Mostrando entradas con la etiqueta Folk rock. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Folk rock. Mostrar todas las entradas

sábado, 6 de septiembre de 2025

Mark - Almond - Rising (1972)

 

Jon Mark…………………...….Voz principal, guitarra de 12 cuerdas, acústica, eléctrica, percusión, arreglos

Johnny Almond…………...…Saxofón, percusión, flauta, bajo y coros

Dannie Richmond…………...Batería, percusiones, coros

Geoff Condon………………...Metales, flauta, percusiones, coros

Ken Craddock…………………..Piano, piano eléctrico, guitarra acústica, guitarra eléctrica, percusiones, coros

Colin Gibson…………………….Bajo, percusión, coros


1ª Cara:

- Monday bluesong

- Song for a sad musician

- Organ grinder

- I’ll be leaving soon

- What am I living for

2ª Cara:

- Riding free

- The little prince

- The phoenix


La fusión de dos de sus miembros daría lugar al nombre que terminó adquiriendo esta alianza, John Mark y Johnny Almond, músicos que comenzaron su vida en ambientes diferentes pero que por casualidad acabarían conociéndose en 1969 cuando trabajaron en la grabación de 2 álbumes del inagotable John Mayall, una vez terminada la época de los Bluesbreakers. Es allí donde John y Johnny se dieron cuenta de la buena conexión que había entre ellos, no tardaron en decidir que debían unir fuerzas y dar forma a una criatura que se llamaría Mark Almond, no fueron muy originales.


Retrocediendo algo en el tiempo puedo decir que los primeros escarceos de John Mark arrancan en 1963 grabando un disco con otro miembro que luego pertenecería a la banda de Cat Stevens. También acompañó a Marianne Faithfull en sus grabaciones y conciertos ya en 1965, con ella escribió y realizó arreglos en varias de sus canciones. Tres años después fundó una agrupación y llegó a registrar con ellos una única grabación, sin embargo el sello discográfico por razones desconocidas nunca lo distribuyó ni tampoco hubo ninguna gira de promoción, dando al traste tan rápido como se había creado.

En cuanto al otro miembro clave de Mark Almond, Johnny Almond se inició tocando en pequeñas bandas con las que llegó a grabar alguna que otra cosa pero sin trascendencia, proyectos que no terminaban de consolidar, y así anduvo hasta que en 1969 poco antes de conocer a John Mark, decide fundar su propio grupo al que denominó Johnny Almond Music Machine grabando hasta 2 álbumes. Lo que vino después ya lo sabemos todos.

Las buenas vibraciones que surgen entre Mark y Almond van a dar rápidamente su fruto. Fichan por un pequeño sello llamado Blue Thumb Records con quien publican dos álbumes, el segundo muy difundido por las radio fórmulas, sobre todo en EEUU. Su buen hacer les conduce a grabar con un sello más importante, Columbia Records con gran peso en tierras americanas. Allí es donde registrarían Rising en 1972 y un Directo al año siguiente. La banda entonces estaba compuesta de 7 miembros. Fue en 1972 cuando John Mark sufrió un accidente importante en Hawai, estuvo convaleciente bastante tiempo, y entre una cosa y otra decidieron no continuar con la sociedad.

Tiempo después, en 1975, volvieron a reunirse con intención de ensayar nuevo material. To the heart (1976) fue el resultado de esa conciliación, poco tiempo después en 1978 volvieron a registrar una nueva obra, Other peoples rooms, que aunque no carecía de calidad no se vendió bien, como les sucedió a muchos otros en estos años en que la mayoría de público demandaba la nueva ola de reciente nacimiento. En los años 80 volvían a disolverse definitivamente. Tras esta errática carrera es meritorio que su música adquiriese un gran nivel compositivo y no haya apenas puntos negros en su discografía.

A lo largo de mi vida he coleccionado muchos vinilos y siempre me han gustado especialmente aquellos que me transmiten……..que una vez que los oigo y consigo asimilarlos me producen algún tipo de reacción. No lo consigo con todos los que me gustan, pero si que todos los que me transmiten me gustan. Puede ser que me evoquen, sentimientos, imágenes, sensaciones, épocas, ideas, ….incluso una amalgama de varios elementos….bien, pues esto que no es fácil, es lo que me sucede escuchando Rising. Su constitución desde el principio es como una sacudida mental, cada tema que se sucede me inspira diversos estados de ánimo fluyendo con una facilidad pasmosa, y ya os digo que no me resulta sencillo con normalidad, sino con casos extraordinarios y este es uno de ellos. Como poder explicar lo que me recorre por la mente…….no hay palabras….no hay traducción posible…..es un torrente de energía que se convierte en impulsos que me transportan a rincones que tal vez no sabía que existían, una auténtica montaña rusa de sentimientos….. Basta de filosofar….. escuchadlo y si podéis, de verdad……..disfrutar lo que nos ofrecen.

