Formación del otro lado del
Atlántico, concretamente de Canadá, con 4 miembros en sus filas, dos de ellos
los hermanos Kellesis, peso específico y alma del cuarteto.
Grupo de sonido sólido, pesado,
potente que realiza un progresivo sostenido por igual sobre todos los
instrumentos formando una amalgama sonora compacta y enérgica, en la que los
músicos aportan su labor obteniendo un resultado sin resquicios, denso y bien
coordinado. Desarrollan un estilo que si bien en un inicio no lo parece,
conforme avanzan los surcos la dureza se va mostrando con más intensidad a
través, sobretodo, de unas guitarras graves que emiten riffs muy marcados,
categóricos, que en escala mayor dirigen los movimientos hacia los que deriva
la melodía acompañados de un Hammond que berrea siempre que le dejan. La
tendencia que siguen las guitarras tiene origen en el rock and blues y el
órgano vibrante desciende de la psicodelia de finales de los 60.
"Let there be more light nació a partir de referencias de Pip Carter, uno de los personajes más raros de la mafia de Cambridge, ya fallecido. Originario de la zona de los Fens, y con algo de sangre gitana, Pip trabajó para nosotros en alguna ocasión como uno de los ayudantes mas absolutamente ineptos del mundo -un título con multitud de candidatos- y tenía una preocupante tendencia a quitarse los calcetines en el interior de la furgoneta."
"Después de la gira estaba muy decidido a continuar. Estaba harto, porque todo el mundo decía: oh, Pete era Genesis y yo pensaba, no es así. Vamos a ver qué podemos hacer, les demostraremos que están equivocados. Mike estaba igualmente decidido. No vamos a dejar que esto se acabe ahora. Hemos llegado hasta aquí y podemos hacerlo, podemos hacer música que sea igual de buena y podemos seguir adelante. No tenía ni idea de como íbamos a conseguir esto pero sentíamos un público muy entusiasta y que seguiría con nosotros. El problema básico era que, por supuesto, no teníamos cantante."
Julian Jay Savarin, hombre culto
y polifacético es el artífice de este proyecto, en el que asume el liderazgo, y
por lo tanto es el escritor ,compositor y director de una obra de corte
conceptual basada en una trilogía de libros de ciencia ficción escrita
precisamente por J.J. Savarin con un cierto éxito. El hecho de haber escrito
esos libros hace que vaya madurando la idea de ponerle música, y cuando lo hace las composiciones llevan
tiempo siendo preparadas, por tanto se trata de un trabajo elaborado y
premeditado, fruto de horas de esfuerzo.
"Como los demás, se atiborran de anfetaminas, antes de actuar en clubs llenos hasta los topes donde intentan que la gente se mueva un poco con su música. Entonces, se llaman Detours, nombre que muy pronto cambió convirtiéndose en High numbers. Durante horas interpretaban temas clásicos del repertorio del rhythm and blues, en especial canciones de James Brown, que entonces conocía un considerable éxito. En sus comienzos eran relativamente tranquilos, aplicándose a tocar bien las canciones. La llegada de un nuevo baterista, Keith Moon, va a cambiarlo todo. Hace irrupción en el grupo una tarde cuando éste tocaba en la sala de la parte de atrás de un hotel, según la costumbre de entonces. Descontento de la manera de tocar del batería, que él encuentra excesivamente blando para su gusto, Keith se lanza sobre él y le echa de la batería para ocupar su puesto."
"En 1981 las ideas del Fripp no triunfaron porque la eclosión punk del 77 había devastado todo el estatus musical existente, y la posterior new wave había servido de revulsivo pero a la vez de estabilizadora del movimiento. No era tan obscena, ni grosera y por ello se había asimilado masivamente como réplica al más desordenado y anárquico punk. La nueva ola arrasó cualquier dinosaurio. Y no fueron las teorías de Fripp las que contribuyeron a colapsar los grandes monstruos."
(Robert Fripp & King Crimson: Música de alto riesgo)
Después de escuchar esta gema la
conclusión que obtenemos es que el mellotrón es el denominador común, el nexo
de unión de toda la obra. Nada menos que 3 miembros de la banda lo utilizan,
algo que es difícil de encontrar en otras formaciones. Se sienten a gusto con
él y le sacan el máximo partido dando profundidad y cuerpo a sus
interpretaciones, sin el cual estarían carentes de fuerza sobretodo en la
primera cara, donde la música es suave con cierto aire pastoral a base de
flauta y guitarra acústica que hacen que se respire una atmósfera delicada en
todo el disco. En este primer lado los temas son sencillos, arropados por el
mellotrón a modo de orquesta y con unos ritmos castrenses de batería en muchos
casos, que fundados en la idea concepto de la obra, hacen que la caja se
comporte de una forma juguetona e inquieta a lo largo de todo el vinilo.
