"La crisis energética agitó el mundo de la música y lo debilitó. Una de las primeras consecuencias en Inglaterra fue la segunda huida de sus músicos, como ya había sucedido unos años antes, a causa de los impuestos. El fisco inglés se llevaba el 83% de lo que ganaba un artista, hubiese editado disco y hecho una gira ese año o no.
Las quejas no sirvieron de nada, así que muchos hicieron las maletas para trasladarse a los Estados Unidos o, en algunos casos, a la misma Europa, sur de Francia o Suiza. La primera voz de alarma la dieron Emerson, Lake and Palmer. Luego la diáspora fue general. Entre los que decidieron irse había nombres de tanto peso como Led Zeppelin, los Rolling Stones, parte de los Who, Rod Stewart, Olivia Newton-John, los Bee Gees, Jethro Tull y otros"
"El trato permitía a Kit y a Chris (manager de The Who) mantener el control de la banda pero por entonces no sabíamos nada del oneroso acuerdo que Kit tuvo que firmar con Shel, el verano se arrastró con nuestras payasadas escénicas que ya resultaban una parodia de autodestrucción bajo el humo y los flashes.
Kit y Chris los hombres que hicieron a The who
El colofón, en el festival de jazz y blues de Windsor, lo protagonizó Keith asomándose al escenario con un látigo y una actriz rubia en atuendo de cuero."
Tomás
Bohorquez……………………...Hammond, piano eléctrico,
moog, mellotrón
Jose
Luís Campuzano “Sherpa”……….Bajo
Chupi
de la Fuente……………..……...Batería
1ª
Cara:
-
Hello
-
Cuando el tren se detuvo en la estación
-
2000 años tristes
-
Pájaro amigo
2ª
Cara:
-
Otoño en cualquier lugar
-
Beatles
-
Cristo
La
formación nace en 1969, uno de sus fundadores Pepe Robles,
pendiente de los que sucedía allende nuestras fronteras, decide
alejarse de las corrientes musicales más presentes en España por
entonces y ensambla el proyecto MODULOS.
Lo
tomarían muy en serio, sus ensayos se alargaban hasta las 8 horas
cada día, según aseguran sus miembros. Las influencias de Robles
son guitarristas de vanguardia de primera categoría como Robert
Fripp y Steve Howe, como ejemplo. En los
primeros trabajos se esforzaban más por obtener reconocimiento que
por crear realmente lo que más hubieran preferido. De esa forma
temas de corto minutaje hacen que tengan un solido enganche en la
sociedad española, que era a todo lo que podían aspirar. El gusto
de la banda iba por derroteros de conjuntos como BEATLES,
YOUNG RASCALS y los psicodélicos VANILLA FUDGE.
En
1973 Robles sufre un tremendo accidente de coche en el cual
podía haber llegado a morir. Eso supone que causaría baja por mucho
tiempo, pero el grupo seguirá adelante, llegando a grabarse un álbum
sin su presencia, un disco que supondría un punto de inflexión en
la carrera de Módulos. Tras él algunos de los miembros abandonan el
barco por diferencias de criterio respecto al camino musical a seguir
y también se rompe con Hispavox, el sello discográfico.
El
futuro que tenían por delante con el desmembramiento planeaba
complicado. Quedaron solos Robles y Bohorquez, el núcleo
duro, y la forma de sobrevivir fue con la edición de recopilatorios,
salvando los muebles lo suficiente para que en 1978, tras rehacerse
con nuevos miembros al bajo y a la batería comenzasen a grabar este
homónimo con nueva temática en las letras, y con una mayor
experimentación al contar con más libertad compositiva que antes.
Pasaría
sin pena ni gloria, con una repercusión mediática deficiente, las
letras utópicas y plagadas de elementos mágicos y naturaleza
tendrían que dejar paso a la cotidianidad, la realidad terrenal y el
descaro que emergía con las nuevas corrientes del rock.
Centrándonos
en el álbum hay que decir que muestran piezas más largas de lo
solían hacer a revueltas con otras más efímeras, el sonido
progresivo a lo largo de todo el disco es de tintes sencillos, no
contiene pesos pesados, todo se construye sobre guitarras
cristalinas, acústicas y de arpegios limpios y rasgeos inteligibles,
cuidando mucho los coros de voces incluyendo unos arreglos sutiles y
efectivos, mostrando todavía una tibieza que tal vez arrastran de
su pasado más pop.
Buscando
siempre la melodía y lirismo en la voz, muy característica y fácil
de reconocer, se suceden texturas ricas en tonalidades con un deje de
melancolía que impregna toda la obra, como si de alguna manera nos
quisieran transmitir la sensación de un final definitivo, que no lo
fue, pero que a efectos prácticos se puede considerar que sí.
