domingo, 27 de octubre de 2024

REG KING – Reg King (1971)

 


Reg King……………...…….Guitarra rítmica, voz, piano y teclados

Brian Godding……..…….Guitarra solista

Mick Evans……..………...Bajo

Roger Powell…..…..…...Batería

Colaboraciones destacadas………………..Ian Whiteman, Marc Charig, Elton Dean, Mick Taylor, Brian Auger, Nick Jones, Peter Dale


1ª Cara:

- Must be something else around

- You go have yourself a good time

- That ain’t living

- In my dreams

- Little boy


2ª Cara:

- 10.000 miles

- Down the drain

- Savannah

- Gone away


Antes de publicar en solitario este álbum, Reggie estuvo al frente de ACTION, un grupo de la órbita ‘mod’, de hecho el preferido de los mods, menos pop que sus contemporáneos THE WHO o SMALL FACES, pero siempre clandestinos, lo que los hacía más atractivos, a pesar de contar con un numeroso público. Seguramente debido a esto nunca llegaron a las listas de éxitos, siempre desconocidos hasta el resurgimiento del estilo mod en los años 80 y 90.

Reggie King había dejado la escuela en Hamstead (Londres) a los 16 años y tras realizar trabajos sencillos, decidió unirse a Roger Powell, Alan King y Mick Evans junto a la cantante Sandra Barry, para forma THE BOYS, que practicaban beat. El amor al Soul provocó que dieran un giro musical y formaron ACTION, tocando versiones en un principio. Pero en 1965 consiguen un contrato discográfico con Parlophone, donde realizaron una serie de sencillos, en los que destacaba la voz de Reggie muy acorde a los cantantes de soul americano que tanto gustaban a éste.

Ya en 1967, los sonidos limpios de soul quedaban obsoletos y King que había quedado impresionado con “Pet sounds” de BEACH BOYS, comenzó a interesarse por la psicodelia, y la influencia de THE BYRDS, fue básica. El problema es que no consiguieron grabar un álbum completo con Parlophone por dificultades dentro del sello, que se mantenía a duras penas. Además de esto, después de un lamentable concierto en el club Blue Lagoon, que acabó con multa por desperfectos, Reg abandonó la banda.

Intentaría continuar como productor y vocalista de sesión, pero nunca consiguió sobresalir con su trabajo. Su álbum se vendería muy mal, cayendo un el olvido. Reg se proclamó compositor, arreglista y productor para su obra en solitario. Y desde luego escuchándolo puedes dar fe de que su producción fue un desastre, no hace falta ser un experto en música para darse cuenta.

A pesar de haberse rodeado de grandes músicos del momento que colaborarán, más unos que otros, en todas las canciones el resultado no fue nada brillante. A King la producción le quedó como el culo, sin más. La grabación ya muestra muchas carencias, la ambientación es extraña y oclusiva provista de un sonido áspero que permanece hasta el final. La energía no está bien focalizada y se producen altibajos en el volumen en la entrada en acción de los instrumentos, algo que avisa de una producción defectuosa. Existe cacofonía y confusión cuando los instrumentos funcionan al completo y algunos finales son precipitados acabando de manera brusca o sin bajar la intensidad de volumen de forma correcta. Leyendo los créditos de la contraportada descubro que entre el colectivo de ingenieros que participaron en la grabación hay un tal “Eddie Offord”, casi nada. Seguro que no recordará esa labor con mucho interés, ni quiera hablar de ella, como si nunca hubiera existido.

Si nos centramos exclusivamente en el aspecto compositivo y musical del disco, hay que decir que todos los cortes están escritos por Reg y Peter Dale. La versatilidad es patente, mucha variedad, las influencias que recibe a lo largo de su carrera aparecen dibujadas en sus temas. Rock de raíz, soul, música negra, percusiones, riffs explosivos, swing, distorsión, estilo británico de los 60 con gran aderezo de su pasado mod, y mucho, mucho arrojo y sentimiento.

La fuerza del músico se observa en sus entradas con la guitarra rítmica que forja la estructura temporal de la composición sonando en muchos casos, más potente incluso que la guitarra solista, algo extraño, que tal vez podemos asociar a la también inaudita producción del mismo. A pesar de su grabación sorprende gratamente la autenticidad musical y la frescura que derrochan las piezas que se van sucediendo. Estamos ante un conjunto de buenas composiciones. Los arreglos mayoritariamente son realizados por el piano, pero también encontramos los instrumentos de viento. Su función unas veces más acertadas que otras, puesto que en algún caso los arreglos de piano son ocultados por instrumentos que enciman. También se observan guitarras desafinadas (That ain’t living ,Down the drain) que discurren paralelas por otro universo lo mejor de todo es su voz racial y emocional cercana a la de Rod Stewart de FACES.

