Jon Mark…………………...….Voz principal, guitarra de 12 cuerdas, acústica, eléctrica, percusión, arreglos
Johnny Almond…………...…Saxofón, percusión, flauta, bajo y coros
Dannie Richmond…………...Batería, percusiones, coros
Geoff Condon………………...Metales, flauta, percusiones, coros
Ken Craddock…………………..Piano, piano eléctrico, guitarra acústica, guitarra eléctrica, percusiones, coros
Colin Gibson…………………….Bajo, percusión, coros
1ª Cara:
- Organ grinder
2ª Cara:
La fusión de dos de sus miembros daría lugar al nombre que terminó adquiriendo esta alianza, John Mark y Johnny Almond, músicos que comenzaron su vida en ambientes diferentes pero que por casualidad acabarían conociéndose en 1969 cuando trabajaron en la grabación de 2 álbumes del inagotable John Mayall, una vez terminada la época de los Bluesbreakers. Es allí donde John y Johnny se dieron cuenta de la buena conexión que había entre ellos, no tardaron en decidir que debían unir fuerzas y dar forma a una criatura que se llamaría Mark Almond, no fueron muy originales.
Retrocediendo algo en el tiempo puedo decir que los primeros escarceos de John Mark arrancan en 1963 grabando un disco con otro miembro que luego pertenecería a la banda de Cat Stevens. También acompañó a Marianne Faithfull en sus grabaciones y conciertos ya en 1965, con ella escribió y realizó arreglos en varias de sus canciones. Tres años después fundó una agrupación y llegó a registrar con ellos una única grabación, sin embargo el sello discográfico por razones desconocidas nunca lo distribuyó ni tampoco hubo ninguna gira de promoción, dando al traste tan rápido como se había creado.
En cuanto al otro miembro clave de Mark Almond, Johnny Almond se inició tocando en pequeñas bandas con las que llegó a grabar alguna que otra cosa pero sin trascendencia, proyectos que no terminaban de consolidar, y así anduvo hasta que en 1969 poco antes de conocer a John Mark, decide fundar su propio grupo al que denominó Johnny Almond Music Machine grabando hasta 2 álbumes. Lo que vino después ya lo sabemos todos.
Las buenas vibraciones que surgen entre Mark y Almond van a dar rápidamente su fruto. Fichan por un pequeño sello llamado Blue Thumb Records con quien publican dos álbumes, el segundo muy difundido por las radio fórmulas, sobre todo en EEUU. Su buen hacer les conduce a grabar con un sello más importante, Columbia Records con gran peso en tierras americanas. Allí es donde registrarían Rising en 1972 y un Directo al año siguiente. La banda entonces estaba compuesta de 7 miembros. Fue en 1972 cuando John Mark sufrió un accidente importante en Hawai, estuvo convaleciente bastante tiempo, y entre una cosa y otra decidieron no continuar con la sociedad.
Tiempo después, en 1975, volvieron a reunirse con intención de ensayar nuevo material. To the heart (1976) fue el resultado de esa conciliación, poco tiempo después en 1978 volvieron a registrar una nueva obra, Other peoples rooms, que aunque no carecía de calidad no se vendió bien, como les sucedió a muchos otros en estos años en que la mayoría de público demandaba la nueva ola de reciente nacimiento. En los años 80 volvían a disolverse definitivamente. Tras esta errática carrera es meritorio que su música adquiriese un gran nivel compositivo y no haya apenas puntos negros en su discografía.
A lo largo de mi vida he coleccionado muchos vinilos y siempre me han gustado especialmente aquellos que me transmiten……..que una vez que los oigo y consigo asimilarlos me producen algún tipo de reacción. No lo consigo con todos los que me gustan, pero si que todos los que me transmiten me gustan. Puede ser que me evoquen, sentimientos, imágenes, sensaciones, épocas, ideas, ….incluso una amalgama de varios elementos….bien, pues esto que no es fácil, es lo que me sucede escuchando Rising. Su constitución desde el principio es como una sacudida mental, cada tema que se sucede me inspira diversos estados de ánimo fluyendo con una facilidad pasmosa, y ya os digo que no me resulta sencillo con normalidad, sino con casos extraordinarios y este es uno de ellos. Como poder explicar lo que me recorre por la mente…….no hay palabras….no hay traducción posible…..es un torrente de energía que se convierte en impulsos que me transportan a rincones que tal vez no sabía que existían, una auténtica montaña rusa de sentimientos….. Basta de filosofar….. escuchadlo y si podéis, de verdad……..disfrutar lo que nos ofrecen.