El sonido es muy cercano a cosas
como las que hacían MOODY BLUES quienes sacaron mucho partido al mellotrón
sobretodo es sus primeros LP's, y a unos CARAVAN del álbum "In the land of
grey and pink".
La 2ª cara gana en fuerza, las
composiciones se hacen más complejas y el rock se vuelve más ecléctico. Se gana
en potencia y en carácter, la guitarra eléctrica entra con mucha más presencia
y protagonismo dotando a las canciones de rock más marcado, dejándose entrever
algo de psicodelia ya tardía en sus cuerdas. Todo ello se encuentra hilado con
un órgano dinámico y el mellotrón que nunca desaparece, produciendo un
resultado atractivo para el oyente progresivo.
Se trata de un trabajo realizado
con mucho gusto, cuidando los arreglos, estableciendo melodías interesantes e
introduciendo algunos cortes de factura intimista que transmiten unas
sensaciones realmente positivas.
"La compañía soltó algo de pasta para que el grupo se marchara un tiempo a una granja a poner a punto su nuevo sonido y desarrollar las canciones. Por fin Hodgson se iba a decidir a soltar alguna de esas viejas composiciones de adolescente que tanto le habían avergonzado en su "periodo progresivo"; era la última oportunidad y si tenía que jugársela, lo haría sin complejos. Supertramp estaba a punto de admitir que sí, que eran un grupo sinfónico, pero sobre todo un grupo de pop. Hodgson y Davies soltaron su mejor material y decidieron que lo firmarían conjuntamente, auque se nota la personalidad que manda en cada tema y, salvo en la larga "Rudy", en la que comparten tareas vocales, ambos tomarían la responsabilidad de cantar en las canciones en las que habían dejado su impronta como compositores. En aquellas sesiones comenzó a verse que la melancolía de uno casaba a la perfección con el ingenuo idealismo pop del otro, que la sección rítmica era tan potente como liviana, que Haliwell podía aportar mucho con sus dibujos de vientos, elegantes pero que podían ser cazados al vuelo por cualquier aficionado al tarareo."
"Fue en enero del 65 cuando se comenzaron a grabar las 18 canciones de "Bringing it all back home" de Dylan. Tom Wilson, su productor, había buscado los mejores múscos d estudio. Costó mucho acoplarlos, pero luego hubo canciones que se grabaron en una sola toma. Su "It's all right ma", según Jesús Ordovas, "puede ser considerada la 'suma theologica' dylaniana. Es una respuesta visionaria y anárquica a una sociedad enferma". Pero también hay canciones iniciáticas. Su "Mr. Tambourine man" encierra en clave una alegoría al porro. A partir de esta canción Dylan insistirá en sus visiones bajo los efectos del denso humo de un "canuto". Son sus famosos "sueños" inconexos, contrastados, de veloces pinceladas tratando de recomponer una escena cargada de recuerdos. Es la época en que lee, como toda joven a Kerouac y a Ginsgerg. Dylan canta en su disco "mis canciones las escribo con el timbal de la mente" y "yo sólo quiero pintar un cuadro de lo que ocurre por ahí de vez en cuando, aunque no entiendo demasiado bien lo que pasa."
El grande entre los grandes. La
banda de progresivo y psicodelia por antonomasia, supieron conjugar a la
perfección estos conceptos y plasmarlos magistralmente. Un conjunto de músicos
comprometidos e inquietos, buscadores, vanguardistas, dotados para crear mundos
originales, excéntricos, fantasmagóricos en los que los ácidos tienen mucho que
decir al respecto. Junto a BEATLES y ROLLINGS, los grupos más en boca de la
prensa a todos los niveles y en cualquier disciplina del rock, una de las
mayores influencias en su estilo en innumerables bandas de todo el mundo.
Después
del primer LP se descolgaría el frontman, abandonando por problemas personales
al no poder soportar la presión que empezaba a sentir, cuando se dio cuenta que
no eran un mero conjunto de amigos sino que la cosa iba en serio. Se marcharía
Barrett que era el fundador y principal cerebro dejando paso a David Gilmour.
Parecía que todo se acababa.....pero no, ni mucho menos.