En
la primera cara el piano y la guitarra tienen protagonismo en los
momentos instrumentales, sin olvidar los coros de voces. “Hello”
es un corte remilgado que conforme avanza va tomando forma de
estructura que se quiere alejar de convencionalismos, y “Cuando
el tren se detuvo en la estación” ya enseña los dientes
con una instrumentación levantada sobre estructuras más del estilo
progresivo, con una coda que se repite mientras la guitarra eléctrica
nos conduce al final. Sin duda la balada triste del disco sea “2000
años tristes”, como bien dice el título, donde la voz
estira la vocal de la última sílaba del verso, formando una
cadencia tonal preciosa y contando una historia en la que la guitarra
hace suaves arpegios y el piano se lleva la mayor parte de los
arreglos. Este lado acaba con “pájaro amigo” , un
tema muy parecido al anterior en el que domina un fraseo de guitarra,
coros y en el que nuevamente el piano hace trabajo de arreglos y
melodía, aunque en esta pieza la guitarra de Robles marca un bonito
solo de guitarra solista para terminar.
El
lado B comienza con “Otoño en cualquier lugar” con
un inicio de órgano que nos avisa de que vamos a apreciar más
trabajo que en la cara A. Un comienzo fulgurante que nos trae a la
memoria similitudes con “Premiata Forneria Marconi” en su famoso
Photos of ghosts. La estructura nuevamente se aproxima
mucho más a los estándares de un corte progresivo, alejándose de
la fórmula comercial. Una pieza que va enriqueciendo la labor
conforme avanza en el tiempo, produciendo contraste de cambio de
ritmo, endurecido en la guitarra rítmica, con afloración de juegos
de sonidos extraños y final algo abrupto. “Beatles”
es un homenaje a los cuatro de Liverpool, con unos bonitos arreglos
que recuerdan a la ELO y la letra que versa sobre ellos, un
referente para la banda como lo fue para tantos en aquellos años.
Acaba el disco con otro corte más complejo y encaminado hacia bases
progresivas, “Cristo” que posiblemente sea el mejor
y más completo desde el punto de vista compositivo. Un gran trabajo
de Hammond y guitarra donde más enérgicos y contundentes se
muestran.
Un
disco donde se echa de menos una mayor producción y unos temas que
en varios casos se muestran escasos y desearíamos unos desarrollos
más extensos. Una obra que sabe a poco pero que deja patente el
maravilloso sonido de la guitarra de Robles, una delicia. Tal vez si
hubieran continuado en la misma senda habríamos contado con alguna
joya más refinada, pero el tiempo no era el correcto. Había que
terminar.
"George Harrison quiso dejarnos como el ángel misterioso que siempre quiso ser, el personaje que le encantaba parecer. Siempre me acordaré de que su mejor solo de guitarra lo hizo en Badge, el tema de los Cream, con su gran amigo Eric Clapton, en el álbum Goodbye. Aquel solo, maravilloso, único, lo firmó bajo el seudónimo de L'Angelo Misterioso"
(El Sargento Pepper nunca estuvo alli: Julián Ruiz)
"El disco que tenia en mente se grabaría entre agosto y noviembre de 1976, en su pequeño estudio casero de la Rue de Trémoille. Era un apartamento totalmente vacío -Flore se había llevado todo cuando se fue de casa- y con todas las paredes pintadas de negro.
Ahora contaba con más instrumentos de los que había utilizado en sus anteriores trabajos. Deserted Palace y Les Granges Brûlees, pero tampoco eran demasiados: entre los nuevos había un mellotron con varias teclas rotas que rescató de los estudios Ferber, donde grabó con Christophe -de hecho, las melodías de temas tan icónicos como, por ejemplo, Oxygène II se tuvieron que adaptar a las teclas que funcionaban del maltrecho aparato-, así como con una Korg Minipops, un Eminent y un ARP 2600, entre otros instrumentos."
Cy
Nicklin…………….Voz principal, guitarra acústica y rítmica,
percusiones
Nils
Henriksen…….Guitarra acústica y eléctrica, piano, harpsicord y
voz principal
Michael
Friis………..Bajo, órgano, flauta y percusión
Rodger
Barker……...Batería y percusión
1ª
Cara:
-
Banjocul
-
Mountain music part 1
-
Hey you people
-
Teaparty for an orchard
-
Ode to resistance
2ª
Cara:
-
Your song & mine
-
Gideon’s trap
-
Blue day’s morning
-
Mountain music part 2
Detrás
de esa animada portada poblada de personajes que podrían haber
salido de un tebeo, se esconde un cuarteto de origen danés con
muchos quilates en sus surcos. Se puede encontrar poca o casi nada de
información sobre su biografía en la web, cosa que en un principio
me extrañó bastante, pero luego leyendo algo sobre su corta
existencia puedes entender que tampoco haya mucho escrito sobre
ellos.