Cuando llegamos a Savannah, descubrimos que sin duda es su mejor corte, y además el más largo, con casi 12 minutos nada menos, pero también es donde se aprecia muy bien su fracasada producción con un batiburrillo instrumental hacia el final donde no hay quien se aclare, un coctail de buena música pero donde no somos capaces de descubrir los sabores. Nada más empezar con una calma en la guitarra que precede a la tempestad, King empieza a generar un riff rítmico que ya no abandonará y que sustenta todo el bloque. Energía en estado puro que va “in crescendo” sumando instrumentos y decibelios. Es el momento en el que Brian Auger se luce al órgano siguiendo la endiablada guitarra o haciendo solos con enormes barridos, algo que gusta mucho a Brian. Una pieza machacona que atraviesa varias fases donde el riff cada vez es más incendiario llegando a un tope sónico en el que reina la indefinición y la cacofonía. Los solos de la guitarra de Godding se suceden entre secciones, al igual que las intervenciones del órgano. Podríamos calificar Savannah como el transcurso de una tormenta. Una introducción dura, la fase de descarga y un final donde poco a poco va amainando con una lluvia que acaba por cesar.

La coda como dice su título Gone away, nos lleva lejos, una maravilla protagonizada por el órgano con una cadencia descendente y una performance que bien podría pertenecer a PROCOL HARUM, y con similitud a títulos como “Homburg” ó “pilgrim progress”. Su estilo esta alejado de la fuerza empleada en piezas como “Savannah”, mostrando el lado más soñador y sensible de Reggie.

Su andadura musical tuvo un trágico final ya que sufrió un accidente cayendo por una escaleras que le provocó una lesión por la que fue operado con cirugía neural. Esto sucedió al poco de haberse unido a la banda BB BLUNDER. Moriría a los 65 años, pero a causa de un cáncer. Un hombre que tal vez nunca supo encontrar su sitio y que atormentado se quedó a medio camino.







domingo, 20 de octubre de 2024

Conociendo a Jimi

     "Durante una de las sesiones  de octubre para A Quick One, conocí a Jimi Hendrix, que llevaba una desastrada chaqueta militar con botones de latón y charreteras rojas. Chas Chandler, su manager, me pidió que ayudara a aquel joven tímido a encontrar unos amplificadores apropiados. Le sugerí unos Marshall o unos Hiwatt (a los que entonces llamaban Sound city), y le conté las diferencias entre ambos, que no eran muchas. 


Jimi compró ambas marcas; yo me reproché a mí mismo haber recomendado unas armas tan poderosas. Cuando lo conocí no tenía idea de su talento, e ignoraba su carisma sobre el escenario. Naturalmente, estoy orgulloso de haber aportado mi grano de arena en la carrera de Jimi. Kit y Chris no dejaron que se le escapara a Track Records, y fue su primer nuevo fichaje." 

                                                             (Who I am: Peter Townshend)






Nueva música para una nueva conciencia

 

"Los músicos que utilizan el calificativo de psicodélico para su música, lo entienden como algo que amplía la consciencia y que al mismo tiempo está ampliado por la consciencia. Esto es: en su opinión, la nueva música no puede ser interpretada, sino únicamente comprendida. Y esto sólo se logra si uno la asimila gracias a una cierta predisposición. Pero para asimilarla, es necesario mostrar un interés previo por ella.

 

La nueva música ha de desempeñar un papel activo, cuyos efectos han de llegar más allá de los escasos minutos de su producción. Su finalidad, por lo tanto, ya no es su valoración comercial y su condensación en un disco de tres minutos de duración, que se consume sin otras consecuencias; consiste más bien en su propagación mediante otras acciones."

