby, Eight miles high, que atestigua la temprana infiltración psicodélica en el folk rock.
La Rickenbacker de 12 cuerdas de Roger McGuinn se aventura más allá de los clásicos arpegios de álbumes anteriores: sus intervenciones solitas rompen en Eight miles high la centralidad tonal y el estricto lenguaje pentatónico del R&B. En no pocas ocasiones, McGuinn se atreve con disonancias y líneas atonales, especialmente en la doble sección de solo, dispuesta central y finalmente, con el apoyo de una guitarra rítmica que evoca el trauma de un vuelo, mediante acordes entrecortados y resoluciones en staccato."
Don Brewer, Grand Funk Railroad: "Salimos a escena y empezamos a tocar, y hacia la mitad del concierto el público estaba ya volviéndose loco. Cuando tocamos "Inside looking out" las vallas estaban a punto de estallar. Al mismo tiempo, entre bastidores, Peter Grant, de casi dos metros de altura y 130 kilos de peso, tenía una trifulca con el menudo Terry Knight, de unos 1.70 metros, que le replicaba: "No, no van a bajar del escenario".
J. Page / M. Farner
Al parecer, Peter agarró a Terry por el cuello y mirándole fijamente a la cara le dijo: "Baja a tu puto grupo del escenario ahora mismo". Pero como Terry se negó, nos desconectaron, simplemente apagaron la corriente. Después de que volviera la luz, Terry salió al escenario e hizo una especie de anuncio de que Led Zeppelin no quería que los Grand Funk volvieran al escenario, lo que los enfureció aún más.
Dos días después tocamos en el Cleveland public Hall, y ese fue el último concierto que hicimos juntos, el fin de la gira con Led Zeppelin"