Ya desde el primer surco nos sumergen en melancolía, un disco delicado y gestado por ángeles, nos muestra atmósferas tenues y relajantes dentro de lo que catalogan como Jazz Rock, tal vez, pero no le veo una definición propia, es un conglomerado folk, mezclado con rock y sonidos abiertos. Monday bluesong, como ya indica su título es una pieza con sentimiento, con el volumen bajo nos presenta una paleta triste que remarcará poco después la trompeta de Condon acompañada del contrabajo, acordes menores y olas de melancolía, para escuchar como muchos otros aquí, un día de lluvia a través de los cristales. Una pieza corta que se enlaza con la siguiente, Song for a sad musician, curioso corte con una guitarra que persigue sus pulsaciones tras las palabras de Mark en busca de imitación del tono, nuevamente en ambientes de ensoñación en los que el tiempo parece transcurrir más despacio y todo es frágil, muy similares en su creación a otras atmósferas de bandas como JADE WARRIOR, pero sin llegar a ser ácidas.

Organ grinder nos traslada a otras épocas, con una composición como si de un cuento se tratase y que nos hace recordar la infancia, esta dotada de una ingenua frescura difícil de obtener, cargada de buenas intenciones, pero nuevamente arrastrando melancolía y nostalgia de tiempos pretéritos en un halo de pureza. Los sonidos acústicos se suceden y nos movemos en unos márgenes que poco a poco nos calan y la introversión se sucede ayudado por esos sonidos sencillos, suaves y frágiles. En I’ll be leaving soon volvemos a encontrarnos con historias tristes y estructuras delicadas en los que la guitarra y el saxo conducen toda la breve pieza. No será hasta What am I living for que podremos ver a todo el equipo trabajando y sonando a la vez en uno de los cortes más elaborados. Nuevamente surgen los sentimientos del protagonista de la letra y la retrospectiva se apodera una vez más. La introducción acústica da paso a un desarrollo instrumental del grupo al completo dejándose escuchar por fin al órgano, la guitarra eléctrica y la batería, en una pieza con un delicioso estribillo de coda repitiendo el título. Los sentimientos afloran en el oyente con una felicidad apagada.

Damos la vuelta al plástico y entramos en una segunda cara con piezas más extensas y trabajadas en lo que a instrumentación se refiere. De hecho solo encontraremos tres. Riding free es una pieza en la que encontramos un ritmo más vivo, como queriendo infundirnos de esa libertad que sugiere el nombre de la canción. Se produce una potente base rítmica a modo de galope con un trabajo virtuoso de la batería que se quedará a solas, durante una fase central. Hay explosión de metales haciendo arreglos y las percusiones son muchas y variadas. La guitarra ejerce movimientos violentos y distorsionados, y se respira un ambiente criollo en algunos trances. Tras esta convulsión regresamos a la serena paz de The little prince, otra especie de cuento que nos habla de la infancia de un príncipe en una atmósfera frágil y delicada, algo que se les da de maravilla inundando de luz tenue, sentimiento y melancolía, aunque por momentos surge la posibilidad de tenebrismo e incertidumbre, un cúmulo de sensaciones a través de un minimalismo sonoro.

Para el final se guardan la que tal vez para mi gusto sea la mejor piedra preciosa del conglomerado, The phoenix. En ella es el piano quien lleva el hilo conductor y el que se encarga de hacernos percibir los sentimientos de la letra triste y en parte atormentada que va recorriendo los diversos estados. Una profunda revelación que termina por romper en la orquestación con el estribillo suplicante coreado por todos, en estructuración de la canción similar a What am I living for.