Estamos en el 5º de una larga
colección. Un trabajo posterior a una banda sonora creada para la película
"More" y un directo con inclusión de temas en estudio:
"Ummagumma". El grupo ya
bastante cohesionado y con una línea a seguir más marcada, decide embarcarse en
su primera gran obra conceptual que ocupará toda una primera cara del vinilo.
Se trata de una composición en la que tiene cabida toda una sección orquestal,
fundida con la banda en un ejercicio en el que ponen a prueba su coordinación y
su prestigio, obteniendo una nota más que favorable. "Atom..." es un
tema sobresaliente dividido en partes muy desiguales unas de otras, donde se
aprecian pasajes sinfónicos, lisérgicos, coros, devaneos psicodélicos, delirios
oníricos, teclados de fondo bajo una voz celestial y la guitarra de Gilmour que
fluye paralela a la melodía sin arranques de fuerza, dejándose llevar. Toda una mezcla de colores que termina como
se inició, irrumpiendo la sección de viento de la orquesta.
La 2ª cara está construida a
base de temas más tranquilos, con melodías relajadas y suaves en las que han
quedado impregnadas las sensaciones y vibraciones que vivieron en el verano del
amor. Sumergidos en ese agradable ambiente observamos que todavía está muy
patente la figura de Syd en sus creaciones, ofreciéndonos unas canciones que
bien podrían atribuírsele; con ese aire que integraba muchas de sus proyectos
cargados de melancolía, con olor a flores, a buenas intenciones y a una cierta
inocencia, que no quieren perder frente al rodillo de la industria.
Una obra en la que el
protagonismo de Wright es claro, composiciones que comienzan a ganar en
complejidad en una dualidad piano-órgano, la mayor parte gracias al espíritu
creativo de Waters y en la que la
guitarra de Gilmour, todavía un poco tímida, no termina de dejar claro cuál es
su estilo, sin momentos explosivos ni solos, marca de la casa.
La psicodelia baja en intensidad
en favor de melodías más abiertas y accesibles, perdiendo algo de la oscuridad
de álbumes anteriores. Posiblemente uno de los LP's más sinfónicos de toda su
carrera.
"Comenzaron a actuar con el nombre deMetropolis Blues Quintet hasta que Keith Relf encontró, en una novela de Jack Kerouac (autor favorito de la juventud Beatnik), un nombre mucho menos aburrido: The Yardbirds (que vivían a lo largo de las lineas de ferrocarril en E.E.U.U, viajando de polizones, en los años 30"
Keith
Emerson.......Hammond, órgano de la iglesia de Sant Marks, piano, celeste,
sintetizadores moog
Greg Lake.......... ...Bajo,
guitarra eléctrica y acústica, voz
Carl Palmer............Batería
y percusiones
1ª cara:
- Tarkus:
a)Eruption
b)Stones of years
c)Iconoclast
d)Mass
e)Manticore
f)Battelfield
g)Aquatarkus
2ª cara:
- Jeremy Bender
- Bitches crystal
- The only way (Hymn)
Tocata in F and prelude VI: Bach
- Infinite space
- A time and a place
- Are you ready Eddy?
Se va a producir una reunión de
tres ex-miembros de bandas consolidadas: THE NICE, KING CRIMSON y ATOMIC ROOSTER.
El resultado iba a ser espectacular y su calificación por parte de la prensa:
Un supergrupo. Y es que esta formación iban a romper esquemas e iba a causar
sensación en todo el mundo. Su nuevo formato de trío sin inclusión de guitarra
principal suponía un planteamiento diferente al de todas las bandas del
momento. Se trataba de una triada brutal.
Con unos miembros como EMERSON y
PALMER auténticos virtuosos de su instrumento iban a ser capaces de cualquier
cosa. Rock sinfónico de gran altura donde combinan elementos clásicos con
estructuras basadas en el rock con un resultado pretencioso, recargado,
llegando a ser barroco en ocasiones y con una aureola épica siempre flotando.
Esta combinación les llevaría a lo más alto de la fama subiendo a velocidades vertiginosas.
Pero también les condujo a situaciones en que la presión les acuciaba que junto
a la necesidad de éxitos por parte de su compañía que pedía más y más y a las
largas giras realizadas, produjo fuertes tensiones entre los miembros, mucho
cansancio y falta de ideas.