Liderada
por su “frontman” , el inglés Cy Nicklin, que tras haber
tocado antes con “Sandy Denny and the Strawbs”,
conocería al futuro guitarra Henriksen en 1969 y formarían la
alianza para crear la banda. Y poco más que se pueda saber de sus
vidas. No fue fácil su situación con las discográficas y su
mánager tampoco fue su hombre de negocios para haber subido en el
escalafón del business musical.
Debido
a que sus discos no tuvieron una distribución amplia, los
coleccionistas andan locos por conseguir una copia original, por las
que se pagan cientos de euros. Afortunadamente el hecho de que se
reeditara en vinilo hace no mucho, ha servido para que más personas
hayamos podido acceder a su contenido a un precio muy asequible.
Después sacarían otras obras en los 70 pero ya más volcadas hacia
el folk sin el éxito de su debut, produciendo una crisis que
acabaría con la rotura del proyecto.
Es
un trabajo cerrado, en el sentido de que se inicia con una sencilla
melodía de banjo cantada y termina con una sencilla melodía de
banjo, pero no la misma. En medio de todo esto tenemos un torbellino
de emociones más psicodélicas que progresivas, un torrente de
fuerza con una guitarra que se muestra contundente, cautivadora y
áspera, principal protagonista de la mayoría de las composiciones,
siendo el pilar básico en el que se asienta la mayoría del elenco
presente. Distorsión y fuerza a raudales con grandes descargas
ácidas de una guitarra sucia y potente, cuyos riffs duros y de gran
crudeza se internan muchas veces en una maraña densa de sonidos
creados por guitarra rítmica y acústica en compañía de
percusiones variadas, un vendaval sónico extraordinario que nos
eleva al éxtasis. Engranajes de una textura pesada que toma forma
hilvanado por el piano, teclado u órgano.
Los
tracks no son largos en tiempo, no suelen pasar de 4 minutos, salvo
excepción. Eso supone que se trate de desarrollos muy intensos con
pasajes instrumentales rápidos y concisos, que enlazan comienzo y
final sin apenas transiciones de ritmos cambiantes, una producción
correcta sin alardes ni efectos que lo hace muy auténtico.
Esta
claro que las bandas underground británicas de los 60 son un
referente para el grupo observándose a través de toda la obra,
especialmente las que fueron haciendo transición de la psicodelia al
progresivo. La lista de canciones que engloba el vinilo hace que el
estilo sea muy ecléctico. Aunque finalmente siempre pensemos que
queda un regusto psicodélico o progresivo, lo cierto es que los
temas son muy variados, y en corto espacio de tiempo pasamos de
momentos íntimos y delicados a pasajes de dureza que recuerdan mucho
a los primeros DEEP PURPLE con sus arranques de psicodelia
progresiva (Hey you people), o tal vez CREAM de mano
lenta.
Sin
embargo en otras ocasiones muestran juegos de voces e intros de
flauta que generan por instantes atmósferas pastorales, en los que
podemos encontrar influencia de bandas como CROSBY, STILL Y NASH
, o unos primigenios MOODY BLUES, cuando sus temas contenían
ribetes más duros y con algo de ácido en sus cuerdas. Gideon’s
trap es un corte que bien podría haber sido firmado por la
guitarra de Robin Trower y el órgano de Matthew Fisher
cuando
campaban en PROCOL
HARUM, o
Blue day’s
morning
integrado en uno de los álbumes de los cuatro de Liverpool.
"Los Herd ya estaban formados en 1966 con Andy Bown inicialmente como líder. Andy tocaba la guitarra, el órgano, el piano, la armónica y el bajo con relativa soltura. Andrew Steele era el batería y Gary Taylor el bajo y a veces también le daba a la guitarra si hacía falta. Como Bown conocía a Peter y eran amigos, le propuso tocar en Herd pese a su juventud. No es que Herd fuera ya nada del otro mundo, pero cuando menos tenían contactos con uno de los núcleos más fuertes del pop británico, el formado por Ken Howard y Alan Blaikley como autores y jefes de escudería
"En los bares en donde actuábamos, nos colocamos sobre unas plataformas y los fans bailaban a nuestro alrededor en aquellas salas de ambiente sofocante. Nosotros teníamos que aguantar allí arriba en la plataforma en medio de todo aquel calor y los fans querían siempre más.
Hay que saber tocar verdaderamente bien, pues a esa gente no se la puede engañar. Allá en el sur son muy entendidos pues continuamente escuchan esa música y casi todos saben tocar la guitarra. Uno camina por la calle y por doquier se encuentra con gente sentada en cualquier peldaño, tocando la guitarra. Allí es donde aprendí a tocar la guitarra, en Nashville"