No me cansaré de decirlo, todo ternura, elegancia, pulcritud, exquisitez y sutileza. Un gran descubrimiento.





domingo, 16 de marzo de 2025

IT’S A BEAUTIFUL DAY – It’s a beautiful day (1969)

 


Hal Wagenet……………...….Guitarra

Linda Laflamme……………..Organo, piano, piano eléctrico, celeste, harpsichord

David Laflamme……………..Violín, flauta, voz principal

Mitchell Holman………...….Bajo, coros

Patti Santos…………...……..Pandereta, campanas, percusiones, coros

Val Fuentes………………….….Batería, coros


1ª Cara:

- White bird
- A hot summer day
- Wasted union blues
-
Girl with no eyes

2ª Cara:

- Bombay calling

- Bulgaria

- Time is


Sin hacer mucho ruido pasaron fugazmente por el panorama musical de la época y con el transcurso del tiempo han ido surgiendo críticas favorables a su trabajo reconociendo su valía y su innovación dentro del estilo. Ya sabemos muchos casos en que se producen estas situaciones en que no tienen fruto los resultado en el momento de su existencia, y después cuando se observa la escena desde el futuro, entonces, es cuando realmente se es consciente de la maravilla que encierra.

Esta vieja banda de San Francisco nace en 1967 y por supuesto no logran el éxito de otros coetáneos del panorama de la Costa Oeste, como eran GRATEFUL DEAD, JEFFERSON AIRPLANE, THE MAMAS & THE PAPAS...etc, zona en plena efervescencia y más presente dentro del mundo del rock Estadounidense en aquel instante. Mucha culpa de su falta de éxito seguramente la tiene su primer mánager, Matthew Katz, un tipo algo “trapalas”, y es que cuando se empieza mal luego no es fácil enderezar el rumbo. Katz los convenció para que no actuasen en San Francisco, decía que no estaban preparados. Con la excusa se los lleva a Seattle donde vivieron durante unos meses componiendo en un ático que pertenecía a Katz, y también actuarían en un club de la ciudad que casualmente, mira por donde, también era propiedad del amigo Katz.


Tras la tomadura de pelo, cuando ya fueron conscientes, se vuelven a San Francisco frustrados por el engaño y sin nada de dinero en los bolsillos. Sin objetivo ni mira alguna, deciden ponerse a tocar en algunos clubes, ferias y salas de fiestas, consiguiendo cierta publicidad y nombre además de algo de dinero, y todo ello a espaldas de su avaro mánager. Llegaron incluso a “abrir” para CREAM, es a partir de aquí cuando encuentran la confianza en sí mismos y el valor para enfrentarse a Katz y desembarazarse de él. Resultaron tener un sonido muy original y vanguardista que les diferenciaba del grueso de bandas, una amalgama de estilos, rock, folk, clásica, jazz, psicodelia, prog….. cuya personalidad residía en el violín de David, las percusiones de Patti y los teclados de Linda. Pero sus temas ambientados con el movimiento hippy tenían un alma muy influenciada por los súbditos del verano del amor.

Lograda la libertad, David Laflamme, reputado violinista que ya había tocado con personajes como Jerry García y Janis Joplin se erige en productor del grupo y con los ahorros conseguidos consiguen publicar su álbum homónimo de debut en Los Angeles a través de Columbia Records. A partir de ahí, la banda paso por una sucesión de entradas y salidas de miembros en la formación. La primera en abandonar fue la esposa de David, Linda Laflamme, en 1970, prácticamente después del debut, uno de los pilares fundamentales. Las causas mayoritarias fueron el divorcio de David y su separación de los escenarios debido a haber recibido un botellazo en la cabeza durante una actuación. Y al tiempo también David que era el nexo de unión del proyecto, en 1972 agotado con la gestión y la dirección, decide dejarlo. A ello hay que sumar también las desavenencias internas que hacia tiempo resquebrajaban la cohesión de la agrupación. De hecho su último álbum fue grabado ese año, pero no se publicaría hasta el siguiente, después de una gira, que resultaría de despedida, la banda quedó huérfana de sus fundadores, aunque siguió adelante no por mucho tiempo.


Cuando ponemos el plato a funcionar, la primera en aparecer es White bird, su pieza más codiciada y con la que llegaron más lejos en las listas. La inspiración para escribirla les vino de su estancia en aquel ático de Seattle del que no se podían mover porque no tenía dinero ni para autobús. El tiempo tampoco les acompañaba y llovía día si día también. La sensación de estar encerrados como un pájaro en una jaula les abocó a componerla. Es una composición muy bella y sólida de la que se desprende una clara atmósfera Costa oeste, y con una rítmica que transmite paz y buena energía. Las voces de David y Patti suenan a la par, percusiones inconfundibles de la caja de Patti y un teclado construyendo linealmente el fondo. También se reconocen unos punteos de guitarra española haciendo un solo, que no se van a prodigar en el resto del álbum, y por supuesto el omnipresente violín de David transportando la estructura a sus puntos álgidos.