Tras su primer disco que obtuvo
un brillante resultado vendría "Tarkus" incluyendo una suite de más
de 20 minutos que da título al vinilo y que es la pieza clave del álbum. Tema
dividido en partes musicalmente bien diferenciadas. Se inicia con un ritmo
trepidante por parte de todos que ya no abandonará hasta el final, aunque
incluye fases más tranquilas para volver a la carga. Emerson despliega todas
sus armas y nos deleita con un surtido de teclados varios de forma comedida
llevando la batuta de las melodías. Palmer nos demuestra la capacidad que tiene
tanto física como creativa a las baquetas y Lake se ocupa de enlazarlo todo con
su bajo y guitarra incluida su magnífica voz, profunda y clara.
En este Lp todavía no habían
destapado el tarro de las esencias que llegarán más adelante pero si es cierto
que con el corte "Tarkus" nos mostraron su enorme creatividad y las
posibilidades que albergaba esta formación.
La segunda cara es muy
diferente. Supone un compendio de temas muy variados en los que el piano toma
el protagonismo que hasta ese momento tenía el Hammond y el Moog. En mi opinión
no son temas que estén a la altura de la primera cara. "Jeremy Bender"
parece una canción de salón del Oeste Americano a través de un piano Honky tonk,
"The only way" está grabado con el órgano de la Iglesia de San Marcos
bajo una melodía en la que se retrata la obra de Bach; y el último bloque es un
rock and roll fanfarrón y poco serio a modo de relleno.
Grupo de gran influencia que iba
a crear escuela siendo imitado en mayor o menor medida por muchos otros.
"Basta con escuchar a Clapton con los Cream para comprobar hasta qué punto difiere su pensamiento musical del de Mayall. En uno es la ponderación, la calma y el respeto por los pioneros, mientras que en el otro todo es llama, torbellino de ideas, deseo vital de encontrar nuevos caminos"
"Nadie aparte del grupo y el círculo inmediato del grupo, sabía que Pete se iba y que éste podría ser nuestro último concierto para siempre. Y al ser el último concierto los ayudantes tenían que pasárselo bien. Hubo un momento en el concierto, en el que Pete estaba en el extremo del escenario y un muñeco en el otro extremo, y las luces estroboscópicas los iluminaban de tal manera que no sabías cuál era cuál. Y, por supuesto, para el último concierto uno de los ayudantes apareció desnudo en el otro extremo y ocupó el puesto del muñeco...Había gente mirando esto, mi mujer por ejemplo, practicamente llorando porque pensaban que éste podría ser el último concierto que hiciera el grupo y teníamos a un ayudante desnudo en el escenario. ¿Así era como iba a terminar todo?"
A finales de los 60 en EEUU las
bandas con el espíritu progresivo que muestra TOUCH no eran fáciles de
encontrar. Se puede decir que son pioneros de este estilo en su país. Únicamente
iban dar lugar a este Lp, aunque eso no sería freno para que su música se
valorase sobretodo al otro lado del Atlántico teniendo muy buena acogida en las
Islas entre las huestes partidarias de la psicodelia y la vanguardia.
Es una pieza curiosa con un
inicio explosivo provisto de psicodelia y blues a partes iguales que nos traen rápidamente
a la memoria a los PINK FLOYD más jóvenes con Syd a la cabeza. El Hammond suena
potente y vibrante junto a una guitarra muy aguda y ácida recogidos en una estructura
complicada de seguir muy cambiante, caótica y discordante. El encadenamiento de
sonidos sin orden aparente empieza a hacerse moneda de cambio. Se puede decir
que los temas están generados tras sesiones de improvisación y sustancias
psicotrópicas abundantes que dan lugar a pasajes anárquicos, cambios constantes
y una energía que funciona por impulsos.
Las canciones son puras, crudas,
sin armonías ni arreglos, con altibajos. Tan pronto pasan de fases oscuras como
nos encontramos en fases exultantes; muchas veces con acordes tensos, no siguen
una línea definida y parecen el fruto de la inspiración de la experimentación
del momento y del entusiasmo de unos jóvenes con las ideas en ebullición.
Creo que una de las cosas más
interesantes a destacar es el loable trabajo del piano con unas
interpretaciones a manos de Gallucci que dejan patente la calidad musical de
este miembro.
Un disco que no deja de
sorprender conforme avanza, puesto que vamos de sorpresa en sorpresa sin saber
muy bien por donde va a encaminarse en el que la mezcla de estilos es posible.
Eso supone que en ningún momento se va a relajar el oído.
Un álbum auténtico, delirante,
genuino, sin conservantes ni colorantes.