"Keith y John habían forjado una alianza drogata con un carismático y ajado químico a la par que camello parisino. En varias actuaciones en marzo habían aparecido con ojos enrojecidos y brillantes.
Roger y yo estábamos fuera de su órbita decadente y éramos también ajenos a una conspiración: resultó que Keith y John estaban flirteando con la idea de dejar a los Who y ponerse a escribir sus propias canciones, con música de inspiración más surfera y una vida más festiva"
Michael
Lapp.....................Teclados, guitarra acústica y eléctrica, mandolina
Amadeus
Reineck...............Guitarra, sitar y mandolina
Colaboraciones:
Caroline McCombs..............Voz
Dieter Bauer.......................Bajo
1ª cara:
- Introduction (just a
try)
- Wreck on the wire
- Roswithas' baby
- Immovableness
2ª cara:
- B. Baggins
- Last feather
- Anna's dream
- Monte Christo
- With a little help
from Zacharias
- Move
- Just another try
Mala, muy mala suerte la de
estos chicos, en un principio intentaron crear un grupo de folk-rock que no dio
lugar a nada, pasando totalmente desapercibidos terminaron con la misma
pasividad con la que habían surgido. Entonces decidieron probar suerte, pero
introduciendo elementos más pesados del Krautrock,
puesto que son alemanes. La idea es fortalecer las creaciones acústicas con
sonidos generados por la electrónica inspirándose en toda la corriente que se
había creado en los 70 y continuaba muy estable de cara a los 80.
La influencia de la escuela de
Berlín es más que notable, como iremos descubriendo conforme escuchemos el
disco. También se introducirá la guitarra eléctrica que tiene sus instantes de
protagonismo, usada a modo de teclado en sus formas muy similares a las
utilizadas por Edgar Froese. La percusión no existe, y cuando aparece es
pregrabada, y el bajo hace su aparición en ciertos momentos, pero tampoco es un
instrumento clave. La palma se la llevan las cuerdas, que a través de las
guitarras acústicas, el sitar y las mandolinas construyen el sólido esqueleto
de la mayoría de las composiciones, aunque también hay que hacer una mención
especial al piano de Lapp, aportando un delicioso material.
El disco es una maravilla de
principio a fin. No tiene desecho, llevándonos de un paisaje fantástico a otro
no menos increíble. La mezcla entre sonidos electrónicos y clásicos es una
comunión perfecta. Los teclados crean atmósferas lineales y envolventes que
hacen debiombo entre tema y tema. En
otros casos terminan de una forma cortante y parece entrar el siguiente un poco
con calzador, como si fueran fragmentos que cada miembro ha ido urdiendo y
después los insertan tal como vienen.
Amadeus Reineck
Es un trabajo completamente
instrumental, solo hay una inclusión de coros a cargo de Caroline McCombs,
destaca la pureza y autenticidad del sonido de las guitarras acústicas, que en
algunas ocasiones no van acompañadas de nada más, pero de verdad que no lo
necesitan. Sus acordes son armoniosos, pura poesía integrada en notas,
cadencias melancólicas y optimistas en completa complicidad e igualmente cuando
conectan con el piano y los teclados. Minucioso y concienzudo, sin dejar nada
atado. Según los pasajes que escucho me recuerdan en su estructura a otros como
EMTIDI,
ASHRA, TANGERINE DREAM o M. OLDFIELD.
Música que se puede considerar introspectiva,
cargada de lirismo, cuyas atmósferas son de carácter onírico, incluso
contemplativo. Melodías acertadas y evocadoras nos trasladan en su inicio desde la costa,
hasta la ruidosa ciudad y luego a la campiña, donde parecen querernos decir que
es donde desean quedarse. Una obra de gran factura en la que no se echa de
menos nada. Un aluvión de sensaciones dirigido a sacudir nuestros sentidos,
cuyo poder balsámico es enorme.
Michael Lapp
Pero una vez más nuestros amigos
tras crear esta joya van a pasar inadvertidos dejando un tesoro oculto, en una
época en que todo esto estaba de capa caída. Triunfa el techno, el pop, la
nueva ola, y para unos recién nacidos, sin un bagaje potente detrás, la repercusión
que podían causar era nula. Las radio fórmulas y la Televisión estaban
centradas en los nuevos estilos, que estaban surgiendo de las cenizas
producidas por la derrota de bandas más próximas a TRY. Solo un disco así
habría obtenido su fruto si proviniese de grupos muy consolidados como MICK
OLDFIELD o VANGELIS con cierto reconocimiento comercial.
Como reza su portada "Just
a try", (sólo un intento). No hubo más, pero fue impactante.
"Cuando los Sex Pistols fueron a América por primera vez, allí se les esperaba como si se tratara de unos nuevos Beatles, y estaban muy equivocados. El gobierno de los Estados Unidos trata de rehusarles el visado, pero lo único que logra es que se organicen una serie de acciones varias contra el grupo, que no hacen que desatar más violencia, y Johnny Rotten, el cantante del grupo británico, casi le rompe el rostro a una de sus fans tras un concierto en Houston, lleno de vómitos, escupitajos, gestos de palabras obscenas etc.
La reacción llega hasta la parte contracultural radicada en el sector del Village, el barrio bohemio de Nueva York, cuna de todo tipo de extravagancia y refugio de vicios y pecados. Este sector artístico llama a los Sex Pistols impostores a sueldo de la CIA o el FBI, y los medios de comunicación no hacen más que vertir más y más tinta sobre el cuarteto londinense.