                                                             (El mundo de la música pop )




domingo, 13 de octubre de 2024

LIFE – Life after death (1974)

 


Roger Cotton……………...…….Guitarra, voz y teclados

Ian Gibbons………………..…….Teclados, flauta, voz

Richard Thorpe……..………...Bajo,voz

Paul Thorpe…………..…..…...Batería


1ª Cara:

- Riding around

- Oupus

- I don’t want to

- Black eye

- Highway


2ª Cara:

- Sleepless Night

- Woman

- Looking out

- Everybody’s Queing to be last

- The plank/ Devil on the river


Oscuro cuarteto que pasó por la escena progresiva inglesa, y fue visto y no visto, como muchos otros, algunos incluso nunca dejaron un legado del que aprovechar ahora su escucha, pero LIFE nos dejó un maravilloso álbum, que al igual que los amantes del vino, saben degustar un buen reserva, nosotros sabemos degustar un disco realizado en un momento que supuso la culminación de un movimiento musical en los 70.


Fue producido por Chris White, ex miembro de los ZOMBIES y compositor de ARGENT, que hizo un buen trabajo muy eficiente con una producción discreta. Tal vez se echa en falta algunos elementos, al igual que arreglos, que no se observan (algunos de piano sencillo, flauta) y en la finalización de varios temas también se palpa la sensación de no tener claro como acabarlos, optando muchas veces por la simplificación de un suave apagado o un final con las espadas en alto, como sucede cuando en un concierto se decide acabar la pieza.

Más debido a su portada que al apartado musical, se le encontraron semejanzas con URIAH HEEP, que tiene mucho paralelismo con la de “Very eavy , Very umble” (Pose agónica, con telarañas en el rostro y la boca abierta). En la forma de realizar la grabación encuentro más parecidos a ENGLAND con su “The last of jubblies”, en algunos instantes insinúan beber de clásicos como ELP ( The plank/ Devil on the river) con unos efluvios muy emersonianos, y en súbitos arranques de órgano me recuerdan a Tony Kaye “yes album” con unas emanaciones que se respiran a lo largo del disco. Tal vez, solo tal vez, en pasajes vocales pueden asemejarse a URIAH HEEP (Woman).

El miembro fundador fue Ian Gibbons, quien habiendo estudiado acordeón, tras ganar premios en varios concursos, formaría su primera banda MOONSTONE, poco después rota, nacería LIFE. Pero en mi opinión, un pilar fundamental para la realización de este magnifico álbum, es la aportación de los hermanos Thorpe (si es que son hermanos, porque no tengo información que lo ratifique). El hecho de que ambos se ocupen de la base rítmica, es decir, bajo y batería es muy importante. La compenetración familiar es algo que se aprecia en el trabajo conjunto, se conocen muy bien, y esto se traduce en gran seguridad y solidez en los temas. Tras la separación Ian Gibbons inició una larga carrera con gente de reconocida reputación.


El álbum se mueve dentro de unos parámetros clásicos del progresivo pesado y con una estructuración típica en los cortes, aunque con rítmicas poco usuales. El sonido parece alejarse del Bues rock y acercarse más al Boogie rock en aquellos cortes en los que la guitarra lleva la dirección. Las composiciones se construyen desde un marcado ritmo inicial que condiciona toda la obra, una batería con una caja muy definida y un bombo que junto al bajo establecen un patrón a seguir. Después suele secundar el ritmo, el hammond pasando a dominar la escena con un muro sonoro sólido , que se abre en ocasiones, para dar paso al piano o la guitarra en su protagonismo.

El esqueleto de los tracks se suele mantener de principio a fin con fases de estribillo pero incluyendo variaciones que se traducen en intervalos con cambios drásticos de ritmo e inclusión de pasajes instrumentales inspirados, la mayoría a cargo del órgano, para retomar de nuevo la sección principal. Uno de los elementos clave de esta banda son las voces. Coinciden en ella 4 miembros capaces de echarse a la espalda el trabajo vocal, algo difícil de encontrar en grupos de Rock. Esta habilidad le transfiere gran frescura a la música, ya no solo con la voz principal, sino también con los múltiples coros que podemos escuchar.

La guitarra de Ian muy importante también en el entramado de las composiciones no llega a ser tan determinante como el órgano. Su participación es necesaria pero el protagonismo está más cedido al resto, incluso en ciertos pasajes su sonido no parece estar a la altura, como si de un fallo de producción se tratase, pero esta es una visión subjetiva que deberéis cotejar el público oyente.

Gracias a la reedición por parte de la discográfica “Prog Temple” podemos disfrutar de un album donde no hay tema malo, manteniendo un gran nivel de principio a fin. Si no fuera por gente así, estas maravillas únicas se perderían y nadie sabría nunca que existieron.









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