Nuevamente el histriónico violín nos introduce en otra pieza cálida, A hot summer day, cantado por David y Patti, que hace su eco en el estribillo. La lírica de las voces destaca sobre todo lo demás, el teclado de Linda se escucha al fondo linealmente y el violín se desarrolla junto a la armónica tejiendo un entramado con matices folk que acaban poniendo el final. Con Wasted Unión blues, nos despertamos del sueño hippy arrancado por la guitarra psicodélica de Hal que ataca con dureza luchando en agudos con el violín de David, el corte más pesado del disco que impone una rítmica muy sesentera en conjunción con el piano y teclados que también entran en las disonancias de un carrusel de histeria salvaje que para en seco. En contraposición a la violencia de la composición anterior surge para terminar un lado, Girl with no eyes, una bella y suave canción donde las voces de David y Patti (la cual tiene una voz cálida y clara) juegan acompañados de una guitarra minimalista, el violín y el Harspsicord que contagian de clasicismo todo el ambiente a través de sus giros escalados, convirtiéndose en un pequeño oasis de intimismo.


Al otro lado del vinilo el inicio nos llama poderosamente la atención con los primeros compases de Bombay calling, que reconocemos rápidamente y asociamos con DEEP PURPLE, y su conocido tema Child in time. Pero no, no se trata de una versión, de hecho es original de la banda, y fueron los ingleses los que se apropiaron de esos compases descaradamente y poder así modelarlo a su gusto. Al matrimonio Laflamme no le hizo ninguna gracia, pero no estaban las cosas como para meterse en más follones, así que su venganza fue crear un tema llamado Don & Dewey, que es idéntica a Wring that neck de los Purple y que se publicaría en un álbum posterior. Aquí paz y después gloria, todo saldado. Al margen de la anécdota la pieza viaja con ritmo animado que nos mantiene en alerta a través de una atractiva percusión de la mano de Val Fuentes y con un excelente trabajo de violín y guitarra enfrentados uno al otro entre ambiente de aires arabescos.

David Laflamme

Entramos en un ambiente pantanoso, brumoso y hechizado con el corte Bulgaria, donde la voz de Dave es clara, calmada y acompañada por supuesto de Patti y el grupo haciendo coros. La sensación es de mucha lentitud. Lo más importante es la melodía vocal de tintes muy líricos. Dando paso a la instrumentación con el violín y los agudos de Patti poco a poco va acelerándose, pero sin apenas percusión hasta un órgano incisivo que empalma con el último tema, y el más largo de todos, Time is, la composición más experimental y larga de todas sin duda, donde hay mucho de la improvisación en los entresijos de la parte instrumental. Compases muy obsesivos que surgen tras un estribillo en el que Dave nos explica cuantas cosas son el tiempo. Melodías disonantes donde cada miembro va introduciendo los elementos que cree apropiados. Val dispone de un espacio para explayarse con su batería, el órgano de Linda se muestra salvaje, extraño y experimental y nuevamente con tintes arabescos, todo ello en una espiral viajando a la deriva sin objetivo ni concierto, como producto de una amarga ensoñación que termina con un final seco y apropiado al espíritu reinante.

Mirando la portada nos podemos despistar, no parece reflejar el contenido, creo que eso es algo que nos ha pasado a muchos, una portada que ha sido muy reconocida y valorada entre todas las portadas de Rock. Se trata de una pintura de 1912 realizada por Charles Courtney Curren titulada Mujer en la cima de una montaña. No pudo ser más explicito el hombre.






sábado, 3 de febrero de 2024

CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL – Creedence Clearwater Revival (1968)

 


Tom Fogerty.....................Guitarra rítmica y coros

John Fogerty.....................Guitarra principal y voz principal

Doug Clifford....................Batería y coros

Stu Cook...........................Bajo y coros


1ª cara:

- I put a spell on you

- The working man

- Suzie Q

2ª cara:

- Ninety nine and a half

- Get down woman

- Porterville

- Gloomy

- Walk on the water


Cuando a finales de los 60 el rock estaba entrando en una nueva dimensión, más tecnificado y con una visión más amplia en la composición, en la costa oeste de EEUU el mundo hippie se había adueñado de gran parte del ambiente social, y también musical. Primaba lo natural, lo auténtico, lo puro y sobretodo el consumo de sustancias psicotrópicas, todo ello dirigido a situarse en contra de la sociedad vigente y sus estrictas normas, y el rock iba a participar ampliamente en esa cruzada. Unos y otros lo harán por formulas diferentes. Una de ellas es buscar las raices en todos los sentidos, y esta es la que adoptan los chicos de la Creedence.


