Norman Barrett................Guitarra
y voz
George Lynon...................Guitarra
Barry Davenport...............Batería
J.D.
Hughes......................Teclados, flauta, saxo, voces
Lester
Williams.................Bajo y voz
1ª cara:
- Starbrigth starlight
- Bring my life on
back to me
- Never wanted you
- Staircase to the day
- Sanctuary
2ª cara:
- Going for a quick
one
- The last day
- Evening of my life
- Busted in
Schenectady
- Climb aboard the
gravy train and get on to a good thing
Esta es una de esas bandas que por causas desconocidas, destino, o yo que sé, no cuajan entre los seguidores del estilo, ni la industria se toma mucho interés por ellos. A pesar de tener en su haber 4 discos, su trayectoria no mejoró en ningún momento. Tampoco ayudó que el productor que tuvo en 3 de ellos no fuera precisamente una gran ayuda, tampoco el manager debió saber manejar la situación. Y ante la perspectiva, sus componentes bastante desmotivados con esa ausencia, vacío o poco aprecio que tuvieron en el panorama, en la sombra, con otros grupos siempre por delante de ellos, supuso que N. Barrett, el cabeza y líder decidiera salir por piernas aun habiendo cambiado de productor y mejorado bastante con un buen lavado de cara. Incluso habían cambiado de discográfica pasando de Vertigo a Dawn Records, pero Barrett vio el filón de la música cristiana y se marchó a formar parte de MANDALABAND, con lo que el resto no se lo pensó y cada uno se fue por su lado, terminando un periplo interesante pero infravalorado.
Sin duda el cambio en la producción es algo que se nota nada más comenzar a escucharlo. Esa entrada con teclados de fondo creando una frondosa textura era algo nuevo en sus composiciones. El disco más tecnificado o electrificado por así decirlo, incluyendo gran cantidad de sintetizadores (moog, mellotron.....) haciendo una música que se muestra envolvente, era un paso hacia una nueva dimensión, algo que entroncaba con sus trabajos anteriores más volcados hacia sonidos más sencillos, donde la melodía iba desprovista de otros elementos que arropasen, más tendente al blues y al folk rock sostenida sobre fuertes guitarras acústicas y una eléctrica hiriente que rasgaba la suavidad de las flautas muy presentes.
El nuevo productor pensó que aquello no funcionaba y la táctica era una profunda transformación que se muestra aquí, y creo que acertó con los nuevos aires, aunque el mal ya estaba hecho y el enfermo en coma. Más kilovatios, atmósferas de teclados y refuerzo de los arreglos, coros vocales y otros efectos que aparecen en las melodías, dotando a los temas de un sólido cuerpo y de un renovado interés, sin hacer desaparecer las guitarras acústicas, ni los instrumentos de viento. Sin duda dan un paso adelante hacia un rock progresivo emergente menos tradicional, más moderno, buscando armonías con un sonido más potente y evocador, cadencias descendentes, progresiones en la guitarra, en resumen, instrumentación más compleja, conducida por los riffs eléctricos de la guitarra de Barrett, con el atractivo de guitarras acústicas en paralelo como contrapeso.
Un disco donde encontramos una combinación de piezas de diferente factura pudiendo escuchar hard (Busted in Schenectady, con un bajo a lo Roger Waters en One of these days), sinfónico-progresivo (Staircase to the day), tendencias orquestales (Climb aboard the gravy train and get on to a good thing, con unos sutiles arreglos al violín, de estructura atractiva y sencilla), soul ( Sanctuary) donde la voz hace el esfuerzo y se pone a la altura de las circunstancias (negra por momentos).
Sin duda merece la pena hacerle
aprecio y además con portada genial de Roger Dean.