Ya desde el primer surco nos sumergen en melancolía, un disco delicado y gestado por ángeles, nos muestra atmósferas tenues y relajantes dentro de lo que catalogan como Jazz Rock, tal vez, pero no le veo una definición propia, es un conglomerado folk, mezclado con rock y sonidos abiertos. Monday bluesong, como ya indica su título es una pieza con sentimiento, con el volumen bajo nos presenta una paleta triste que remarcará poco después la trompeta de Condon acompañada del contrabajo, acordes menores y olas de melancolía, para escuchar como muchos otros aquí, un día de lluvia a través de los cristales. Una pieza corta que se enlaza con la siguiente, Song for a sad musician, curioso corte con una guitarra que persigue sus pulsaciones tras las palabras de Mark en busca de imitación del tono, nuevamente en ambientes de ensoñación en los que el tiempo parece transcurrir más despacio y todo es frágil, muy similares en su creación a otras atmósferas de bandas como JADE WARRIOR, pero sin llegar a ser ácidas.
Organ grinder nos traslada a otras épocas, con una composición como si de un cuento se tratase y que nos hace recordar la infancia, esta dotada de una ingenua frescura difícil de obtener, cargada de buenas intenciones, pero nuevamente arrastrando melancolía y nostalgia de tiempos pretéritos en un halo de pureza. Los sonidos acústicos se suceden y nos movemos en unos márgenes que poco a poco nos calan y la introversión se sucede ayudado por esos sonidos sencillos, suaves y frágiles. En I’ll be leaving soon volvemos a encontrarnos con historias tristes y estructuras delicadas en los que la guitarra y el saxo conducen toda la breve pieza. No será hasta What am I living for que podremos ver a todo el equipo trabajando y sonando a la vez en uno de los cortes más elaborados. Nuevamente surgen los sentimientos del protagonista de la letra y la retrospectiva se apodera una vez más. La introducción acústica da paso a un desarrollo instrumental del grupo al completo dejándose escuchar por fin al órgano, la guitarra eléctrica y la batería, en una pieza con un delicioso estribillo de coda repitiendo el título. Los sentimientos afloran en el oyente con una felicidad apagada.
Damos la vuelta al plástico y entramos en una segunda cara con piezas más extensas y trabajadas en lo que a instrumentación se refiere. De hecho solo encontraremos tres. Riding free es una pieza en la que encontramos un ritmo más vivo, como queriendo infundirnos de esa libertad que sugiere el nombre de la canción. Se produce una potente base rítmica a modo de galope con un trabajo virtuoso de la batería que se quedará a solas, durante una fase central. Hay explosión de metales haciendo arreglos y las percusiones son muchas y variadas. La guitarra ejerce movimientos violentos y distorsionados, y se respira un ambiente criollo en algunos trances. Tras esta convulsión regresamos a la serena paz de The little prince, otra especie de cuento que nos habla de la infancia de un príncipe en una atmósfera frágil y delicada, algo que se les da de maravilla inundando de luz tenue, sentimiento y melancolía, aunque por momentos surge la posibilidad de tenebrismo e incertidumbre, un cúmulo de sensaciones a través de un minimalismo sonoro.
Para el final se guardan la que tal vez para mi gusto sea la mejor piedra preciosa del conglomerado, The phoenix. En ella es el piano quien lleva el hilo conductor y el que se encarga de hacernos percibir los sentimientos de la letra triste y en parte atormentada que va recorriendo los diversos estados. Una profunda revelación que termina por romper en la orquestación con el estribillo suplicante coreado por todos, en estructuración de la canción similar a What am I living for.
No me cansaré de decirlo, todo ternura, elegancia, pulcritud, exquisitez y sutileza. Un gran descubrimiento.
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