Nacen en California en 1967, y llegarán a convertirse en poco tiempo en una de las bandas más populares e influyentes a nivel mundial. Corto periplo vital (1967-72), su música se basa en las raíces del movimiento, alteradas por otros elementos fundamentales como es el blues, y la música popular de su país. A ello hay que añadir también una parcela psicodélica, que está por todas partes en el momento en que surgen. De hecho su estilo se denomina como Roots Rock, traducido Rock de raíces.


Nada más comenzar su andadura, se les propone grabar un long play, pero para hacerlo debían cambiar su nombre (The Golliwogs) por otro más llamativo, como ninguno de los miembros comulgaba con él, no fue ningún impedimento, asi que se quedaron con el definitivo C.C.R.. En 1968 todos habían terminado el Servicio Militar , que en esa época no era profesional, y sí obligatorio. Por fin volvían a estar juntos sin obstáculos por el camino, abandonaron sus trabajos en pos del grupo y se embarcaron en un calendario de ensayos y conciertos por todos los clubes de la región. El epónimo Lp ganó la atención de la crítica musical en la bahía de San Francisco y Chicago, apoyando en las radio formulas con la versión Suzie Q original de Dale Hawkins en finales de los 50.



Las composiciones corrían a cargo de John Fogerty, el hermano más creativo, que manifestó que la participación en el festival de Woodstock en 1969 fue un desacierto debido a su inclusión a las 3.30 horas de la madrugada, cuando apenas había público. La actividad de la banda fue vertiginosa, en menos de 1 año habían grabado 3 discos de larga duración, algo inaudito entonces. De esta manera, estaban preparados en 1970 para comenzar una gira por Europa. La respuesta del viejo continente fue muy entusiasta y el éxito comercial en EEUU y el resto del mundo fue reflejo de la gran popularidad que obtenian. La leyenda estaba empezando a escribirse.

En su 5º redondo, Cosmo's Factory, John Fogerty se había interesado por otros instrumentos: Dobro, teclados y saxofón, también por el uso de armonías vocales más elaboradas y por trucos de grabación. Fue el vinilo más vendido por la banda. A partir de ahí comienzan las tensiones dentro de la agrupación. Demasiados conciertos, incesantes giras y entremedias las grabaciones de estudio. John Fogerty había tomado las riendas de los asuntos comerciales y artísticos y el resto no estaban de acuerdo con su labor. Querían mayor representación en las composiciones, pero John era testarudo y declaró que una participación democrática acabaría con el éxito de la banda. Un duro comentario que a la larga podría decirse que le daría la razón.

A partir de ahí, las cosas empezaron a empeorar. La música perdió el rumbo y su sonido propio fue eliminado, pero las diferencias personales habían abierto brechas irreconciliables y a pesar del éxito que todavía mantenían, Tom fue el primero en abandonar. John continuó acordando un trabajo democrático pasando a ser el guitarra rítmico en los temas de sus compañeros. Tras Mardi Gras, último álbum de 1972, se inició una gira a pesar de la pobre recepción del álbum. Terminada la gira se anunció la disolución.


A la Creedence se le reconocía instantáneamente, su peculiar sonido era único, y contando con la voz desgarrada de John Fogerty aún estaban más claras sus señas de identidad. En este primer disco con el que arranca la historia de la banda se forjan ya las características musicales que lo definirán practicamente hasta el final. Nada más oirlo observamos que desprende autenticidad, rebeldía y energía. Tiene una base de blues sobre la que trabajan elementos de country, también añaden tendencias del momento como era la psicodelia que estaba en pleno apogeo, pero ya en menor medida.

Todo se centra principalmente en las guitarras de los hermanos Fogerty. John se encargaba del peso de los solos, muy enérgicos a la hora de acentuar el blues con licks numerosos, vibratos e incluso se escuchan picks, sin dejar descansar las cuerdas las remueve sin cesar vigorosamente, perfecto para acompañar la voz desgañitada, resultando un binomio brutal, un chute de fuerza capaz de acelerar al personal en nada de tiempo. Tom también a la guitarra se ocupaba de llevar un patrón constante con la rítmica creando un muro típico de su sonido con rasgueos en batería. Todo el conjunto construía una fórmula firme y sin resquicios, sin aditivos, tal como se mostraban en público, sin arreglos apenas, sin recursos técnicos para adornar, rock de raíces sin más, consiguiendo cercanía y pureza ante sus fans.

Sin duda la estrella del álbum es Suzie Q, un tema realmente largo con un sonido muy mecánico en la guitarra, repitiendose como un mantra, hipnótica de principio a fin, conectamos con ella llevando el ritmo con el pie o la cabeza. En otras piezas Fogerty nos deleita a la guitarra con distorsiones y pasajes psicodélicos en boga, también aparecen guitarras acústicas , algún coro que otro, pero en menor medida, pero sobretodo es el ritmo potente que ofrecen el que llama la atención con una rítmica machacona, que semeja el rasgueo del banjo en alguna ocasion. En ciertos instantes se producen pasajes en los que la voz calla y deja paso a la instrumentación, que es llevada a extremos terminando en finales improvisados.

El disco termina con Walk on the water, una suite donde se nos entrega uno de los mejores trabajos a la guitarra, secundado con un bajo magnífico. Se trata de un montón de temas sólidos demostrando el potencial que hay en su gente. Un sonido directo al corazón que no esconde sorpresas con el que nos sumimos al escucharlo en los inmensos campos de cultivo de Norteamerica, con sus gentes y sus anhelos.



Seguramente para todos aquellos que disfrutan de la música fuera de las radiofórmulas habituales y populares, no estoy descubriendo nada. Esta es una banda de referencia para todo aquel que ame el Rock.








viernes, 23 de septiembre de 2022

TRY - Just a try (1980)

 


Michael Lapp.....................Teclados, guitarra acústica y eléctrica, mandolina

Amadeus Reineck...............Guitarra, sitar y mandolina

 

Colaboraciones:

Caroline McCombs..............Voz

Dieter Bauer.......................Bajo

 

1ª cara:

- Introduction (just a try)

- Wreck on the wire

- Roswithas' baby

- Immovableness

2ª cara:

- B. Baggins

- Last feather

- Anna's dream

- Monte Christo

- With a little help from Zacharias

- Move

- Just another try

 

Mala, muy mala suerte la de estos chicos, en un principio intentaron crear un grupo de folk-rock que no dio lugar a nada, pasando totalmente desapercibidos terminaron con la misma pasividad con la que habían surgido. Entonces decidieron probar suerte, pero introduciendo elementos más pesados del Krautrock, puesto que son alemanes. La idea es fortalecer las creaciones acústicas con sonidos generados por la electrónica inspirándose en toda la corriente que se había creado en los 70 y continuaba muy estable de cara a los 80.

 

La influencia de la escuela de Berlín es más que notable, como iremos descubriendo conforme escuchemos el disco. También se introducirá la guitarra eléctrica que tiene sus instantes de protagonismo, usada a modo de teclado en sus formas muy similares a las utilizadas por Edgar Froese. La percusión no existe, y cuando aparece es pregrabada, y el bajo hace su aparición en ciertos momentos, pero tampoco es un instrumento clave. La palma se la llevan las cuerdas, que a través de las guitarras acústicas, el sitar y las mandolinas construyen el sólido esqueleto de la mayoría de las composiciones, aunque también hay que hacer una mención especial al piano de Lapp, aportando un delicioso material.

 

El disco es una maravilla de principio a fin. No tiene desecho, llevándonos de un paisaje fantástico a otro no menos increíble. La mezcla entre sonidos electrónicos y clásicos es una comunión perfecta. Los teclados crean atmósferas lineales y envolventes que hacen de  biombo entre tema y tema. En otros casos terminan de una forma cortante y parece entrar el siguiente un poco con calzador, como si fueran fragmentos que cada miembro ha ido urdiendo y después los insertan tal como vienen.

 

Amadeus Reineck

Es un trabajo completamente instrumental, solo hay una inclusión de coros a cargo de Caroline McCombs, destaca la pureza y autenticidad del sonido de las guitarras acústicas, que en algunas ocasiones no van acompañadas de nada más, pero de verdad que no lo necesitan. Sus acordes son armoniosos, pura poesía integrada en notas, cadencias melancólicas y optimistas en completa complicidad e igualmente cuando conectan con el piano y los teclados. Minucioso y concienzudo, sin dejar nada atado. Según los pasajes que escucho me recuerdan en su estructura a otros como EMTIDI, ASHRA, TANGERINE DREAM o M. OLDFIELD.

 

Música que se puede considerar introspectiva, cargada de lirismo, cuyas atmósferas son de carácter onírico, incluso contemplativo. Melodías acertadas y evocadoras  nos trasladan en su inicio desde la costa, hasta la ruidosa ciudad y luego a la campiña, donde parecen querernos decir que es donde desean quedarse. Una obra de gran factura en la que no se echa de menos nada. Un aluvión de sensaciones dirigido a sacudir nuestros sentidos, cuyo poder balsámico es enorme.

 

Michael Lapp

Pero una vez más nuestros amigos tras crear esta joya van a pasar inadvertidos dejando un tesoro oculto, en una época en que todo esto estaba de capa caída. Triunfa el techno, el pop, la nueva ola, y para unos recién nacidos, sin un bagaje potente detrás, la repercusión que podían causar era nula. Las radio fórmulas y la Televisión estaban centradas en los nuevos estilos, que estaban surgiendo de las cenizas producidas por la derrota de bandas más próximas a TRY. Solo un disco así habría obtenido su fruto si proviniese de grupos muy consolidados como MICK OLDFIELD o VANGELIS con cierto reconocimiento comercial.

 

Como reza su portada "Just a try", (sólo un intento). No hubo más, pero fue impactante.





domingo, 1 de mayo de 2022

CROSBY STILL NASH & YOUNG - Déjà vu (1970)

 


David Crosby......................Guitarra y voz

Stephen Stills.....................Guitarra acústica, eléctrica y voz

Graham Nash.....................Guitarra y voz

Neil Young..........................Guitarra acústica, eléctrica, voz

Gregory Reeves...................Bajo

Dallas Taylor.......................Percusión

 

1ª cara:

- Carry on

- Teach your children

- Almost cut my hair

- Helpless

- Woodstock

2ª cara:

- Deja vú

- Our house

- 4 + 20

- Country girl

- Everbody I love you

 

En 1969 se constituía el triunvirato de oro Crosby, Stills & Nash, un triplete que desde un primer momento fue aceptado por el público general y la prensa. Formación de lujo con unos antecedentes exitosos por parte de sus componentes. David Crosby salía nada menos que de The Byrds, Graham Nash había tocado con The Hollies integrados en la British Invasion, y Stephen Stills núcleo fundamental de la Banda Buffalo Springfield donde coincidiría con un joven Neil Young. Su sonido dentro del folk rock con arraigo sureño cautivaría gracias a los intricados juegos de voces realizados por todos ellos, construyendo armonías de gran gusto tejidas junto a guitarras tradicionales en su mayoría y letras sencillas y sinceras. Se darían a conocer en Woodstock, primerizos e inseguros  consiguieron alzarse a los primeros puestos con alguno de sus temas que luego se han convertido en verdaderos emblemas de la música rock mundial.

 


Al año siguiente tras su arranque fulgurante vuelven al estudio, pero esta vez Stills invitará a colaborar a un amigo que estuvo con él en Buffalo Springfield, Neil Young, compañero de andanzas cuya aportación dejará una huella imborrable, al tomar el sonido folk de la banda un mayor acercamiento al country rock de la América rural, y mayor potencia con una guitarra de afinación reconocible al instante y voz también de timbre singular y único, que juntos transmiten una melancolía a la melodía innata del carismático autor.

 

El fruto de este cuarteto se llamaría Déjà Vu, un álbum que contiene nuevamente piezas fundamentales de la música rock en general, una maravilla difícil de repetir como "Our house" o "Teach your children". Se grabó como sesiones individuales por cada miembro, contribuyendo en lo que se había establecido previamente. También incluyó aportaciones puntuales de personal muy respetable como Jerry García de los GRATEFUL DEAD y John Sebastian de LOVIN' SPOONFUL.

 

A la estela de su primer trabajo, nos ofrecen otra colección espléndida de temas con unas armonías vocales excepcionales, tempos tranquilos, cierto aire de introspección donde la música siguen teniendo una fuerte base de guitarras acústicas, pero por encima encontraremos la eléctrica de Young destacando e imprimiendo más cuerpo a las composiciones en las que participa, donde a veces coincide con la de Stills respetándose el espacio. Los arreglos de algunos cortes, en los que se incluye el piano acertadamente nos indican que las composiciones se han elaborado con texturas instrumentales más complejas (Country girl). Otro elemento indicador de esa mayor diversidad en la melodía son las intervenciones de los teclados, que surgen con mayor frecuencia y con un trasfondo que imprime más energía y solidez a la música. El sonido adquiere más electricidad y se aleja del purismo de su antecesor. Helpless muestra su influencia del rock'n' blues con un punto acido en la guitarra, cortes íntimos y personales como 4 + 20,  mencionado ya Country girl a cargo de Young, el más elaborado, de línea melancólica, potente sonido del órgano junto a categóricos timbales que le añaden un toque épico. Pero sin duda mi preferido es la pieza que da nombre al disco; Déjá Vu se sale algo de los tópicos marcados por la banda, pero mantiene esa esencia de guitarras acústicas entrelazadas que crean una mágica atmósfera que se torna algo extraña en su construcción, pero de una belleza sinigual.

 


Una vez acabado este trabajo, los cuatro músicos realizaron obras en solitario, con gran éxito para todos ellos después de haber besado el cielo con su estreno como grupo.  Cuatro compositores que podían haber seguido juntos, pero el hecho de que todos quisieran acrecentar sus fronteras como autores, las relaciones tumultuosas existentes, el activismo político de algunos de ellos y sus constantes colaboraciones en la contracultura hicieron que el proyecto se detuviese durante unos cuantos años, hasta 1977 en que volverían a reunirse los 3 primeros junto a un Young que cuando podía apartarse de su carrera en solitario, les echaba una mano.

 

No importa tu predilección musical, no dejéis pasar inadvertido este álbum, es una joya con sabor añejo como su portada color sepia.




domingo, 25 de octubre de 2020

STACKRIDGE- Extravaganza (1974)

 


Mutter Slater...........Voz y flauta

Roy Morgan.............Batería

Andy Davis...............Guitarra, teclados, voz

Paul Karas................Bajo y voz

Keith Gemmell........Saxo, clarinete y flauta

Rod Bowkett............Teclados

1ª cara:

- Spin round the room

- Grease paint smiles

- The volunteer

- Highbury incident

- Benjamin's giant onion

- Happy in the Lord

2ª cara:

- Rufus T. Firefly

- No one's more important than the earth worm

- Pocket billiards

- Who' s that up there with Bill Stokes

Álbum ya avanzado en la discografía del grupo, supone el comienzo de una nueva etapa, puesto que de la formación inicial con la que grabaron los tres trabajos anteriores solo quedarán 2 miembros, Andy Davis y Mutter Slater. La nueva tripulación volverá a contar con 6 músicos, entre ellos el renovador y  polifacético Rod Bowkett que abogará por dar un nuevo giro al estilo, dotándolo de más cuerpo incluyendo secciones de viento de gran presencia, teclados mucho más incisivos y un estilo más cercano al rock progresivo pero sin olvidar sus orígenes folk. Las atmósferas bucólicas de composiciones pasadas se difuminan y el sonido se concreta en desarrollos más vitalistas.

 


Interactuaban mucho con el mundo de la cultura y con una fijación absoluta por los BEATLES, hasta el punto de requerir los servicios de George Martin, productor de los cuatro de Liverpool. La existencia de la banda fue muy inestable y a pesar del gran éxito con que fue recibido este "Extravaganza" nuevamente aparecen los problemas desestabilizadores dando al traste con esta estupenda camarilla y volviendo a tener que constituir un nuevo equipo.

 


La correlación entre el contenido de Extravaganza y su imagen de la portada del vinilo es estrecha. Y es que su música se llena de ambientes circenses, esplendores teatrales, de cabaret y sonidos propios del vodevil. Escenas que desprenden desenfado, optimismo y simpatía recordando en ocasiones a las melodías de los "locos años veinte". Composiciones en esta primera cara del disco divertidas y alegres en la que intervienen gran cantidad de instrumentos de viento, clarinetes, saxos, trompeta, flauta y acompañadas del violín ,menos protagonista que antaño, e incluso parece escucharse un acordeón. Canciones rápidas de ritmo festivo muy eclécticas en su concepción, con arreglos orquestales y de un piano excelente.

 


Tras salir a la pista central de la carpa le damos la vuelta al plástico y nos vamos a encontrar con una 2ª parte magnífica en la que todos los temas brillan con luz propia, destacando "No one's more important than the earth worm" y "Rufus T. Firefly", con una gran labor del bajo y  de contenido delicioso. Melodías elaboradas con gran perfección, elegantes y de diversidad cromática, ritmos cambiantes y movimientos constantes que les acerca a las estructuras que caracterizan al rock progresivo. Música de peso, más trascendental, en la que el órgano y el mellotrón se explayan y sin duda le confieren un valor añadido a las texturas.

 


Trabajo de altura realizado por unos músicos que dejan entrever una gran profesionalidad y destreza, destacando en concreto Bowkett, agradable descubrimiento que demuestra enorme capacidad, no solo para la creación sino para los arreglos y la sincronización dibujando complejas amalgamas muy sutiles y coloristas.





Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...